En el invierno, el pelo de los caballos
crece para soportar mejor las inclemencias del tiempo.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que al cortar o
esquilar a Lo primero que debemos tener en cuenta es que al cortar o esquilar a
nuestro caballo estaremos haciendo algo que en principio es totalmente
antinatural. El pelo del animal nace y crece con una función importante:
salvaguardar al individuo del frío durante el invierno y mantenerlo caliente
durante el verano.
A pesar de eso, el esquilado de un caballo es algo habitual y necesario en
muchos casos, de los que luego hablaremos.
Sea como sea, siempre deberemos tener en mucho cuidado a la hora de realizar
cortes adecuados, no pasándonos nunca de lo marcado para cada raza.
Esquilar es, sin dudas, una tarea que nos llevará largas horas y para la que se
requiere paciencia.
Existen múltiples razones por las que un caballo debe de ser esquilado; todas
ellas son de gran importancia:
·
El animal bien esquilado trabajará
mejor, sin el estrés que sin duda le produce el pesado pelaje.
·
La no presencia de pelo evita el
sudor, y todos los problemas que éste puede originar; entre ellos y como
uno de los más importantes, el frío: la gruesa capa de pelo retiene el sudor y
tarda mucho tiempo en secar, lo que sin duda puede causar enfriamientos cuando
las temperaturas son bajas.
·
Razones higiénicas:
las zonas cercanas a heridas deben encontrarse perfectamente limpias de pelo,
para evitar cualquier tipo de infección.
·
Razones estéticas:
un caballo bien esquilado resulta, sin lugar a dudas, mucho más estético.
Cada una de estas razones por sí misma resulta más que de peso
para decidirnos a esquilar a nuestro animal.
La máquina de esquilar es, sin lugar a
dudas, el elemento principal del equipo que precisaremos para esquilar a
nuestro caballo; aunque no el único, puesto que además deberemos disponer de
otros productos como mantas, vendas de descanso, cepillo, esponja, raspeta...
La máquina suele ser eléctrica; dentro de las cuales existen gran cantidad de
diferentes modelos que se comercializan en el mercado. Como con cualquier
aparato eléctrico hay que leer previamente y con atención todas las
instrucciones y comentarios realizados por el fabricante. En las máquinas de
esquilar es imprescindible que prestemos especial cuidado con los tipos de
cuchillas que deben ser utilizadas así como el método de fijación de las
mismas.
Sin lugar a dudas la cuchillas son el elemento principal de la máquina y éstas
deben encontrarse siempre en perfectas condiciones; decantarse por cuchillas no
aconsejadas por el fabricante, simplemente porque resultan algo más económicas
no es una buena idea.
Resulta fundamental controlar que la máquina se encuentre perfectamente limpia
antes de proceder a esquilar a nuestro animal, lubricada y funcionando correctamente.
Para lubricarla utilice aceite de máquina y cepille los dientes de las
cuchillas con la máquina siempre en marcha.
Ponga cuidado en que la tensión de la tuerca de ajuste sea la correcta: para
ello fíjese en el ruido que realiza la máquina; si es bajo y forzado será
porque esta tuerca se encuentra demasiado tensa y por el contrario si el sonido
resulta alto y rápido será porque está demasiado floja.
Antes de comenzar a esquilar debe comprobar que tanto el cable como la clavija
se encuentra en perfectas condiciones. Y mientras está esquilando deberá evitar
que el animal pueda morder o pisar el cable ya que puede correr riesgo de
electrocutarse.
Cada cierto tiempo a lo largo del proceso del esquilado vigilaremos el estado
de las cuchillas, poniendo cuidado en que no se caliente demasiado. En caso de
que observemos un calentamiento excesivo pararemos la máquina y la dejaremos
enfriar.
Si va a esquilar usted a su caballo, le recomendamos que tenga en cuenta los
siguientes puntos:
·
El día antes del esquilado, intente que
su animal realice bastante trabajo; pero no el mismo día del esquilado puesto
que no podrá cortar una capa sudada.
·
Antes de esquilar, cepille su cuerpo a
fondo, tenga en cuenta que si la capa está limpia será mucho más fácil de
esquilar.
·
Pruebe siempre la máquina antes de
ponerse manos a la obra (debajo del cuello es una buena zona). La máquina
funcionará correctamente siempre y cuando las cuchillas se deslicen por el pelo
cortando con facilidad, sin necesidad alguna de hacer fuerza.
·
Si nota que la máquina no está cortando
con suavidad, pare de inmediato: las cuchillas que se enganchan pueden dañar al
caballo.
·
Corte siempre a contrapelo.
·
Trabaje el cuerpo del animal desde
delante hacia detrás. Procure ir tapando la zona esquilada con una manta (a ser
posible de yute, ya que en las mantas de lana los pelos recién cortados pueden
engancharse).
·
Corte a tiras, que irán de forma
paralela.
·
Mantenga las cuchillas siempre planas.
Esto es muy importante, puesto que si inclina las cuchillas demasiado hacia la
piel del caballo puede producirle un severo corte en la piel.
·
Si se encuentra en una capa gruesa,
pase dos o incluso tres veces sobre la misma, profundizando poco a poco.
·
Si nota que el caballo muestra signos
de cansancio, déjelo descansar y aproveche para hacerlo usted también.
·
Sobre todo en el momento de esquilar la
parte interior de las piernas, ponga cuidado en que el caballo no se mueva, ya
que podría producirle una lesión de importancia. En caso de que se de cuenta de
que va a moverse, procure detenerlo sujetando la cola.
·
Tenga en cuenta que las zonas más
sensibles del animal son: la cabeza, el bajo vientre, y la parte interior de
las extremidades. Es fundamental que proceda a su corte con las cuchillas de la
máquina en frío.
·
Para las zonas difíciles de alcanzar
(pelo de la garganta, entre los remos anteriores y entre las piernas), estire
la piel sobre el hueso o la carne de debajo con la mano que le queda libre;
esto le facilitará el acceso de la máquina.
·
Cuando finalice el proceso de
esquilado, cepille de nuevo al caballo y póngale una manta por encima.
·
Limpie la máquina a fondo y déjela
siempre con las cuchillas sin montar.