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Así como en la literatura se requiere un siglo para que un libro se considere un clásico, en el rock and roll requiere sólo una década para inmortalizar una canción.  Pero en el mundo de los minidisc dos años bastan para que una unidad sea reconocida como clásica.  Es el caso del MZ-R900, un aparato que introdujo numerosas innovaciones y sobre el cual se han construido todos los modelos posteriores de Sony hasta la fecha (Junio de 2002).

Realmente se ha escrito demasiado sobre el modelo, al punto que otra reseña (ésta) es innecesaria y únicamente se justifica por el entusiasmo desbordado que me genera.  Eso, y que no hay muchas en español.  Una decente se puede encontrar aquí .  La más completa de todas las reseñas que se haya escrito para cualquier equipo se escribió para el MZ-R900.  La escribió en inglés Brian Youn y se encuentra aquí .  Mi objetivo está lejos de ser tan ambicioso: no tengo tanto tiempo ni sería capaz de entrar en tantos detalles.  El manual se puede encontrar en el MD Comunity Portal, debes seguir este enlace .

La verdad es que esta unidad es fabulosa desde todo punto de vista.  Es absolutamente hermosa y sus especificaciones técnicas estaban más allá de la imaginación cuando fue lanzada.  Salió en cuatro colores (plateada, blanca, azul y roja).  La mía es plateada, sin lugar a dudas la más hermosa de las cuatro.  Para los fanáticos de las dimensiones, mide 78,9 x 72 x 17,1 mm, pesa 135 gramos y su estructura es en aluminio anodizado.

Sony MZ-R900

El MZ-R900 tiene tantas características y tantas opciones, que listarlas es una tarea larga y tediosa.  Pero como la mayoría de ellas me producen verdadero goce, aquí vamos.  Para comenzar, y aunque resulte archisabido, fue la primera unidad en el mundo en incorporar MDLP (no tiene capacidad para NetMD ).  Esto es fabuloso, pues la calidad del sonido en LP2 es prácticamente indistinguible del SP y permite meter muchos minutos de música en un disco.  El LP4 es una herramienta invaluable a la hora de grabar conversaciones, conferencias, etc.  La batería dura enormidades, hasta 66 horas con el aditamento para la batería externa, algo impensable en su momento.  Su diseño es absolutamente minimalista, con botones pequeños bien distribuidos.  Tiene además doble “jog dial” (uno a cada lado), que es algo así como una perilla que permite rápido acceso a los menús, y dado que tiene tantos, pues más que un lujo resulta una necesidad.  El de la izquierda permite visualizar los títulos de las canciones sin tener que oírlas, algo que no se veía desde el entrañable MZ-R70 .  Una estupidez que me encanta es que tiene un diminuto led rojo que se enciende cuando se está grabando.  Tiene también “time stamp” una opción fabulosa que agrega la fecha y hora en que se realizan las grabaciones, para posterior consulta.  Puede que parezca algo innecesario, pero a mí en particular me entusiasma saber desde cuando tengo algo grabado.  Además, es de gran utilidad para quienes graban clases o entrevistas.  Otra función sensacional es que tiene un despertador incorporado.  Se programa una cuenta regresiva de hasta 99 minutos y una vez transcurrido este tiempo el equipo envía por los audífonos una melodía digital previamente seleccionada que no se detiene hasta que se presiona alguna tecla.  Esta opción es fabulosa para quienes oyen música en trenes o metros y no se quieren perder una parada específica pero tampoco se quieren privar de una buena siesta arrullados por sus canciones favoritas.  También permite insertar marcas de pistas durante la grabación a intervalos programados (de 5, 10, 15 minutos, etc), algo muy, muy útil cuando se graban clases o conferencias. Más maravillas: tiene todas las opciones de reproducción a las que nos tiene acostumbrados Sony en sus discman’s.  Esto incluye reproducción programada, reproducción al azar y mi favorita, reproducción de una sola pista.  Es mi favorita porque al terminar la pista el md se apaga solo.  Además, a todas estas opciones se les puede poner la opción de repetición, con lo que se tiene un buen número de modos de reproducción.  Otra genialidad es la posibilidad de seleccionar la velocidad de reproducción.  Esto significa que puedo jugar con el tempo de la música, hacerla sonar más rápido o más despacio según mi deseo.  Probablemente este sea la más inútil de las opciones, pero a mí me hace sonreír como un niño cada que la utilizo.  Otra opción que a la gente le parece fantástica y a mí me parece idiota es la posibilidad de automatizar el “End Search” o la búsqueda del final del disco, previniendo de esta manera que se grabe accidentalmente encima de material preexistente.  Digo idiota, porque me fascina presionar End Search cada que grabo una pista, debido a que fuerza al equipo a hacer un “Toc Edit”, o sea que almacena permanentemente lo que se haya grabado.  Y más artilugios:  Incluye personalización para 20 discos, donde almacena orden de reproducción, niveles de bajos, niveles de sonido, etc, de modo que la próxima vez que se introduzca ese disco amado, el equipo ya sabrá cómo te gusta escucharlo.  La personalización va más allá y brinda una memoria donde se almacenan las frases o palabras más utilizadas en los títulos, de modo que no haya que escribir nuevamente lo que una vez arduamente se digitó.  Como pongo mi nombre en los discos, obviamente está almacenado en la memoria y con unos pocos giros de las perillas lo llamo cuando estoy marcando un disco nuevo.  Permite también hacer "fade out" y "fade in", o desvanecimientos graduales del sonido.  Ya en terrenos más comunes para otras unidades, los niveles de salida de audio son excelentes, en especial cuando se selecciona como “Line Out”, donde brinda la máxima potencia y no se puede manipular el volumen.  Finalmente, el control remoto (RM-MC11EL) es excelente, tiene pantalla de cristal líquido de 9 caracteres con iluminación, esto es fabuloso pues puedes usar tu equipo en la oscuridad sin problemas.  Además, la luz azul piscina que despide es conmovedoramente hermosa.  Tiene un excelente “clip” para adherirlo a la ropa mientras se camina y su diseño cilíndrico hacen que su uso sea una experiencia verdaderamente placentera.  Es notable el modo de avanzar las pistas y de cambiar el volumen: se hace girar el extremo del control, una maravilla del diseño.  Lo he utilizado sin problemas en mi viejo MZ-R70 , incluso funciona la iluminación. Sobra decir que tiene todas las opciones normales de grabación, como grabación sincronizada , controles de ganancia automáticos y manuales, titulación de las pistas mientras se graba, etc.  Incluso tiene un menú para ajustar la sensibilidad del micrófono con el que se está grabando.

Los defectos del equipo son pocos, pero si me preguntan, mencionaría la ubicación del compartimiento para la batería, la tapa queda situada en el costado del equipo, justo debajo del jog dial, lo que hace que se abra fácilmente por accidente.  Además, tampoco me entusiasma la ubicación del botón para abrir el equipo, en la parte superior.  Extraño el sistema del MZ-R70 , a la izquierda, donde ahora queda la compuerta para la batería.  También extraño que no tenga dos agujeros de salida, únicamente el del control remoto, aunque su potencia es excelente.  Lo más molesto tal vez sea que cada vez que se apaga la unidad vuelve por defecto al modo de salida para audífonos, algo horrible para quienes usábamos el md como auxiliar de un equipo de sonido y nos vemos obligados a navegar interminablemente por los menús para volver a tener un nivel audible en los parlantes. También tiene una opción absolutamente inútil, que quizás permita transferir texto a unos pocos japoneses, pero que en Occidente es poco más que ridícula.  Se llama CD-Text y supuestamente ahorraría la odiosa tarea de titular los discos manualmente pero se requiere un reproductor de cd que soporte Joint Text (ninguno) y cd’s que vengan con la opción de texto (nuevamente, ninguno).  Los audífonos originales son una porquería para una unidad de esta categoría, tienen incluso la desfachatez de ser incómodos.  El equipo suena todavía un poco al grabar y reproducir, sin embargo comparado con el MZ-R70, es casi completamente silencioso.  De todos modos, en el balance final se olvidan por completo estas pequeñeces, en realidad el MZ-R900 está cercano a la perfección y se ganó merecidamente un lugar de honor en la historia de los minidisc's.





Todo el contenido de esta página fue creado por Juan Sebastián Vélez
Última actualización:  Julio 17 de 2002

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