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“A Israel y los Estados Unidos no les gusta perder”
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Rania Masri habla sobre el futuro del Líbano


“A Israel y los Estados Unidos no les gusta perder”


publicado originalmente en Socialist Worker


RANIA MASRI es una activista anti-guerra y autora libanesa-americana que trabaja corrientemente dando clases en la Universidad de Balamand en el Líbano. Sus escritos durante el ataque Israelita circularon por el Internet y sacaron a la luz el efecto catastrófico de este último ataque israelita-estadounidense en la “guerra contra el terrorismo.”


Rania estuvo entre los organizadores de una carabana de ayuda para civiles que durante el apogeo del bombardeo israelita desafió a la Fuerza de Defensa Israelita que juró atacar a cualquier vehículo que estuviese utilizando las carreteras del sur del Líbano. Mientras el ejército libanés intentó prevenir que el convoy llegara a su destino, el esfuerzo de los organizadores resaltó el intento israelita de prevenir que las áreas más afectadas recibieran ayuda.


Ella habló con LEE SUSTAR sobre la devastación causada por las fuerzas armadas de Israel en el Líbano y sobre las consecuencias políticas del alto al fuego de este mes.


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¿Qué impacto ha tenido la guerra de Israel sobre la sociedad y la economía libanesa?



Esta guerra definitivamente fue iniciada por Israel el 12 de julio e Israel comenzó atacando todo lo que denominaban como infraestructura civil.


Si hablamos de las autopistas y las carreteras, que son las arterias que unifican al país, fueron destruidas. Si hablamos de las puertos, de norte a sur, fueron bombardeados.


Había un aeropuerto que todavía se estaba utilizando y un aeropuerto militar que no se estaba usando, a pesar de esto ambos fueron bombardeados regularmente y consistentemente.


Habían fabricas que fueron bombardeadas. No hay forma de justificar el bombardeo de fabricas de leche, fabricas de yogurt, fabricas de goma, fabricas de papel y fabricas de textiles que no tenían nada que ver con Hezbollah. También, incidentalmente, destruyeron una fabrica que producía casas móviles que se estaban mandando a Irak.


Esto lo hicieron con el propósito de destruir la economía libanesa. Destruyeron cualquier capacidad económica que tuviera el país para sostenerse sin ayuda.


¿Qué en especifico fue bombardeado? En la cuidad de Nabatieh en el sur, donde las casas residenciales rodeaban al mercado, los israelitas bombardearon a los hoteles, los restaurantes—todo. E hicieron esto en varios lugares.


A esto se le añade los hogares que fueron bombardeados. Entre 12,000 y 15,000 casas residenciales fueron completamente destruidas. Y también hay miles de hogares residenciales que fueron parcialmente destruidos, pero hace falta que sean colapsados para que puedan ser reconstruidos. Entonces, el número de casas destruidas se duplica.


También, la economía libanesa se basa en la confianza. No somos como muchos países en el mundo que producen sus propios bienes. El foco primario de la economía libanesa son los servicios, los servicios bancarios, el turismo y así por el estilo. En ese aspecto, el daño que se ha hecho tendrá efectos duraderos.


Aquí podemos observar un patrón consistente en el ataque israelita. Cada tres a diez años, atacan al Libano en medio de la época turística, primordialmente para afectar el nivel de confianza que tenemos en la economía.


Entonces tenemos el elemento ambiental. Israel destruyó varias facilidades eléctricas y varios depósitos de combustible. Ahora tenemos el derrame de petróleo más grande del mar mediterráneo—que afecta también a Siria y a Turquía– que ha sido el resultado directo del bombardeo israelita. Hay una catástrofe ambiental masiva.


A todo esto se le añade el costo humano. Más de 1,000 civiles libaneses han fallecido, de estos más de 300 son niños. Todavía estamos desenterrando a los cuerpos de los escombros, por ende, el número podría ascender a 1,500. Y miles más han sido gravemente heridos.


Lo que es aun más irónico es que ahora el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, dice que está dispuesto a negociar con Hezbollah para liberar a los rehenes– supuestamente la razón por la cual atacaron al Líbano.



¿Cuál ha sido la reacción en Líbano al alto al fuego y los términos que han sido establecidos por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas?



No creo que tenemos un alto al fuego. Ayer [16 de agosto], un civil libanés fue muerto por un francotirador israelita en tierra libanesa.


Si lees detalladamente la resolución 1701 de las Naciones Unidas, encontrarás que le garantiza a Israel el derecho a defenderse pero no le garantiza el mismo derecho al Libano o los libaneses—tanto al gobierno como a Hezbollah. En este sentido, no tenemos un alto al fuego– ni políticamente ni en la práctica.


Sin embargo, el fingir que hubo un alto al fuego fue suficiente para que cientos de miles de refugiados que habían sido expulsados de sus hogares–uno de cuatro libaneses– pudieran regresar.


Esta es una de las razones por la cual Israel retiró sus tropas tan rápidamente. Las fuerzas de Israel están aun en el Líbano, pero una de las razones por las cuales se fueron tan rápido fue porque los que abandonaron sus casas querían volver a ellas aun cuando ya las mismas no estuvieran en pie.



¿Es la historia de ocupación israelí en el sur de Líbano desde 1982 a 2000 y la ocupación de Palestina la razón por la cual la gente no quiere que consoliden su control del área?



Esa es parte de la razón. Pero aun más profunda razón es el hecho que (desde que se fundó el estado de Israel en 1948) la gente del sur del Líbano no ha tenido una semana de paz bajo agresión israelita.


Hay un sentido heroico de resistencia— y con esto no estoy idealizando. Son como un olivo, sus raíces están enterradas profundamente en esa tierra y esa comunidad. No pueden vivir en otro lugar.



¿Qué implicaciones tiene la presencia de la fuerza multinacional que se supone se despliegue en el sur del Líbano?



Claramente, esta fuerza multinacional no va a defender a la gente del Líbano de la agresión israelita. Tampoco creo que tácticamente van a defender a Israel de los cohetes. Así, que qué van a estar haciendo allí.


Los franceses inicialmente dijeron que dirigirían una fuerza de 15,000 hombres, pero ahora dicen que enviarán sólo unos pocos cientos.


Los rumores que escuchamos es que Israel se está tomando un descanso y que volverá a atacar muy pronto; y luego atacará a Irán en seis meses. Y cuando vuelvan a atacar, la fuerza multinacional no podrá hacer nada.


Aun más triste es el hecho de que 15,000 soldados libaneses están en el sur como rehenes del ejército israelita porque nuestro ejército está equipado como una fuerza policiaca y no como un ejército. Es absurdo pensar que el ejército libanés tiene la capacidad de defender nuestro país — nunca la tuvo. Tampoco la comunidad internacional le permite equiparse como un ejército.


Quiero dejar claro que me opongo a la presencia de cualquier fuerza militar no-libanesa en tierra libanesa.



¿Cómo encaja la guerra de Israel en el Líbano dentro de lo que la Secretaria de Estado, Condoleeza Rice llama los dolores de parto de un nuevo Medio Oriente?



Estoy de acuerdo con el artículo de Seymor Hersh en el New York Times, que indica que la guerra en el Líbano sigue el plan de una guerra de los EEUU contra Irán.


En términos militares, todo el mundo está de acuerdo con que Israel perdió esta guerra. en este sentido, lo que hizo Hezbollah fue clave no sólo para el Líbano, sino para Siria e Irán. Le hizo una mella a los planes de EEUU en el Medio Oriente.


Creo que es una gran estupidez de la administración Bush comenzar una guerra tan pronto antes de las elecciones, a menos que quiera llevar al Partido Republicano al suicidio. Sin embargo, el Partido Demócrata continuaría la guerra de todos modos — ya no tenemos un Partido Demócrata en la práctica.


Muchos creemos que lo que ha pasado en el Líbano ha, al menos, detenido una guerra en Irán, ya que nadie esperaba este nivel de destreza militar de parte de Hezbollah.



Las razones para los ataques de Israel a la economía libanesa se iniciaron aparentemente para crear una respuesta contra Hezbollah de parte de otras comunidades y partidos en el Líbano. ¿Es esto lo que ha ocurrido?



Irónicamente, las comunidades que han recibido el ataque más fuerte son las que se han convertido en las de mayor apoyo a Hezbollah, independientemente de sus posiciones políticas. Las comunidades que se oponían a Hezbollah fueron las que recibieron menos ataques y siguen siendo enemigas de Hezbollah.


La guerra no hizo que la gente sintiera hostilidad hacia Hezbollah. Por el contrario, aquellos que eran neutrales los apoyan más tras verlos pelear. Cuando uno ve a la gente que perdió sus casas y a sus seres queridos, uno piensa que podrían irse en contra de Hezbollah, pero ahora los apoyan más.



¿Cómo está el clima político en el Líbano ahora?



No me siento optimista y no he encontrado a nadie que se sienta optimista en el periodo de posguerra, si se puede llamar así.


Tenemos un país que necesita desesperadamente una reconstrucción, tenemos un medio ambiente que necesita limpieza, hay muchas personas que han sufrido traumas y necesitan ayuda. Al mismo tiempo, tenemos un movimiento de oposición que nos aterra, las mismas fuerzas que se han opuesto a Hezbollah siempre.


Esta se ha convertido en una controversia de grandes diferencias. Esta no es una mayoría, sino una minoría vociferante. Pero son estas minorías las que han empujado al país a la guerra civil antes. Se teme que la próxima guerra sea una guerra civil.


Lo que me asusta más es que a Israel no le gusta perder, como tampoco a los Estados Unidos. Ambos han perdido en el Líbano. Van a tratar de ganar — económica, militar o polítcamente — en el Líbano. No creo que nos dejen en paz.


Lo que también me asusta es que la maquinaria de guerra israelita tiene que probarse ante su público. La manera más fácil de hacer esto es liquidando a los palestinos; y como vemos, el nivel de ataque a los palestinos se ha incrementado y es muy probable que se vuelva peor.



Entre las oraganizaciones antiguerra en los EEUU, hubo una reacción muy débil a la guerra de Israel contra el Líbano; esto como resultado del apoyo a Israel y a la islamofobia. ¿Qué piensas de esto?



Lo que me molesta de mucha gente es que diga “Condenamos la guerra, pero hay que quitarle las armas a Hezbollah”. Mi respuesta es que, en primer lugar, si hay que desarmar a Hezbollah, este es un asunto interno del Líbano. Sería como si un libanés comentara sobre el derecho a tener armas en los EEUU.


En segundo lugar, antes de desarmar a Hezbollah — antes de desarmar a un movimiento de liberación nacional que ha probado su capacidad de liberar a nuestro país — tenemos que armar a nuestro ejército. Mientras nuestro ejército no esté equipado para defender a nuestro país, pedir que se le quieten las armas a Hezbollah sin pedir que se haga lo mismo con Israel, es una hipocresía.


Es una doble vara. Es poner al Líbano en el rol de un gato que se defiende de un león, especialmente cuando tenemos una larga historia de Israel como agresor y el Líbano en la defensiva.


Así que estoy en contra de desarmar a Hezbollah. Estoy aun más en contra de que fuerzas externas dicten cómo y cuándo desarmar a Hezbollah.


El más grande violador de las leyes internacionales es Israel. Si van a traer la resolución 1559 de las Naciones Unidas (que exige que le quiten las armas a Hezbollah), traigamos también la resolución 425 y 426 (que restringe a Israel después de la invasión del Líbano en 1978), y la resolución 242 (que pide que Israel abandone la Rivera Occidental y la Franja de Gaza y otros territorios palestinos ocupados después de la guerra de 1967), y todas las demás resoluciones que Israel ha violado desde 1948.


Usar las resoluciones de las Naciones Unidas selectivamente es contradictorio, hipócrita e indica poca comprensión de este asunto.


Lo mismo aplica al asunto de las armas nucleares en Irán. Si la gente va a condenar la posibilidad de que Irán tenga armas nucleares, tiene que condenar el uso de armas nucleares por nuestro propio país.


Para que los estadounidenses le digan a Irán “No tienes derecho a tener armas nucleares”, esos mismos estadounidenses deben exigirle al gobierno de los EEUU que entregue sus armas nucleares. Mientras los EEUU tenga armas nucleares, ningún americano puede condenar a otros países por tener armas nucleares.


La misma política hipócrita se usa con el diálogo entre Israel y Palestina, en el cual se condena a los Palestinos por usar bombas suicidas. Si desean que los palestinos dejen de usar armas suicidas, denle F-16s, y yo les garantizo que no usarán bombas suicidas.



¿Cómo le respondería al movimiento antiguerra en los EEUU cuando argumenta que no se puede ir contra el sionismo pues se perderían aliados?



¿Debemos elegir qué batallas tenemos de acuerdo a lo que es correcto o de acuerdo a lo que es más fácil?


En los EEUU, ¿peleó la gente contra la esclavitud porque pensó que iba a ganar? de ninguna manera; lo hicieron porque pensaron que era correcto y justo. Lo mismo aplica a a los derechos de los trabajadores, el derecho al voto para la mujer y la lucha para acabar el trabajo infantil.


La misma lógica aplica en este caso: peleamos por lo que es justo, en lugar de basarnos en lo que podemos ganar. Si no lo hacemos de esta manera, perderemos en cada controversia. Si no es así, en lugar de luchar contra la opresión, estaríamos preguntando: ¿Podrías darnos menos fuertemente? ¿Podrías matarnos más tiernamente?


2006-10-25 13:55:27 GMT
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