La posibilidad que exhiben los animales de producir artesanías que
reflejan tecnologías que solamente el humano ha logrado imitar con
mucho retardo merece unos comentarios y reflexiones. Si definimos
tecnología como la capacidad de resolver problemas prácticos, las
arañas que construyen sus telarañas reflejan cierta capacidad tecnológica
que no es, entonces, característica exclusiva del ser humano.
Una de las características más importantes de las arañas es su capacidad
de producir filamentos sedosos, habilidad que comparten con el Bombyx
mori, el gusano de seda. Mientras este último usa la seda que eyecta
desde una extrudora ubicada en la parte trasera del abdomen y alimentada
por glándulas especiales, para alojarse en una habitación que con
ella se construye, la araña emplea su seda en construir trampas para
los insectos voladores de los cuales se alimenta. La seda a veces
es incluso mejor que la producida por el gusano de seda. Inicialmente
la seda es una proteína globular líquida, pero al ser eyectada se
desnaturaliza (término usado para el proceso de cambio entre una estructura
globular nativa y una estructura "desnaturalizada "fibrosa. El pasaje
de una clara de huevo nativa al estado coagulado blanco resultante
de la acción del calor, es otro ejemplo de desnaturalización de proteínas.
La muerte por el calor de un microorganismo en un esterilizador de
la industria alimentaria es aun un tercer ejemplo.
Todavía el hombre no ha encontrado una forma eficaz de aprovechar
este producto biotecnológico como sí lo ha hecho con el gusano de
seda.
El uso habitual de su seda es hacer trampas, pero a veces las diferentes
especies tambien se construyen guaridas toscas de seda, caso de las
musarañas y de las arañas cangrejo, así llamadas por sus patas curvadas.
Todas las arañas depositan sus huevos en cápsulas o capullos de seda.
Es común encontrarlas vacías en los jardines durante el otoño. Las
pequeñas arañas al nacer, viven de la yema almacenada en sus cuerpos.
Muchas, logradas la independencia, se dejan llevar por el viento hacia
largas distancias, montadas sobre hilos de seda o "babas del diablo".
Entre las arañas constructoras de trampas, las telas más bonitas son
las resultantes de la artesanía de las argiopidas cuyas delicadas
telarañas cuelgan de las ventanas familiares. Para empezar su tela,
la araña deja caer libremente un filamento, hasta que su extremo inferior
se adhiere a un objeto donde queda fijo. Realiza con ella el resto
de la trama, dependiendo la forma de los soportes disponibles. Los
filamentos diagonales parten de un centro de donde surgen otros distintos
radios. La trama forma una pequeña espiral alrededor del centro que
va reforzando la estructura. Antes de producir las espirales definitivas,
la araña forma una espiral provisional dirigida hacia afuera, que
utiliza como guía para elaborar otra de mayor viscosidad, desde afuera
hacia adentro. Los filamentos más viscosos son diferentes de la seda
más seca que usa de guía y proceden de otras glándulas, cuyo producto
pegajoso es más adecuado para la captura de presas. Al terminar su
tela, la araña se queda ya sea en el centro o escondida en una hoja
lateral, aunque unida a la tela por un filamento que le transmite
las vibraciones que originan los esfuerzos por escapar de los insectos
atrapados. La araña se abalanza sobre la presa, y con gran habilidad
la envuelve con sus patas con seda fresca, mordiendola al mismo tiempo.
Como la araña tiene en sus patas una capa de aceite, no queda adherida
sobre su propia tela, como lo informa el naturalista francés Fabre.
Si la araña está hambrienta, transporta a su víctima al escondrijo. En
el otro caso, la deja un tiempo sobre la tela. Si se dañan las telas,
casi nunca las reparan, construyendo casi diariamente una nueva. Mientras
la picadura de la araña es letal para la pequeña presa, no alcanza
a perforar la piel humana.
Esta 'tecnología' se hereda con genes comportamentales de generación
en generación, aunque los detalles de la fijación de la red a los
sitios cambiantes involucran una cierta dosis de creatividad tambien
heredada. ¿No serán las arañas socias de la Asociación de Tecnólogos
Alimentarios? Merecerían serlo, junto con las hormigas que cultivan
hongos bajo tierra y que les llevan hojitas para que crezcan y sirvan
de alimento y junto a las abejas que fabrican la miel para el invierno. Esta
poderosa pulsión hacia tener resuelto el tema de la alimentación es
la misma que les garante buen éxito a quienes acceden a una tecnología
competitiva, heredada o perfeccionada.
esquema de los usos que hace la araña con su seda.
esquema de hormigas llevando pasto a sus hongos subterráneos