El rey tiene una hija, no sabemos si hermosa o contrahecha; sabemos que no se ha desposado y que espera un hijo.
Las malas y sabias lenguas dicen que Gárgoris será el abuelo y el padre de la criatura que anida el vientre de su hija. Las malas y sabias lenguas dicen que al rey le averguenza su pecado y teme la llegada de un heredero que le arroje del dorado trono.
Nace el niño; sin nombre aún. Y sin nombre desaparece
Rumores hablan de un niño criado por las fieras del bosque a las que se arrojó para que fuera devorado por ellas; de un niño, quizá el mismo, entregado al mar y por él mar mansamente devuelto a la costa, recogido por una cierva y amamantado y criado por ella.
Pasan los años y las leyendas no cesan; un mozo, jefe de una manada de
ciervos que asolaba la región ha sido apresado por unos astutos cazadores; cuentan como, incapaces de capturarle, dada su rapidez y agilidad de bestia salvaje, con lanza o flecha, consiguieron que cayera en un lazo y, así, atado y derrotado le llevan como presente ante el rey, ante el ya anciano Gárgoris.
El muchacho, ya todos lo saben o presienten, no es otro que aquel arrebatado a su madre y hermana. Y, como todos saben, es el único digno de suceder a su padre y abuelo.
Abis o Habidis será por fin su nombre.
Y será el mejor y más grande rey que los curetes tuvieran. No solo su fortaleza y agilidad serán el tema de cuentos y canciones; su sabiduría y su buen gobierno llevaran a su pueblo a descollar sobre el resto de sus contemporáneos. Serán los primeros en abandonar la recolección de frutos y cultivarlos, los primeros en vivir en pueblos en lugar de dispersos por los montes; los primeros en ser recordados por las razas que les sobrevivan
Y los romanos, los primeros invasores imperialistas, oyeron y recogieron esta leyenda. Y la creyeron y la temieron.
Supieron que el fundador de su grandiosa Roma no había sido el primero en ser amamantado por una fiera.
Supieron que, siglos antes del nacimiento de su civilización, un reino había sucumbido al otro lado del fin de la tierra y, sus descendientes se habían extendido por esta península y quizá más allá, quizá habían llevado a otra península la historia de una guerra fratricida, de una huida y un naufragio del nacimiento de una civilización tras la guerra y el asesinato.
Atlántida, Rómulo y Remo, Ciro, Moisés, el fin del nomadismo, el principio de la "civilización" muchos nombres y símbolos tras los nombres y los símbolos de Gárgoris y Habidis/Abis.