José Padrón G.
Febrero de 2000
1
Elige un tema de tesis que responda al máximo a las características y demandas de tu contexto social, a los requerimientos del conocimiento académico universal y a las necesidades planteadas en el mercado de los conocimientos. El problema de investigación debe ser de alta relevancia, socialmente pertinente y de largo impacto en la sociedad (no obsolescente).
2
Elige un tema de tesis que más tarde te pueda abrir las puertas al desarrollo de una segunda carrera y que te permita ingresar al campo de expertos en esa área. Para tu futuro profesional, más importante resulta el tema de tu tesis que la mención académica de tu título de grado.
Por
tal razón, y también por lo que te digo en el consejo nº 1, no pienses en
problemas de investigación que sean pequeños, focalizados, singularizados, no
vinculados a grandes generalizaciones, porque una vez que desaparezca históricamente
ese “caso” focal que te planteaste, también tu tesis perderá vigencia.
3
Examina tu propio Estilo de Pensamiento y tus propias áreas individuales de experticia y competencia y elige un enfoque epistemológico que resulte coherente. Estudia a profundidad ese enfoque epistemológico, ejercítate en su metodología asociada y lee mucho acerca de la historia de las investigaciones producidas dentro de ese enfoque.
4
Adscríbete a un Programa y una Línea de Investigación que te sirvan de referencia y donde consigas un apoyo importante tanto para la discusión como para el intercambio. Recuerda que la investigación no es un asunto individual, sino colectivo, socializado.
5
Consíguete un buen tutor, que no sólo tenga algún prestigio dentro de la propia institución y que domine el tema, sino que además sepa de epistemología y sea él mismo un investigador activo, que pueda llegar a conocer tu estilo de pensamiento, que pertenezca al mismo Programa de Investigación en que tú estás y, finalmente, que considere tu tesis como parte importante de las propias investigaciones que él mismo se halla realizando.
6
Búscate, además del Tutor, un buen interlocutor para tu tesis, que sepa oír tus dudas, tus dificultades y tus avances. No importa que no sea un experto en el tema, basta que sepa oír y seguir tu pensamiento. No pienses solo ni solamente escribas: habla y vuelve a hablar, una y otra vez, sobre lo que vas pensando y escribiendo.
7
Desconfía de los profesores, asesores académicos y autores de textos de metodología que no investigan o que lo han hecho muy raras veces: es casi seguro que te darán informaciones equivocadas y orientaciones pésimas.
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Sobre
la base de los consejos de antes, examina bien y decide cuál va a ser la
intención global de tu tesis: a) ¿vas a describir alguna realidad? b)
¿vas a explicar o interpretar algún proceso, alguna relación
entre clases de hechos? c) ¿vas a contrastar o evaluar alguna
teoría o alguna tecnología previamente existentes? d) ¿vas a diseñar algún
sistema instrumental o de acción que mejore alguna situación deficitaria?
Esas
cuatro macro-intenciones definen cuatro tipos básicos de investigación que
tiene cada una su propia y diferente lógica de trabajo: a) investigaciones descriptivas,
cuyo producto final es un sistema descriptivo; b) investigaciones explicativas
o teóricas, cuyo producto final es una teoría, un modelo abstracto o
una interpretación crítica, de tipo simbólico-cultural; c)
investigaciones contrastivas o evaluativas, cuyo producto
final es un juicio acerca de la validez de una teoría o una tecnología
previas; y d) investigaciones aplicativas o tecnológicas, cuyo
producto final es una propuesta para intervención material o social.
Si
estudias bien el tipo de intención investigativa que has seleccionado,
siempre en función del Programa o Línea y de un cierto Enfoque Epistemológico,
encontrarás no sólo la metodología precisa, sino también las claves de
coherencia y de justificación de tu trabajo.
9
En
toda investigación siempre se manejan e interrelacionan tres clases de
información: una de tipo empírico u observacional (factual),
otra de tipo teórico o explicativo (abstracta) y otra de tipo metodológico
o procedimental (operativa). Debes aprender a diferenciar bien cuándo
estás trabajando con una y cuándo con otra. Debes saber también qué función
cumple cada una de ellas con respecto a las otras dos y, sobre todo, trata de no
confundirlas.
La
información teórica siempre es el marco o los anteojos a través de los cuales
uno organiza y conceptúa las entidades del mundo observable (siendo esto último,
precisamente, la información empírica), las cuales serían imposibles de
tratar si no fuera por los conceptos teóricos de que disponemos. Por otro lado,
los elementos metodológicos son aquéllos que informan acerca del modo en que
relacionamos la información empírica con la teórica y acerca del modo en que
planteamos y resolvemos las operaciones de trabajo. Y, precisamente, es el
enfoque epistemológico el que marca el estilo o la modalidad en que el
investigador maneja esos tres tipos de información.
10
Cuando redactes tu tesis, no olvides comenzar con un capítulo o una sección donde expongas tus “reglas de juego”, es decir, el marco de convicciones académico-personales que constituyen tu base de trabajo.
Todo
investigador tiene sus propias convicciones individuales y grupales, que no
siempre coinciden con las del jurado de la tesis (esto es más peligroso cuando
algún miembro del jurado es un analfabeta epistemológico), pero que siempre se
pueden justificar mediante coincidencias con alguna investigación exitosa en la
historia de la ciencia o de las investigaciones. Ese capítulo o esa sección
fija las condiciones sobre cuya base el jurado está obligado a evaluar tu
trabajo (y no sobre la base de las suyas propias).
Por
supuesto, ese marco de condiciones debe ser coherente con respecto a un enfoque
epistemológico, con respecto a una cierta macro-intención investigativa y con
respecto al Programa de Investigación en el que se ubica la tesis. Allí tendrás
que hacer referencia a todas esas relaciones de coherencia.
11
No olvides que, hablando en términos muy globales, toda investigación tiene dos partes esenciales: los planteamientos de trabajo y los hallazgos encontrados. En la primera se presentan aquellos puntos que orientan la búsqueda, tales como el objetivo de trabajo, la pregunta de investigación, los alcances y restricciones, la justificación sobre la base de las necesidades sociocontextuales y de tu Programa o Línea de Investigación, etc. Esa parte viene a ser, aproximadamente, una repetición de tu plan o proyecto de investigación. En la segunda se presenta todo aquello que constituye tu descubrimiento o tu invención, en calidad de respuesta a la pregunta de trabajo o de solución a tu problema de investigación.
Jamás
confundas esas dos partes y jamás pierdas de vista que, al fin y al cabo, toda
investigación es valiosa en la medida en que ofrezca unos hallazgos valiosos
como respuesta a un problema relevante y pertinente, siempre sobre la base de un
esquema de trabajo que garantice la confiabilidad de esos hallazgos (esto será
siempre y sólo de modo relativo) y, sobre todo, su posibilidad de ser evaluados
o criticados.
12
Tampoco
olvides que toda investigación, siempre hablando en términos globales y esta
vez desde otro punto de vista, implica dos fases bien distintas, que no debes
enredar: una primera fase es la investigación propiamente dicha, donde haces
cosas y piensas cosas en función de solucionar tu problema de investigación.
Aquí son lógicos y necesarios los rodeos, el ir atrás y volver, la aproximación
por ensayo y error, etc., ya que el objetivo es llegar a formular una buena
solución. Pero otra fase es la de escribir tu tesis, donde no se te permiten
los rodeos ni el ensayo y error, ya que se trata de comunicar qué investigaste,
cómo lo hiciste y qué obtuviste como resultado.
Es
cierto que tienes que ir haciendo anotaciones escritas (o audiovisuales) a
medida que te desenvuelves en la primera fase, pero esas anotaciones casi nunca
pasan tal cual al informe final, ya que ellas tienen la función de registro y
no la de comunicación o difusión públicas. Usarás tal vez gran parte de esas
anotaciones en tus informes parciales y final, pero las estrategias son
distintas: en la primera fase se trata de estrategias de investigación,
mientras que en la segunda fase se trata de estrategias de escritura. Sería,
por ejemplo, fatal, que terminaras de redactar tu tesis cuando aun realmente no
has terminado de investigar.
13
Aleja de ti cualquier actitud de seguridad intelectual, de certeza y de presunción. La duda intelectual, la inseguridad y la humildad son virtudes sumamente productivas para el investigador. Pero, eso sí, mientras trabajas sobre alguna suposición o conjetura, asúmela metodológicamente como si fuera cierta, trabaja sobre ella como si estuvieras seguro, hasta el final, cuando llegue el momento en que tengas que abandonarla o aceptarla, siempre con la mayor sencillez.
Pero aun cuando los resultados te permitan aceptarla, recuerda que no hay verdades absolutas y que cualquier verdad es siempre provisional y relativa a un sistema. De esta convicción surgen la inseguridad y la humildad intelectuales, las cuales te permitirán seguir descubriendo e inventando, mientras que las actitudes de certeza y presunción frenarán tu capacidad de búsqueda.
14
Finalmente, no hay una sola metodología específica de investigación ni hay tampoco una sola manera de investigar ni hay una que sea mejor que las otras en términos absolutos. Los Estilos de Pensamiento son estructuraciones cognitivas que diferencian entre sí a los seres humanos y que hacen que cada quien resuelva un mismo problema de modo diferente a otros.
Esos “Estilos de Pensamiento” han pasado también al área de la Ciencia y de la Investigación, donde se convirtieron en “Enfoques Epistemológicos”, lo cual significa que también los científicos, a lo largo de la historia, han ido diferenciándose según sus particulares maneras de resolver problemas científicos, del mismo modo en que la gente común se diferencia entre sí según sus particulares modos de resolver sus problemas cotidianos.
Nadie, entonces, tiene ni tendrá tanta autoridad como para imponer una particular metodología de la investigación para siempre y para todas las circunstancias. En definitiva, las distintas “metodologías” de investigación no son modas que todos debemos seguir ni son tampoco “paradigmas” caprichosos que se van sucediendo unos a otros. Son Enfoques Epistemológicos universales que siempre existirán y que, en el plano del control social de la ciencia, se han ido sucediendo unos a otros a lo largo de la historia.
Conclusión, averigua cuál es el enfoque epistemológico que mejor se adapta a tu propio estilo de pensamiento, estúdialo bien y utilízalo para resolver tu problema de investigación, de modo casi idéntico a como actúas cuando resuelves tus problemas de la vida cotidiana. No creas en “nuevos paradigmas” ni en “metodologías emergentes” ni caigas tampoco en las redes de los proselitistas de la investigación ni de los publicistas de la metodología. Aléjate de ellos, porque se comportan más como políticos y como predicadores que como investigadores. Al contrario, dedícate más bien a estudiar la historia de las investigaciones, a encontrar allí a quienes podrían ser tus parientes metodológico-epistemológicos y a averiguar dónde radicó el éxito de sus investigaciones. Mucho más te va a enseñar la historia de la ciencia que cualquier discurso acerca de cómo se debe investigar. De hecho, la historia de la ciencia te enseñará infinitamente más que estos catorce consejos, así que tampoco creas en ellos a ciegas.
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