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Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey ITESM
Campus Chihuahua |
Ecuaciones
Diferenciales
Ma-95-841 Grupo 03
11:00
Maestro:
Dr. Alejandro Montes
Trabajo de
Investigación:
"Sábana
Santa"
Joaquín Emmanuel Torres
Soto IIS No. de Matrícula 750635
21 de agosto de 1998
Ecuaciones
Diferenciales
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Sábana Santa |
Índice.
I.- Introducción.
II.- ¿Qué es la
Sábana Santa de Turín?
1) ¿Cómo
se formó la imagen de la Sábana Santa?
2) Guía
a la lectura de la Sábana Santa.
III.- La Sábana
Santa a través de la historia.
IV.- Investigaciones
que niegan su autenticidad.
1)
El
enfoque científico
2)
El
enfoque artístico
V.- Investigaciones
que demuestran su autenticidad.
1)
El
enfoque científico
2)
El
Centro Español de Sindonología (C.E.S.)
3)
Los incendios.
VI.- Recorrido
bíblico.
VII.- Conclusiones.
VIII.- Bibliografía.
I.- Introducción.
La humanidad ha sido
testigo de cientos de acontecimientos que han afectado y siguen afectando su
curso; vivimos en un mundo multicultural en donde cada nación, región raza o
pueblo presenta características propias de su cultura, las cuales las
identifican y son pilares de sus civilizaciones. Dentro del aspecto religioso
al igual que el cultural, nos encontramos con una variedad de religiones y
creencias que forman parte de cada pueblo, estas creencias o suposiciones han
dictado la conducta de los hombres que las adoptan y practican; una de las
religiones más antiguas y seguidas en el mundo es el cristianismo, basado en la
doctrina de Jesucristo, cuya muerte significó el perdón de los pecados del
mundo y el inicio de una fe muy fuerte por parte de los seguidores y
practicantes de su doctrina.
Dentro del papel de
investigador, es necesario analizar las diversas fuentes y datos disponibles antes
de poder juzgar o suponer teorías sobre algunos fenómenos; en este caso,
tomando el papel de investigador, y con el fin de comprender aún más sobre los
fenómenos y propiedades del decaimiento exponencial, característico de los
elementos radioactivos, se llevó a cabo la presente investigación sobre El
Santo Sudario de Turín, conocido también como la Sábana Santa, Santo Manto,
Santo Sudario, etc., ya que representa uno de los muchos dogmas de fe presentes
en la religión cristiana, y en la cual se cree está plasmada la imagen del
cuerpo de Jesucristo después de morir crucificado; en este manto practicó una
prueba con el elemento carbono catorce (C-14) en 1988, para verificar su
autenticidad y poder estimar así la fecha exacta o aproximada de antigüedad, y
saber así si es realmente la sábana en la que estuvo Jesucristo.
Así pues el contenido
del presente trabajo presenta las evidencias encontradas utilizando la red de
información electrónica Internet, con respecto a la Sábana Santa, además como
las diferentes posturas de investigadores y religiosos sobre la autenticidad de
este manto; en lo posible se trató de respetar los aspectos científicos de los
religiosos, y se invita a la reflexión, análisis y discusión del tema, ya que
la verdad aún no está consolidada y como investigadores, críticos y reflexivos
estamos obligados a encontrarla.
Joaquín Emmanuel Torres Soto.
II.- ¿Qué es la
Sábana Santa de Turín?
Es una sábana de lino tejida a pescado
(tipo de tejido); sobre un solo lado de la tela son impresas las huellas
frontales y dorsales de un hombre muerto después de haber sido crucificado, el
cual se cree que es Jesucristo; los datos técnicos del manto son los
siguientes:
·
Sábana de lino, largo 4.36m y ancho 1.10m.
·
Sobre ella se ven enseguida, además de las dos líneas
oscuras y de los triángulos blancos, signos de quemaduras (un incendio en
1532), las huellas de una imagen -frontal y dorsal- de un hombre muerto por
crucifixión.
1) ¿Cómo se formó la imagen
de la Sábana Santa?
La
ciencia no ha dado todavía explicaciones plausibles. Los resultados de las
investigaciones efectuadas en este siglo son los siguientes:
·
La imagen no es una pintura y ha sido dejada
por el cadáver de un hombre fustigado y crucificado. La elaboración del
ordenador ha revelado que ella posee propiedades tridimensionales, que no
pertenecen ni a las pinturas ni a las normales fotografías.
·
Sobre el Lienzo se hallaron polenes de flores
que han ofrecido fuertes indicios de una presencia de la Sábana Santa no sólo
en Europa, sino también en el cercano Levante.
·
Las análisis de las huellas de sangre han
indicado la presencia de sangre humana, del tipo AB. Sobre la Sábana no hay
huellas de pigmentos colorantes.
·
En 1988 ha sido efectuada, sobre un fragmento
de la Sábana Santa, la "prueba de datación" con el método del Carbono
14: los resultados dieron al tejido una datación entre el 1260 y el 1390 d.C.
Estos resultados son hoy mismo objeto de discusión al interior de la misma
comunidad científica; estudios experimentales más recientes han abierto otra
vez el problema. Datación, adecuada conservación, formación de la imagen: en
torno a estos problemas la ciencia moderna sigue interrogándose.
2) Guía a la lectura de la
Sábana Santa.
La imagen de la figura humana debe de ser leída como si fuera
reflejada en un espejo: lo que se ve a la derecha se encuentra en realidad a su
izquierda y viceversa. La huella del cuerpo humano es una imagen negativa, las
impresiones y las huellas de sangre son en positivo.
Cualquier interés para la Sábana Santa
tiene origen de su realidad: (El Lienzo) existe una manufactura, una sábana un
poco particular, de origen incierto, que lleva una imagen aun más incierta. La
imagen es un poco tenue, pero, cuando la mirada se acostumbra, sobre todo si se
le evidencia con la ayuda de la fotografía, muestra de manera clara la figura
de un hombre que ha sido sujetado al suplicio de la crucifixión, por eso ha
muerto y lleva los signos de algunas torturas especiales. El cuadro global de
aquellas torturas remite a una narración que viene de la antigüedad, la única
conocida en que estos detalles se encuentran todos presentes al mismo tiempo.
Se trata de la narración que los cuatros evangelios hacen de la pasión de Jesús
de Nazaret.
La Sábana Santa ha tenido en Occidente, a
partir de la mitad del siglo XIV, una fuerte incidencia en la piedad popular.
Esto sugiere la pregunta fundamental: si sea legítima esta forma de piedad o si
hay que rechazarla, teniendo en cuenta la natura misma y la historia de la
Sábana Santa. Es necesario por eso plantear con mucha atención también el
discurso de la acogida vital acordada a este objeto y a su mensaje, para que el
hombre de hoy se sienta respetado en la propuesta que se le dirige de mirar a
esta imagen y dejarse envolver.
La Sábana Santa es un objeto
suficientemente misterioso para ser capaz de levantar la curiosidad de los
investigadores y de los científicos; lleva una imagen de sufrimiento tan
impresionante como para suscitar la piedad lastimosa de cada corazón sensible;
señala caracteres de referencia con un pasado de torturas, que distinguió la
historia de enteros siglos de la antigüedad, que pueden interesar los que se
sienten herederos de aquella civilización; muestra en particular correspondencias
tan cercanas a la narración de un momento de la historia de Jesús de Nazaret
que envuelve de varias maneras quien se siente sangre de su sangre, sea por ser
parte de su mismo pueblo sea por la adhesión de fe a su mensaje.
III.- La Sábana
Santa a través de la historia.
Desde el 1578 la Sábana Santa es
conservada en la Catedral de Turín, cuando llegó de Chambéry, antigua capital
del Ducado de Saboya. Desde la mitad del siglo XIV hay testimonios históricos
de la Sábana Santa seguros y sin más interrupciones: en aquella época el lienzo
es presente en Lirey (Francia); una posible historia precedente vio la Sábana
Santa en Oriente (Edesa, Costantinopla), de donde habría sido transportada en
Europa durante las Cruzadas.
En 1453 fue cedida a los Saboya, y sigue
la familia reinante en el traslado de la capital en Piamonte. Desde 1694 es
custodiada (a parte breves interrupciones) en la maravillosa capilla que
Guarino Gaurini construyó entre la Catedral y Palacio Real. Desde 1983 la Sábana
Santa es propiedad de la Santa Sede, dejada en herencia por Umberto II de
Saboya al Papa. En los últimos cuatro siglos la Sábana Santa ha sido expuesta
varias veces; la ostensión más reciente es de 1978, para los 400 años del
traslado en Turín.
1578 |
El 14 de septiembre de 1578 el duque
Emanuele Filiberto transfiere la Sábana Santa en Turín para acortar el viaje
del Arzobispo Carlo Borromeo que había hecho voto de ir a venerar la Sábana
Santa. La de 1578 es la primera ostensión en Turín. |
1898 |
En 1898 en Turín se festejan: el 50°
aniversario del Estatuto Albertino; el 4° centenario de la construcción de la
actual catedral; el 3° aniversario de la fundación de la Cofradía de la
Sábana Santa; el 1500° aniversario de un concilio que se tuvo en Turín. Para
celebrar todos estos acontecimientos se organizó una Ostensión de la Sábana
Santa desde el 25 de mayo hasta el 2 de junio. |
1898 |
Durante la Ostensión de 1898, el
abogado Secondo Pia es autorizado por la casa Saboya a fotografiar por
primera vez la Sábana Santa. Aquí es el negativo de la primera fotografía que
él obtuvo. Las dimensiones son de 21x27 cm, y ha sido obtenida con un tiempo
de exposición de 1 minuto. |
El negativo de
la cuarta fotografía tomada por Secondo Pia con un tiempo de exposición de 5
minutos. Mientras la base del altar aparece en negativo fotográfico, la
imagen de la Sábana Santa aparece en positivo fotográfico demostrando que la
imagen sobre la sábana es impresa en negativo natural. |
1898 |
Como se presentan en la realidad el
altar y la Sábana Santa durante la Ostensión de 1898. |
1898 |
El marco, utilizado en 1931 y en 1933,
fue colocado después detrás del altar mayor de la iglesia de la Cofradía de
la Sábana Santa, con una copia fotográfica de la Sábana Santa en tamaño
natural. |
1933 |
1973 |
El 23 de noviembre de 1973 hubo una
nueva ostensión de la Sábana Santa en el Salone degli Svizzeri (Salón de los
Suizos) del Palacio Real de Turín y fue transmitida la primera ostensión televisiva. |
Fueron también sacados unos hilos y
unos fragmentos de la tela de la Sábana Santa para un análisis hematológica y
microscópica. En la fotografía se enseña el recto y el revés de una muestra
de tela sacada. El tamaño linear es el doble
del original. |
1973 |
1978 |
Al final de la Ostensión, desde el 8 hasta el 13 de octubre,
44 estudiosos pudieron efectuar exámenes directos sobre la Sábana Santa que
había sido tendida sobre una expresa mesa giratoria. |
1980 |
En ocasión de la primera visita
pastoral del Papa Giovanni Paolo II en Turín, el 13 de abril de 1980 fue
expresamente organizada una. Ostensión privada. En la fotografía, el Santo
Padre mientras besa la tela |
Unos días después del incendio de la
Catedral de Turín del 11 de abril de 1997, fue organizada una Ostensión
privada para averiguar si la tela hubiese padecido daños. En la fotografía,
el cardenal Saldarini y unos expertos
alrededor de la Sábana Santa. |
1997 |
IV.- Investigaciones
que niegan su autenticidad.
1) El
enfoque científico.
La Sábana Santa empezó a "sorprender" hace un siglo cuando,
por primera vez, fue fotografiada por Secondo Pia, en 1898: el negativo de la
fotografía mostró en detalle y con una evidencia mucho mayor que el "positivo",
todos los "signos" que la Sábana Santa guardaba.
La
exposición pública de la Sábana Santa reabre el debate sobre la Autenticidad de
la Falsa reliquia.
Supuestos expertos recurren a
mentiras y tergiversaciones para rechazar las pruebas que demuestran que el
lienzo es de origen medieval. La exposición pública de la llamada sabana santa,
que pudo ser contemplada desde el sábado hasta el 14 de junio en la catedral de
Turín, ha reabierto el debate sobre la autenticidad de la falsa reliquia. A
pesar de que el Vaticano admitió en 1988, tras el concluyente dictamen del
carbono-14, que el lienzo es de origen medieval, supuestos expertos vuelven a
recurrir a mentiras y tergiversaciones para defender que la pieza de lino
envolvió el cuerpo de Jesucristo y es una prueba de la resurrección.
Los defensores de la autenticidad de la pretendida reliquia,
que se mueven exclusivamente por la fe, ocultan a la opinión pública las
numerosas evidencias que demuestran que la pretendida reliquia no es sino obra
de un artista medieval, tal como denunció hace ya seis siglos la principal
autoridad eclesiástica de la región donde apareció por primera vez el lienzo.
En 1389, el obispo Pierre D´Arcis escribió un largo informe, en el que advertía
al papa de Avignon Clemente VII que Henri de Poitiers, su antecesor al frente
del Obispado de Troyes, «descubrió el fraude y cómo dicho lienzo había sido
astutamente pintado, ya que de esa verdad testimonió el artista que lo había
pintado, o sea que era una obra debida al talento de un hombre y en absoluto
milagrosamente forjada u otorgada por gracia divina». Un año después, el papa
de Avignon reconoció, en el caso de la reliquia expuesta en Lirey, «no se trata
de la Verdadera Sábana de Nuestro Señor, sino de un cuadro o pintura hecha a
semblanza o representación de la sábana». Exactamente lo mismo que hace diez
años dijo el cardenal Anastasio Ballestrero.
Fue a finales del siglo XIX cuando los sindonólogos
establecieron cuál era la diferencia entre el lienzo de Turín y los más de
cuarenta sudarios de Cristo que se habían diseminado por Europa durante la baja
Edad Media: tras tomar varias placas fotográficas de la imagen, el abogado
italiano Secondo Pia anunció en 1898 que el sudario era un negativo. Algo que
hoy siguen manteniendo muchos presuntos expertos que, al igual que Pia, se
dejan llevar por las apariencias y no son capaces de darse cuenta, por ejemplo,
de que las manchas de sangre de la sábana son rojas -algo imposible en un
negativo- y la barba del hombre de la sábana es negra, lo que quiere decir que
el individuo supuestamente envuelto en el lienzo era un anciano de barba
blanca.
Un ser deforme y con pintura por sangre El hombre retratado en
el sudario de Turín es, además, un ser deforme, como se deduce del hecho de que
la figura presenta una serie de detalles que violan las leyes anatómicas.
Mientras que en la imagen frontal aparece relajado, con ambas piernas
totalmente estiradas, en la vista dorsal está impresa la planta del pie
derecho, lo que exigiría que hubiera doblado una rodilla. En el rostro, no hay
ninguna simetría y la larga melena no cae hacia la nuca, sino que se mantiene
suspendida como por arte de magia. Pero, aún hay más. Cuando alguien se tumba
de espaldas, las nalgas quedan aplastadas contra la superficie en la que el
cuerpo reposa y eso no ocurre con la figura de la sábana, que, en el colmo del
puritanismo, oculta los genitales tras las manos. Además, en la zona de la tela
donde debería estar impresa la parte superior del cráneo, no hay nada. Por si
eso fuera poco, la distancia que separa la frente de la parte posterior de la
cabeza ronda los 12 centímetros; es la propia de un ser microcéfalo. Algunos
defensores del sudario han indicado, por esto, que Jesús padecía una enfermedad
hereditaria llamada síndrome de Marfan. ¿En qué quedamos, la figura de la
síndone es la de un hombre perfecto o la de un enfermo?
Que la sábana santa no contiene huella alguna de sangre lo
demostró a finales de los años 70, Walter McCrone, probablemente el
microanalista forense más competente del mundo y en aquel entonces miembro de
la Sociedad para la Investigación del Sudario de Turín (STURP), un grupo de
creyentes relacionado con la religiosa Hermandad del Santo Sudario, muchos de
cuyos integrantes vuelven estos días a liderar la cruzada por la autenticidad
de la reliquia. McCrone detectó en el lienzo muestras de bermellón y rojo de
rubia, pinturas utilizadas en la Edad Media. Los resultados del trabajo de
McCrone no fueron, obviamente, del agrado del STURP, ya que confirmaban la
hipótesis artística apuntada por Henri de Poitiers, Pierre d´Arcis y otros, así
que fue expulsado del STURP. «Tengo buenas y malas noticias -dijo irónicamente
McCrone en el congreso en el que anunció sus conclusiones-. Las malas son que
el sudario es una pintura. Las buenas son que nadie me cree.» Otra de las
supuestas pruebas que el tiempo echó abajo fue la de los rastros de polen. El
palinólogo suizo Max Frei tomó en 1973 muestras de polvo depositado en doce
puntos del lienzo y detectó la presencia de polen de una treintena de especies
propias de Oriente Próximo que no existen en Europa.
El estudio de Frei sólo tiene un problema: hay que fiarse de
la palabra del experto, ya que nadie controló en su día la recogida de muestras
ni ha logrado después los mismos resultados. El establecimiento de mecanismos
de control y la repetibilidad del experimento son algo fundamental en ciencia.
Hasta el propio STURP considera que la muestra de Frei «no es estadísticamente
significativa. Los pólenes podrían haber sido llevados por el viento o
depositados por los visitantes de la sábana; su presencia no prueba que la
sábana estuviera nunca en Tierra Santa». Por si fuera poco, Frei no es un
estudioso digno de crédito: en calidad de perito calígrafo, certificó en su día
la autenticidad de los falsos diarios de Adolf Hitler.
El radiocarbono y la ‘resurrección’ de Willard F. Libby
Después de más de seis siglos de controversia, el Vaticano aceptó en 1988 que
se sometiera la sábana santa a la datación mediante radiocarbono. El cardenal
Anastasio Ballestrero confirmó el 13 de octubre de 1988 las sospechas de los
escépticos. Los análisis científicos llevados a cabo, independientemente, por
tres laboratorios de Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza demostraban que el
tejido del sudario de Turín había sido confeccionado entre los años 1260 y
1390. La Iglesia aceptó el veredicto de la ciencia; pero confirmó «su respeto y
su veneración a esta imagen de Cristo, que sigue siendo objeto del culto de los
fieles. El valor de la imagen -puntualizó Ballestrero- es preeminente respecto
al eventual valor de muestra histórica».
Los resultados no sorprendieron más que a los inventores de
misterios, ya que los investigadores rigurosos que habían examinado el sudario
estaban convencidos de su origen medieval. En septiembre de 1980, Walter
McCrone había advertido que el carbono 14 iba a datar la pretendida reliquia
«el 14 de agosto de 1356, diez años más o menos». Vittorio Pesce, antropólogo
de la Universidad de Bari, mantenía meses antes de la datación por radiocarbono
que la sábana había sido confeccionada entre 1250 y 1350. Y es que los
documentos históricos, la iconografía, los materiales y las técnicas empleadas
se bastaban y se sobraban para situar la aparición de la sábana en Francia a
mediados del siglo XIV.
El Vaticano aceptó los resultados del examen científico; pero
los empecinados sindonólogos, los mismos que habían obviado los análisis de
McCrone, emprendieron una campaña de descrédito contra la prueba del
radiocarbono. Y lo hicieron con la torpeza que les caracteriza. Apenas habían
pasado unos meses desde la rueda de prensa del cardenal Ballestrero, cuando
salieron a la luz críticas del propio Willard F. Libby. «Tengo curiosidad
-decían que había dicho el premio Nobel e inventor del método de datación- por
leer la relación científica para examinar la metodología usada por los tres
laboratorios. Pero, mientras llega, puedo ya indicar algunos fallos garrafales.
Primero, que la muestra del lienzo ha sido cortada en un solo lugar, y que no
se ha hecho un muestreo estadístico de toda la superficie del lienzo como exige
el método o, al menos, de sus diferentes partes esenciales. Además, el lugar
escogido para los cortes de las muestras resulta ser el que los encargados de
mostrar el lienzo durante horas y días a lo largo de los tiempos agarraban con
las manos para mantener en alto y extendido el lienzo durante las exposiciones.
Por lo tanto, un lugar ‘contaminado´ por el sudor y grasa
orgánica, vehículo especial del carbono 14». Y, entre otros, el presidente del
Centro Español de Sindonología, Celestino Cano, no dudaba en afirmar que la
prueba del radiocarbono no se hizo bien, «como más tarde ratificó el propio
inventor del sistema». ¡La sábana santa había obrado, por fin, un milagro!
Libby volvía de la tumba para pronunciarse sobre la validez de la prueba del
carbono 14. Las preguntas clave son: ¿de dónde sacaron en 1989 periodistas y
sindonólogos las declaraciones del premio Nobel muerto en 1980?, ¿organizaron
una sesión de espiritismo o, simplemente, se inventaron la opinión del
químico?, ¿a nadie se le ocurrió comprobar que el científico había fallecido
años antes o es que no interesaba hacerlo? Sólo hay una cosa clara, en el caso
del sudario de Turín, pensar mal es garantía de acierto.
¿Cómo
fabricar una sábana santa?
Fabricar una sábana santa está al alcance de cualquiera. Basta
con poner un pedazo de papel sobre una moneda y frotar con la punta de un
lapicero. Es algo que han hecho casi todos los niños y que, sin embargo, son
incapaces de entender los defensores de la autenticidad histórica de la llamada
síndone de Turín. El museólogo Joe Nickell, autor de Inquest on the shroud of
Turin (1983), ha demostrado que, para obtener resultados similares a los de la
sábana santa, basta con hacer lo mismo que cualquier escolar, pero tomando una
tela y un bajorrelieve. La técnica medieval del frotado produce imágenes con
apariencia de negativos, en las que los altibajos del relieve se corresponden
con altibajos en el tono de la imagen. La figura así obtenida tiene, como la
del sudario, algunos espacios en blanco rodeando las formas prominentes. Con un
pigmento semiseco o en forma de polvo, se consigue también que la pintura no
penetre más allá de las primeras fibras, además de no dejar marcas de brocha ni
direcciones de hechura, como es el caso del sudario.
Todo este cúmulo de pruebas, y muchas más, han llevado a
ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico a mantener desde 1985 que
la sábana santa no es más que una pintura medieval y a reiterar, siempre que
tiene oportunidad, el engaño del que está siendo objeto la opinión pública por
parte de sindonólogos y periodistas esotéricos que, además, nunca han publicado
sus trabajos en revistas científicas, sino en publicaciones donde se habla de
secuestros extraterrestres, espiritismo y otras muestras de pseudociencia.
La
Sábana Santa de Turín
.
El estado actual de las investigaciones y descubrimientos en
torno a la Sábana Santa de Turín es bastante más complejo de lo que algunos
pretenden hacernos creer. Para algunos medios de "información" parece
que todo lo que se sabe de la Santa Síndone empieza y acaba en la rueda de
prensa del 13 de Octubre de 1988, en la que el Cardenal Ballestrero hizo
público el resultado de la datación por el método del Carbono 14. Los titulares
de algunas publicaciones de aquellos días (y la propia TVE) llegaron a decir
que la Santa Sede reconocía oficialmente que la Síndone era una falsificación
medieval. Bastaría repasar la declaración oficial efectuada por él, entonces,
Obispo de Turín para ver que tal cosa no puede deducirse de sus palabras. Es más,
posteriormente (el 28 de Abril de 1989) S.S. Juan Pablo II en una rueda de
prensa improvisada a bordo del avión en su viaje a Madagascar rechazó que la
Síndone pueda considerarse como un simple icono: "La Iglesia nunca se ha
pronunciado en este sentido.
Siempre ha dejado la cuestión abierta a todos aquellos que
quieran demostrar su autenticidad. Yo creo que es una reliquia.
"Consecuentemente con esta posición, se han organizado dos ostensiones
(exposiciones públicas) de la Sábana Santa en fechas próximas; del 18 de Abril
al 31 de Mayo de 1998 y del 29 de Abril al 11 de Junio del año 2000. La
anterior ostensión, que coincidió casualmente con el último cónclave, fue
realizada en 1978 y reunió a más de 3.000.000 de personas en la Catedral de
Turín en cuarenta y dos días. No hay, por tanto, cambio alguno respecto a la
posición tradicional de la Iglesia. Nunca se ha pedido a los católicos que
piensen de una determinada manera en este tema, que no es dogma de fe, ahora
tampoco. Sin embargo, para opinar es necesario conocer lo que la ciencia ha
venido diciéndonos en los últimos tiempos sobre la Síndone de Turín. Todo ello
sigue siendo verdad.
La fotografía.
El primer descubrimiento cabe atribuirlo,
sin duda, al abogado italiano Secondo Pía. Su contribución fue muy simple desde
el punto de vista material, pero resultó revolucionaria. Pía se limitó a
realizar, en 1898, la primera fotografía de la Síndone.
Al examinar la placa que contenía
el negativo fotográfico quedó desconcertado: La inversión del claroscuro, que
ordinariamente se produce en la placa fotográfica, servía en este caso para
mostrar el verdadero carácter de la figura (que aparecía extraña y borrosa
cuando se contemplaba la Sábana al natural). Para que pudiera verse la imagen
que aparecía en la placa que sostenía en las manos era necesario que en la tela
se hubiera "estampado" la figura del crucificado con el claroscuro al
revés, pues en el negativo fotográfico aparecía el positivo óptico de la
impronta.
Se podían apreciar ahora todos los
detalles; por fin era una imagen comprensible. Este fenómeno se da siempre que
se fotografía la Síndone, y parece innecesario recalcar que no existe
antecedente alguno comparable con este caso. No se conoce en la Historia de la
iconografía, anterior al siglo veinte, de ningún artista que realizara su obra
invirtiendo el claroscuro. El propio sentido de la negatividad de una imagen es
contemporáneo a la aparición de la fotografía (e inconcebible para un artista
medieval). ¿Qué sentido tendría en el siglo XIII realizar algo así, teniendo en
cuenta que los contemporáneos no lo entenderían?. ¿Quién sería capaz de hacer
algo semejante, dado el ínfimo desarrollo del realismo anatómico en la
iconografía medieval?
La Medicina también se interesa por la
síndone.
El descubrimiento de Pía suponía un gran
hallazgo para la medicina, porque la imagen que aparece en el negativo
fotográfico permitía un estudio minucioso de las diferentes heridas que se
aprecian en el cuerpo del "Hombre de la Síndone". El primer cirujano
que comprobó la absoluta exactitud anatómica de esas heridas fue el Profesor de
Anatomía Comparada de la Sorbona Yves Delage (de la Academia de Ciencias de
París) un convencido diagnóstico. Para él no existía la menor duda de que sólo
un hombre que hubiera padecido los tormentos físicos de Jesús podría haber
dejado tales huellas.
Son ya una multitud los médicos que, a lo
largo de este siglo, han corroborado estas afirmaciones: desde los pioneros
como Pierre Barbet (cirujano del Hospital de S. José de París), o Giovanni
Judica Cordiglia (profesor de Medicina Legal de la universidad de Milán), hasta
los más próximos a nosotros, -que han podido comprobar sobre la propia tela sus
afirmaciones- como el Dr. Robert Bucklin (medico forense, patólogo del Hospital
de Los Angeles, California), el Dr. Rudolf W. Hynek (de la Academia de medicina
de Praga) o el Dr. Pier Luigi Baima Bollone (profesor de Medicina Legal de la
Universidad de Turín) todos coinciden.
Un resumen somerísimo de las contundentes
aseveraciones de todos ellos, partiría de considerar que las heridas son
anatómicamente perfectas, pero más importante sería constatar que contienen una
gran cantidad de detalles desconocidos en la Edad Media, por ejemplo el halo de
suero alrededor de las manchas de sangre -no visible a simple vista-
salpicaduras y sinuosidades de los regueros sanguíneos, el hinchazón del
abdomen -típico de la asfixia- etc.
Algunos aspectos
de la imagen describen al ajusticiado con peculiaridades en clara contradicción
con las representaciones de Cristo corrientes en la Edad Media. La ciencia
moderna reconoce hoy que tales características son un signo de autenticidad
porque muestran detalles -en los que no había reparado nadie- perfectamente ajustados
a la realidad de la muerte del Crucificado (corona de espinas en forma de
casco, clavos de las manos en el carpo - único punto en el que se podría
sostener el crucificado en la cruz- y no en las palmas, lanzada en el costado
derecho y no en el izquierdo...). Hechos como el de representar a Cristo
completamente desnudo incluso hubiera supuesto un escándalo. Son muchas las
lesiones que aparecen reflejadas con plena exactitud.
A continuación se
citan algunas para que se constraste hasta qué punto se da la pormenorización
en todos los detalles:
*El cartílago de la nariz aparece roto y desviado a la derecha.
Podría deberse a una caída, pues se han encontrado restos microscópicos de
tierra de las mismas características físicas que la de Jerusalén en este lugar,
en la rodilla izquierda y las plantas de los pies.
*Bajo la región cigomática o malar derecha aparece una gran
contusión. Los especialistas lo consideran el efecto que produciría un
bastonazo propinado por un palo corto y redondo de 4-5 centímetros de diámetro.
*En el resto de la cara aparecen diversas escoriaciones
especialmente en la mejilla derecha y la región frontal.
*Sobre las arcadas supra orbitarias hay llagas contusas iguales a
las que producirían puñetazos o palos. El arco ciliar derecho está tumefacto,
hinchado. Las marcas sangrantes de la corona de espinas muestran más de 50
orificios. Los más importantes se corresponden exactamente con venas y arterias
reales. (Piénsese que en la Edad Media se desconocía la circulación de la
sangre, por ejemplo).
*A lo largo de todo el cuerpo pueden verse marcas idénticas a las
que dejaría el instrumento que utilizaban los romanos para flagelar a un reo:
el Flagrum taxillatum (objeto que no se usaba en la edad media y que se conoce
en nuestros días por haber sido encontrado en excavaciones arqueológicas). El
profesor Bollone ha podido contar más de 600 contusiones y heridas en todo el
cuerpo y se cuentan las marcas de los azotes en unos 120. (Al estilo romano,
pues los judíos no daban más de 40).
*La herida del costado tiene una forma elíptica del mismo diámetro
que una lanza romana: 4.4 cm x 1.4 cm. (el hecho de estar en el costado derecho
se explicaría por la práctica romana de dar este golpe a un enemigo que protege
su corazón con el escudo que lleva en la izquierda).
El Dr. Judica
Cordiglia ha demostrado que todas las heridas fueron producidas en vida del
sujeto excepto la del costado que se infirió post mortem. Sobre el grupo étnico
al que podría pertenecer el hombre de la Síndone, hay coincidencia entre los
antropólogos. Por ejemplo T. Dale Stewart, del Museo Smithsoniano de Ciencias
Naturales, afirma que los rasgos faciales son "los propios del grupo
racial judío o semítico". Sería interminable referirse a todo lo que se
sabe desde el punto de vista anatómico sobre "el Hombre de la Sábana
Santa", baste con decir que estamos ante la única imagen que se ajusta
100% a lo que la Medicina legal considera que fue la muerte de Cristo.
Concluyendo con 2
preguntas: ¿Pudo un falsificador medieval ser capaz de tener todos los
conocimientos sobre fisiología, anatomía, física, etc., etc., que se requieren
para hacer algo semejante? y, además, ¿cómo lo hizo?... porque eso también está
por ver...
La Palinología tiene
algo que decir.
En 1973 se produjo un nuevo
descubrimiento: en este caso fue realizado por el Profesor Max Frei,
Criminólogo suizo, botánico, palinólogo, Director del gabinete científico de la
Policía de Zurich y perito de la Interpol. Max Frei recibió el encargo de
autentificar las fotografías que una comisión científica, nombrada en 1969 por
el Cardenal Pellegrino, había tomado. Al examinar detenidamente la tela notó la
presencia de esporas de polen en la superficie del lienzo y obtuvo permiso para
recoger unas cuantas muestras. Logró identificar en esta ocasión 49 especies
diferentes de esporas, que fotografió, catalogó y conservó. Resultaron ser
procedentes de plantas exclusivas de Palestina o Turquía (estepas del sur o
área de Estambul) nada menos que 33. Las dos terceras partes de las muestras
procedían de zonas ajenas a Europa, continente del que no ha salido el Lienzo
desde el S. XIV.
Antes de dar un dictamen definitivo sobre
los lugares en los que, según la Palinología, debería haber estado la Síndone,
para quedar "contaminada" de tal modo, se dedicó a visitar las zonas
en las que las investigaciones históricas colocaban anteriores estancias del
Lienzo. Pudo comprobar in situ la perfecta correspondencia de especies. Logrando
identificar 59 especies en total. La muerte le sorprendió antes de concluir el
trabajo y publicar sus resultados definitivos, no obstante su estudio es
altamente indicativo.
¿Cabe dentro de la lógica pensar en un
falsificador que se tomara la molestia de "pasear" el Lienzo por
aquellas tierras, a fin de dejar en él los testigos de su paso por Oriente,
cientos de años antes de que se inventara el microscopio (indispensable para
reconocer el polen)? ¿Quién se preocuparía de cuidar semejante detalle y cometería
el inmenso error de utilizar un lienzo nuevo, de la época de la falsificación?
Piénsese que desde principios del S. XIV, está plenamente documentada la
estancia de la Síndone en Francia. Un supuesto falsificador tendría que haber
actuado coetáneamente a su aparición en Europa.
A la búsqueda de un origen para
La imagen.
La mayor cantidad de datos sobre la Santa
Síndone procede de los estudios que realizó, a partir de 1977, un grupo de
científicos dirigidos por el Dr. John Jackson y su compañero el Dr. Eric J.
Jumper (Profesores de Física y de Ciencias Aeronáuticas, respectivamente, en la
Academia de las Fuerzas Aéreas de Denver, Colorado, y en el Centro de Pasadena
-NASA- en Estados Unidos). Este equipo compuesto inicialmente por científicos norteamericanos
se denomina S.TU.R.P. (siglas en inglés de "Proyecto de Investigación
sobre la Síndone de Turín").
Su primera aportación se hizo
pública en 1977: J. Jackson y E. Jumper estudiando las fotografías de la
Síndone en el laboratorio de las fuerzas aéreas de Alburquerque, Nuevo México,
con la colaboración de su colega el Dr. Bill Mottern descubrieron que la imagen
de la Síndone contiene información tridimensional.
Aunque es difícil dar una
explicación sencilla de lo que esto significa, podemos decir que supone que el
grado de densidad de cada punto de la imagen de la S. Síndone está
matemáticamente relacionado con la distancia del lienzo al cuerpo: Alcanza la
máxima "brillantez" en las zonas en que el cuerpo tocó al tejido (nariz,
frente, cejas...) y es menos intensa donde no se tocan (órbitas de los ojos,
lados de las mejillas...). El hecho de que en ningún punto de la imagen la
intensidad de la "marca" sea cero implica que la impronta no pudo
hacerse por contacto.
Este descubrimiento
puede calificarse de asombroso: supone prácticamente, por sí solo, descartar la
posibilidad de un artífice humano. Nadie seria capaz de establecer tal cantidad
de grados de "luminosidad" que se ajustaran matemáticamente a la
relación distancia tela-cuerpo. Tras lograr resultados tan alentadores, el
equipo STURP solicitó, y obtuvo permiso para realizar una exploración sobre la
Síndone en Turín. Las Jornadas de observación directa duraron 120 horas
ininterrumpidas.
El Dr. John
Heller (Biofísico, profesor en el New England Institute, y miembro del STURP)
cuenta que las disciplinas científicas utilizadas en esta investigación fueron,
entre otras, las siguientes:
Fotografía:
visible normal, infrarrojos, y ultravioleta, (unas 5000 fotografías en total).
VP8: análisis de imagen.
Ampliación
de imagen computarizada. Análisis de la función de mapas. Imágenes
topográficas.
Análisis
multiespectral.
Análisis
matemático de la imagen.
Rayos
X de baja energía: Fluorescencia de rayos X.
Reflexión
espectroscópica (o espectroscopia de reflexión de ultravioleta).
Visibles.
Infrarrojos.
Termografía:
Microdensímetro.
Macroscopía.
Microscopía:
Polarización, fluorescencia, contraste de fase de electrones.
Bioestereometría:
Espectroscopio ("raman").
Láser
de prueba microlasérica.
Espectroscopio
de dispersión de la energía del electrón.
Transmisión
espectral microespectrofotométrica.
Prueba
química húmeda: generación de porfirina fluorescente, tests de
cianometahemoglobina y de hemocromógeno, test de proteasa (enzimas que
hidrolizan o dividen las proteínas convirtiéndolas en compuestos más simples).
Inmunofluorescencia.
Y a todo esto hay que añadir más de 1.000
experimentos químicos para determinar la naturaleza de toda la imagen y de las
marcas de sangre, así como la historia del lino, manchas de agua, fibras
varias, partículas y restos (detritus), la presencia de pigmentos orgánicos e
inorgánicos y vehículos oxidantes y reductores, más todos los posibles caminos
humanos para tratar de crear una imagen igual a la de la Sábana.
Sus conclusiones fueron:
1º:
Hay sangre humana indudablemente. Se han detectado componentes exclusivos de
esta. (Posteriormente el Dr. Baima Bollone ha podido determinar que corresponde
al grupo sanguíneo AB -"casualmente" el más frecuente entre los
hebreos y muy poco frecuente en los demás pueblos-).
2º: La imagen contiene al menos 9 características (absoluta superficialidad,
extrema pormenorización, estabilidad térmica y química plenas, comprobada
ausencia de pigmentación de cualquier clase, estabilidad al agua, no
direccionalidad, negatividad y tridimensionalidad) que obligan a excluir todas
las técnicas conocidas para realizar la imagen (tintura, tinte, polvo, contacto
directo, vaporigrafía, vapor y contacto...).
Se puede concluir que no se conoce ningún
procedimiento que permita reproducir una imagen con todas las características
mencionadas. Lo que es claro es que no se trata de una imagen producida por
contacto, lo que ha llevado a pensar que se originara por algún tipo de
radiación emanada del cuerpo, instantánea en el tiempo, y que hubiera producido
una especie de chamuscadura. Sin embargo tendría que tratarse de una radiación
con unas características no explicables desde el punto de vista físico. Algunos
investigadores creyentes piensan que tal fenómeno podría haberse producido en
el momento de la Resurrección pero, puesto que esta hipótesis es indemostrable,
no puede haber un pronunciamiento científico en tal sentido.
La edad de la tela y el problema
del C14.
No es posible recoger aquí los centenares
de datos que no se han mencionado: vestigios históricos de la Síndone siglos
antes de que apareciera en Francia en el S. XIV, restos de ungüentos en la zona
correspondiente a la cabellera que no pueden verse a simple vista, restos de
tejido epitelial, testimonios y descripciones del S. X que se ajustan
plenamente a la imagen que aparece en la Síndone, copias del S. VI.
Es cierto que la datación realizada
en 1988 atribuye al lino de la Síndone una cantidad de Carbono 14
correspondiente a un lienzo de entre 1260 y 1390 pero, todos los datos
mencionados y que son al menos igualmente ciertos ¿cómo podrían explicarse? Ni
los propios laboratorios, conocedores de los fallos que se producen
ocasionalmente en el uso de este método, se atrevieron a asegurar que la
Síndone fuera falsa.
Por eso, frente a quienes dieron por
zanjado el asunto, otros muchos investigadores de todo el mundo siguen
preguntándose por la razón de la llamativa discordancia entre este dato y todos
los demás. Veamos tres ejemplos:
¥
El biofísico francés Jean-Bautise Rinaudo, investigador de medicina nuclear en
Montpelier, atribuye el origen de la imagen sindónica a una irradiación
instantánea de protones emitidos por el cuerpo muerto del crucificado, bajo el
efecto de una energía desconocida. Rinaudo considera que los átomos implicados
en este fenómeno -que ha podido reproducir experimentalmente- son los del
deuterio, presentes en la materia orgánica, y formados por un protón y un
neutrón. Los protones podrían haber formado la imagen y los neutrones habrían
irradiado el tejido, enriqueciéndolo en carbono 14 falseando la datación.
¥ Por su parte el Dr. Garza Valdés, investigador del Instituto de Microbiología
de la Universidad de San Antonio (Texas) ha podido comprobar también
experimentalmente, con muestras de tela de la Síndone, que sobre la misma
abunda -como en otros objetos que contienen sangre- un compuesto biológico
formado por hongos y bacterias que no se pueden eliminar con los tratamientos
de limpieza que se aplican en la datación por resultado.
¥ También ha estudiado el problema el Dr. Dimitri Kouznetsov, premio Lenin de
Ciencias y Director del Laboratorio ÒE. A. SedovÓ de Moscú, y ha realizado un
experimento que, por su simplicidad puede tener enorme trascendencia. Sometió
una tela del Siglo I, datada correctamente con carbono 14 por los laboratorios
de Tucson, (uno de los que analizó la Síndone) a la reproducción de un incendio
como el que sufrió la Sábana en 1532. Para sorpresa de todos, una segunda
datación -con el mismo método del C14- atribuyó al lienzo una fecha muy
posterior. ¡En unos días rejuveneció 13 siglos!
No
se puede dar por resuelto el enigma ni mucho menos, cuando la tecnología del
siglo XX no es capar de producir una imagen igual. Y el C14 no es infalible...
Afirmar que se trata de una
falsificación medieval exigiría una explicación mucho menos racional que
afirmar que se trata del lienzo sepulcral de Cristo...
En 1977 comenzaron los
trabajos de investigación sobre la síndone, empleando técnicas realmente
sofisticadas en manos de un grupo de científicos norteamericanos dirigidos por
el Dr. John Jackson y el Dr. Eric J. Jumper (Equipo denominado STURP o proyecto
de investigación sobre la síndone de Turín).
Según estos
científicos el grado de densidad de cada punto de la imagen de la sábana
corresponde a la distancia que existió entre el cuerpo y el lienzo, de modo que
se puede obtener una información tridimensional sobre el cuerpo; es decir,
cuanto más densa es la mancha, más estuvo en contacto directo el cuerpo sobre
esta. Sin embargo, los estudios revelaron que nunca la intensidad de las marcas
llegaban a cero, es decir, a un contacto directo con la tela.
Después de realizar
más de 5000 fotografías y más de 1000 experimentos químicos llegaron a las
siguientes conclusiones:
1).- Hay sangre humana del grupo AB.
2).- Se deben excluir la tintura, polvo, contacto directo, vapor, pintura y
demás técnicas conocidas para realizar dicha imagen.
3).- La imagen no se produjo por contacto físico, sino por alguna clase de
radiación emanada del cuerpo e instantánea en el tiempo que chamuscó la tela
produciendo la imagen. Aquí cabe destacar a José Manuel Rodriguez del Centro
Español de Sindonologia quien define correctamente esa chamusquina
de la tela como "Una degradación de la celulosa del lino".
4).- Actualmente, no existe procedimiento capaz de reproducir una imagen
idéntica a la de la Sábana Santa , es decir, para el supuesto de que se hiciese
una copia prácticamente idéntica , de inmediato se descubriría su falsedad y
cuales han sido los materiales y técnicas utilizadas para su impresión. En
cuanto a la informática; los estudios recientes realizados sobre la tela a
través del tratamiento computerizado han superado todas las previsiones. El
Centro de Estudios Internacionales sobre el sudario de Turín (CIELT) llamó al
profesor André Marion y a Anne-Laure Courage , especialistas en el tratamiento
digital de imagen de la Escuela Superior de óptica de Orsay (Francia) y en
colaboración con paleógrafos han descubierto letras invisibles al ojo humano,
palabras que fueron escritas en latín , griego y hebreo, las cuales rezan: IN
NECEM (tu vas a morir), las 4 letras griegas "HEOY" que podrían
significar Jesús en griego (IHEOY) y la palabra NAZAPHNOE, que significa
Nazareno.
Además, también se han
encontrado unas inscripciones que forman 2 "U", que marcan el rostro
del hombre del sudario. Se sabe que tradicionalmente una "U" de
madera se colocaba para sujetar la cabeza del muerto en posición vertical, es
decir, forma parte del rito funerario del Siglo I d. C., pero entonces, ¿por
qué 2 "U"?, aún no lo sabemos.
Todos los datos aportados hasta ahora constituyen un testimonio
palpable de que la Sábana Santa proviene de Palestina, es del Siglo I y que
bajo esta estuvo un hombre crucificado que coincide totalmente con la
descripción de Jesucristo.
La única prueba en contra de su autenticidad es la del C14,
realizada en 1988, la cual dice que se trata de un lienzo de entre los años
1260 y 1390. Sin embargo, es prácticamente imposible que el sudario sea de
época medieval :
1).- Porqué si fuese así no tendrían sentido todas las pruebas
realizadas antes dichas.
2).- La prueba del Carbono 14 no nos sirve porque siempre saldría en este
concreto caso errónea debido a:
a).- Según el Biofísico Francés Jean Bautise Rinaudo la
irradiación descubierta provoca que el tejido contenga más radioactividad de
modo que altera la datación del C14.
b).-El Dr. Dimitri Kouznetsov de Moscú probó empíricamente el
efecto del calor y las llamas (como el de un incendio) sobre una tela del siglo
I: La tela quedaba alterada al someterse al C14 y rejuvenecía unos 13 siglos.
Debemos tener en cuenta que la Sábana Santa ha sobrevivido a 3 incendios
conocidos hasta la fecha: El primero antes del 1200, el segundo en 1532 y el
tercero el 11 de Abril de 1997 (de este último se salvó gracias a los bomberos
y no sufrió desperfectos).
¿Y la prueba del A.D.N?
Esto es lo que todavía
esperamos y que actualmente se está realizando. Desde luego si es el auténtico
sudario de Cristo su sangre deparará nuevas sorpresas a través del análisis de
los cromosomas. ¿Y si únicamente se localizaran 23 cromosomas X y uno sólo Y?.
Esto probaría científicamente "la virginidad de la Virgen María". Es
un tema apasionante y sorprendente.
Sábana Santa y C-14.
Dr. Fabián Respighi
(miembro de ARP).
Nota de A.P.A.G.: Este
artículo fue enviado originalmente a la lista de correo "escépticos",
promovida y moderada por la asociación Alternativa
Racional a las Pseudociencias (ARP). Por su interés para el
colectivo de arqueólogos, lo reproducimos con el permiso explícito del autor, a
quien manifestamos públicamente nuestro agradecimiento.
Acabo de leer en Pórtico un artículo sobre la "Sábana Santa
de Turín" en el que se insinúa que el análisis de radiodatación al que se
sometió la reliquia en 1988 pudo estar equivocado. He oído tantas veces ese
tema que me gustaría puntualizar algunas cosas. La primera es que los
argumentos empleados casi me parecen un insulto a la ciencia y a los
laboratorios que participaron en el análisis. También quiero señalar que:
Para hacer la prueba se designaron tres laboratorios: en Oxford,
Zurich y Arizona, supervisados por el British Museum. A estos lugares, los
responsables en Turín, hicieron llegar cuatro muestras sin identificación. Una
era un fragmento de la Sábana, y las otras, tres muestras de control:
1) La primera era una pieza de lino de una tumba excavada en Qasr
Ibrim en Nubia (muestra Q1.T/32) por el Catedrático J. M. Plumley. En base a
sus inscripciones se la podía datar entre los siglos XI y XII de nuestra era.
2) La segunda muestra era un trozo de lino de la colección de Antigüedades
Egipcias del Museo Británico, que se había datado previamente, por el propio
museo, en 2.010 +/- 80 años antes del presente, lo que nos da, redondeando en
espacios de cinco años, que la muestra es de una época comprendida entre el ano
110 antes de Jesucristo y el ano 75 de nuestra era.
3) Por fin, la tercera muestra eran hilos obtenidos de la capa de
San Luis de Anjou, que se conserva en la Basílica de Sant Maximin en Francia,
que se podía datar entre los anos 1290 y 1310 de nuestra era .
Los tres laboratorios habían
suscrito un acuerdo por el que se comprometían a no divulgar los resultados
hasta que estos fuesen remitidos a Turín. Tan sólo el cardenal Ballestrero y el
British Museum conocían la identidad de las muestras, lo cual es un modo típico
de proceder en Ciencia y que se llama método ciego: los investigadores no
pueden dejarse influir por sus creencias, porque no saben qué pieza investigan.
Hacia septiembre de
1988, pocos meses después de suministrarse las muestras y presumiblemente desde
el laboratorio de Oxford, comenzó a filtrarse a la prensa la noticia de que la
Sabana Santa era un fraude. Lo que en principio era una noticia aislada comenzó
a tomar consistencia, contrastándose con otras filtraciones provenientes de los
otros laboratorios.
La reacción inmediata en Turín, al
conocer estos rumores fue expresada por el Profesor Luigi Gionella, Catedrático
del Politécnico de Turín y asesor científico del cardenal Ballestrero
-representante del Vaticano-, alegando, por inexplicable que parezca, que por
el momento dichos laboratorios no podían emitir un veredicto de falsedad para
la Sábana ya que les era desconocida la identidad de las muestras. Si pensamos
un poco, veremos que se enviaron cuatro muestras, una era la de la Sábana Santa,
otra era de la época de Jesucristo, y las otras dos de los siglos XI, XII, XIII
o XIV -Damon-89-. Supongamos que uno de los laboratorios, al hacer el análisis,
se encuentra con que un trozo era de la época de Jesucristo y tres eran
medievales. Pregunta difícil -segun Gionella-: ¿De qué época es la Sábana?
Repito los datos: Sé que un trozo
es de la época de Jesucristo, sé que otros dos son medievales, y tengo un trozo
incógnita. Al hacer los análisis obtengo un trozo de la época de Jesucristo y
tres medievales. ¿De qué época es el trozo incógnita? Para el Sr. Gionella el
problema es demasiado profundo, se necesita ser un Sherlock Holmes para
resolverlo. ¿Y ustedes?, ¿son capaces de adivinarlo? (De nada, queridos
Watsons).
Finalmente, la última
semana de Septiembre de 1988, el cardenal Ballestrero convocó una rueda de
prensa en Turín para dar a conocer el veredicto oficial de esta prueba: Los
tres laboratorios coincidían en fechar el origen de la Sábana de Turín entre
los anos 1260 y 1390. La Sábana, a la luz de estos datos casi
incontrovertibles, resultaba una falsificación.
El informe de los tres laboratorios fue publicado por la famosa revista con
referees Nature en el numero del 16 de febrero de 1989 -Damon-89-.
Los tres laboratorios eran
absolutamente conscientes de que la suciedad, el humo y otros contaminantes
podían afectar a la datación, por lo tanto sometieron a las muestras a
rigurosos sistemas de limpieza; perfectamente contrastados por su practica
diaria.
En primer lugar, todos los laboratorios analizaron las muestras
microscópicamente para identificar y eliminar cualquier material extraño. El
grupo de Oxford limpió las muestras usando un aspirador de vacío, seguido por
un lavado en eter de petróleo (a 40º C durante 1 hora) para eliminar los
lípidos, restos de cera, etc. Zurich hizo un prelavado de las muestras con un
baño ultrasónico.
Después de la limpieza
inicial, cada laboratorio dividió las muestras para un tratamiento posterior.
El laboratorio de Arizona dividió cada muestra en cuatro submuestras. Un par de
cada submuestra fue tratado con ácido clorhídrico diluido, luego con NaOH
diluido y otra vez en ácido. Tras cada tratamiento se procedía a un aclarado
(método a). El segundo par de submuestras fue tratado con un detergente
comercial (1,5% SDS), agua destilada, 0,1% HCl a temperatura ambiente y otro
detergente (1,5% tritón X-100), después fueron sometidos a una extracción
Soxhlet con etanol durante 60 minutos y lavado con agua destilada a 70oC y un
baño ultrasónico (método b).
El grupo de Oxford dividió las muestras prelavadas en tres grupos. Cada
subgrupo fue tratado con 1M HCl (a 80ºC durante 2 horas), 1M NaOH (a 80º C
durante dos horas) y otra vez en ácido, con un enjuagado entre ellos. Dos de
las tres muestras fueron lavadas en NaOCl (2,5% con PH-3 durante 30 minutos).
El grupo de Zurich primero dividió
cada muestra limpiada por ultrasonidos en dos, y no hizo nada con el segundo
grupo de muestras hasta que las medidas de edad hechas al primer grupo habían
acabado y demostrado que la limpieza era correcta. El primer grupo se dividió
en tres subgrupos. Un tercio no recibió ningún tratamiento adicional, otro
tercio fue sometido a un tratamiento suave con 0,5% HCl a temperatura ambiente,
0,25% NaOH (también a temperatura ambiente) y luego otra vez con ácido. Entre
cada tratamiento fue perfectamente aclarado. El ultimo tercio fue sometido a un
tratamiento fuerte, usando el mismo procedimiento excepto que la temperatura
era mayor (80ºC) y las concentraciones también eran más fuertes: 5% HCl y 2,5%
NaOH. Después de que el primer conjunto de medidas revelaron que no había
ninguna contaminación, o que no afectaba a la datación, el segundo grupo fue
dividido en dos porciones a los que se aplicaron en tratamiento suave y fuerte
expuestos anteriormente.
Lo descrito son las técnicas de
limpieza. Con posterioridad, cada grupo hizo sus medidas de acuerdo con sus
estándares. La descripción detallada es muy compleja, por lo que no voy a
hacerla, puesto que casi nadie la ha discutido. Lo que se había cuestionado
fundamentalmente era la contaminación. Creo que una vez visto cómo se hizo el
lavado, pocas dudas hay de que no hay contaminación suficiente para afectar
profundamente las medidas. Simplemente quiero señalar unos hechos
significativos:
1) Cada laboratorio utilizó una técnica diferente y a pesar de
ello obtuvieron resultados similares, dentro de las variaciones esperadas. Eso
prueba que la descontaminación había sido correcta en los tres laboratorios. En
caso contrario, sus cifras diferirían notablemente.
2) Zurich procedió de un modo muy especial, primero dejó un grupo sin limpiar,
y verificó sus técnicas de descontaminación con el otro grupo. Una vez
verificada la calidad del procedimiento de lavado, descontaminó el primer grupo
y realizo las medidas reales.
Otro tema que quiero
llevar a ánimo del lector es que no solamente se examinaba la Sábana, sino que
se examinaban otras muestras de las que se sabía la edad y que actuaban como
controles. Si el lavado, o el procedimiento de datación no hubieran sido
correctos, no lo hubieran sido ni para la Sábana ni para las demás muestras. Es
obligado resaltar que los tres laboratorios encontraron fechas correctas para
las muestras de control.
Es absurdo,
completamente absurdo, pensar que obtuvieron lo correcto en las muestras de
control y se equivocaron en la Sábana Santa. ¿Qué tenía de especial la Sábana
Santa?
¿La edad? No, puesto que en las muestras había un tejido de una edad próxima al
principio de la era cristiana (de la momia de Cleopatra), y otros de la Edad
Media.
¿La contaminación? No. Recuerden que la Capa de San Luis de Anjou ha estado
expuesta en la Iglesia de Saint Maximin del mismo modo que la Sábana Santa.
No quisiera dejar de
señalar que los métodos de descontaminación empleados son necesarios para
obtener una cronología precisa; pero hay que tener en cuenta que el error del
que hablan los defensores de la autenticidad de la Sábana, no es un error de
detalle, sino un error de 1300 años sobre 1988. Es decir, están hablando de un
error brutal. Tanto que incluso sin ningún lavado los resultados demostrarían
que es medieval. Hay que tener en cuenta que el método del carbono14 se basa en
las masas de carbono. Para obtener un error tan enorme, la suciedad debería de
tener una masa ¿de carbono? mayor que la propia tela, lo cual es absurdo.
Totalmente absurdo.
Repito: un error de 1300 anos sobre
1988 implica que la masa de carbono la suciedad es bastante mayor que la de
tejido. Ni el peor lavado del mundo lo haría tan mal. Espero que esto aclare un
poco la idea absurda de que el análisis por carbono 14 de la Sabana Santa se
hizo incorrectamente.
Copyright © 1995, Dr. Fabian Respighi
(miembro de ARP-España)
2) El enfoque
artístico.
El siguiente texto es
una publicación encontrada en Internet de un supuesto artista especializado en
la pintura, quien a grandes rasgos describe la falsedad de la Sábana Santa por
sus errores pictográficos y artísticos.
El Santo Trapo.
Análisis de la Sábana Santa (Una
visión artística).
Desde hace tiempo conocía yo esa
discusión sobre la dichosa Sábana Santa acerca de si era más o menos antigua...
si el carbono 14 era más o menos fiable para medir cuándo estaba fabricada o
"impresa"... Pero, claro: mis conocimientos técnicos no llegaban
hasta ahí y yo no podía tener una opinión válida al respecto. Además era muy
posible -y legítimo- que los seguidores de un personaje que ellos considerasen
importante hubiesen recogido cualquier lienzo que hubiese estado en contacto
con su sudor y -no digamos- con su sangre.
Así que, de momento, estaba a la
expectativa.
Un día, pude ver por mis propios ojitos
una fotografía -en una revista- de dicho sagrado lienzo. No daba crédito a mis
ojos. Por poco me tienen que llevar a la UVI del dolor de tripas, de tanto
reírme. Y aquí hago un inciso. Por mi actividad, (Bellas Artes) he estado en
contacto con cientos de alumnos que aspiran al noble arte de pintar o dibujar.
Los hay de todos los niveles de competencia: desde los que muestran facultades
más que notables para la representación de la Realidad hasta los que
(pobrecitos) no pueden encontrar la manera de encajar un dibujo dentro de los
límites del papel.
Por otra parte, en el proceso de
aprendizaje de las disciplinas de representación, parece haber una constante
que se repite invariablemente: Los errores de proporción o de apreciación se
presentan en un orden similar en todos los seres humanos; los tópicos
pictóricos aparecen y se desvanecen con una regularidad casi matemática en el
transcurso de la formación de todos los alumnos. Quizá sea debido a que todos
(salvo los genios, claro está) emplean un cerebro organizado de manera similar
en cuanto a la representación espacial.
Todo esto sirve para que un observador
medianamente entrenado en la calificación de aspirantes a artistas pueda, con
un error despreciable, determinar cuál es el grado de competencia del autor de
una obra. Fijáos en que los expertos en el análisis de un determinado artista
llegan al extremo de poder descubrir, dentro de una obra, cuál de las
pinceladas corresponde al maestro y cuáles a sus discípulos.
Pues bien: con los antecedentes
expuestos, podría asegurar (dentro de los márgenes razonables que ha de dar la
humildad) que la impresión que aparece en el lienzo llamado Sábana Santa no es
la de un cuerpo humano, sino que es el torpe dibujo de un pintor o dibujante,
impregnado de todos los tópicos pictóricos de un aspirante con pocas cualidades
para la representación. Naturalmente, no puedo pronunciarme acerca de la
técnica empleada, porque de unas fotografías sacadas de una revista no se
pueden entresacar datos suficientes.
Sería oportuno discutir -por alguien más
experto que yo- si el hecho de que, al parecer, ninguno de los expertos
escépticos consultados hayan hecho hincapié en el aspecto gráfico y sólo en el
aspecto químico se debe a la falta de formación artística de los intervinientes
y a su falta de costumbre de valorar los elementos espaciales, circunstancia
que ha sido muy bien aprovechada por el o los cara duras que han propiciado
semejante burla. Reconozco -todo hay que decirlo- que mi razonamiento carece de
argumentos objetivos que lo respalden. Que estoy refiriéndome a
"olfato" más que a método científico, pero recordad que, por ejemplo,
en una materia tan decisiva como la Justicia existe algo también algo así como
la "Convicción Moral" que es lo que usan los jueces para, en casos
determinados, enviar a un individuo a la cárcel y quedarse tan frescos.
Lo primero que llama poderosamente la
atención en la Sábana Santa es la inusual simetría de la imagen que aparece en
ella. Por lo general, un cadáver (alguno he visto) no se caracteriza por la armonía
de su postura. A tal punto debe de ser cierto lo que digo que en las funerarias
de los Estados Unidos (perdón, si estáis cenando) en los casos en que un
fiambre ha de ser velado o expuesto por cualquier razón (ya sabéis la obsesión
por lo aparente de esos yanquis), preparan unos ataúdes con apoyos interiores
bajo las axilas y alrededor de los tobillos para forzar la colocación
"armoniosa" del cuerpo. Sin ellos, y debido a la formación de gases y
otros procesos poco estéticos, podría ser que, al cabo de media hora, el
cadáver estuviese retorcido... o sentado...o vaya Vd. a saber de qué inoportuna
postura.
Sumemos a esto que la muerte de
Jesucristo, como la de cualquier ajusticiado por aquel método, debió de ser
bastante traumática para la mecánica corporal. Además de la tensión anormal por
la suspensión por los brazos, que debía de someter a la musculatura a un
proceso de distensión con microdesgarros, estaba esa graciosa costumbre de
romper las rodillas del homenajeado con un mazo, a mitad de la ceremonia,
seguramente para acelerar el proceso y poderse ir pronto a casa, a cenar. Luego
sumemos la famosa lanzada en el costado que, seguramente, no se limitaba a ese
estético cortecito en la piel que vemos en las estampas piadosas sino a una
verdadera escabechina en los tejidos que rodean la jaula torácica, con el
inevitable neumotórax que vacía de aire la cavidad pulmonar, forzando y
encorvando hacia adelante la columna vertebral.
Con todo ello, era de esperar que lo que
bajaron de la cruz fuese algo más parecido a un trapo que a un cuerpo humano
con su correspondiente tono muscular. Pese a todo, pudo ser cierto que los
encargados de envolver el cuerpo en el lienzo que debía servir de sudario,
estuvieran todo el tiempo necesario tirando de este hombro o empujando aquella
rodilla hasta conformar la silueta absolutamente simétrica que pude ver en la
reproducción fotográfica de la Sábana. Pero no veo la necesidad de tal
ocupación, a no ser que estuviesen preparando la calcomanía del cuerpo de su
Maestro para nosotros, un montón de años después. También debió de ser
minuciosa su preocupación por que TODO el cuerpo y el rostro quedase
perfectamente calcado en el lienzo. Cuando yo he preparado moldes de arcilla o
de fibra de vidrio en el estudio, después de toda una tarde de apretar con
ganas, casi siempre me ha quedado, por descuido, algún centímetro por asegurar.
No parece que tuvieran tal fallo los confeccionadores del Santo Paquete. Lo
siguiente que llama la atención es la exagerada longitud de las manos. Siempre
se puede argüir que Jesucristo era bastante alto para la estatura media de la
época (qué bien viene ese argumento para reforzar lo mayestático del personaje)
y que tal estatura viene, por lo común, ligada a una manos estilizadas. Pero,
casualmente, ese también es un error típico de dibujante inexperto cuando se
trabaja en una imagen de tamaño natural: Al tener que trabajar muy cerca, se
pierde con facilidad la sensación de proporción.
Lo tercero -y más gracioso- es el gesto
de tristeza de la imagen. Cuando se han visto pocos o ningún cadáver, debe de
ser inevitable seguir, de manera inconsciente, los estereotipos aprendidos por
la contemplación de la obra de otros artistas (O, actualmente, el cine, como,
acertadamente, ha dicho alguien al hablar de la errónea interpretación del
movimiento de la cabeza de Kennedy al recibir el disparo que le asesinó).
Existen, entre los dibujantes, unas convenciones gráficas para simplificar y
realzar las expresiones del rostro. Por ejemplo, se eleva levemente la parte
central de las cejas para expresar asombro, se baja un par de milímetros la
parte interior para evidenciar ira o enfado, se elevan las comisuras de los
labios para denotar placer o felicidad... la combinación de estos elementos de
manera adecuada, multiplica convenientemente las posibilidades. La imagen aquí
tratada presenta -de manera muy pertinente- una ligera inflexión hacia abajo de
las puntas exteriores de las cejas. El occiso está triste. Pero la realidad no
siempre coincide con lo que esperamos: es muy frecuente que el gesto de un
cadáver adquiera, por la retracción de los músculos bucinadores (los que rodean
la boca) un rictus levemente parecido a una sonrisa, debido a la apertura de la
boca. (Recordad las imágenes de cadáveres que vemos en la tele, tirados por las
cunetas y con la boca abierta, con gran contento de las moscas) El presunto
artista debió de pensar que ese gesto era muy poco solemne y procuró evitarlo
presentando una boca elegantemente cerrada. No sé si alguno recordáis esas
imágenes de muertos célebres, expuestos con una venda rodeando convenientemente
su barbilla para evitar que contemplemos las interioridades de su esófago.
Bueno;
me voy a merendar, que me ha entrado apetito. Bye!
Francisco
Mercader
V.- Investigaciones
que demuestran su autenticidad.
1) El
enfoque científico.
El científico ruso Dimitri Kouznetsov,
Director de los laboratorios Sedov de Moscú, ha revelado los resultados de una
última investigación que da nuevas luces sobre el tema de la autenticidad del
Santo Sudario: la verdadera edad del manto de Turín oscilaría, según el
científico, entre los años 100 a.C. y 200 d.C. De esta manera, el
descubrimiento de Kouznetsov, obtenido en base a minuciosos análisis químicos y
cálculos matemáticos, confirmaría la tesis de que el manto sagrado cubrió el
cuerpo del Señor Jesús, poco después de muerto.
Según el experto, los resultados
del estudio realizado en 1988 sobre el Manto de Turín, que supuestamente
remitieron su datación a la Edad Media, no son "creíbles". Para ello
se basa en la diferencia de fecha de más de catorce siglos con un pedazo de
tela judía antes y después de ser sometida a una situación análoga a la que el
análisis de las fibras del Manto de Turín presentan hoy.
A las discusiones sobre la
precisión del carbono 14, se suma una vez más una seria opinión científica que
cuestiona la validez de la muestra y en consecuencia del resultado del
análisis.
La muestra de lino analizada
entonces, señala el científico ruso, presentaba una superconcentración de
carbono debido a "factores externos" que llevaron a los científicos a
"considerar erróneamente la edad de la muestra". Para Kouznetsov
estos factores se asociarían a un incendio sufrido por el Santo Sudario en
Francia en 1521, hecho que con otros habría producido una alta concentración de
isótopos de carbón en el Santo Sudario lo que obviamente origina un error en el
resultado de la prueba del Carbono 14.
Cien años de
investigación.
La historia de la
investigación científica sobre la Sábana Santa empezó sólo en 1898, después de
que la primera fotografía, tomada por Secondo Pia, permitió un examen
particularizado de la imagen. Los médicos (empezando por el francés Pierre
Barbet, 1932) evidenciaros primeros las numerosísimas heridas presentes sobre
el cuerpo del hombre de la Sábana Santa que prueban tratarse de la imagen
dejada por el cadáver de un hombre antes fustigado y después crucificado: en
torno a las modalidades de formación de la imagen (normalmente un cadáver no
deja ninguna huella sobre una sábana) son muchas las hipótesis propuestas.
Sin embargo en ningún
caso los resultados experimentales resultan verdaderamente satisfactorios (es
decir puntualmente comparables con la imagen de la Sábana Santa) y algunas
características no parecen hasta ahora reproducibles. El camino científico ha
sido caracterizado por el aparecer de centros y grupos de investigación; entre
ellos tienen particular importancia: el Centro Internacional de Sindonologia
(estudios sobre la Sábana Santa; fundado en Turín en 1959) que, además de
hacerse cargo de una amplia actividad de coordinación y desarrollo de la
investigación y de los estudios sobre la Sábana Santa, publica la revista
Sindon y los actos de muchos congresos nacionales e internacionales que él
mismo organiza; el "Sturp", una asociación de científicos
estadounidenses que en 1978 tuvo un papel importante cuando, a la conclusión de
la ostensión que vio la afluencia en Turín de más de tres millones de personas,
un equipo internacional de científicos efectuó una serie de exámenes y sacas
sobre la Sábana Santa por un total de 120 horas.
En tiempos recientes
los estudios y las investigaciones se han dirigido también a otros campos como
el biológico, el informático y el químico-físico. En 1973 (y de nuevo en 1978)
el biólogo y criminólogo suizo Max Frei Sulzer del Centro Internacional de
Sindonologia efectúa sobre la Sábana Santa algunas sacas de microhuellas,
hallando granillos de polenes de plantas floríferas, cuya identificación
permitió comprobar la permanencia prolongada de la Sábana Santa, además que en
Europa, también en las regiones de Palestina y de Anatolia.
En 1977 algunos
científicos estadounidenses someten a elaboración electrónica la imagen de la
Sábana Santa, descubriendo que ella contiene en si misma características
tridimensionales no poseídas ni por pinturas ni por fotografías. En 1978 el
turinés Giovanni Tamburelli obtiene, independientemente, imágenes
tridimensionales a alta definición que evidencian numerosos detalles no
visibles de otra manera, como, por ejemplo, las huellas sobre el párpado
derecho (ya entrevistas en el negativo fotográfico por Francis L. Filas en
1954) dejadas por un objeto muy probablemente identificable, gracias a la
presencia de muy precisas características, con una moneda romana acuñada en la
primera mitad del primer siglo d.C.