José Padrón G.
USR, Decanato de Postgrado, Caracas, abril de 1998
Son
posibles múltiples esquemas para representar la estructura de los procesos de investigación.
Lo importante es que el esquema que utilicemos sea lo suficientemente eficiente
como para abordar todos aquellos elementos y aspectos que son constantes a
cualquier investigación particular y, además, aquellos otros que constituyen
diferencias o puntos de variación entre unas y otras investigaciones particulares.
El
propósito de este documento es reseñar en términos muy simplificados e
informales uno de estos esquemas, originalmente llamado Modelo de
Variabilidad de la Investigación Educativa o Modelo VIE (Padrón,
1992). Su objetivo consiste en explicar aquellos factores a partir de los
cuales se generan todas las posibles variaciones observables en cualesquiera de
las investigaciones concretas que se hayan producido en el pasado y que se habrán
de producir en el futuro.
VIE
contempla, en su aspecto más general, dos criterios mayores de diferenciación:
la Estructura Diacrónica y
la Estructura Sincrónica,
considerando que todo proceso de investigación varía según se le considere
desde el punto de vista de su evolución temporal (en cuyo caso puede ser
analizado como estructura diacrónica) y según se le considere como
proceso independiente del tiempo (en cuyo caso puede ser analizado como
estructura sincrónica). Veamos por separado ambos criterios de
diferenciación.
1. LA ESTRUCTURA DIACRÓNICA DE LOS PROCESOS DE
INVESTIGACIÓN
La consideración
central en una perspectiva diacrónica es que toda investigación va más allá de
los límites de un individuo investigador para ubicarse en redes de problemas,
temas e intereses que muchas veces abarcan largos períodos históricos y varias
generaciones de estudiosos. Esto constituye una visión transindividual de los procesos de
investigación. Cuando un investigador cualquiera elige un tema de estudio y se
formula una pregunta y unos objetivos de trabajo, en realidad lo que hace es
inscribirse dentro de una red temática y problemática en la que también
trabajan y han estado trabajando otros investigadores, red que suele tener en
el tiempo toda una trayectoria de desarrollo y que, a su vez, mantiene
sucesivas y complejas conexiones con otras redes. Este complejo temático y
problemático en que se inscribe un investigador es lo que, dentro del Modelo
VIE, se concibe como un Programa de
Investigación. Galileo y Einstein ilustraron perfectamente bien este
concepto cuando declararon que el éxito de sus trabajos personales se debía al
hecho de haber caminado “sobre hombros de gigantes”, refiriéndose precisamente
a que retomaron planteamientos previamente formulados y se basaron en intentos
y soluciones anteriores a ellos, sin tener que comenzar desde cero.
La
noción de Programas de Investigación, que es general y abstracta, se
concreta en la idea más operativa de Líneas de trabajo, que remite a
secuencias de desarrollo en torno a un problema global y que aglutina a Grupos
Académicos cuyos integrantes mantienen entre sí contactos virtuales o
materiales. Unas veces se trata de contactos por lecturas de los trabajos
producidos dentro del grupo, aun sin conocerse personalmente y hasta sin
pertenecer a una misma época o lugar, y otras veces se trata de efectivos
encuentros e intercambios en tiempo y espacio reales.
Una
secuencia de desarrollo investigativo en torno a un problema global puede
representarse en cuatro fases o instancias sucesivas: se comienza elaborando descripciones observacionales (o
registros) de la realidad que se considera digna de ser estudiada. Una vez que
existen suficientes descripciones o registros, se pasa a la construcción de explicaciones o modelos teóricos
que establezcan relaciones de interdependencia entre las distintas clases de
hechos adscritos a esa realidad bajo estudio o que indiquen por qué esos hechos
ocurren del modo en que ocurren. En una tercera fase, se pasa a las contrastaciones, es decir, a las
tareas de evaluar o validar las explicaciones o modelos teóricos construidos en
la fase anterior, con el objeto de establecer respaldos de confiabilidad para
los productos elaborados dentro de la secuencia. Y, finalmente, una vez que las
teorías o explicaciones han adquirido cierta verosimilitud y plausibilidad, se
pasa a la instancia de las aplicaciones,
donde los conocimientos teóricos se convierten en tecnologías de intervención
sobre el medio o de transformación del mismo. Luego, la culminación de esa
secuencia vuelve a generar nuevos problemas y nuevas secuencias, en términos de
iteración y recursividad. Dentro del Modelo VIE, estas cuatro fases se
denominan, respectivamente: descriptiva, explicativa, contrastiva y aplicativa.
Estas
cuatro instancias determinan variaciones típicas de los procesos de
investigación, las más importantes de las cuales son las siguientes:
- Investigaciones descriptivas
(correspondientes a la primera fase): parten del hecho de que hay una cierta
realidad (o sector del mundo) que resulta insuficientemente conocida y, al
mismo tiempo, relevante e interesante para ciertos desarrollos. El objetivo
central de estas investigaciones está en proveer un buen registro de los tipos
de hechos que tienen lugar dentro de esa realidad y que la definen o
caracterizan sistemáticamente. Se estructuran sobre la base de preguntas cuya
forma lógica se orienta a describir: ¿Cómo es x? ¿Qué es x? ¿Qué ocurre en
calidad de x o bajo la forma x? Sus operaciones típicas o formas de trabajo estandarizadas
son las observaciones (recolecciones de datos), las clasificaciones (formulación
de sistemas de criterios que permitan agrupar los datos o unificar las
diferencias singulares), las definiciones (identificación de elementos por
referencia a un criterio de clase), las comparaciones (determinación de
semejanzas y diferencias o del grado de acercamiento a unos estándares), etc.
Sus técnicas típicas de trabajo varían según el enfoque epistemológico adoptado
dentro del Programa de Investigación o dentro de la Línea: mediciones por
cuantificación aritmética o estadística (enfoque empirista-inductivo),
registros de base cualitativa (enfoque instrospectivo-vivencial) o construcción
de estructuras empíricas mediante sistemas lógico-formales (enfoque racionalista-deductivo).
- Investigaciones Explicativas
(segunda fase dentro de la secuencia diacrónica): parten de descripciones
suficientemente exhaustivas de una cierta realidad bajo estudio y de la
necesidad de conocer por qué ciertos hechos de esa realidad ocurren del modo
descrito, es decir, de la necesidad de encontrar ciertas relaciones de
dependencia entre las clases de hechos que fueron formuladas en la fase anterior
de la secuencia. El objetivo central de estas investigaciones consiste en
proveer modelos teóricos (explicativos, abstractos, universales, generales) que
nos permitan elaborar predicciones y retrodicciones dentro del área fáctica a
la cual se refiere el modelo. Se estructuran sobre la base de preguntas cuya forma
lógica se orienta a interpretar la ocurrencia de una cierta clase de eventos
(consecuentes) por mediación de otra clase de eventos (antecedentes): ¿Por qué
ocurre p? ¿De qué depende p? ¿Qué clase de hechos condiciona la ocurrencia de
p?. Sus operaciones estandarizadas son las formulaciones de sistemas de
hipótesis, los desarrollos de hipótesis (por comprobación o por derivación),
las construcciones de sistemas interpretativos, etc. Sus técnicas típicas de
trabajo varían según el enfoque epistemológico adoptado dentro del Programa de
Investigación o dentro de la Línea: inducción y construcciones probabilísticas
(enfoque empirista-inductivo), introspección y elaboraciones
simbólico-culturales (enfoque introspectivo-vivencial), deducción y
construcción de sistemas de razonamiento (enfoque racionalista-deductivo).
- Investigaciones Constrastivas: parten del hecho de que, dentro de la Línea de trabajo, se han elaborado
diversas construcciones teóricas cuya confiabilidad requiere ser puesta a
prueba y criticada. Se parte de la necesidad de buscar los errores de las
teorías, con el objeto de desecharlas, reajustarlas o incrementar su
verosimilitud. Su objetivo central está en proveer contra-pruebas a una teoría
previamente construida o, en su defecto, en proveer argumentos a su favor. Se
estructuran sobre la base de preguntas cuya forma lógica se orienta a negar o a
aceptar provisionalmente una hipótesis teórica: ¿Es cierto que p? ¿Se da
p cada vez que ocurre q? ¿Es verdadero el antecedente r y
es falso el consecuente s? Sus operaciones típicas son las derivaciones
de proposiciones particulares a partir de hipótesis globales, la búsqueda de
inconsistencias e incompletitudes, el hallazgo de casos que contradicen o
escapan al modelo teórico, etc. Las técnicas varían, igual que en las fases
anteriores, de acuerdo al enfoque epistemológico adoptado: experimentaciones o
cuasiexperimentaciones (enfoque empirista-inductivo), consenso y opinión de
personas involucradas (enfoque introspectivo-vivencial) y pruebas
lógico-formales (enfoque racionalista-deductivo).
- Investigaciones Aplicativas: parten
del hecho de que, dentro de la secuencia de
trabajo de la Línea, existen teorías cuya verosimilitud ha aumentado
gracias a un cierto número de contrastaciones y, además, del hecho de que en el
mundo de las necesidades de desarrollo existen requerimientos que pueden ser
satisfechos aprovechando esas teorías. Su objetivo central está en proveer
tecnologías o esquemas de acción derivados de los conocimientos teóricos
construidos dentro de la secuencia de la Línea. Estas investigaciones carecen,
propiamente hablando, de preguntas. Más bien tienden a establecer una relación
productiva, ingeniosa y creativa, entre las posibilidades de un modelo teórico,
por un lado, y las dificultades o necesidades que se confrontan en el terreno
de la práctica, por otro lado. Mientras en los tres tipos anteriores de
investigación el “Problema” es una pregunta formulada desde una actitud de
ignorancia, en las investigaciones aplicativas el “Problema” es una cierta
situación práctica formulada desde una actitud de expectativas de cambio,
situación que resulta deficitaria, inconveniente o mejorable y que puede ser
transformada o manejada mediante un cierto prototipo de control situacional.
Las operaciones estandarizadas de las investigaciones aplicativas son las
siguientes: descripción de la situación deficitaria, exposición del modelo
teórico que resulta aplicable a esa situación, construcción del prototipo de
control situacional (definición de la propuesta de solución) mediante
derivación del modelo teórico, prueba del prototipo, determinación de las
opciones de producción e implementación del prototipo. La relación fundamental
que estas investigaciones mantienen con los enfoques epistemológicos está en
que cada investigador aplicativo elige aquellas teorías que fueron construidas
dentro de su propio enfoque: así, por ejemplo, las aplicaciones
empiristas-inductivas derivarán soluciones a partir de teorías
empiristas-indutivas, y así sucesivamente.
Hay
varias conclusiones que pueden derivarse de lo dicho hasta aquí. Una de ellas
es que los Programas de Investigación suelen ser anteriores a cualquier
investigador y mucho más abarcantes que sus propios esfuerzos individuales. Es
decir, cuando un individuo se convierte en investigador y cuando decide
resolver una incógnita científica, su primera decisión consiste en ubicarse
dentro de un Programa de Investigación y, más concretamente, dentro de
una Línea de trabajo. Por lo general es alguien que viene formándose
dentro de una cierta especialidad y que ya tiene cierto dominio de los temas,
intereses y trabajos que han venido produciéndose dentro la misma. Es allí,
entonces, donde suele obtener sus datos de partida y donde detecta un problema
y unos objetivos de trabajo en total continuidad con la trayectoria diacrónica
del Programa. Por tanto, elegir un tópico de investigación es casi exactamente
lo mismo que elegir una Línea de trabajo y, en consecuencia, adscribirse a una
especie de familia de investigadores.
Pero,
como segunda conclusión, lo anterior implica no sólo la selección de un tema y
una red problemática sino, además, la sucesiva decisión acerca de en cuál de
las fases o instancias de trabajo conviene ubicarse, siempre dentro de la
correspondiente secuencia diacrónica. Por ejemplo, puede haber una cierta Línea
de trabajo donde ya la fase descriptiva se halla bastante saturada
(tanto en el sentido de cantidad y competitividad de investigadores como en el
sentido de que ya se han producido suficientes trabajos descriptivos) y donde
la fase explicativa ha avanzado mucho (como suele ocurrir actualmente en
la mayoría de las ciencias naturales) y entonces suele ser más conveniente
ubicarse en la fase de las necesidades contrastivas (prueba de teorías)
o de las necesidades aplicativas (invención de tecnologías o prototipos de
control del medio). Pero puede haber otras Líneas (como suele ser el caso
dentro de los Programas de Investigación en el área Organizacional) donde aun
en la fase descriptiva se requieren muchos trabajos y donde la fase teórica se
halla apenas comenzando.
Otra
conclusión de interés es que los Grupos Académicos dentro de cada
Programa de Investigación suelen privilegiar no sólo determinados campos
observacionales (áreas descriptivas) y determinadas formas teóricas (áreas
explicativas) que funcionan como preferencias o prioridades, sino que además se
cohesionan en torno a determinadas convicciones acerca de lo que conciben como
conocimiento científico, como vías de acceso y de producción al mismo, como
mecanismos de validación o crítica, etc. Todas estas preferencias constituyen
lo que aquí se ha llamado “Enfoque
Epistemológico” (aproximadamente lo mismo que Kuhn llamó
“paradigmas”). Así que una tercera decisión de todo individuo que se convierte
en investigador (y que suele ocurrir atomática e implícitamente con respecto a
las dos decisiones anteriores) es la definición del enfoque epistemológico
en el que ha de moverse más cómodamente. Detengámonos brevemente en este
criterio de los enfoques epistemológicos, que también funciona como criterio de
diferenciación o variación dentro del Modelo VIE.
Como
se ha visto a lo largo de toda la historia de la ciencia, los investigadores
desarrollan, comparten y trabajan bajo una cierta óptica de la realidad, que
los conduce a un sistema de creencias arraigadas alrededor de la naturaleza del
conocimiento y de sus formas o canales de generación y legitimazación. Este
sistema de creencias lleva incluso a ciertos patrones de desempeño y a ciertos
criterios de realización y logros. Pero las ópticas desde las cuales se ve el
mundo, así como los asociados sistemas de ceencias en torno al conocimiento
(junto a los patrones de trabajo y a los criterios de realización y logros) no
siempre han sido coincidentes entre las distintas épocas ni entre los distintos
Grupos Académicos. Aparte de las coincidencias internas de grupo y de períodos
históricos, estos sistemas de creencias han sido sumamente divergentes entre
unos y otros grupos y entre unas y otras épocas históricas. Tales divergencias
son lo que explica las radicales diferencias entre los patrones investigativos
seguidos por los antiguos griegos, por ejemplo, y los seguidos por los
investigadores occidentales del Renacimiento y del siglo XX.
Para
dar cuenta de estas diferencias entre enfoques epistemológicos se han propuesto
muchas clasificaciones (no todas ellas, por cierto, respetan las reglas lógicas
de la clasificación). En el Modelo VIE se recurre a dos criterios básicos de
definición de clases de enfoques, para obtener tres clases básicas. Un primer
criterio es lo que se concibe como producto del conocimiento científico y un
segundo criterio es lo que se concibe como vía de acceso y de producción del
mismo. De acuerdo a estos dos criterios tenemos tres clases de enfoques
epistemológicos:
- El enfoque Empirista-inductivo (por asociación, también llamado probabilista,
positivista, neopositivista, atomista lógico, etc.): de
acuerdo al primer criterio, en este enfoque se concibe como producto del conocimiento
científico los patrones de regularidad a partir de los cuales se explican las
interdependencias entre clases distintas de eventos fácticos. En tal sentido,
la compleja diversidad o multiplicidad de fenómenos del mundo puede ser
reducida a patrones de regularidad basados en frecuencia de ocurrencia. El
supuesto básico aquí es que los sucesos del mundo (tanto materiales como
humanos), por más disímiles e inconexos que parezcan, obedecen a ciertos patrones
cuya regularidad puede ser establecida gracias a la observación de sus
repeticiones, lo cual a su vez permitirá inferencias probabilísticas de sus
comportamientos futuros. En ese sentido, conocer algo científicamente equivale
a conocer tales patrones de regularidad.
Como consecuencia -y
pasamos ahora al segundo criterio- tanto las vías de acceso al conocimiento
como los mecanismos para su producción y validación no pueden ser otros que los
sentidos y sus prolongaciones (instrumentos de observación y medición), ya que
los patrones de regularidad se captan a través del registro de repeticiones de
eventos. Por tanto, es el método Inductivo, sustentado en el poder de
los instrumentos sensoriales y en el valor de los datos de la experiencia
(de allí el término empirista), el sistema de operaciones privilegiado
dentro de este enfoque. El conocimiento, entonces, es un acto de descubrimiento (descubrimiento de
patrones de comportamiento de la realidad). Cosas como la medición, la
experimentación, los tratamientos estadísticos, la instrumentación refinada, etc.,
son mecanismos altamente preferidos.
- El Enfoque Racionalista-Deductivo
(por asociación, también llamado deductivista, teórico o teoricista,
racionalista crítico, etc.): de acuerdo al primer criterio, en este
enfoque se concibe como producto del conocimiento científico el diseño de
sistemas abstractos dotados de alto grado de universalidad que imiten los
procesos de generación y de comportamiento de una cierta realidad. Según esto,
el conocimiento es más un acto de invención
que de descubrimiento. Los sistemas teóricos son el producto por excelencia del
conocimiento científico y ellos se inventan o se diseñan, no se descubren. A su
vez, los sistemas teóricos se basan en grandes conjeturas o suposiciones
arriesgadas acerca del modo en que una cierta realidad se genera y se comporta.
No es tan importante que un diseño teórico sea el fiel reflejo de un sector del
mundo. Más importante es que imite esquemática y abstractamente el sistema de
hechos reales que pretende explicar, pero tampoco bajo la referencia de cómo
son las cosas objetivamene sino bajo la referencia de cómo una sociedad en un
cierto momento histórico es capaz de correlacionar intersubjetivamente esa
realidad con ese diseño teórico.
En el segundo criterio
de clasificación, lo que obtenemos es una consecuencia de lo anterior: tanto
las vías de acceso al conocimiento como los mecanismos para su producción y
validación están dados por la razón (de ahí el calificativo racionalista),
la cual viene a ser el recurso menos inseguro para diseñar esquemas abstractos
que nos revelen el surgimiento y el comportamiento de los hechos materiales y
humanos, gracias al poder que tiene la razón para asociar los conocimientos
previamente diseñados con cada nueva incógnita, pregunta o problema que nos
salga al paso. Por tanto, es el método Deductivo, sustentado en el poder
de los razonamientos, el sistema de operaciones privilegiado dentro de este
enfoque. Cosas como las modelaciones lógico-formales, las búsquedas a partir de
abstracciones matemáticas, los sistemas de razonamiento en cadena, etc., son
mecanismos altamente preferidos.
- El Enfoque Introspectivo-Vivencial (por asociación,
también llamado sociohistoricista, fenomenológico, dialéctico-crítico,
simbólico-interpretativo, psicologista, hermenéutico, etc.):
de acuerdo al primer criterio, en este enfoque se concibe como producto del
conocimiento las interpretaciones de los simbolismos socioculturales a través
de los cuales los actores de un determinado grupo social abordan la realidad
(humana y social, fundamentalmente). Más que interpretación de una realidad
externa, el conocimiento es interpretación de una realidad tal como ella
aparece en el interior de los espacios de conciencia subjetiva (de ahí el
calificativo de Introspectivo). Lejos de ser descubrimiento o invención,
en este enfoque el conocimiento es un acto de comprensión. El papel de
la ciencia es concebido como mecanismo de transformación y emancipación del ser
humano y no como simple mecanismo de control del medio natural y social. Se
hace énfasis en la noción de sujeto y de realidad subjetiva, por encima de la
noción de objeto o de realidad objetiva.
En cuanto al segundo
criterio de clasificación (lo que conciben como vías de acceso, producción y
legitimación del conocimiento), en este enfoque se tiene la convicción de que
la vía más apropiada para acceder al conocimiento es una especie de simbiosis
entre el sujeto investigador y su objeto de estudio, una especie de
identificación sujeto-objeto, tal que el objeto pase a ser una experiencia vivida,
sentida y compartida por el investigador (de ahí el calificativo de Vivencial).
El conocimiento se produce en la medida en que el investigador sea capaz de
“poner entre paréntesis” todos aquellos factores pre-teóricos e instrumentales
que mediaticen la relación sujeto-objeto, de modo que pueda llegar a una
captación de la verdadera esencia del objeto, más allá y por encima de sus
apariencias de fenómeno (de ahí el calificativo de Fenomenológico
y la expresión reducción fenomenológica). Cosas como la interpretación
hermenéutica, la convivencia y desarrollo de experiencias socioculturales, los
análisis dialécticos, las intervenciones en espacios vivenciales y en
situaciones problemáticas reales, los estudios de casos, etc., son aparatos de
trabajo altamente preferidos dentro de este enfoque.
En la Tabla
1 se presenta un resumen de esta clasificación de Enfoques Epistemológicos.
Más adelante volveremos sobre este tema, para correlacionar el concepto de Enfoques
Epistemológicos con el de Estilo de Pensamiento (Tabla 2).
Enfoque
|
naturaleza del conocim. |
método de hallazgo |
método de
contrastac. |
lenguaje |
objeto de estudio |
Empirista-Inductivo |
Representación de
patrones de regularidad o frecuencia. El conocimiento es
un acto de descubrimiento. |
Inducción |
Experimental |
Aritmético-matemático |
Relaciones
causa-efecto, repeticiones de eventos. |
Racionalista-Deductivo |
Modelación de
procesos generativos. El conocimiento es
un acto de Invención. |
Deducción |
Análisis
lógico-formal y experimental |
Lógico-matemático |
Relaciones
entrada-proceso-salida |
Introspectivo-Vivencial |
Construcción simbólica subjetiva del mundo social y cultural. El conocimiento es
un acto de Comprensión. |
Introspección (con)vivencia |
Consenso experiencial |
Verbal académico |
Símbolos valores Normas creencias
actitudes |
Tabla 1: Enfoques Epistemológicos
(Tomado de Hernández, A. y Padrón, J. (1996): Referencias Básicas en la Producción de una Tesis Doctoral. Material para Curso-Taller. San Juan de los Morros: Colegio de Economistas)
2. LA ESTRUCTURA SINCRÓNICA DE LOS PROCESOS DE
INVESTIGACIÓN
La
consideración elemental dentro de este otro criterio de diferenciación es que todo
proceso investigativo es un sistema de operaciones materiales y
lógico-conceptuales desarrollado por uno o más individuos, pero siempre dentro
de un entorno o contexto socio-psicológico y espacio-temporal que funciona como
condicionante fundamental de dicho sistema de operaciones. Es decir, en toda
investigación particular se distinguen dos grandes componentes de tipo
sincrónico: uno que se refiere a los procesos operativos internos (de carácter
material y lógico-conceptual), en virtud del cual las investigaciones muestran
variaciones de tipo lógico, y otro que se refiere a los factores externos del
entorno (de carácter socio-psicológico y espacio-temporal), en virtud del cual
los procesos de investigación muestran variaciones de tipo socio-contextual que,
a su vez, determinan distintas configuraciones en el otro componente. Llamamos Componente Lógico al que se refiere
a las operaciones internas de la investigación y Componente Contextual al que se refiere a los factores
circundantes del entorno. Veamos uno y otro por separado.
2.1. El Componente Contextual
Éste representa el
conjunto de factores que condiciona todas las posibles variaciones de los
procesos de investigación en sus estructuras lógico-conceptuales y materiales.
La noción de Contexto es
susceptible de ser analizada en distintos niveles de cobertura o alcance: en
una de las dimensiones más abarcantes, podemos imaginar un contexto muy amplio,
cuyos límites cubren todo la cultura mundial en un gran período histórico (por
ejemplo, el mundo actual o el mundo en la época del Renacimiento, etc.). En una
dimensión de esa magnitud es donde esta estructura sincrónica se conecta
con la estructura diacrónica, vista en el apartado anterior. En efecto,
dentro de la estructura diacrónica los Programas de Investigación, en su
sentido más global, funcionan como parte importante del Componente Contextual
dentro de esta estructura sincrónica.
Pero también podemos
hablar de Contexto en una dimensión menos amplia, remitiéndonos, por
ejemplo, a la sociedad venezolana, a las condiciones y circunstancias de sus instituciones
y movimientos académicos, a los Programas de Investigación desarrollados
actualmente en Venezuela, a sus distintas Líneas y Grupos de Investigación,
etc. En una dimensión intermedia como ésta, el Contexto contiene factores que
definitivamente configuran y promueven variaciones importantes en las
investigaciones que se llevan a cabo, hasta el punto de que toda investigación
que se produzca actualmente en el país, por modesta que sea, reflejará
inevitablemente, en mayor o menor medida, los datos y condiciones de la
sociedad venezolana en esta época.
Y, finalmente, podemos
hablar de Contexto en una dimensión bastante específica, donde aparece
siempre una Institución o una Organización, en cuyo seno se generan los trabajos
particulares de investigación, ejecutados por uno o más individuos (tal como
las tesis de postgrado o los trabajos de ascenso de los profesores, en una
universidad). Nos detendremos en esta dimensión contextual, donde aparecen, en
primer lugar, una serie de factores organizacionales (que constituyen el Subcomponente Organizacional según
el Modelo VIE) y, en segundo lugar, una serie de factores atribuibles a las
personas, a los autores de las investigaciones (que constituyen el Subcomponente Personal, en el Modelo
VIE). La idea que interrelaciona estos dos subcomponentes es que la
configuración que muestren los trabajos de investigación va a depender de una
combinación entre los factores propios de la organización y los factores provenientes
de la persona que ejecuta una investigación.
Ahora bien, ¿sobre
cuáles áreas se manifiestan o impactan tanto los factores del Subcomponente
Organizacional como los factores del Sucomponente Personal? Brevemente, podemos
hacer referencia a cuatro de esas áreas, que en VIE se conciben como Núcleos
de Variabilidad que actúan desde el Componente Contextual en su dimensión
más específica.
- El Estilo de Pensamiento: tanto la
organización como el individuo tienen una particular forma de resolver
problemas, de aprender, de abordar el mundo, de razonar, etc. El estilo de
pensamiento es una especie de personalidad intelectual o de idiosincrasia cognitiva,
que se va forjando desde la cuna y que, una vez consolidado, filtra todas las
experiencias de descubrimiento e invención. Dado que las Organizaciones
aprenden y aun recuerdan y olvidan, igual que las personas (ver referencias más
detalladas en Douglas, 1996, y Picón-Medina, 1994) entonces también las organizaciones
filtran sus experiencias intelectuales a través de un cierto Estilo de
Pensamiento.
¿Y cuáles son,
concretamente, los posibles estilos de pensamiento? Una de las hipótesis
menores deducibles dentro del Modelo VIE es que los Enfoques
Epistemológicos, los mismos que analizamos anteriormente, se corresponden
uno a uno con los mismos Estilos de Pensamiento y que, cuando en una
determinada época histórica o en un determinado Programa de Investigación
predomina un cierto Enfoque Epistemológico, es básicamente porque se impuso el
correspondiente Estilo de Pensamiento del o de los investigadores que lideraron
el momento histórico y el respectivo Programa de Investigación dentro de los
cuales actuaron. Si esta hipótesis es correcta (véase Rivero, 1998, para argumentos
detallados a favor de esta hipótesis), entonces hay que admitir que una
clasificación de Estilos de Pensamiento puede derivarse de la misma
clasificación de Enfoques Epistemológicos, tal como puede examinarse en una
comparación de la Tabla 1 con la Tabla 2.
Estilo |
Factor cognitivo
predominante |
rasgos básicos |
Descripción
analógica |
Figuras ejemplares |
Inductivo-concreto |
Los sentidos, la
percepción sensorial. |
-Tienden a la ejecución
técnica - Son observadores
acuciosos - Son prácticos - Se orientan al
mundo circundante - Construyen mediante
generalizaciones a partir de los casos concretos. |
El Homo faber, el
ingeniero, el inventor, el “hombre con la lupa”, el dato concreto |
Sto. Tomás (“ver para
creer”), Diógenes el Cínico, Bacon, Locke, Guttemberg |
Deductivo-abstracto |
La razón, los mecanismos de razonamiento |
- Tienden al concepto - Son pensadores
finos - Son teóricos - Se orientan al
mundo de las ideas - Construyen mediante
derivación a partir de conocimientos generales |
El Homo sapiens, el lógico, el pensador, el “hombre con la red”, la idea abstracta |
Descartes
(“cogito, ergo sum”, Aristóteles, Leibnitz, Darwin, Einstein |
Introspectivo-vivencial |
La conciencia, las
vivencias del ‘yo’ interno |
- Tienden al sentimiento,
al fenómeno interno. - Son intuitivos - Son empáticos - Se orientan al
mundo de la sensibilidad - Construyen mediante
introspección a partir de vivencias internas. |
El poeta, el
soñador, el adivinador, el apóstol, el “hombre con el corazón”, la experiencia
íntima |
San Agustín (“Las Confesiones”), Platón, Don Quijote, Husserl. Dilthey, Heidegger |
Tabla 2: Estilos
de Pensamiento
(Tomado
de Hernández, A. y Padrón, J. (1996): Referencias Básicas en la Producción
de una Tesis Doctoral. Material
para Curso-Taller. San Juan de los Morros: Colegio de Economistas).
- Los cuerpos filosóficos y culturales: para el caso de las organizaciones, este núcleo de variabilidad viene a ser una combinación entre los conceptos ordinarios de Filosofía y Cultura Organizacionales, mientras que para las personas es una combinación de la Filosofía y Cultura Individuales (este concepto equivale al de “Conjunto Epistémico”, dentro de una Teoría de la Acción; ver detalles en Van Dijk, 1977, y Padrón, 1996). Se trata de un sistema constituido por subsistemas de valores, de normas y de presuposiciones. El hecho es que estos cuerpos filosóficos y culturales definen patrones que están en la base de los objetivos y metas y que filtran los intereses tanto de las organizaciones como de las personas.
- Los Cuerpos Informacionales: tanto las organizaciones como los individuos tienen y desarrollan un cierto campo de conocimientos que constituye su especialidad. Así como de las personas suele decirse que “sabe de tal cosa”, también las organizaciones se distinguen por algún “saber” especial. Los tipos de cuerpos informacionales que manejen la organización y el investigador adscrito a ella, constituyen factores determinantes de los tipos de investigación que se generen en ese contexto.
- Los Cuerpos procedimentales: tanto las organizaciones como las personas privilegian ciertas tecnologías de acción. Esto se refiere al manejo de instrumentos y equipos, al dominio de rutinas de desempeño, al control de ciertos procesos y, en síntesis, al campo del “Know How”. Por su parte, también esta conjunción entre los cuerpos procedimentales propios de la organización y aquéllos otros que son propios del individuo, constituyen factores que determinan configuraciones específicas en los trabajos de investigación que se desarrollen dentro de esta dimensión contextual.
Todas estas áreas o núcleos de variabilidad funcionan tanto para el Subcomponente Organizacional como para el Subcomponente Personal. Cada área contiene la combinación de factores provenientes de la organización y del individuo investigador. Las coincidencias entre valores organizacionales y valores personales para cada área o núcleo determina influencias compactas y consistentes sobre las estructuras lógicas de los trabajos de investigación. Las discrepancias, en cambio, promueven influencias heterogéneas sobre dichas estructuras. El modo en que se relacionan todos estos factores Contextuales se representa en el Diagrama 1.
|
Lo Organizacional |
Lo Personal |
Estilo de Pensamiento |
|
|
Cuerpos Filosóficos y Culturales |
|
|
Cuerpos Informacionales |
|
|
Cuerpos Procedimentales |
|
|
Diagrama 1: relaciones entre los núcleos de variabilidad dentro del Componente Contextual
2.2. El Componente Lógico
Mientras la estructura descrita en 2.1 representa las fuentes de variación ubicadas en dimensiones Contextuales, asociadas a factores de tipo socio-psicológico, en la estructura que describimos ahora se representan las variaciones que tienen lugar al interior del propio sistema de operaciones investigativas, en primer lugar por efecto de las condiciones del Contexto y, en segundo lugar, por efecto de las configuraciones de los mismos subcomponentes internos del sistema investigativo en sí mismo. Esto quiere decir que, en términos generales, el trabajo de investigación es un resultante de las condiciones contextuales ya explicadas y que, a su vez, en términos más específicos, es también un resultante de ciertas acomodaciones o relaciones internas entre sus propios elementos constituyentes. Veamos, entonces, cuáles son estos subcomponentes del Componente Lógico y algunas de las relaciones que los vinculan.
- El Subcomponente Empírico: en el área de las ciencias fácticas, toda investigación parte siempre de una realidad que se plantea como objeto de estudio. De hecho, los procesos investigativos son esencialmente una búsqueda de esquemas que nos ayuden a conocer mejor algún sector de la realidad, con el objeto de poder subsistir ante esa realidad cada vez más eficientemente, de lograr sobre ella un control cada vez más potente y de obtener cada vez mayores ventajas en nuestras interacciones con dicha realidad. Así, el ideal de los procesos de investigación consiste en producir las mejores explicaciones teóricas posibles acerca de algún sector de la realidad (o sea: los más confiables conocimientos posibles), tales que de ellas puedan derivarse eficientes prototipos de cambio, control, transformación, manejo y comportamiento, en general.
Ahora bien, al hablar de realidad se hace referencia al mundo en que vivimos por dentro y por fuera (cosas, personas, estados interiores, eventos...), al medio ambiente material o humano y, en general, a todo aquello que se nos presente ante nuestro pensamiento como un objeto distinto a él mismo en un momento dado (aún cuando sea nuestro propio pensamiento). En un sentido epistemológico, el término “experiencia” viene, precisamente, a reflejar esa particular relación intelectual en que algo (elemento de “objetividad”) se nos presenta ante nuestro pensamiento como una cosa extraña o distinta a nuestro propio pensamiento (elemento de “subjetividad”) y, simultáneamente, como algo que también podría ser extraño o distinto al pensamiento de los demás seres humanos puestos en nuestras mismas circunstancias (elemento de “intersubjetividad”). De ese modo, la “experiencia” consiste en una relación (de alcances cognitivos) entre, primero, nuestro propio pensamiento como individuos (en el que nos comportamos como “sujetos”); segundo, alguna cosa cualquiera que se presenta como extraña a nuestro propio pensamiento (que se comporta como “objeto” y que solemos llamar “el mundo”, “la realidad”) y, tercero, el pensamiento de las demás personas que pudieran estar en nuestra misma situación (que se comporta como referencia para nuestro propio pensamiento y que marca una sub-relación de “intersubjetividad” según la cual sabemos que no alucinamos, que no somos un sujeto único, sino que formamos parte de unos mismos patrones de pensamiento). Así, pues, mientras el concepto de “realidad” (o de “mundo”) remite a una especie de separación entre nosotros y algo más allá de nosotros, el concepto de “experiencia” remite a una vinculación epistemológica entre ambas cosas, pero siempre y exclusivamente por mediación de una referencia ubicada en las demás personas que podrían estar al lado de nosotros. Y de ese concepto de “experiencia” se deriva el calificativo de Empírico. Así, cuando hablamos del Subcomponente Empírico de los procesos de investigación, nos estamos refiriendo a un sector de la realidad que se presenta como extraño e interesante al pensamiento de un investigador, bajo la presunción referencial de que también resulta extraño e interesante para los demás investigadores y para la humanidad en general.
En toda investigación dentro de las ciencias fácticas, y bajo las consideraciones que se acaban de señalar, se delimita y precisa este sector experiencial o empírico que se ha de considerar como relevante y digno de ser estudiado. Partiendo de esa delimitación, se definen las categorías de observación y, en general, se utilizan las mismas operaciones antes explicadas respecto a las investigaciones descriptivas. La selección de una cierta área empírica, así como sus mecanismos referenciales intersubjetivos y las operaciones de clasificación, definición, agrupación, etc., van predeterminados por los datos del Contexto, de modo que el Estilo de Pensamiento, los Cuerpos Filosóficos y Culturales, los Cuerpos Informacionales y los Cuerpos Procedimentales, tanto de la Organización como de la Persona que investiga, son lo que en última instancia influye en la selección que hace el investigador de un determinado sector empírico y de las formas de tratarlo.
Por ejemplo, si tanto la Organización como la Persona coinciden en un Estilo de Pensamiento del tipo Inductivo-Concreto (lo cual remite a un Enfoque Epistemológico del tipo Empirista-Inductivo) y si además, en consecuencia y sucesivamente, coinciden en los demás núcleos de variabilidad del Componente Contextual que se asocian a ese Estilo de Pensamiento (y al respectivo Enfoque Epistemológico), entonces muy probablemente el trabajo de investigación seleccionará un área empírica muy concreta y palpable, vinculada a fenómenos que llaman la atención desde el punto de vista medicional, operacional e instrumental. Si coinciden en un Estilo de Pensamiento del tipo Deductivo-Abstracto (lo cual remite a un enfoque Racionalista-Deductivo), entonces muy probablemente el trabajo de investigación seleccionará un área empírica muy general y abarcante.
- El Subcomponente Teórico: toda investigación maneja contenidos teóricos, no observacionales, que se correlacionan con los contenidos empíricos, observacionales, del subcomponente anterior. En general, y refiriéndonos a los procesos transindividuales de investigación, este subcomponente teórico constituye el hallazgo final de las operaciones de búsqueda. En este sentido, las teorías constituyen los productos más valiosos del proceso.
El subcomponente teórico abarca dos tipos de contenido: los contenidos que sirven como insumo a la investigación, aquéllos de donde parte el trabajo y donde se ubica (conocimientos universales y abstractos de entrada), que a menudo se catalogan como “marco teórico”, y los contenidos que funcionan como elaboración propia o como hallazgo original del trabajo (cuando se trata de investigaciones explicativas y contrastivas). En el Modelo VIE, el primer tipo de contenidos es llamado Teorías de Entrada o a-Teorías, mientras que el segundo tipo es llamado Teorías de Salida o v-Teorías. Esta distinción se basa en el hecho de que ninguna investigación comienza de cero, sino que se vale siempre de conocimientos previamente elaborados (de Entrada) para producir nuevos conocimientos (de Salida).
- El Subcomponente metodológico: las correlaciones o asociaciones que realiza el investigador desde unos elementos empíricos hasta unos elementos teóricos se deben a una serie de operaciones materiales y lógico-conceptuales, típicamente concebidas como Método. El subcomponente metodológico agrupa todas esas operaciones, las cuales permiten no sólo vincular un modelo explicativo a un determinado sector empírico, sino también organizar y sistematizar los datos del subcomponente empírico (descripciones, clasificaciones, etc.), por un lado, y los elementos del subcomponente teórico, por otro (formulación de hipótesis, inferencias, construcción de conceptos, etc.). Vinculados a este subcomponente metodológico se hallan también las instrumentaciones, las técnicas, los equipos, los procedmientos, etc.
El subcomponente metodológico puede concebirse en tres instancias: métodos de recolección y organización de datos (ligados al tratamiento del subcomponente empírico), métodos de construcción teórica y métodos de contrastación o validación de los hallazgos (ligados al tratamiento del subcomponente teórico). Por ejemplo, la inducción y la deducción son métodos exclusivos de la instancia de construcción teórica, mientras que las clasificaciones, las agrupaciones de datos en variables, las mediciones, etc., son métodos de la instancia de recolección de datos (de tratamiento empírico); por su parte, las experimentaciones, las pruebas lógico-formales y las validaciones por expertos son métodos de contrastación de hallazgos.
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Dijk, T., Van (1978): Texto y Contexto.
Madrid: Cátedra.
Douglas, M. (1996): Cómo Piensan las Instituciones. Madrid: Alianza.
Hernández, A. y Padrón, J. (1996): Referencias Básicas en la Producción de una Tesis Doctoral. Material para Curso-Taller. San Juan de los Morros: Colegio de Economistas.
Padrón, J. (1992): Aspectos Diferenciales de
la Investigación Educativa. Caracas: USR.
_______
(1996): Análisis del Discurso e Investigación Social. Caracas:
Publicaciones del Decanato de Postgrado, USR.
Picón-Medina, G. (1994): El Proceso de
Convertirse en Universidad. Caracas: UPEL-USR.
Rivero, N. (1998): Enfoques Epistemológicos y
Estilos de Pensamiento. Tesis Doctoral en curso. Caracas: USR (mimeo).
ANEXO
12 PATRONES BÁSICOS DE INVESTIGACIÓN
Del Modelo VIE se deduce
que el investigador, una vez ubicado en un determinado contexto social y una vez
consciente de sus características académicas, profesionales y personales, pasa
por tres núcleos de decisión:
Núcleo de decisión a: ¿cuál es el
Programa de Investigación en el que voy a inscribirme?
Núcleo de decisión b: ¿cuál es,
dentro de un determinado Programa de Investigación, el enfoque epistemológico
dentro del cual voy a manejarme?
Núcleo de decisión g: ¿cuál es,
dentro del programa de Investigación seleccionado y dentro del enfoque
epistemológico previsto, la fase diacrónica de desarrollo en la que voy a
ubicarme?
Las respuestas a esas decisiones conducen a doce patrones opcionales (disyuntivos) de trabajo, cuyas características centrales se describen en las celdas de la siguiente tabla:
|
Descriptiva |
Explicativa |
Contrastiva |
Aplicativa |
Empirista
|
Método de patrones de frecuencia. Procesamiento de la información en datos
observables, agrupados en variables. Uso de estadística descriptiva
para el manejo y presentación de los datos. |
Método Inductivo. Comprobación de hipótesis observacionales
mediante un diseño experimental, basado en estadística inferencial. |
Método experimental. Réplicas de comprobación de hipótesis
mediante diseños de base estadística inferencial, variando las condiciones de
prueba. |
Se derivan tecnologías de acción a partir de
teorías empiristas. La tecnología obtenida se valida experimentalmente. |
Racionalista |
Método de configuración estructural. Procesamiento de la información en datos
observables, agrupados en una estructura empírica. Uso de lógica de
clases y cálculo de relaciones para el manejo y presentación de
los datos. |
Método Deductivo. Formulación de Hipótesis no observacionales
que expliquen los hechos y a partir de las cuales se deriven explicaciones
progresivamente más específicas, que puedan ser contrastadas. |
Método lógico-formal y método experimental. Primero se prueba la validez lógica de los
resultados de trabajo y luego se realizan pruebas empíricas. |
Se derivan tecnologías de acción a partir de
teorías racionalistas. La tecnología obtenida se valida mediante
pruebas lógicas y experimentales. |
Introspectivista |
Método de convivencia. Procesamiento de la información en
categorías de análisis, agrupadas en constructos hermenéuticos. Uso
del lenguaje verbal para el manejo y presentación de la información. |
Método Vivencial-Introspectivo (aplicaciones
hermenéuticas y/o etnográficas). Las categorías de análisis de la fase
anterior se resuelven en una interpretación que permita comprender los hechos
implícitos en el problema de investigación. |
Método consensual. Los participantes de la investigación
evalúan los resultados de la investigación. |
Se derivan propuestas de intervención a
partir de teorías introspectivistas. La propuesta obtenida se valida consensualmente. |