Son la 8
de la mañana del domingo 17 de Enero de 1999. Este día no nos despierta el despertador,
como de costumbre, sino un enorme chaparrón de agua que está callendo sobre Montoro. Se
acerca el momento de la salida de la primera ruta del año, pero claro, con semejante
aguazero... Empiezan las llamadas por teléfono entre unos y otros: "¿Que hacemos?,
¿Vamos al punto de encuentro? ¿Nos vemos a la hora prevista?. Total... que quedamos
todos segun la hora prevista (9:30 de la mañana). Una vez allí, el tiempo empezó a
aclarar, así que aunque no estabamos todos los que en un principio se inscribieron a la
ruta, decidimos salir.
Son las diez de la
mañana cuando empezamos a descender por la calle Camino
Nuevo y cruzando el puente de Montoro, llegamos a la carretera que lleva a la
"Alcaparra". LLegamos a la trocha que nos lleva desde aquí hasta "El
Risquillo" y desde aquí comienza la ascensión, porque una de las particualaridades
de este Pueblo y su entorno son "las cuestas".
Comienza el recorrido entre los Kms.
6 y 7 de la carretera antigua de Montoro a Cardeña (carretera local 5.100). A mano
izquierda se inicia un camino que nos lleva hasta un enorme caserío, El Corregidor, construído en
piedra molinaza de color rojo, muy frecuente en la mayoría de los cortijos de la zona.
Rodeando este impresionante palacio por el lado izquierdo daremos con un bonito camino
empedrado que baja por una vaguada hasta el arroyo Arenosillo, donde encontramos un
antiguo puente de piedra con cuatro ojos. Estamos en uno de los caminos
históricos que atravesaban el término de Montoro, el Cordel Real de Villanueva.
Desgraciadamente, una carretera construida con fondos de la Unión Europea y una cerca
levantada por otro lado, cortan la ruta mesteña, dejando al puente falto de sentido.
Cruzando el puente
conectamos con la Colada del Arenosillo, que seguimos aguas abajo por la margen derecha
hasta los baños del mismo nombre. La vegetación del arroyo se compone de tamujares con
adelfas y
tajares, sobre los que sobresalen algunos fresnos aislados. Entre el follaje se escucha el
canto de oropéndolas y ruiseñores. Y en los olivares cercanos abundan las tórtolas,
perdices, palomas torcaces, abubillas, rabilargos, urracas, cucos y alcaudones. En
primavera y verano no es difícil observar la silueta del águila calzada recortada en el
cielo.
Desde aquí,
comienza el retorno, y tras cruzar el puente de Arenosillo, remontamos por la Cañada del
Corregidor, y es a partir de ahora que empieza de nuevo a llover, pero lo que se dice
llover.... Menos mal que los buenos "Senderistas", van siempre preparados para
lo que pueda ocurrir, así que he
aquí una prueba fehaciente de que ibamos bien equipados!!! (Esta foto nos la hicimos en
el ascenso de la Cañada del Corregidor).
Después, y ya con
hambre, ya que la lluvia nos impidió almorzar en una pradera contigua al Puente de
Arenosillo, nos refugiamos en la parada de autobús del Risquillo y procedimos al almuerzo
que consistía en un "joyo" con aceite, choricillo, aceitunas, etc.,¡ Es que
por esta zona nos tomamos muy "a pecho" lo de la dieta mediterranea...jajaja...
Ya con el estómago
lleno, procedimos al regreso y para ello descendimos por la carretera antigua que llevaba
al Risquillo y que ahora está en obras para salir a la barriada de "San Roque"
en el barrio del Retamar desde donde se ve una panorámica espectacular de Montoro rodeado
con su río Guadalquivir. LLegando al puente comienza de nuevo a llover. Pero ya, que más
da!, verdad? |