El MZ-R900 tiene tantas características y tantas opciones, que
listarlas es una tarea larga y tediosa. Pero como la
mayoría
de ellas me producen verdadero goce, aquí vamos. Para
comenzar,
y aunque resulte archisabido, fue la primera unidad en el mundo en
incorporar
MDLP (no tiene capacidad para
NetMD ). Esto es fabuloso, pues la
calidad del sonido en LP2 es prácticamente indistinguible del SP
y permite meter muchos minutos de música en un disco. El
LP4 es una herramienta invaluable a la hora de grabar conversaciones,
conferencias, etc. La batería dura enormidades, hasta 66
horas
con el aditamento para la batería externa, algo impensable en su
momento.
Su diseño es absolutamente minimalista, con botones
pequeños
bien distribuidos. Tiene además doble “jog dial” (uno a
cada
lado), que es algo así como una perilla que permite
rápido acceso
a los menús, y dado que tiene tantos, pues más que un
lujo
resulta una necesidad. El de la izquierda permite visualizar los
títulos
de las canciones
sin tener que oírlas, algo que no se
veía
desde el entrañable
MZ-R70 . Una
estupidez que me encanta es que tiene un diminuto led rojo que se
enciende cuando se está grabando. Tiene también
“time stamp” una opción fabulosa que agrega la fecha y hora en
que se realizan las grabaciones, para posterior consulta. Puede
que parezca algo innecesario, pero a mí en particular me
entusiasma saber desde cuando tengo algo grabado. Además,
es de gran utilidad para quienes
graban clases o entrevistas. Otra función sensacional es
que
tiene un despertador incorporado. Se programa una cuenta
regresiva de
hasta 99 minutos y una vez transcurrido este tiempo el equipo
envía por los audífonos una melodía digital
previamente seleccionada que no se detiene hasta que se presiona alguna
tecla. Esta opción es fabulosa para quienes oyen
música en trenes o metros y no se quieren perder una parada
específica pero tampoco se quieren privar de una buena siesta
arrullados por sus canciones favoritas. También permite
insertar marcas de pistas durante la grabación a intervalos
programados (de 5, 10, 15 minutos, etc), algo muy, muy útil
cuando se graban clases o conferencias. Más maravillas: tiene
todas las opciones
de reproducción a las que nos tiene acostumbrados Sony en sus
discman’s.
Esto incluye reproducción programada, reproducción al
azar
y mi favorita, reproducción de una sola pista. Es mi
favorita
porque al terminar la pista el md se apaga solo. Además, a
todas estas opciones se les puede poner la opción de
repetición, con lo que se tiene un buen número de modos
de reproducción. Otra genialidad es la posibilidad de
seleccionar la velocidad de reproducción. Esto significa
que puedo jugar con el tempo de la música, hacerla sonar
más rápido o más despacio según mi
deseo. Probablemente este sea la más inútil de las
opciones, pero a mí me hace sonreír como un niño
cada que la utilizo. Otra opción que a la gente le parece
fantástica y a mí me parece idiota es la posibilidad de
automatizar el “End Search” o la búsqueda del final del disco,
previniendo de esta manera que se grabe accidentalmente encima de
material preexistente. Digo idiota, porque me fascina presionar
End Search cada que grabo una pista, debido a que fuerza al equipo a
hacer un “Toc Edit”, o sea que almacena permanentemente lo que se haya
grabado. Y más artilugios: Incluye
personalización para 20 discos, donde almacena orden de
reproducción, niveles de bajos, niveles de sonido, etc, de modo
que la próxima vez que se introduzca ese disco amado, el equipo
ya sabrá cómo te gusta escucharlo. La
personalización va más allá y brinda una memoria
donde se almacenan las frases o palabras más utilizadas en los
títulos, de modo que no haya que escribir nuevamente lo que una
vez arduamente se digitó. Como pongo mi nombre en los
discos, obviamente está almacenado en la memoria y con unos
pocos giros de las perillas lo llamo cuando
estoy marcando un disco nuevo. Permite también hacer "fade
out"
y "fade in", o desvanecimientos graduales del sonido. Ya en
terrenos
más comunes para otras unidades, los niveles de salida de audio
son
excelentes, en especial cuando se selecciona como “Line Out”, donde
brinda
la máxima potencia y no se puede manipular el volumen.
Finalmente,
el control remoto (RM-MC11EL) es excelente, tiene pantalla de cristal
líquido
de 9 caracteres con iluminación, esto es fabuloso pues puedes
usar
tu equipo en la oscuridad sin problemas. Además, la luz
azul
piscina que despide es conmovedoramente hermosa. Tiene un
excelente
“clip” para adherirlo a la ropa mientras se camina y su diseño
cilíndrico
hacen que su uso sea una experiencia verdaderamente placentera.
Es
notable el modo de avanzar las pistas y de cambiar el volumen: se hace
girar
el extremo del control, una maravilla del diseño. Lo he
utilizado
sin problemas en mi viejo
MZ-R70 , incluso
funciona la iluminación. Sobra decir que tiene todas
las opciones normales de grabación, como
grabación sincronizada ,
controles de ganancia automáticos y manuales, titulación
de las pistas mientras se graba, etc. Incluso tiene un
menú para
ajustar la sensibilidad del micrófono con el que se está
grabando.
Los defectos del equipo son pocos, pero si me preguntan,
mencionaría la ubicación del compartimiento para la
batería, la tapa queda situada en el costado del equipo, justo
debajo del jog dial, lo que hace que se abra fácilmente por
accidente. Además, tampoco me entusiasma la
ubicación del botón para abrir el equipo, en
la parte superior. Extraño el sistema del
MZ-R70 , a la izquierda, donde ahora queda la
compuerta para la batería. También extraño
que no tenga dos agujeros de salida, únicamente el del control
remoto, aunque su potencia es excelente. Lo más molesto
tal vez sea que cada vez que se apaga la unidad vuelve por defecto al
modo de salida para audífonos, algo horrible para quienes
usábamos el md como auxiliar de un equipo de sonido y nos vemos
obligados a navegar interminablemente por los menús para volver
a tener un nivel audible en los parlantes. También tiene una
opción absolutamente inútil, que quizás permita
transferir texto a unos pocos japoneses, pero que
en Occidente es poco más que ridícula. Se llama
CD-Text
y supuestamente ahorraría la odiosa tarea de titular los discos
manualmente pero se requiere un reproductor de cd que soporte Joint
Text (ninguno) y
cd’s que vengan con la opción de texto (nuevamente,
ninguno). Los audífonos originales son una
porquería para una unidad de
esta categoría, tienen incluso la desfachatez de ser
incómodos. El equipo suena todavía un poco al
grabar y reproducir, sin embargo comparado con el MZ-R70, es casi
completamente silencioso. De todos modos, en el balance final se
olvidan por completo estas pequeñeces, en realidad el MZ-R900
está cercano a la perfección y se ganó
merecidamente un lugar de honor en la historia de los minidisc's.