El Gato

El ronroneo.

Más que un mero elemento de comunicación, el ronroneo le permite al gato no sólo tranquilizar y agradar a su familia humana y felina sino a sí mismo. También lo hace para estrechar sus relaciones familiares; calmar y hacer dormir a sus crías o llamarlas para comer; mostrar su estado emocional; dar muestras de amistad y aprobación; para lisonjear.

Es algo más que una vocalización felina o una rareza fisiológica... se destaca por sobre todos los atributos del gato. Es personal, singular, distintivo... es, en definitiva, una verdadera e inigualable obra de arte en cuanto se refiere a elemento de comunicación y forma de expresión felina.

Más que un mero elemento de comunicación, el ronroneo le permite al gato no sólo tranquilizar y agradar a su familia humana y felina sino a sí mismo. También lo hace para estrechar sus relaciones familiares; calmar y hacer dormir a sus crías o llamarlas para comer; mostrar su estado emocional; dar muestras de amistad y aprobación; para lisonjear.

 Cuando los gatitos tienen 2 días de edad, espontáneamente comienzan a ronronear mientras maman. Esas vibraciones los ayudan a orientarse y le sirven a la madre para saber que el flujo lácteo es el correcto y que está todo bien... sería como la sonrisa de un bebé. A medida que los gatitos crecen son llamados a comer con un fuerte y poderoso ronroneo. Todos estos ronroneos "comunitarios" sirven para crear y mantener una estrecha relación familiar especialmente importante en las primeras semanas de vida en las cuales la necesidad de protección por parte de la madre es absoluta.

En los gatos adultos el ronroneo a veces es usado como una señal de sumisión de un gato frente a otro dominante. En éstos casos se reduce la posibilidad de un ataque ó pelea distrayendo al agresor ó estimulando en su mente sentimientos de paz y conciliación. Una hembra ronronea casi continuamente durante el cortejo y el acto sexual.

Cada gato tiene una forma peculiar de ronronear y varía ampliamente de uno a otro tanto en la intensidad como en la situación que lo induce. Algunos gatos son ronroneadores habituales vivaces y entusiastas; otros en cambio sólo susurran quietos y con decoro; los hay que hacen ostentación de sus ronroneos ásperos aunque no menos hechiceros ó bien salpicados de gorjeos, susurros, silbidos y jadeos; finalmente están aquellos tan discretos que su ronroneo sólo puede ser detectado acariciando su garganta... sintiendo, más que escuchando sus aterciopeladas vibraciones.

 

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