A
VECES SE ME OLVIDA
Alerta, como un soldado en una garita
desnudo, como un chiquillo recién nacido
crispado, como las manos de un trapecista
planchado como el traje de los domingos
Me defiendo como un gato panza arriba
sin llegar a distinguir a mi enemigo
y me enredo con los hilos de tu vida
y me enfrento a un inventario de castillos
Y a veces se me olvida que solo soy espectador
a veces las canciones se convierten en ceniza
y el corazón hundido en un bolsillo de mi pantalón
y la ciudad palpita con horario de oficina
Camino con los cordones desabrochados
enfilo algún bar abierto al doblar la esquina
presiento la luz dorada de un escenario
pero las cosas del alma no se adivinan
Me despiertan las noticias de la radio
y me abruma la locura de los días
y me aprendo de memoria el calendario
las maneras de vivir son sólo mías.
Y LOS CONSERJES DE NOCHE
Algo tendrán que contar las estaciones,
algo dirán las terminales de aeropuerto
los bares donde nacieron
cinco de nuestras canciones,
las noches que tu chica te decía nunca más.
Quedó algo de nosotros en esos lugares
en el lavabo de señoras y en el puerto,
en la butaca del cine, en una boca de metro
y en todas esas esquinas que solíamos doblar.
Es una historia que se escribe en los portales
la breve intensidad de las primeras luces,
y los conserjes de noche
cuidan de los hostales
y todas las camareras que quisieron escuchar.
Algo tendrán que contar los escalones
con pantalones arrastrados por el suelo,
algo el asiento trasero que me ofrecía tu coche
y el humo del cenicero que acabó por rebosar.
Tu siempre estabas dispuesta,
es domingo por la tarde
la vida es una ramera de primera calidad
y los conserjes de noche
cuidan de los hostales
y todas las camareras que quisieron escuchar.
Es una historia que se escribe en las postales
con la necesidad de madrugar los lunes
CUANDO ÉRAMOS REYES (fragmento final)
Cada momento vivido
cada maleta cerrada
cada uno de mis amigos
me esperan en la antesala.
A pie de cualquier camino
al filo de la mañana
un corazón encendido
da vida y luz al alba ... al alba
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MÚSICO DE GUARDIA
Esperaré impaciente la llegada de otro tren
cargado de palabras hacia medianoche,
y esta vez, con la atención de un centinela
por primera vez, tengo una patria, tengo una bandera.
Quemé todas mis naves justo cuando iba a partir,
vendí las pieles de los osos que jamás cacé,
y ahora abrígame
no con la lealtad de un mercenario
Anúnciate,
yo solicito tus servicios a diario.
Vivo en un escenario del tamaño de dos lunas,
voy cuesta abajo por tu cuerpo y ya no tengo cura.
Soy músico de guardia desde la cuna a la tumba,
plantado como una farola de noche, al norte de mis dudas
Prefiero la seguridad que da lo incierto,
saber que el tiempo no será jamás mi amigo,
y no me fío
de los que a pecho descubierto me vacilan
con una lista de consejos aprendidos.
Me haré socio del viento, y digo yo que me irá bien,
es más sincero cuando no hay contrato que firmar
Y allí te espero,
en el momento en que la pluma conoce al papel,
en el instante en que mis frases me desnudan.
EL CONTESTADOR
Ojalá que tu cama estuviera siempre de guardia
encaramada en los carteles de neón.
Ojalá que volviera a encontrarte fumando en la plaza
y dejarte de nuevo sin blanca, sin respiración.
Ojalá que tuviera valor, y decirte que no pasa nada
son diez pisos y no hay ascensor
hacía el cielo del que tu me hablas.
Y no me da la gana
marcharme cuando empieza lo peor
un nudo en la garganta
se intuye por tu voz en el contestador,
tú solo intenta no mentirme hasta mañana.
Ojalá que quisieras dormir esta noche conmigo
en lugar de violar corazones en salas de estar.
Ojalá que ahora mismo me dieras lo que nunca pido
y algo de tu paradero porque nunca estás.
Ahora sé lo que quieres oír
ésta es la última mierda que piso,
cinco tipos esperan por ti
me parece que yo soy el quinto
Y no me da la gana
SE NOS IBA LA VIDA
Se nos iba la vida al quitarnos la ropa
en aquella pensión tan pegada a la playa
nos contamos mentiras, nos compramos promesas
nos hacían cosquillas las luces del alba.
Se vestía deprisa, encendía un cigarro,
me miraba a través del espejo del baño
y se echaba a reír
Me ponía a cantar, Si estuvieras aquí,
No, no woman no cry, Déjame, Stand by me
y de pronto se fué de las manos
no la he vuelto a ver
y los niños me lanzan un corte de manga
al pasar el tren.
Estará como siempre en alguna frontera
persiguiendo a algún tipo en mitad de la noche
estará consiguiendo vivir de quimeras
recordando los cuerpos, olvidando los nombres
Estarán intentando sacarme de quicio
las miradas al sur, los recuerdos de entonces
estaré consiguiendo sentirme yo mismo
en las pieles de otros, en la boca de todos
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