Älvaro Cunqueiro |
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Nació en la villa episcopal de
Mondoñedo (Lugo) y, hasta su muerte, en el último día de febrero de 1981, apenas vivió
fuera de su tierra, a la cual y a sus gentes, dedicó casi todos sus cuentos, novelas,
poesías, artículos, ensayos, conferencias
y quizá este localismo de temas y
maneras ha sido el enemigo de la universalización de su literatura: Tolkien es un
aprendiz frente a la magia de las palabras e invenciones de este periodista de mitos
ancestrales, creador de olvidadas leyendas, escribano al dictado de hadas y
"mouros"
Solo tuvo efímero reconocimiento fuera de su hogar, cuando, en 1969 ganó en premio Nadal con la novela "Un hombre que se parecía a Orestes". Aunque la fantasía más o menos erudita (cierta o inventada) ocupa gran parte de su obra literaria, sus cientos de escritos pueden deparar una visión distinta de casi cualquier asunto que puedas imaginar. No solo la tradición gallega se pasea por sus páginas: Merlín y su familia o Ulises son personajes de dos de sus novelas. La Tierra Media quizá no esté al otro lado del mar. " El contemplador había posado los ojos en Vega de Lira, la más brillante estrella del hemisferio boreal, y después había buscado, hacia el sudoeste, a la anaranjada Arturo, del Boyero. Más hacia el sur, sus ojos tropezaron con Espiga, de Virgo. Y fue entonces cuando vio a los enanos que transportaban la viga de oro " " Como dicen en el país, siempre hay un diablo que se parece a otro. Este de quien te cuento se parecía a una mujer. La historia es de mis tiempos mozos y tengo que contártela con pausa " " Te voy a contar la historia de cuando pasó por aquí la muerte, que es la misma historia de la taberna de Galiana, que luego te contaré por separado. Pero ésta pasó a mi lado, mis ojos la vieron y siempre la recuerdo. Algo se posa en mi corazón. Algo que no es bueno " . |
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