La tercera novedad puede resultar en diversos modelos coherentes. El que sigue es una elaboración con fuerte similitud con el propuesto por Haim Harari, excepto en lo referente a los grados de líbertad.
Las evidencias de las Figuras 20 y 21 conducen naturalmente a suponer que uno de los preones debe estar cargado electricamente con carga |E| = 1/3, dependiendo el signo de la condición de ser premateria o antiprematería. Esa carga es el mínimo común divisor entre todas las que existen y aparece en las expresiones de aritmética modular del capítulo 4 : por ejemplo, en parágrafo 4.8.
Arbitrariamente se denomina al preón cargado con |E| = |1/3| como tohu ó T, reservándose el signo positivo para T y negativo para Traya. El segundo preón vavohu y antivavohu, V y Vraya, puede llegar a tener más de un juego particular de cargas, punto en que bifurcan los modelos posibles. Después de tanteos subóptimos, aquí se elige el juego que se detalla en la Tabla XXIV.
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Las precargas B1 y B2 están concebidas por estricta analogía con C1 y C2, parágrafo 2.3.
Los grados de libertad se interpretan a través de este ejemplo.
1) Para la carga de color:
En un triplete, cada tohu no tiene libertad alguna de elegir su color si el precolor está determinado: deben ser iguales.
En cambio cada vavohu prerrojo puede ser antiverde o antiazul, aunque surgen luego restricciones con motivo de que el triplete debe ser neutro en sus precolores, (grado de libertad 1).
2) Para la carga débil [D], que no aparece en la Tabla XXIV, las posibilidades de atribución son de dos tipos:
En un modelo se puede postular que cada preón de prematería tiene carga +1/6 y que cada antípreón tiene carga [D] = -1/6.
En otro, se puede concebir la hipótesis que, una vez armado el triplete con preones o antipreones, aparezca la carga global [D] = +1/2 (ó 0) en el primer caso ; y [D] = -1/2 (ó 0), en el segundo.
La atribución de valores a las diferentes cargas de uno de los preones básicos se puede considerar arbitraria: hay que confesar que todo lo que se busca en esta etapa mítica es que no aparezcan incoherencias. Con uno de los preones ya fijado en sus atributos, se simplifican las demás atribuciones al resto, aunque también allí aparecen arbitrariedades.
A priori se han incorporado, al asignar cargas a los preones, relaciones intencionales entre precarga, carga de color, carga eléctrica y carga débil que un análisis inmaduro puede, con posterioridad, evidenciar o "descubrir", siendo así que están prefijadas. La fuerza impulsora de esas intenciones es la de reducir el número de parámetros fundamentales.
15.feb.2000