Definición: Segun un hombre universal, Godofredo Guillermo von Leibniz (1646-1716), las cosas del mundo (y la conciencia entre ellas) se pueden interpretar desde dos niveles o esferas.
Desde el nivel fenoménico o descriptivo (físico), dado que nuestras mentes son imperfectas y limitadas (en ese nivel, hay cosas que causan a otras, hay trama espacio-temporal). En él, disponemos de la ciencia que parte de la ilusión "bien fundada" acerca de causalidad, tiempo, espacio e interacciones de masa, energía y cantidad de movimiento y con ellos estudia fenómenos físicos, en los que nada sucede que no esté basado en lo que realmente pasa en el nivel metafísico. Las leyes físicas son perfectamente correctas, como una descripción mecánica.
En el nivel metafísico, ¡donde ninguna contabilidad de la realidad puede ser menos mecánica! En dicho nivel, no hay tiempo/espacio (solamente números), ni causas/efectos. Leibniz explica esto último con la siguiente ilustración:"Con precisión metafísica, no tenemos más razón cuando decimos que el buque empuja al agua para producir un gran número de remolinos... que cuando afirmamos que el agua está siendo solicitada para producir estos remolinos y ellos causan que el buque se mueva en armonía con ellos" (Borrador de la carta a Arnaud, 8.dic.1686).
Con la primera explicación, la navaja de Occam y su aporte al método científico han quedado satisfechos: todo es más simple. El principio occamístico enseña que no hay que multiplicar los entes sin necesidad (non sunt multiplicanda entia praeter necessitatem). No hace falta aquí complicar las cosas introduciendo a Dios en las interpretaciones. Pero la simplicidad dificilmente es lo mismo que la verdad...
La segunda explicación incluye como complicación a la acción divina. Con ella se explica la extraordinaria acción de las leyes físicas escasas y fértiles que rigen en las porciones individuales de materia que observamos.
Mi alma - señala - es una mónada, un "espejo" del universo y como tal va a tener un numero infinito y una infinita complejidad de percepciones. Obviamente, sin embargo, no me apercibo - no estoy conciente - de todas esas pequeñas percepciones que percibo pero de las que no estoy conciente. (Leibniz es uno de los primeros genios que analizaron la importancia de lo subliminal, del inconciente en nuestra vida mental). Cuando llego a estar conciente - cuando me apercibo - de alguna percepción, será de por sí una percepción difusa y compuesta.
El ruído resultante de las olas en la playa está formado por un vasto número de sonidos individuales de gotículas de agua rozando con algo diferente. (Lo resultante es nuestra experiencia del mundo; los roces son las pequeñas percepciones)
- Las pequeñas percepciones explican la adquisición de innumerables hábitos y costumbres menores, base de buena parte de nuestras personalidades individuales. Estos hábitos se van acumulando continua y gradualmente, en lugar de ocurrir todo junto - como en las decisiones - y por consiguiente puentean la volición conciente.
- Estas pequeñas percepciones sirven de base para nuestra conexión preconciente con el mundo. Nuestra relación con el mundo no es solamente una sensación vuelta conciente, no es solamente conocimiento. Es mucho más rica. Es una sensación como si fuera una especie de telón de fondo de ser una-parte-de-. Entonces el escepticismo crítico, aunque plausible como lógica, es en el fondo absurdo.
Estas pequeñas percepciones requieren de una "atención" especial, tipicamente de un pensamiento filosófico, para ingresar de la preconciencia a la conciencia y clarificar su contenido.
Estas mismas pequeñas percepciones permiten una explicación fenoménica (no-metafísica). Psicologicamente las diferencias en lo que las distintas mónadas o almas captan de estas petites percepciones se traducen en diferencias que se notarán al desplegarse la plenitud del tiempo (Nuevos ensayos).
29.jun.1999
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Glosario de Carlos von der Becke.