Definición: Observando el cerebro desde afuera, se lo puede describir como un sistema procesador de información que genera representaciones internas del mundo externo (el cerebro A) y de sí mismo (el cerebro B). Esas representaciones no están concentradas en un sitio sino que están distribuídas en fragmentos integrables. Forman patrones, pero solamente por referencia a patrones de activación distribuída. Esos patrones son la causa del fenómeno de la representación; son la causa de su existencia, son la representación misma. Cuando aparecen activaciones distribuídas de esos fragmentos de una dada representación, emerge la representación integrada, la experiencia tal cual se dió antes.
El cerebro presenta un vasto territorio con sus cisuras y convoluciones. En tantísimas neuronas caben todas las informaciones recién llegadas. Las experiencias encuentran su sitio para ser memorizadas, a veces en zonas desocupadas, otras en zonas compartidas y con muchos ocupantes. El ambiente o mundo externo - segun teorías neuroevolutivas - es el que fuerza con su arquitectura y sus leyes a que los circuítos neuronales se combinen durante la infancia en subrredes adecuadas para el logro de una visión del mundo y para el logro de la homeostasis frente a perturbaciones y causas de alarma. Queda así adaptado y maduro cuáles subrredes cumplen con cada uno de los papeles necesarios en el mundo tal como se da. Entonces - segun el modelo - una vez que una subrred se encarga de una tarea, vuelve a aparecer con regularidad cuando su participación y su activación es útil. El modelo supone que las subrredes retienen representaciones, no archivos codificados. Dichas representaciones son disposiciones para reactivar patrones de activación distribuídos en las diferentes zonas, que ya han sido seleccionados durante experiencias previas. Cada patrón de activación distribuída, ya madurado en su papel (o sea ya en estado estacionario), será activado por un cierto patrón de estímulos eléctricos y químicos, con lo cual sirve para reconocer situaciones y traer a la luz la experiencia. Si está correctamente conectado, su acción derivará en una particular acción motora. Para ello reconoce patrones de activación distribuídos, provenientes de áreas desparramadas y compartidas, no siempre áreas adyacentes. El detalle de estar distribuídos configura - se afirma - a que la visión representacional no sea pobre, sino enriquecida al ser integrada por fragmentos complejos de diverso origen. Combina colores, sensaciones corporales, experiencias sonoras, objetos, escenas, situaciones, contextos, un modelo del mundo y un modelo de sí mismo.
28.dic.1998
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Glosario de Carlos von der Becke.