Loja Tradição Escocesa n°32
Venerável Mestre: Guilherme de Queiroz Ribeiro

EL MANUSCRITO REGIUS

Traducción: Taller Blasco Ibáñez
Fecha de publicación: 28-08-1998

INTRODUCCIÓN

Aunque el saber iniciático es propiamente una transmisión, y como tal tiene sus propios medios, diferentes por completos de la educación profana, La Masonería medieval y cristiana dejó algunos documentos escritos -hoy en día prácticamente desaparecidos- en los que se conservaron cuidadosamente algunas normas generales, leyes fundamentales e interpretaciones míticas, a los que genéricamente se denomina "Old Charges" (Antiguos Deberes). El más antiguo que se conoce es el manuscrito Regius, del que aquí ofrecemos la traducción al castellano (2).
Según todas las informaciones al respecto, el manuscrito Regius data de alrededor del año 1390; publicado en 1840 por James O. Halliwell, es mencionado en 1670 en un inventario de la biblioteca John Theyer. Ésta fue vendida a Robert Scott (de donde un nuevo inventario en 1678). El manuscrito perteneció después a la biblioteca real hasta 1757 (y de ahí su nombre de "Regius"), fecha en la cual el rey Jorge II lo donó al Museo Británico.
El Regius se compone de las siguientes partes:
Fundación de la Masonería en Egipto por Euclides.
Introducción de la Masonería en Inglaterra bajo el reinado de Adelstonus (rey sajón, 925-939).
Los Deberes: quince artículos.
Los Deberes: quince puntos.
Relato de los Cuatro Coronados.
Relato de la Torre de Babel.
Las siete artes liberales.
Exhortación sobre la misa y cómo conducirse en la iglesia.
Instrucción sobre las buenas maneras.

AQUÍ COMIENZAN LOS ESTATUTOS DEL ARTE DE LA GEOMETRÍA SEGÚN EUCLIDES

Quienquiera que bien desee leer y buscar,
Podrá hallar escrito en un viejo libro
De grandes señores y damas la historia,
Que, ciertamente, muchos hijos tenían;
Pero no poseían tierras para vivir de ellas,
Ni en la ciudad, ni en los campos o los bosques;
Un consejo les dieron a todos ellos:

Para decidir en bien de estos niños,
Acerca de cómo podrían ganarse la vida
Sin grandes penurias, cuitas ni luchas;
Y también para la multitud que llegará,
Algunos de ellos fueron enviados
A buscar grandes clérigos,
Para que les enseñaran buenos oficios;

Y nos les rogamos, por el amor de nuestro Señor,
Para que nuestros hijos encontraran trabajo,
Y pudieran así ganarse la vida,
De forma honesta y muy segura.
Ya en aquellos tiempos, por la buena geometría,
Este honesto oficio que es la masonería
Fue ordenado y creado de tal manera,
Concebido por todos estos clérigos;
Gracias a sus oraciones ellos inventaron
La geometría.

Y le dieron el nombre de masonería
Al más honrado de todos los oficios.
Los hijos de estos señores se aplicaron
En el aprendizaje del oficio de la geometría,
Lo cual hicieron muy cuidadosamente;

La oración de los padres, y también de las madres,
Les puso en este honrado oficio,
Y aquel que mejor lo aprendía, y era honesto,
Y superaba en atención a sus compañeros,
Si en este oficio les aventajaba,
Debía ser más honrado que el último.
Este gran clérigo se llamaba Euclides,
Su nombre era conocido en todo el mundo.
Pero este gran clérigo ordenó
A quien más elevado estaba en este grado,
Que debía enseñar a los más simples de espíritu
Para ser perfecto en este honrado oficio;
Y así debían instruirse el uno al otro,
Y amarse juntos como hermano y hermana.

También ordenó que
Maestro debía ser llamado;
A fin de que fuera más honrado,
Debía ser así entonces tratado;
Pero jamás masones deben llamar a otro,
En el seno del oficio entre ellos,
Ni sujeto, ni servidor, mi querido hermano,
Aunque sea menos perfecto que otro;
Cada uno llamará a los demás compañeros con amistad,
Pues de nobles damas han nacido.

De esta forma, por la buena ciencia de la geometría,
Comenzó el oficio de la masonería;
Así fundó el clérigo Euclides,
Este oficio de geometría en tierras de Egipto.
En Egipto a todos lo enseñó,
Y en distintos países de todas partes,
Durante muchos años, según he oído,
Antes de que el oficio llegara a este país.

* * *
Este oficio llegó a Inglaterra, como os he dicho,
En los días del buen rey Adelstonus;
Hizo entonces construir muchas casas en el bosque,
Y altos templos de gran renombre,
Para gozar de ellos día y noche.
Este buen señor amaba mucho el oficio,
Y quiso mejorar todas sus partes,
Por las muchas faltas que en él encontró.

Envió a través del país
Decir a todos los masones del oficio,
Venir a él sin tardanza,
Para enmendar juntos tales defectos
Con buenos consejos, si fuera posible.
Un buen grupo reunió entonces
De diversos señores, en su rango,
Duques, condes y también barones,
Caballeros, escuderos y muchos otros,
Y los grandes burgueses de la ciudad,
Cada uno en su propio rango;
Allí estaban todos juntos,
Para fundar el estatuto de los masones.
Con todo su espíritu buscaban
Cómo podrían ser gobernados;

Quince artículos quisieron producir,
Y otros quince puntos fueron creados.

AQUÍ COMIENZA EL ARTÍCULO PRIMERO

El primer artículo de esta geometría:
El maestro masón debe ser digno de confianza
A la vez constante, leal y sincero,
Y jamás tendrá nada que lamentar;
Y pagará a sus compañeros según el coste
De las vituallas, que tú bien conoces;
Y págales justamente, y de buena fe,
Lo que puedan merecer;
Y evita, por amor o por temor,
Que ninguna de las partes acepte ventajas,
Ni del señor ni del compañero, sea cual sea,
De ellos no aceptes ningún tipo de prebendas;
Y como un juez mantente íntegro,
Y entonces a ambos harás buen derecho;
Y en verdad haz esto allá donde te encuentres,
Tu honor, tu provecho, será el mejor.

ARTÍCULO SEGUNDO

El segundo artículo de buena masonería,
Como vos debéis entender especialmente,
Que todo maestro, que sea masón,
Debe asistir a la asamblea general,
Para lo cual le será comunicado
El lugar en que se celebrará.

Y a esta asamblea debe acudir,
Salvo si hay una excusa razonable,
O sea desobediente al oficio,
O se abandone a la mentira,
O esté tan gravemente enfermo
Que no pueda venir a ella;
Ésta es una excusa buena y válida,
Para esta asamblea, si es sincera.

ARTÍCULO TERCERO

En verdad, el tercer artículo es
Que el maestro no tome aprendiz,
Salvo si puede asegurarle alojamiento
Con él por siete años, como os digo,
Para aprender su oficio, y que le sea de provecho;
En menos tiempo no será apto
Ni provechoso para su señor, ni para él,
Como podéis comprender por buena razón.

ARTÍCULO CUARTO

El cuarto artículo éste debe ser,
Que el maestro debe vigilar,
En no tomar a un siervo como aprendiz,
Ni embaucarle por su propio bien;
Pues el señor al que está ligado
Bien puede buscar aprendiz donde quiera.
Si en la logia fuera enseñado
Mucho desorden podría causar,
Y en tal caso podría ocurrir
Que algunos se entristecieran, o todos.

Pues todos los masones que serán
Todos unidos estarán.
Si un siervo en el oficio permaneciese,
De diversos desórdenes os podría hablar:
Para tener paz, y honestidad,
Tomad un aprendiz de mejor condición.
En un antiguo escrito encuentro
Que el aprendiz debe ser de noble nacimiento;
Y así, muchas veces, hijos de grandes señores
Han adoptado esta geometría, que es muy buena.

ARTÍCULO QUINTO

El quinto artículo es muy bueno,
Que el aprendiz sea de legítimo nacimiento;
El maestro no debe, bajo ningún pretexto,
Tomar un aprendiz que sea deforme;
Ello significa, como veréis,
Que todos sus miembros estén enteros;
Para el oficio sería gran vergüenza,
Formar a un hombre estropeado, o a un cojo,
Pues un hombre imperfecto de nacimiento
Sería poco útil al oficio.
Cada uno puede comprenderlo,
El oficio quiere hombres potentes,
Y un hombre mutilado no tiene fuerza,
Como sabéis desde hace tiempo.

ARTÍCULO SEXTO

Al sexto artículo no debéis faltar,
Que el maestro no perjudique a su señor,
Tomando del señor para el aprendiz,
Tanto como reciben sus compañeros, en todo,
Pues en este oficio se han perfeccionado,
Pero aún no el aprendiz, como comprenderéis,
Así que sería contrario a la buena razón
Dar igual salario a él y a los compañeros.
Este mismo artículo, en tal caso,
Ordena que el aprendiz gane menos
Que sus compañeros, que son perfectos.
En diversos puntos, sabed en cambio,
Que el maestro puede instruir a su aprendiz,
Para que su salario crezca rápidamente,
Y antes de que haya terminado su aprendizaje
Su salario habrá en mucho mejorado.

ARTÍCULO SÉPTIMO

El séptimo artículo, que ya está aquí,
Os dirá a todos vosotros,
Que ningún maestro, ni por favor ni por miedo,
Debe vestir o alimentar a ningún ladrón.
Jamás albergará a ninguno de ellos,
Ni a quien haya matado a un hombre,
Ni a quien tenga mala reputación,
Pues traerá vergüenza al oficio.

ARTÍCULO OCTAVO

El octavo artículo nos muestra
Lo que el maestro tiene derecho a hacer.
Si emplea a un hombre del oficio,
Y no es tan perfecto como debiera,
Puede sin tardanza reemplazarlo,
Y tomar en su lugar a un hombre más perfecto.
Por imprudencia, un hombre así
Podría deshonrar el oficio.

ARTÍCULO NOVENO

Muy bien muestra el noveno artículo
Que el maestro debe ser fuerte y sabio;
Que no emprenda ninguna obra
Que no pueda acabar y realizar;
Y que sea provechoso a sus señores,
Así como a su oficio, allí donde vaya.
Y que las obras estén bien construidas,
Para que ni fisuras ni brechas haya.

ARTÍCULO DÉCIMO

El décimo artículo sirve para hacer saber,
A todos los del oficio, grandes o modestos,
Que ningún maestro debe a otro suplantar,
Sino estar juntos como hermana y hermano.
En este oficio singular, todos, unos y otros,
Trabajan para un maestro masón.
No debe él suplantar a ningún hombre
Que encargado esté de un trabajo.
El castigo por ello es muy duro,
No vale menos de diez libras,
A menos que sea hallado culpable
Aquel que primero tenía el trabajo.

Pues ningún hombre en masonería
Debe suplantar a otro impunemente,
Salvo si de tal manera ha construido
Que la obra se reduce a nada;
Puede entonces un masón pedir este trabajo,
Para no perjudicar al señor;
En tal caso, si ocurriera,
Ningún masón se opondría.
En verdad, quien ha comenzado las obras,
Si es un masón hábil y sólido,
Tiene la seguridad en su espíritu
De llevar la obra a buen fin.

ARTÍCULO UNDÉCIMO

El undécimo artículo, te lo digo yo,
Es a la vez justo y libre;
Pues enseña, con firmeza,
Que ningún masón debe trabajar de noche,
A menos de dedicarse al estudio,
Por el cual podrá mejorar.

ARTÍCULO DUODÉCIMO

El duodécimo artículo es de gran honradez
Pues todo masón, allá donde se encuentre,
No debe despreciar el trabajo de sus compañeros
Si quiere mantener su honor;
Con honestas palabras lo aprobará,
Gracias al espíritu que Dios le ha dado;
Pero mejorándolo con todo tu poder,
Sin ninguna duda entre los dos.

ARTÍCULO DECIMOTERCERO

El artículo trece, que Dios me ayude,
Es que si el maestro tiene un aprendiz,
Le enseñará de manera completa,
Para que muchas cosas pueda aprender
Y así mejor conozca el oficio,
Allí donde vaya bajo el sol.

ARTÍCULO DECIMOCUARTO

El artículo catorce, con buenas razones,
Muestra al maestro cómo actuar;
No debe tomar aprendiz
A menos de tener diversas tareas por cumplir,
Para que pueda, mientras duren,
Aprender mucho de él.

ARTÍCULO DECIMOQUINTO

El decimoquinto artículo es el último;
Pues para el maestro es un amigo;
Le enseña que hacia ningún hombre
Debe adoptar un falso comportamiento,
Ni seguir a sus compañeros en el error,
Por muchos bienes que pueda conseguir;
Ni permitir que hagan falsos juramentos,
Por cuidado de sus almas,
So pena de atraer la vergüenza al oficio,
Y sobre sí mismo una severa culpa.

DIVERSOS ESTATUTOS

En esta asamblea otros puntos fueron adoptados,
Por grandes señores, y también maestros,
Que el que quiera conocer este oficio y abrazarlo,
Debe amar a Dios y a la santa Iglesia siempre,
Y a su maestro también, por lo que es,
Allá donde vaya, por campos y bosques,
Y ama también a tus compañeros,
Pues es lo que tu oficio quiere que hagas.

PUNTO SEGUNDO

El segundo punto os voy a decir,
Que el masón trabaje el día laborable
Tan concienzudamente como pueda,
A fin de merecer su salario el día de descanso,
Pues quien verdaderamente ha hecho su trabajo
Merece tener su recompensa.

PUNTO TERCERO

El tercer punto debe ser severo
Con el aprendiz, sabedlo bien,
El consejo de su maestro debe guardar y ocultar,
Y el de sus compañeros, de buen talante;
De los secretos de la cámara a nadie hablará,
Ni de la logia, se haga lo que se haga;
Aunque creas que debes hacerlo,
A nadie digas dónde vas;
Las palabras de la sala, y también las del bosque,
Guárdalas bien, por tu honor,
De lo contrario sobre ti el castigo caerá,
Y al oficio grande vergüenza traerás.

PUNTO CUARTO

El cuarto punto nos enseña,
Que ningún hombre a su oficio será infiel;
Error alguno le entretendrá
Contra el oficio, pues a él renunciará,
Y ningún perjuicio causará
A su maestro, ni a su compañero;
Y aunque el aprendiz sea tratado con respeto,
Siempre está sometido a la misma ley.

PUNTO QUINTO

El quinto punto es, sin duda,
Que cuando el masón cobre su paga
Del maestro, que él atribuya,
Humildemente aceptada debe ser;
Sin embargo justo es que el maestro,
Antes del mediodía, le advierta formalmente
Si no tiene intención de emplearle,
Como antaño se acostumbraba hacer;
Contra esta orden no puede rebelarse,
Si reflexiona bien, es en su interés.

PUNTO SEXTO

El sexto punto debe ser bien conocido,
De todos, grandes y modestos,
Pues un tal caso puede ocurrir;
Que entre algunos masones, si no todos,
Por envidia u odio mortal,
Estalle una gran pelea.
Entonces debe el masón, si puede,
Convocar a ambas partes un día fijado;
Pero este día no harán las paces,
Antes de finalizar la jornada de trabajo;
Un día de permiso debéis encontrar
Para dar oportunidad a la reconciliación,
Por temor a que siendo un día laborable
La disputa les impida trabajar;
Haced de manera que acabe la riña,
Para que permanezcan en la ley de Dios.

PUNTO SÉPTIMO

El séptimo punto bien podría decir,
Como tan larga es la vida que el Señor nos da,
Y así claramente se reconoce,
Que no yacerás con la mujer de tu maestro,
Ni de tu compañero, de ninguna manera,
Bajo pena de incurrir en el desprecio del oficio;
Ni con la concubina de tu compañero,
Así como no querrías que lo hiciera con la tuya.
El castigo por ello, sábelo bien,
Es permanecer de aprendiz por siete años completos,
Quien falte a una de estas prescripciones
Debe ser entonces castigado;
Pues gran preocupación podrá nacer
De tan odioso pecado mortal.

PUNTO OCTAVO

El octavo punto es, seguro,
Que aunque algún cargo hayas recibido,
A tu maestro queda fielmente sometido,
Pues jamás lamentarás este punto;
Un fiel mediador debes ser
Entre tu maestro y tus compañeros libres;
Haz lealmente cuanto puedas
Hacia ambas partes, y ésta es buena justicia.

PUNTO NOVENO

El noveno punto se dirige a aquel
Que es el intendente de nuestra sala;
Si os encontráis juntos en la cámara
Servios uno al otro con calmada alegría;
Gentiles compañeros, debéis saberlo,
Cada uno ha de ser intendente por turnos,
Semana tras semana, sin ninguna duda,
Todos a su vez intendentes deben ser,
Para servirse unos a otros, amablemente,
Como si fueran hermano y hermana;
Nadie se permitirá los gastos de otro,
Ni se librará de ellos en su beneficio,
Pues cada hombre tendrá la misma libertad
En este cargo, como debe ser;
Mira de pagar siempre a todo hombre
A quien hayas comprado las vituallas,
A fin de que no te haga ninguna reclamación,
Ni a tus compañeros, en cualquier grado;
A todo hombre o mujer, sea quien sea,
Paga bien y honestamente, así lo queremos;
A tus compañeros darás cuenta exacta
Del buen pago que has hecho,
Por temor a meterles en un aprieto,
Y de exponerles a la vergüenza.
Siempre cuentas debes dar
De todos los bienes adquiridos,
De los gastos que hagas en bien de tus compañeros,
Del lugar, las circunstancias y el uso;
Estas cuentas debes dar
Cuando te lo pidan tus compañeros.

PUNTO DÉCIMO

El décimo punto muestra la buena vida,
Cómo vivir sin preocupaciones ni peleas;
Si el masón lleva una mala vida,
Y en su trabajo no es honrado,
Y busca malas excusas,
Injustamente podrán a sus compañeros difamar,
Y por tales infames calumnias
Atraer la vergüenza sobre el oficio.
Si así a éste deshonra,
No le debéis favor alguno,
Ni mantenerle en su mala vida,
Por miedo a caer en fracaso y conflicto;
Pero no le deis plazo alguno
Hasta no haberle citado
A comparecer dónde bien os parezca;
En el lugar acordado, de grado o por fuerza,
A la próxima asamblea le convocaréis,
Para comparecer ante sus compañeros;
Y si rechaza allí acudir,
Se le hará renunciar al oficio;
Castigado será según la ley
Que fue establecida en los tiempos antiguos.

PUNTO UNDÉCIMO

El undécimo punto es de buena discreción,
Como podréis comprender por buena razón;
Un masón que conoce bien su oficio,
Que a su compañero ve tallar una piedra,
Y que a punto está de romperla,
Ha de cogerla tan pronto pueda,
Y mostrarle cómo corregirla;
Para que la obra del señor no se estropee,
Muéstrale dulcemente cómo corregirla,
Con buenas palabras, que Dios te guarde;
Por el amor de quien mora en lo alto,
Con dulces palabras nutre su amistad.

PUNTO DUODÉCIMO

El duodécimo punto es de gran autoridad,
Allí donde la asamblea se celebrará,
Habrá maestros, y compañeros también,
Y otros muchos grandes señores;
Estará el juez de la comarca,
Y también el alcalde de la villa,
Y habrá caballeros y escuderos,
Y además magistrados, como veréis;
Todas las ordenanzas que allí se adopten
Se han acordado para ser respetadas;
Contra cualquier hombre, sea quien sea,
Que pertenezca al oficio bello y libre,
Si alguna querella hace contra ellas,
Detenido será y puesto a vigilar.

PUNTO DECIMOTERCERO

El decimotercer punto requiere de toda nuestra voluntad,
Él jurará no robar jamás,
Ni ayudar a quien trabaje en este mal oficio,
Por ninguna parte de su botín,
Saberlo debes, o pecarás,
Ni por su bien, ni por el de su familia.

PUNTO DECIMOCUARTO

El decimocuarto punto es ley excelente
Para aquel que bajo su temor esté;
Un buen y verdadero juramento debe prestar,
A su maestro y compañeros que aquí están;
También fiel debe ser, y constante,
A todas las ordenanzas, vaya donde vaya,
Y a su señor leal al rey,
Por encima de todo ha de ser fiel.
Sobre todos estos puntos
Debes tú prestar juramento;
Y el mismo prestarán todos
Los masones, por las buenas o por las malas,
Sobre todos estos puntos,
Así lo establece una excelente tradición.
Y de cada hombre averiguaran
Si los pone bien en práctica,
O si alguien es reconocido culpable
Sobre uno de estos puntos en particular;
Que se le busque, sea quien sea,
Y que sea llevado ante la asamblea.

PUNTO DECIMOQUINTO

El decimoquinto punto es excelente tradición,
Para aquellos que han prestado juramento
A esta ordenanza, llevada a la asamblea
De grandes señores y maestros, como se ha dicho;
Para los desobedientes, yo lo sé,
A la presente constitución,
Y a los artículos que han sido promulgados,
Por grandes señores y masones juntos,
Y siendo sus faltas probadas
Ante esta asamblea, con celeridad,
Y si no quieren corregirse,
Deberán entonces abandonar el oficio,
Y jurar jamás volver a ejercerlo.
Salvo si aceptan enmendarse,
Jamás tomarán parte en él;
Y si se negaran a ello,
El juez sin tardanza los detendrá,
Y en un calabozo profundo los encerrará,
A causa de su transgresión,
Y confiscará sus bienes y su ganado
En provecho del rey, en su totalidad,
Y tanto tiempo allí les dejará
Como plazca a nuestro amado rey.

EL ARTE DE LOS CUATRO CORONADOS

Oremos ahora al Dios Omnipotente,
Y a su radiante madre María,
A fin de que podamos seguir estos artículos
Y los puntos, todos juntos,
Como hicieron los cuatro santos mártires,
Que en este oficio tuvieron gran estima;
Fueron ellos tan buenos masones
Como pueda hallarse sobre la tierra,
Escultores e imagineros también eran,
Por ser de los obreros mejores,
Y en gran estima el emperador los tenía;
Deseó éste que hicieran una estatua
Que en su honor se venerara;
Tales monumentos en su tiempo poseía
Para desviar al pueblo de la ley de Cristo.

Pero ellos firmes permanecieron en la ley de Cristo,
Y sin compromisos en su oficio;
Amaban bien a Dios y a su enseñanza,
Y se habían volcado a su servicio para siempre.
En aquel tiempo fueron hombres de verdad,
Y rectamente vivieron en la ley de Dios;
Ídolos se negaron a erigir,
Y por muchos beneficios que pudieran reunir;
No tomaron a este ídolo por su Dios
Y rechazaron su construcción, pese a su cólera;
Por no renegar de su verdadera fe
Y creer en su falsa ley,
Sin demora el emperador los hizo detener,
Y en una profunda cárcel los encerró;
Más cruelmente les castigaba,
Más en la gracia de Dios se regocijaban.
Viendo entonces que nada podía
Les dejó ir a la muerte;
Quien lo desee, en el libro puede leer
De la leyenda de los santos,
Los nombres de los cuatro coronados.
Su fiesta es bien conocida por todos,
El octavo día tras Todos los Santos.

* * *
Escuchad lo que he leído,
Que muchos años después, con gran espanto,
El diluvio de Noé fue desencadenado,
La torre de Babilonia comenzó a erigirse,
La más grande obra de cal y piedra
Que jamás hombre alguno haya visto;
Tan alta y grande fue pensada
Que siete mil su altura sombra arrojaba;
El rey Nabucodonosor la hizo construir
Tan potente para la defensa de sus hombres,
Que si un tal diluvio ocurriera
La obra sumergir no pudiera;
Pero tan fiero orgullo tenían, y tanta jactancia,
Que todo el trabajo se perdió;
Un ángel les castigó sus lenguas dividiendo,
Y así nunca más uno al otro se comprendieron.

* * *
Muchos años más tarde, el buen clérigo Euclides
El oficio de geometría enseñó por el mundo,
Y en este tiempo hizo también
Diversos oficios en gran número.
Por la alta gracia del Cristo en el cielo
Las siete ciencias fundó;

Gramática es la primera, lo sé,
Dialéctica la segunda, me congratulo,
Retórica la tercera, que no se niegue,
Música la cuarta, os lo digo,
Astronomía es la quinta, por mis barbas,
Aritmética la sexta, sin duda alguna,
Geometría la séptima, y cierra la lista,
Pues es muy humilde y cortés.

En verdad, la Gramática es la raíz,
Todos la aprenden en el libro;
Pero el arte supera este nivel,
Como del árbol el fruto es mejor que la raíz;
La Retórica mide un lenguaje esmerado,
Y la Música es un suave canto;
La Astronomía da el nombre, querido hermano,
La Aritmética demuestra que una cosa es igual a otra,
La Geometría es la ciencia séptima,
Y distingue la verdad de la mentira, lo sé;
Quien de estas siete ciencias se sirva,
Bien puede ganar el cielo.

* * *
Ahora, mis queridos hijos, tened buen espíritu
Para apartar el orgullo y la codicia,
Y aplicaos a bien juzgar,
Y a bien conducíos, allá donde estéis.

Os pido ahora mucha atención,
Pues esto debéis saber,
Pero mucho mejor aún
Que como aquí está escrito.
Si para ello te falta inteligencia,
Pide a Dios que te la conceda;
Pues el mismo Cristo nos enseña
Que la santa iglesia es la casa de Dios,
Y no para otra cosa está hecha
Sino para orar, como la Escritura nos dice;
Es allí donde el pueblo debe congregarse
Para orar y llorar sus pecados.

Trata de no llegar tarde a la iglesia,
Por haber tenido en la puerta palabras libertinas;
Cuando a ella estés en camino
Ten en la mente en todo instante
Venerar a tu señor Dios día y noche,
Con todo tu espíritu, y toda tu fuerza.
Al llegar a la puerta de la iglesia
Tomarás un poco de agua bendita,
Pues cada gota que toques
Limpiará un pecado venial, sábelo cierto.

Pero antes debes descubrir tu cabeza,
Por el amor de aquel que murió en la cruz.
Cuando entres en la iglesia,
Eleva hacia Cristo tu corazón;
Alza entonces los ojos a la cruz,
Y arrodíllate sobre las dos rodillas;
Ora entonces para que Él te ayude a obrar
Según la ley de la santa iglesia,
Y a guardar los diez mandamientos
Que Dios a todos los hombres legó.

Y ruégale con voz dulce
Que te libre de los siete pecados,
A fin de que en esta vida puedas
Mantenerte lejos de preocupaciones y querellas;
Y que te dé además la gracia
Para un lugar encontrar en la beatitud del cielo.

En la santa iglesia abandona las palabras frívolas
Del lenguaje lascivo, y las bromas obscenas,
Y deja de lado toda vanidad,
Y di tu Padre Nuestro y tu Ave;
Vigila de no hacer ruido,
Mas estate siempre en oración;
Pero si no quieres rezar,
No molestes al prójimo de ninguna manera.
En este lugar no estés ni de pie ni sentado,
Sino en el suelo bien arrodillado,
Y cuando yo lea el Evangelio,
Álzate, sin apoyarte en los muros,
Y persignate si sabes hacerlo
Cuando se entone el gloria tibi;
Y cuando acabe la lectura,
De nuevo puedes arrodillarte,
Y caer sobre tus dos rodillas,
Por amor a quien a todos nos ha redimido;

Y cuando oigas sonar la campana
Que anuncia el santo sacramento,
Debéis arrodillaos, jóvenes y viejos,
Y elevar las manos al cielo,
Para entonces decir en esta actitud,
En voz baja y sin hacer ruido:
"Señor Jesús, sé bienvenido,
En forma de pan, como te veo,
Ahora Jesús, por tu santo nombre,
Protégeme del pecado y de la culpa;
Dame la absolución y la comunión,
Antes de que me vaya de aquí,
Y sincero me arrepiento de mis pecados,
A fin, Señor, de que jamás muera en este estado;
Y tú, que de una virgen has nacido,
No sufras porque me haya perdido;
Mas cuando de este mundo haya partido,
Otórgame la beatitud sin fin;
¡Amén! ¡Amén! ¡Así sea!
Y ahora, dulce dama, orad por mí".

He aquí lo que has de decir, o algo parecido,
Cuando te arrodilles ante el sacramento.
Si buscas tu bien, no ahorres nada
Para venerar a quien todo lo ha creado;
Pues para un hombre es un día de alegría,
Que una vez ese día pueda verle;
Es algo tan precioso, en verdad,
Que nadie puede ponerle precio,
Pues tanto bien hace esta visión.

Como dijo san Agustín muy justamente,
El día en que veas el cuerpo de Dios,
Poseerás estas cosas, con toda seguridad:

Nada ese día te faltará;
Los juramentos y vanas palabras,
Dios también te perdonará;
La muerte sufrida ese mismo día
En absoluto la has de temer;
Y tampoco ese día, te lo prometo,
Perderás la vista;

Y cada paso que entonces des,
Para ver esta santa visión,
Será contado a tu favor,
Cuando de ello tengas necesidad;
Este mensajero que es el ángel Gabriel
Exactamente los conservará.
Tras esto, ahora puedo pasar
A hablar de otros beneficios de la misa;
Ven entonces a la iglesia, si puedes,
Y oye misa cada día;

Si no puedes acudir a la iglesia,
Allí donde estás trabajando,
Cuando oigas sonar la misa,
Ora a Dios en el silencio de tu corazón,
Para que te dé parte en este servicio
Que en la iglesia se celebra.

* * *
Quiero además enseñarte,
Y a tus compañeros, oid esto,
Cuando ante un señor te presentes,
En una casa, en el bosque o en la mesa,
La capucha o el gorro debes quitarte,
Antes de estar frente a él;
Dos o tres veces, sin duda,
Ante el señor debes inclinarte;
Doblarás también la rodilla,
Y tendrás así salvo tu honor.

No te pongas el gorro o la capucha
Hasta que te dé permiso.
Todo el tiempo que hables con él
El mentón alto con franqueza y amabilidad mantén;
Así, como el libro te enseña,
Mírale a la cara con gentileza.
Tus pies y manos ten tranquilos,
Sin rascarte, ni tropezar, sé hábil;
Evita también escupir y sonarte la nariz,
Espera a estar solo para ello,
Y si quieres ser sabio y discreto,
Gran necesidad tienes de gobernarte.

Cuando entres en la sala,
Entre personas bien nacidas, buenos y corteses,
No presumas de nada,
Ni de nacimiento, ni de tu saber,
Ni te sientes ni te apoyes,
Es el signo de una buena y apropiada educación.
No te dejes llevar en tu conducta,
En verdad la buena educación salvará la situación.
Padre y madre, sean quienes sean,
Digno es el hijo que actúa dignamente,
En la sala, en la cámara, donde te encuentres;
Las buenas maneras hacen al hombre.

Presta atención al rango de tu prójimo,
Para dirigirle la reverencia que conviene;
Evita saludar a todos a la vez,
Excepto si les conoces.
Cuando a la mesa sentado estés,
Come con gracia y decoro;
Vigila que tus manos estén limpias,
Y que tu cuchillo sea cortante y afilado,
Y no cortes más pan para la vianda
Que aquel que puedas comer;
Si así actúas junto a un hombre de rango superior,
Bien entonces harás.

Déjale que se sirva primero la comida,
Antes de tocarla tú.
No cojas el mejor trozo,
Aunque él te lo indique;
Mantén las manos limpias y decentes,
Para no tener que usar la servilleta;
No la uses para sonarte las narices,
Ni te limpies los dientes en la mesa;
Ni mojes mucho los labios en la copa,
Aunque tengas mucha sed;
Esto te haría lagrimear,
Lo cual no es demasiado cortés.

Mira de no tener la boca llena
Cuando vayas a hablar o a beber;
Si ves que alguien bebe
Escuchando tus palabras,
Interrumpe pronto tu historia,
Para que beba el vino o la cerveza.
Vigila además de no ofender a nadie,
Por achispado que esté;
Y de ninguno murmures
Si quieres salvar tu honor;
Pues lanzar tales palabras
En molesta situación te pondrían.

Retén tu mano en el puño
Para evitar decir: "si lo hubiera sabido",
En un salón entre bellas damas,
Ata tu lengua y sé todo ojos;
No rompas en carcajadas,
Ni armes jaleo como un bellaco.
No bromees si no es con tus semejantes,
Y no cuentes a todos lo que has oído;
Ni te vanaglories de tus actos,
En broma o por interés;
Con bellos discursos puedes realizar tus deseos,
Pero también los puedes echar a perder.

Cuando te encuentres a un hombre de valor,
No debes llevar gorro o capuchón;
En la iglesia, el mercado o el pórtico,
Salúdale según su rango.
Si andas con alguien de un rango
Superior al tuyo,
Ves por detrás de él,
Pues esto es de buena educación y sin falta;

Cuando él hable, estate tranquilo,
Cuando acabe, di lo que quieras,
En tus palabras sé discreto,
Y a lo que diga presta atención;
Pero no interrumpas su historia,
Aunque sea debida al vino, o a la cerveza.
Que Cristo entonces, por su gracia celestial,
Os conceda el espíritu y el tiempo,
Para comprender y leer este libro,
A fin de obtener en recompensa el cielo.

¡Amén! ¡Amén! ¡Así sea!
Digamos todos, por caridad

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

VERSIÓN ORIGINAL EN INGLÉS:

HIC INCIPIUNT CONSTITUCIONES ARTIS GEMETRIAE SECUNDUM EUCLYDEM

Whose wol bothe wel rede and loke,
He may fynde wryte yn olde boke
Of grete lordys and eke ladyysse,
That had mony chyldryn y-fere, y-wisse;
And hade no rentys to fynde hem wyth,
Nowther yn towne, ny felde, ny fryth:
A cownsel togeder they cowthe hem take;

To ordeyne for these chyldryn sake,
How they myzth best lede here lyfe
Withoute fret desese, care and stryge;
And most for the multytude that was comynge

Of here chyldryn after here zyndynge.
(They) sende thenne after grete clerkys,
To techyn hem thenne gode werkys;

And pray we hem, for our Lordys sake,
To oure chyldryn sum werke to make,
That they myzth gete here lyvnge therby,
Bothe wel and onestlyche, ful sycurly.
Yn that tyme, throzgh good gemetry,
Thys onest craft of good masonry
Wes ordeynt and made yn thys manere,
Y-cownterfetyd of thys clerkys y-fere;
At these lordys prayers they cownter-
fetyd gemetry,

And zaf hyt the name of masonry,
For the moste oneste craft of alle.
These lordys chyldryn therto dede falle,
To lurne of hym the craft of gemetry,
The wheche he made ful curysly;

Throzgh fadrys prayers and modrys also,
Thys onest craft he putte hem to.
He that lerned best, and were of oneste,
And passud hys felows yn curyste;
Zef yn that craft he dede hym passe,
He schulde have more worschepe then the lasse.
Thys frete clerkys name was clept Euclyde,
Hys name hyt spradde ful wondur wyde.
Zet thys grete clerke more ordeynt he
To hym that was herre yn thys degre,
That he schulde teche the synplyst of (wytte)
Yn that onest craft to be parfytte;
And so uchon schulle techyn othur,
And love togeder as syster and brothur.

Forthermore zet that ordeynt he,
Mayster y-called so schulde he be;
So that he were most y-worschepede,
Thenne sculde he be so y-clepede:
But mason schulde never won other calle,
Withynne the craft amongus hem alle,
Ny soget, ny servant, my dere brother,
Thazht he be not so perfyt as ys another;
Uchon sculle calle other felows by cuthe,
For cause they come of ladyes burthe.

On thys maner, throz good wytte of gemetry,
Bygan furst the craft of masonry:
The clerk Euclyde on thys wyse hyt fonde,
Thys craft of gemetry yn Egypte londe.
Yn Egypte he tawzhte hyt ful wyde,
Yn dyvers londe on every syde;
Mony erys afterwarde, y understonde,
Zer that the craft com ynto thys londe.

* * *
Thys craft com ynto Englond, as y zow say,
Yn tyme of good kynge Adelstonus day;
He made tho bothe halle and eke bowre,
And hye templus of gret honowre,
To sportyn hym yn bothe day and nyzth,
Thys goode lorde loved thys craft ful wel,
And purposud to strenthyn hyt every del,
For dyvers defawtys that yn the craft he fonde;

He sende about ynto the londe
After alle the masonus of the crafte,
To come to hym ful evene strazfte,
For to amende these defautys alle
By good consel, zef hyt mytzth falle.
A semble thenne he cowthe let make
Of dyvers lordis, yn here state,
Dukys, erlys, and barnes also,
Kynzthys, sqwyers, and mony mo,
And the grete burges of that syte,
They were ther alle yn here degre;
These were ther uchon algate,
To ordeyne for these masonus astate.
Ther they sowzton by here wytte,
How they myzthyn governe hytte:

Fyftene artyculus they ther sowzton
And fyftene poyntys they wrozton.

HIC INCIPIT ARTICULUS PRIMUS

The furste artycul of thys gemetry:
The mayster mason moste be ful securly
bothe stedefast, trusty, and trwe,
Hyt schal hum never thenne arewe:
And pay thy felows after the coste,
As vytaylys goth thenne, wel thou woste;
And pay them trwly, apon thy fay,
What that they mowe serve fore;
And spare, nowther for love ny drede,
Of nowther partys to take no mede;
Of lord ny felow, whether he be,
Of hem thou take no maner of fe;
And as a jugge stonde upryzth,
And thenne thou dost to bothe good ryzth;
And trwly do thys whersever thou gost,
Thy worschep, thy profyt, hyt shcal be most.

ARTICULUS SECUNDUS

The secunde artycul of good masonry,
As ze mowe hyt here hyr specyaly,
That every mayster, that ys a mason,
Most ben at the generale congregacyon,
So that he hyt resonably z-tolde
Where that the semble schal be holde;

And to that semble he most nede gon,
But he have a resenabul skwsacyon,
Or but he be unbuxom to that craft,
Or with falssehed ys over-raft,
Or ellus sekenes hath hym so stronge,
That he may not com hem amonge;
That ys a skwsacyon, good and abulle,
To that semble withoute fabulle.

ARTICULUS TERCIUS

The thrydde artycul for sothe hyt uysse,
That the mayster take to no prentysse,
but he have good seuerans to dwelle
Seven zer with hym, as y zow telle,
Hys craft to lurne, that ys profytable;
Withynne lasse he may not be able
To lordys profyt, ny to his owne,
As ze mowe knowe by good resowne.

ARTICULUS QUARTUS

The fowrhe artycul thys moste be
That the mayster hym wel be-se,
That he no bondemon prentys make,
Ny for no covetyse do hym take;
For the lord that he ys bonde to,
May fache the prentes whersever he go.
Zef yn the logge he were y-take,
Muche desese hyt myzth ther make,
And suche case hyt myzth befalle,
That hyt myzth greve summe or alle.

For alle the masonus tht ben there
Wol stonde togedur hol y-fere
Zef suche won yn that craft schulde swelle,
Of dyvers desesys ze myzth telle:
For more zese thenne, and of honeste,
Take a prentes of herre degre.
By olde tyme wryten y fynde
That the prenes schulde be of gentyl kynde;
And so symtyme grete lordys blod
Toke thys gemetry, that ys ful good.

ARTICULUS QUINTUS

The fyfthe artycul ys swythe good,
So that the prentes be of lawful blod;
The mayster schal not, for no vantage,
Make no prentes that ys outrage;
Hyt ys to mene, as ze mowe here,
That he have hys lymes hole alle y-fere;
To the craft hyt were gret schame,
To make an halt mon and a lame,
For an unperfyt mon of suche blod
Schulde do the craft but lytul good.
Thus ze mowe knowe everychon,
The craft wolde have a myzhty mon;
A maymed mon he hath no myzht,
Ze mowe hyt knowe long zer nyzht.

ARTICULUS SEXTUS

The syzte artycul ze mowe not mysse,
That the mayster do the lord no pregedysse,
To take of the lord, for hyse prentyse,
Also muche as hys felows don, yn alle vyse.
For yn that craft they ben ful perfyt,
So ys not he, ze mowe sen hyt.
Also hyt were azeynus good reson,
To take hys, hure as hys felows don.
Thys same artycul, yn thys casse,
Juggythe the prentes to take lasse
Thenne hys felows, that ben ful perfyt.
Yn dyvers maters, conne qwyte hyt,
The mayster may his prentes so enforme,
That hys hure may crese ful zurne,
And, zer hys terme come to an ende,
Hys hure may ful wel amende.

ARTICULUS SEPTIMUS

The seventhe artycul that ys now here,
Ful wel wol telle zow, alle y-fere,
That no mayster, for favour ny drede,
Schal no thef nowther clothe ny fede.
Theves he schal herberon never won,
Ny hym that hath y-quellude a mon,
Wy thylike that hath a febul name,
Lest hyt wolde turne the craft to schame.

ARTICULUS OCTAVUS

The eghte artycul schewt zow so,
That the mayster may hyt wel do,
Zef that he have any mon of crafte,
And be not also perfyt as he auzte,
He may hym change sone anon,
And take for hym a perfytur mon.
Suche a mon, throze rechelaschepe,
Myzth do the craft schert worschepe.

ARTICULUS NONUS

The nynthe artycul schewet ful welle,
That the mayster be both wyse and felle;
That no werke he undurtake,
But he conne bothe hyt ende and make;
And that hyt be to the lordes profyt also,
And to hys craft, whersever he go;
And that the grond be wel y-take,
That hyt nowther fle ny grake.

ARTICULUS DECIMUS

The then the artycul ys for to knowe,
Amonge the craft, to hye and lowe,
There schal no mayster supplante other,
But be togeder as systur and brother,
Yn thys curyus craft, alle and som,
That longuth to a maystur mason.
Ny he schal not supplante non other mon,
That hath y-take a werke hym uppon,
Yn peyne therof that ys so stronge,
That peyseth no lasse thenne ten ponge,
But zef that he be gulty y-fonde,
That toke furst the werke on honde;

For no mon yn masonry
Schal no supplante othur securly,
But zef that hyt be so y-wrozth,
That hyt turne the werke to nozth;
Thenne may a mason that werk crave,
To the lordes profzt hyt for to save;
Yn suche a case but hyt do falle,
Ther schal no mason medul withalle.
Forsothe he that begynnth the gronde,
And he be a mason goode and sonde,
For hath hyt sycurly yn hys mynde
To brynge the werke to ful good ende.

ARTICULUS UNDECIMUS

The eleventhe artycul y telle the,
That he ys bothe fayr and fre;
For he techyt, by hys myzth,
That no mason schulde worche be nyzth,
But zef hyt be yn practesynge of wytte,
Zef that y cowthe amende hytte.

ARTICULUS DUODECIMUS

The twelfthe artycul ys of hye honeste
To zevery mason, whersever he be;
He schal not hys felows werk deprave,
Zef that he wol hys honeste save;
With honest wordes he hyt comende,
By the wytte that God the dede sende;
Buy hyt amende by al that thou may,
Bytwynne zow bothe withoute nay.

ARTICULUS XIIIJUS

The threttene artycul, so God me save,
Ys, zef that the mayster a prentes have,
Enterlyche thenne that he hym teche,
And meserable poyntes that he hym reche,
That he the craft abelyche may conne,
Whersever he go undur the sonne.

ARTICULUS XIIIIJUS

The fowrtene artycul, by food reson,
Schewete the mayster how he schal don;
He schal no prentes to hym take,
Byt dyvers crys he have to make,
That he may, withynne hys terme,
Of hym dyvers poyntes may lurne.

ARTICULUS QUINDECIMUS

The fyftene artcul maketh an ende,
For to the maysterhe ys a frende;
To lere hym so, that for no mon,
No fals mantenans he take hym apon,
Ny maynteine hys felows yn here synne,
For no good that he myzth wynne;
Ny no fals sware sofre hem to make,
For drede of here sowles sake;
Lest hyt wolde turne the craft to schame,
And hymself to mechul blame.

PLURES CONSTITUCIONES

At thys semble were poyntes y-ordeynt mo,
Of grete lordys and maystrys also,
That whose wol conne thys craft and com to astate,
He most love wel God, and holy churche algate,
And hys mayster also, that he ys wythe,
Whersever he go, yn fylde or frythe;
And thy felows thou love also,
For that they craft wol that thou do.

SECUNDUS PUNCTUS

The secunde poynt, as y zow say,
That the mason worche apon the werk day,
Also trwly, as he con or may,
To deserve hys huyre for the halyday,
And trwly to labrun on hys dede,
Wel deserve to have hys mede.

TERCIUS PUNCTUS

The thrydde poynt most be severele,
With the prentes knowe hyt wele,
Hys mayster conwsel he kepe and close,
And hys felows by hys goode purpose;
The prevetyse of the chamber telle he no man,
Ny yn the logge whatsever they done;
Whatsever thou heryst, or syste hem do,
Tells hyt no mon, whersever thou go;
The conwesel of halls, and zeke of bowre,
Kepe hyt wel to gret honowre,
Lest hyt wolde torne thyself to blame,
And brynge the craft ynto gret schame.

QUARTUS PUNCTUS

The fowrthe poynt techyth us alse,
That no mon to hys craft be false;
Errour he schal maynteine none
Azeynus the craft, but let hyt gone;
Ny no pregedysse he schal not do
To hys mayster, ny hys felows also;
And thatzth the prentes be under awe,
Zet he wolde have the same lawe.

QUINTUS PUNCTUS

The fyfthe poynte ys, withoute nay,
That whenne the mason taketh hys pay
Of the mayster, y-ordent to hym,
Ful mekely y-take so most hyt byn;
Zet most the mayster, by good resone,
Warne hem lawfully byfore none,
Zef he nulle okepye hem no more,
As he hath y-done ther byfore;
Azeynus thys ordyr he may not stryve,
Zef he thenke wel for to thryve.

SEXTUS PUNCTUS

The syxte poynt ys ful zef to knowe,
Bothe to hye and eke to lowe,
For such case hyt myzth befalle,
Am nge the masonus, summe or alle,
Throwghe envye, or dedly hate,
Ofte aryseth ful gret debate.
Thenne owyth the mason, zef that he may,
Putte hem bothe under a day;
But loveday zet schul they make none;
Tyl that the werke day be clene a-gone;
Apon the holyday ze mowe wel take
Leyser y-nowzgth loveday to make,
Lest that hyt wolde the werke day
Latte here werke for suche afray;
To suche ende thenne that hem drawe,
That they stonde wel yn Goddes lawe.

SEPTIMUS PUNCTUS

The seventhe poynt he may wel mene,
Of wel longe lyf that God us lene,
As hyt dyscryeth wel opunly,
Thou schal not by thy maysters wyf ly,
Ny by the felows, yn no maner wyse,
Lest the craft wolde the despyse;
Ny by the felows concubyne,
No more thou woldest he dede by thyne.
The peyne thereof let hyt be ser,
That he prentes ful seven zer,
Zef he forfete yn eny of hem,
So y-chasted thenne most he ben;
Ful mekele care myzth ther begynne,
For suche a fowle dedely synne.

OCTAVUS PUNCTUS

The eghte poynt, he may be sure,
Zef thou hast y-taken any cure,
Under thy mayster thou be trwe,
For that pynt thou schalt never arewe;
Atrwe medyater thou most nede be
To thy mayster, and thy felows fre;
Do trwly al....that thou myzth,
To both partyes, and that ys good ryzth.

NONUS PUNCTUS

The nynthe poynt we schul hym calle,
That he be stwarde of oure halle,
Zef that ze ben yn chambur y-fere,
Uchon serve other, with mylde chere;
Jentul felows, ze moste hyt knowe,
For to be stwardus alle o rowe,
Weke after weke withoute dowte,
Stwardus to ben so alle abowte,
Lovelyche to serven uchon othur,
As thawgh they were syster and brother;
Ther schal never won on other costage
Fre hymself to no vantage,
But every mon schal be lyche fre
Yn that costage, so moste hyt be;
Loke that thou pay wele every mon algate,
That thou hsat y-bowzht any vytayles ate,
That no cravynge be y-mad to the,
Ny to thy felows, yn no degre,
To mon or to wommon, whether he be,
Pay hem wel and trwly, for that wol we;
Therof on thy felow trwe record thou take,
For that good pay as thou dost make,
Lest hyt wolde thy felowe schame,
Any brynge thyself ynto gret blame.
Zet good acowntes he most make
Of suche godes as he hath y-take,
Of thy felows goodes that thou hast spende,
Wher, and how, and to what ende;
Suche acowntes thou most come to,
Whenne thy felows wollen that thou do.

DECIMUS PUNCTUS

The tenthe poynt presentyeth wel god lyf,
To lyven withoute care and stryf;
For and the mason lyve amysse,
And yn hys werk be false, y-wysse,
And thorwz suche a false skewysasyon
May sclawndren hys felows oute reson,
Throwz false sclawnder of suche fame
May make the craft kachone blame.
Zef he do the craft suche vylany,
Do hym no favour thenne securly.
Ny maynteine not hym yn wyked lyf,
Lest hyt wolde turne to care and stryf;
But zet hym ze schul not delayme,
But that ze schullen hym constrayne,
For to apere whersevor ze wylle,
Whar that ze wolen, lowde, or stylle;
To the nexte semble ze schul hym calle,
To apere byfore hys felows alle,
And but zef he wyl byfore hem pere,
The crafte he moste nede forswere;
He schal thenne be chasted after the lawe
That was y-fownded by olde dawe.

PUNCTUS UNDECIMUS

The eleventhe poynt ys of good dyscrecyoun,
As ze mowe knowe by good resoun;
A mason, and he thys craft wel con,
That syzth hys felow hewen on a ston,
Amende hyt sone,
zef that thou con,
And teche hym thenne hyt to amende,
That the lordys werke be not y-schende,
And teche hym esely hyt to amende,
With fayre wordes, that God the hath lende;
For hys sake that sytte above,
With swete wordes noresche hym love.

PUNCTUS DUODECIMUS

The twelthe poynt of gret ryolte,
Ther as the semble y-hole schal be,
Ther schul be maystrys and felows also,
And other grete lordes mony mo;
There schal be the scheref of that contre,
And also the meyr of that syte,
Knyztes and ther schul be,
And other aldermen, as ze schul se;
Suche ordynance as they maken there,
They schul maynte hyt hol y-fere
Azeynus that mon, whatsever he be,
That longuth to the craft bothe fayr and free.
Zef he any stryf azeynus hem make,
Ynto here warde he schal be take.

XIIIJUS PUNCTUS

The threnteth poynt ys to us ful luf.
He schal swere never to be no thef,
Ny soker hym yn hys fals craft,
For no good that he hath byraft,
And thou mowe hyt knowe or syn,
Nowther for hys good, ny for hys kyn.

XIIIIJUS PUNCTUS

The fowrtethe poynt ys ful good lawe
To hym that wold ben under awe;
A good trwe othe he most ther swere
To hys mayster and hys felows that ben there;
He most be stedefast and trwe also
To alle thys ordynance, whersever he go,
And to hys lyge lord the kynge,
To be trwe to hym, over alle thynge.
And alle these poyntes hyr before
To hem thou most nede by y-swore,
And alle schul swere the same ogth
Of the masonus, be they luf, ben they loght,
To alle these poyntes hyr byfore,
That hath ben ordeynt by ful good lore.
And they schul enquere every mon
On his party, as wyl as he con,
Zef any mon mowe be y-fownde gulty
Yn any of these poyntes spesyaly;
And whad he be, let hym be sowzht,
And to the semble let hym be browzht.

QUINDECIMUS PUNCTUS

The fifethe poynt ys of ful good lore,
For hem that schul ben ther y-swore,
Suche ordyance at the semble wes layd
Of grete lordes and maystres byforesayd;
For thelke that be unbuxom, y-wysse,
Azeynus the ordynance that ther ysse
Of these artyculus, that were y-meved there,
Of grete lordes and masonus al y-fere.
And zef they ben y-preved opunly
Byfore that semble, by an by,
And for here gultes no mendys wol make,
Thenne most they nede the craft they schul refuse,
And swere hyt never more for to use.
But zef that they wol mendys make,
Azayn to the craft they schul never take;
And zef that they nul not do so,
The scheref schal come hem sone to,
And putte here dodyes yn duppe prison,
For the trespasse that they hav y-don,
And take here goodes and here cattelle
Ynto the kynges hond, everyt delle,
And lete hem dwelle ther full stylle,
Tyl hyt be oure lege kynges wylle.

ARS QUATUOR CORONATORUM

Pray we now to God almyzht,
And to hys moder Mary bryzht,
That we mowe keepe these artyculus here,
And these poynts wel al y-fere,
As dede these holy martyres fowre,
That yn thys craft were of gret honoure;
They were as gode masonus
as on erthe schul go,
Gravers and ymage-makers they were also.
For they were werkemen of the beste,
The emperour hade to hem gret luste;
He wylned of hem a ymage to make,
That mowzh be worscheped for his sake;
Susch mawmetys he hade yn hys dawe,
To turne the pepul from Crystus lawe.

But they were stedefast yn Crystes lay,
And to here craft, withouten nay;
They loved wel God and alle hys lore,
And weren yn hys serves ever more.
Trwe men they were yn that dawe,
And lyved wel y Goddus lawe;
They thozght no mawmetys for to make,
For no good that they myzth take,
To levyn on that mawmetys for here God,
They nolde do so thawz he were wod;
For they nolde not forsake here trw fay,
An beyleve on hys falsse lay.
The emperour let take hem sone anone,
And putte hem ynto a dep presone;
The sarre he penest hem yn that plase,
The more yoye wes to hem of Cristus grace.
Thenne when he sye no nother won,
To dethe he lette hem thenne gon;
By the bok he may kyt schowe,
In the legent of scanctorum,
The name of quatour coronatorum.
Here fest wol be, withoute nay,
After Alle Halwen the eyght day.

* * *
Ze mow here as y do rede,
That mony zeres after, for gret drede
That Noees flod wes alle y-ronne,
The tower of Babyloyne was begonne,
Also playne werke of lyme and ston,
As any mon schulde loke uppon;
So long and brod hyt was begonne,
Seven myle the hezghte schadweth the sonne.
King Nabogodonosor let hyt make,
To gret strenthe for monus sake,
Thazgh suche a flod azayne schulde come,
Over the werke hyt schulde not nome;
For they hadde so hy pride, with stronge bost,
Alle that werke therfore was y-lost;
An angele smot hem so with dyveres speche,
That never won wyste what other schuld reche.

* * *
Tazghte the craft of gemetre wonder wyde,
So he ded that tyme other also,
Of dyvers craftes mony mo.
Throzgh hye grace of Crist yn heven,
He commensed yn the syens seven;

Gramatica ys the furste syens y-wysse,
Dialetica the secunde, so have y blysse,
Rethorica the thrydde, withoute nay,
Musica ys the fowrth, as y zow say,
Astromia ys the V, by my snowte,
Arsmetica the VI, withoute dowte
Gemetria the seventhe maketh an ende,
For he ys bothe make and hende,

Gramer forsothe ys the rote,
Whose wyl lurne on the boke;
But art passeth yn hys degre,
As the fryte doth the rote of the tre;
Rethoryk metryth with orne speche amonge,
And musyke hyt ys a swete song;
Astronomy nombreth, my dere brother,
Arsmetyk scheweth won thyng that ys another,
Gemetre the seventh syens hyt ysse,
That con deperte falshed from trewthe y-wys.
These bene the syens seven,
Whose useth hem wel, he may han heven.

* * *
Now dere chyldren, by zowre wytte,
Pride and covetyse that ze leven, hytte,
And taketh hede to goode dyscrecyon,
And to good norter, whersever ze com.

Now y pray zow take good hede,
For thys ze most kenne nede,
But much more ze moste wyten,
Thenne ze fynden hyr y-wryten.
Zef the fayle therto wytte,
Pray to God to send the hytte;
For Crist hymself, he techet ous
That holy churche ys Goddes hous,
That ys y-mad for nothynge ellus
but for to pray yn, as the bok tellus;
Ther the pepul schal gedur ynne,
To pray and wepe for here synne.

Loke thou come not to churche late,
For to speke harlotrey by the gate;
Thenne to churche when thou dost fare,
Have yn thy mynde ever mare
To worschepe thy lord God bothe day and nyzth,
With all thy wyttes, and eke thy myzth.
To the churche dore when tou dost come,
Of that holy water ther sum thow nome,
For every drope thou felust ther
Qwenchet a venyal synne, be thou ser.

But furst thou most do down thy hode,
For hyse love that dyed on the rode.
Into the churche when thou dost gon,
Pulle uppe thy herte to Crist, anon;
Uppon the rode thou loke uppe then,
And knele down fayre on bothe thy knen;
Then pray to hym so hyr to worche,
After the lawe of holy churche,
For to kepe the comandementes ten,
That God zaf to alle men;

And pray to hym with mylde steven
To kepe the from the synnes seven,
That thou hyr mowe, yn thy lyve,
Kepe the wel from care and stryve,
Forthermore he grante the grace,
In heven blysse to hav a place.

In holy churche lef nyse wordes
Of lewed speche, and fowle bordes,
And putte away alle vanyte,
And say thy pater noster and thyn ave;
Loke also thou make no bere,
But ay to be yn thy prayere;
Zef thou wolt not thyselve pray,
Latte non other mon by no way.
In that place nowther sytte ny stonde,
But knele fayre down on the gronde,
And, when the Gospel me rede schal,
Fayre thou stonde up fro the wal,
And blesse the fayre, zef that thou conne,
When gloria tibi is begonne;
And when the gospel ys y-done,
Azayn thou myzth knele adown;
On bothe thy knen down thou falle,
For hyse love that bowzht us alle;

And when thou herest the belle rynge
To that holy sakerynge,
Knele ze most, bothe zynge and olde,
And bothe zor hondes fayr upholde,
And say thenne yn thys manere,
Fayr and softe, withoute bere;
"Jhesu Lord, welcom thou be,
Yn forme of bred, as y the se.
Now Jhesu, for thyn holy name,
Schulde me from synne and schame,
Schryff and hosel thou grant me bo,
Zer that y schal hennus go,
And vey contrycyon of my synne,
Tath y never, Lord, dye therynne;
And, as thou were of a mayde y-bore,
Sofre me never to be y-lore;
But when y schal hennus wende,
Grante me the blysse withoute ende;
Amen! amen! so mot hyt be!
Now, swete lady, pray for me."

Thus thou myzht say, or sum other thynge,
When thou knelust at the sakerynge.
For covetyse after good, spare thou nought
To worschepe hym that alle hath wrought;
For glad may a mon that day ben,
That onus yn the day may hym sen;
Hyt ys so muche worthe, withoute nay,
The vertu therof no mon telle may;
But so meche good doth that syht,

As seynt Austyn telluth ful ryht,
That day thou syst Goddus body,
Thou schalt have these, ful securly;-
Mete and drynke at thy nede,
Non that day schal the gnede;
Ydul othes, an wordes bo,8/b>
God forzeveth the also;
Soden deth, that ylke day,
The dar not drede by no way;
Also that day, y the plyht,
Thou schalt not lese thy eye syht;

And uche fote that thou gost then,
That holy syht for to sen,
They schul be told to stonde yn stede,
When thou hast therto gret nede;
That messongere, the angele Gabryelle,
Wol kepe hem to the ful welle.
From thys mater now y may passe,
To telle mo medys of the masse:
To churche come zet, zef thou may,
And here thy masse uche day;

Zef thou mowe not come to churche,
Wher that ever thou doste worche,
When thou herest to masse knylle,
Pray to God with herte stylle,
To zeve the part of that servyse,
That yn churche ther don yse.

* * *
Forthermore zet, y wol zow preche
To zowre felows, hyt for to teche,
When thou comest byfore a lorde,
Yn halle, yn bowre, or at the borde,
Hod or cappe that thou of do,
Zer thou come hym allynge to;
Twyes or thryes, without dowte,
To that lord thou moste lowte;
With thy ryzth kne let hyt be do,
Thynowne worschepe tou save so.

Holde of thy cappe, and hod also,
Tyl thou have leve hyt on to do.
Al the whyle thou spekest with hym,
Fayre and lovelyche bere up thy chyn;
So, after the norter of the boke,
Yn hys face lovely thou loke.
Fot and hond, thou kepe ful stylle
From clawynge and trypynge, ys sckylle;
From spyttynge and snyftynge kepe the also,
By privy avoydans let hyt go.
And zef that thou be wyse and felle,
Thou hast gret nede to governe the welle.

Ynto the halle when thou dost wende,
Amonges the genteles, good and hende,
Presume not to hye for nothynge,
For thyn hye blod, ny thy connynge,
Nowther to sytte, ny to lene,
That ys norther good and clene.
Let not thy cowntenans therfore abate,
Forsothe, good norter wol save thy state.
Fader and moder, whatsever they be,
Wel ys the chyld that wel may the,
Yn halle, yn chamber, wher thou dost gon;
Gode maners maken a mon.

To the nexte degre loke wysly,
To do hem reverans by and by;
Do hem zet no reverans al o-rowe,
But zef that thou do hem know.
To the mete when thou art y-sette,
Fayre and onestelyche thou ete hytte;
Fyrst loke that thyn honden be clene,
And that thy knyf be scharpe and kene;
And kette thy bed al at thy mete,
Ryzth as hyt may be ther y-ete.
Zef thou sytte by a worththyur mon.
Then thy selven thou art won,

Sofre hym fyrst to toyche the mete,
Zer thyself to hyt reche.
To the fayrest mossel thou myzht not strike,
Thaght that thou do hyt wel lyke;
Kepe thyn hondes, fayr and wel,
From fowle smogynge of thy towel;
Theron thou schalt not thy nese snyte,
Ny at the mete thy tothe thou pyke;
To depe yn the coppe thou myzght not synke,
Thagh thou have good wyl to drynke,
Lest thyn enyn wolde wattryn therby-
Then were hyt no curtesy

Loke yn thy mowth ther be no mete,
When thou begynnyst to drynke or speke.
When thou syst any mon drynkiynge,
That taketh hed to thy carpynge,
Sone anonn thou sese thy tale,
Whether he drynke wyn other ale.
Loke also thou scorne no mon,
Yn what degre thou syst hym gon;
Ny thou schalt no mon deprave,
Zef thou wolt thy worschepe save;
For suche worde myzht ther outberste,
That myzht make the sytte yn evel reste,

Close thy honde yn thy fyste,
And kepe the wel from "had-y-wyste."
Yn chamber amonge the ladyes bryght,
Holde thy tonge and spende thy syght;
Lawze thou not with no gret cry,
Ny make no ragynge with rybody.
Play thou not buyt with thy peres,
Ny tel thou not al that thou heres;
Dyskever thou not thyn owne dede,
For no merthe, ny for no mede;
With fayr speceh thou myght have thy wylle,
With hyt thou myght thy selven spylle.

When thou metyst a worthy mon,
Cappe and hod thou holle no on;
Yn churche, yn chepyns, or yn gate,
Do hym reverans after hys state.
Zef thou gost with a worthyor mon,
Then thyselven thou art won,
Let thy forther schulder sewe backe,
For that ys norter withoute lacke;

When he doth speke, holte the stylle,
When he hath don, sey for thy wylle,
Yn thy speche that thou be felle,
And what thou sayst avyse the welle;
But byref thou no hym hys tale,
Nowther at the wyn, ny at the ale.
Cryst then of hys hye grace,
Zeve zow bothe wytte and space,
Wel thys boke to conne and rede,
Heven to have for zowre mede.

Amen! amen! so mot hyt be!
Say we so alle per charyte.

NOTAS:

2. El manuscrito fue publicado, entre otros, por D. Knoop, G. P. Jones y D. Hamer, "The Regius MS" (B. M. Bibb. Reg. 17-771), Manchester, 1938 , junto con el manuscrito Cooke, de la primera década del siglo XV, y reeditado en 1963 (University Press, Manchester). Posteriormente, la revista de investigación histórica de la logia Villard de Honnecourt, de la Gran Logia Nacional Francesa, publicó el manuscrito, presentado por E. Mazet y traducido por éste y por A. Crépin: "Travaux de la Loge de recherches Villard de Honnecourt", nº 6, 1983, pp. 19-121 (fuente: Pere Sánchez Ferré, introducción a J. Anderson, "La Constitución de 1723", y otros textos, Barcelona, Alta Fulla, 1998).
Para la presente traducción nos hemos basado en el original inglés y en la trad. francesa de E. M. de Carlo, localizable em www.franc-maconnerie.org/chdioux/regius.htm
El siguiente párrafo aparece también en dicha página. “Hemos preferido prescindir de la rima en la traducción, aunque la estructura de pareados puede observarse en el texto original.”
 



Retorna a página anterior

1