Cada mañana sales a
enfrentar y a disfrutar El Mundo, La Carne, El Diablo.
Sin más herramienta que tú mismo.
Una humilde lista de ideas que a mí me ayudan a volver a casa ileso ... hasta donde puedo protegerme:
Estoy de paso; no debe
importarme qué piensan de mí.
Dedicaré algo de mi tiempo y esfuerzo (lo único que tengo) a algo más que al
trabajo.
No quiero ser el centro de atención.
Existen rincones, paisajes de inesperada belleza, listos a saltar a la mente de quién los
busca.
Hablaré sólo la Verdad: lo que sé o siento. Si no puedo hablar bien de ellos no
hablaré de ellos.
Nada me asusta, daña o irrita; no puedo perder lo realmente mío.
No soy mejor que los demás; equivocarme no es un crimen, no me sentiré mal al reconocer
mis errores.
Sin agobios ni perezas; lo que no puede hacerse hoy podrá hacerse mañana.
Releer, repensar, contar hasta diez u once, es ganar tiempo y no perder energías.