Pequeña reseña de La Escuela Posible

Claudia Nilson

 

En la Escuela de Psicología de la ULS, a partir de la iniciativa de algunos estudiantes, durante el segundo semestre de 1997, La Escuela Posible se constituyó como una actividad que no se fijaba una meta final concreta, ni objetivos específicos, ni nada que predeterminara bajo una mirada de mediano plazo los caminos a seguir. Más bien surgía de necesidades presentes y del deseo de aventurar caminos no recorridos aún: el contar con un espacio de conversación, de exposición, en el cual alumnos de la escuela o de otras, lo mismo profesores, y otras personas, pudiesen participar por medio del compartir, vía conversación, la diferencia y la legitimidad de los puntos de vista. La Escuela Posible se desarrollaba como la oportunidad de experienciar la multiplicidad de realidades posibles en un ámbito que no tuviese que ver con lo evaluativo. Se daba por tanto la libertad de exponer toda aquella perspectiva que se deseara exponer, invitándose abiertamente a todas las personas a la discusión. Esto se hizo sobre el planteamiento de la construcción intersubjetiva, que respeta la legitimidad de toda opinión, y en donde ninguna anula a otra.

En el Congreso Imaginario se parte con el deseo de la utilización de las diversas formas de expresión como legítimas maneras de decir, de comunicar. Por ello la música, la poesía, la expresión plástica también se hicieron presentes, apelando con ello a las posibilidades de expresión que cada uno de nosotros lleva dentro. Era, entonces, el momento de hablarnos de maneras distintas.

La convocatoria durante 1997 fué amplia, por lo que se contó con una alta participación. Cada participante habría tenido su propio concepto o noción de lo que el La Escuela Posible; Congreso Imaginario iba siendo, y esto enriquecía lo que se iba construyendo.

Durante 1998, se expresa la inquietud de la realización del mismo...

LO QUE PUDO HABER SIGNIFICADO

La de Psicología de la Universidad de La Serena es una escuela incipiente. Aún, como alumna, tengo el gusto de observar el desarrollo de las distintas etapas de la misma in situ. He presenciado la "salida al mundo" de la primera generación, la cual se encuentra haciendo su práctica profesional actualmente. Pasamos entoces a hacernos dentro de este año "reales" para la comunidad, luego de 5 años de cuasi anonimato...

Uno de los malestares de algunos alumnos correspondía a la sensación de pertenecer a una generación de estudiantes universitarios "escolarizados", es decir, comprometidos con la nota, con la fecha de entrega, con el pagar las fotocopias sacadas a tiempo y ocupar un asiento silenciosamente. El deseo de la discusión como un estilo de relación en el aula se hacía presente, pese a la dificultad de pelear con el bicho interno de seguir haciendo lo de siempre, seguir haciendo lo que todos.¸

La condición de nuevos, de ser de provincia y unas cuantas cosas más también añaden piedras a la mochila de las resignaciones, respecto de lo que no se puede cambiar "ahora".

La Escuela Posible; El Congreso Imaginario busca un momento de casualidades generativas, en donde, justo el Viernes en la tarde, nos juntamos tu-yo-ella, y despertamos el deseo de hablar acerca "de".

Sobre la casualidad de ser estudiantes de psicología se dan otras, y encontramos matices que enriquecen o contrastes intensos en el fluir de los que planteamos. Un poco lo que creíamos que sería la universidad antes de entrar a ella. Se descubre que la construcción académica requiere de lo que se habla fuera del aula, de lo que se conspira en el fin de semana al pensar en lo que somos (como individuos, grupos, instituciones) y en lo que no queremos ser. O en ciertos sueños...

Y como soñar es como bocetear lo posible, se requiere ir más adelante.

Personalmente, lo que guiaba mi espíritu durante el trabajo en el Congreso Imaginario era algo como esto :

"La doctora Mead expresa con perfecta claridad que este nuevo giro en el acento la configuración guestáltica de nuestro pensamiento significa zarpar a un mar no explorado. No podemos saber que clase de seres humanos resultarán de tal viaje (...). Lo único que la doctora Mead puede decirnos es que si seguimos el rumbo de lo que nos parecía más natural, planificando nuestras aplicaciones de las ciencias sociales como medio para obtener un fin previamente definido, con seguridad chocaremos con una roca. Ella nos a indicado en que lugar se encuentra la roca, y nos recomienda tomar un curso que vaya en una dirección en la cual no está la roca, pero esa dirección es nueva, y no existe una hoja de ruta que nos guíe (...)".

G. Bateson, 1942

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