Desde esta nueva página en Internet realizada con toda la ilusión para celebrar el cincuenta aniversario de la fundación de nuestra Cofradía, quiero felicitar a todos los hermanos de la misma y agradecerles su colaboración y entrega durante tantos años.
A los que se fueron porque nos dejaron su espíritu y el camino a seguir para profundizar cada día mas en nuestra fe, defendiendo lo que ellos iniciaron con su amor al Señor y sobre todo esperanzados en su Misericordia.
Para los que estamos en el momento presente, darle gracias a Dios y pedirle que siga ayudándonos en nuestra labor como nazarenos, para que nuestra cofradía cumpla y sea reflejo para todos en nuestra misión de representar dignamente la pasión, muerte y resurrección del Señor. Esto no será suficiente si no practicamos el amor al prójimo y la caridad con los necesitados.
Aquel 22 de abril de 1949 me trae a la memoria los inicios y fundación de nuestra cofradía en la casa de José Antonio (hoy Palacio de San Esteban), y la imagen de sus fundadores a los que en esta revista dedicaremos un recuerdo especial.
Estabamos en la posguerra pagando las consecuencias de un enfrentamiento entre hermanos en el que como siempre los niños se llevan la peor parte quedando huérfanos y abandonados. Fue en este centro en donde más se haría presente la caridad y el amor al prójimo; bajo la advocación de la Misericordia de Dios se funda nuestra cofradía con el patrocinio de la Excma. Diputación Provincial siendo en aquellos momentos su presidente D. Agustín Virgili Quintanilla.
No quería yo en este espacio hacer mención a la historia de la Cofradía, ya que mi querido y respetado amigo D. Carlos Valcárcel Mavor se va a encargar de ello, como fundador que fue de la misma siendo secretario general y por lo tanto conociendo y dando fe de todo lo que ocurrió hace 50 años.
Pero me está costando mucho no hacer referencia a alguno de los hechos históricos en que yo he participado a lo largo de 42 años.
Por ejemplo, aunque no fueron fundadores no quiero dejar pasar y si recordar con todo cariño a dos personas que significaron para nuestra cofradía el que hoy tengamos un himno a nuestro Santo Titular. Todos debemos agradecimiento a D. Angel Vergel Cadenas que compuso la letra haciendo una verdadera oración de piedad y arrepentimiento y a D. José Carrasco Benavente, compositor de la música, maestro en toda la extensión de la palabra, de quién tuve el privilegio de ser alumno en el conservatorio de música. Creó en el pentagrama como él sabía hacerlo una melodía espiritual que con la letra conforman una pieza única de la que los hermanos de la Misericordia nos sentimos orgullosos cuando se la cantamos a nuestro Santo Titular.
Dulce Jesús por mí crucificado...
Termino de la misma forma que empecé, dando las gracias a todos e invitándoos a participar en los actos que tenemos preparados.
Juan Antonio Márquez Hernando.
Presidente.