Antigua fábrica de Artillería
Antigua estación de San Bernardo
Torre de la iglesia de San Bernardo situada en pleno
corazón del barrio
Imagen de un acceso al puente de San Bernardo
Puente de San Bernardo
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Tras su definitiva integración en la
ciudad, San Bernardo atraviesa una etapa de transición en la que sus tradicionales
viviendas populares van dejando paso a las nuevas edificaciones residenciales. Barrio
alegre y torero -sus tabernas eran auténticas tertulias taurinas- ha vivido a lo largo de
su historia en un considerable aislamiento que ha hecho brotar de la sensibilidad de sus
vecinos una marcada impronta sevillana, como particular era el toreo de su vecino Pepe
Luis Vázquez miembro de una de las más célebres sagas del barrio y torero de arte.
La reciente desaparición de la Estación de Cádiz, la nueva avenida abierta entre el
barrio y los jardines de la Buharia y las recientes construcciones dotan a San Bernardo de
un claroscuro que se incrementa a la caida de la tarde en la que la torre iluminada de su
iglesia recorta la silueta de la hermosa veleta de la Fábrica de Artillería.JUNTO
AL ARROYO
Situado históricamente extramuros, este barrio estaba emplazado junto al arroyo
Tagarete y quedaba indefenso tras el cierre de la puerta de la Carne cada noche. Han sido
siglos de un fuerte aislamiento, que han perdurado hasta los años veinte de nuestro
siglo, condicionado además por la proximidad del Matadero, del Rastro y de la Fábrica de
Artillería.
Es uno de los arrabales más antiguos de Sevilla, ya lo fue en tiempos árabes junto a una
Laguna (Bohaira), en cuya orilla contruyó Almotanid un palacio con hermosos jardines, que
Abu Yacub Yusuf amplió para competir con el de Medina Azahara, en Córdoba, plantando por
decenas de miles de olivos, árboles frutales y palmeras. Su muerte inició el abandono de
tan magnífico espacio que se fue arruinando desde 1181 hasta el punto que cuando llegó
San Fernando en 1248 ya ofrecía un desolador aspecto. También cuentan las crónicas que,
por su ayuda, el rey Santo le regaló al rey Niebla aquellos terrenos, que vinieron a
llamarrse la Huerta del Rey, así nombrada también por Cervantes.
En sus terrenos más cercanos nacieron las primeras fundiciones, en aquellos tiempos lejos
de la ciudad, que desde el siglo XIV se especializas en la fabricación de piezas de
artillería. más adelante, en el XVI, conseguirán realizar prodigios, como el
Giraldillo, obra fundida por Bartolomé Morel en 1568. Y serían aquellos trabajadores los
que comenzarían la edificación del barrio sobre el desaparecido arrabal árabe y la
parroquia que afines del XVI se levantó dando nombre al barrio, pues fue el día 22 de
Agosto de 1247, festividad de este santo, cuando Fernando III puso cerco a la ciudad e
instaló en los terrenos del actual barrio su campamento; de ahí también los nombres de
las calles del mismo; Campamento, Santo Rey, Cofia... o la vía principal, San Bernardo,
hasta 1859 conocida com Ancha de San Bernardo.
Pasado los años, el rey Felipe III sustituyó las fundiciones privadas por la Fundición
de Bronces de Artillería, ampliando sus talleres hacia el emplazamiento actual desde la
Huerta del Rey; por su parte, Carlos III ordenó en 1782 la construcción de la Real
Fábrica de Artillería, que ha funcionado hasta hace muy pocos años y que ahora es,
además de formidable edificio, una extraordinaria joya de la arqueología industrial
andaluza.
Pero el barrio tenía sus carencias, y una de ellas era el continuo problema en el
abastecimiento de agua pues la fuente de dos caños instalada en la arteria principal del
mismo a menudo carecía de tan básico elemento y, de hecho, las cañerías de plomo no
serían instaladas hasta 1844; en 1859 una nueva fuente vino a suministrar agua, pero los
vecinos no la recibieron con agrado por estar construida con materiales de derribo del
cercano cementerio de San Sebastián.
LAS COMUNICACIONES
La llegada del ferrocarril el pasado siglo no aportó nada nuevo ni mejoró las
comunicaciones de San Bernardo, más al contrario, la empeoró, llevando su aislamiento
hasta hace muy poco, perjuicio por el que sus vecions mostraron sus quejas al Ayuntamiento
hispalense en 1861, y fruto de esta demanda fue la construcción del paso subterráneo que
comunicaba la calle San Bernardo con la avenida de Cádiz, que venía además a sustituir
a un antiguo y peligroso puente de madera; otro avance para el barrio fue el entubamiento
del Tagarete, pues así desaparecieron los malos olores -San Bernardo se veía afectado
por los residuos de la cloaca del Presidio de San Agustín, las Reales Almonas y la
Fábrica de Salitre- así como las riadas. Pero el verdadero impulso para su integración
en la ciudad fue la construcción del puente de San Bernardo, obra de Juan Talavera en
1924, que eliminaba las limitaciones provocadas por el paso a nivel del ferrocarril y que
ha venido a aportar, no sólo al barrio sino a toda la ciudad, una de las más bellas
estampas de Sevilla, pues sobre él parece estar clavada la Giralda cuando nos acercamos
al centro de la ciudad por la Avenida de Eduardo Dato |