El cuidadano al poder
Por Carlos Perzabal
Guillermo Ysusi Farfán, es arquitecto, coadyuvante y promotor del buen uso del suelo, de la preservación del medio ambiente, de la organización comunitaria y del desarrollo económico y social. Es egresado de la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) (1969).
Guillermo Ysusi Farfán, delegado en la Magdalena Contreras, declaró a Rino que uno de sus grandes retos es el rescate ecológico del bosque cada vez más depredado, principalmente en la zona de los Dinamos, una de cuyas partes recientemente fue consumida por el fuego. Y a tal efecto invitó a inversionistas para que presenten proyectos productivos que generen empleo y contribuyan a detener el avance destructor de la mancha urbana. Pidió, asimismo, a los “desde hace algunos años” políticamente acéfalos campesinos comuneros propietarios de áreas boscosas que elijan a la mayor brevedad a sus autoridades para estar en aptitud de “luchar por lo que es suyo”.
Por lo pronto, “el primero de enero de 1998 comenzamos la limpieza del contaminado río de los Dinamos; ahorita en su gran mayoría está limpio, le tenemos que dar otra peinada y hacer limpieza todos los días primeros de semana porque sábados y domingos viene mucha gente, pero una de las cosas que al respecto nos proponemos es liberar la zona federal para que el río quede libre de puestos y ordenarlos y mejorarlos para que desechos y basura no alteren el ambiente y el paseo de fines de semana sea más grato”.
Ysusi Farfán dijo que entre sus tareas inmediatas también está “concluir todo lo que es drenaje, pavimento y servicios en la zona urbana, porque uno de mis grandes retos es, asimismo, terminar con los asentamientos humanos irregulares que se encuentran unos en la zona urbana y otros en la zona de conservación ecológica”. Ello implicará, por un lado, “decidir dónde reubicar a quienes ocupan áreas altamente peligrosas, liberar de esa presión al bosque y ver cómo los regularizamos”, y por otro, “regularizar asentamientos humanos que tienen diecinueve, quince, diez, cinco o tres años en terrenos de noventa, cien, doscientos cincuenta y ochocientos metros cuadrados comprados de buena fe a grupos inmobiliarios que lucraron con la tierra”.
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