Para muestra,
un botón
Y nos sentimos dentro de la
poesía vital de nuestro cristianismo -que no de su pesada y oprimente
organización burocrática- recordando, en nuestra profanidad,
que la "poesía se llama religión cuando se compromete
con la vida" (J. Santayana).
E.
Miret Magdalena
¿No
a la religión?
El
País, 11 noviembre 1987
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