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Los comunistas y el derecho a la autodeterminación de Euskadi
Daniel Bengoechea |
Este articulo fue extraido de
Germinal
Tras las muertes de dos presos políticos, Igor Angulo y Roberto Sainz, en las cárceles del estado español y la represión desatada contra los actos de despedida, la izquierda abertzale y el sindicato LAB llamaron a movilizarse “a quienes desean una solución democrática para Euskal Herria”. Como parte de esa movilización convocaron a una huelga general en Euskal Herria para el día 9 de Marzo. La respuesta de gran parte de la sociedad vasca fue más que satisfactoria ante la convocatoria de la jornada de huelga y movilizaciones por la muerte de dos prisioneros políticos vascos, para denunciar la política penitenciaria y para reivindicar la solución democrática al conflicto político que vive Euskal Herria. Las muertes de Igor Angulo y Roberto Sainz y la brutal respuesta policial, tratando de impedir a golpe de porra y pelotazos cualquier homenaje y despedida a los mismos, muestran una vez más cual es la verdadera cara del estado democrático burgués. La persecución judicial contra Arnaldo Otegi y el resto de los convocantes a la huelga general del 9 de Marzo, la prorroga de la suspensión de todas las actividades de Batasuna durante los dos próximos años, el cierre de sus sedes, la prohibición del acto político convocado para el pasado 21 de enero en Baracaldo, el múltiple sumario “18/98” contra cincuenta militantes de la izquierda abertzale, son la consecuencia de la presión de los sectores más reaccionarios del aparato del estado. Estos herederos del franquismo, quieren impedir a toda costa cualquier avance en los derechos democráticos de los pueblos oprimidos por el estado español, levantando la bandera del más rancio nacionalismo español, e insistiendo en incrementar más las medidas represivas. LA POSTURA DEL PSOE Los dirigentes del PSOE y sus socios de IU son incapaces, por su carácter antiobrero, de proceder a una depuración inmediata del aparato del estado heredado del franquismo, de eliminar la reaccionaria ley de partidos políticos o de acabar con la política de dispersión de presos políticos y reconocer el derecho de autodeterminación de los pueblos. Por lo cual, respecto a estas cuestiones sólo adoptan medidas tibias y hacen continuas concesiones a la presión de la derecha en todos los terrenos. Fruto de ello es la brutal política carcelaria que permite que, a pesar de que más de un centenar de presos políticos hayan cumplido ya su condena según la legislación vigente, permanezcan aún en la cárcel, sometidos al aislamiento, la dispersión, aplicándoseles de hecho, la cadena perpetua. Se trata de medidas destinadas a minar la moral de los presos políticos y permitir que la práctica de la tortura quede impune, como han demostrado continuas denuncias y testimonios. El PSOE e IU también tienen responsabilidades por el clima de linchamiento social, creado con la ayuda de la totalidad de los medios de comunicación, que convierte a cualquiera que discrepe de sus tesis españolistas en un “terrorista”. Que a nadie se le ocurra discutir la constitución o defender el derecho a la autodeterminación porque deja de pertenecer “al bando de los demócratas” para pasar “al bando maldito de los que dan cobertura y justificación al terrorismo”. Apoyándose en este clima, el gobierno ya ni siquiera necesita pruebas para hacer detener a dirigentes abertzales y acusarlos de terrorismo; de hecho ya nadie sabe dónde está la frontera para los delitos de opinión y los de terrorismo. En cuanto a esta cuestión, la “intelectualidad democrática” la ignora completamente, ya que ha cerrado filas con la campaña españolista en defensa de la unidad de España. IZQUIERDA UNIDA Y LA IZQUIERDA PSEUDO-REVOLUCIONARIA La actuación de IU respecto a Euskadi, es una muestra más de que esta organización reformista está al servicio de los capitalistas. De que otra forma se puede explicar sino que IU dedique más esfuerzos a exigir el abandono de las armas a ETA que a cuestiones como el derecho a la autodeterminación, la inmigración, o la siniestrabilidad y la precariedad laboral. En particular, cualquiera de estos temas son más relevantes para la clase obrera del estado español que los atentados sin victimas de ETA de los últimos tres años o contra políticos burgueses y miembros de la fuerzas de seguridad del pasado. Lo que ocurre es que como auténticos reformistas que son, IU está acobardada y es incapaz de desmarcarse de la ofensiva españolista contra Euskadi, ayudando, en consecuencia, a legitimar ante los trabajadores a un gobierno reaccionario como él de Zapatero y a un régimen monárquico que no respeta el derecho de las nacionalidades a decidir su destino. Llamazares hizo bandera electoral en las últimas elecciones nacionales del cuestionamiento del derecho de autodeterminación de los vascos y se alineó abiertamente con la política del PSOE, apoyando el rechazo a libro cerrado del plan Ibarretxe en el parlamento de Madrid. Al respecto, Llamazares ha sido bien claro: "hay que decir en estos momentos con quién estamos". Se equivoca enormemente si piensa que esta fiebre de españolismo va a beneficiar a IU. Con ella sólo gana la reacción. Respecto a la izquierda centrista, esta es cómplice de la política reaccionaria de IU. En lugar de denunciar la política antiobrera de esta organización se dedican a hacer de consejeros de izquierda de la misma. Tanto El Militante como El Partido Obrero Revolucionario en lugar de defender una política de independencia de clase, auténticamente socialista, se limitan a “exigir a IU que rompa sus acuerdos con la derecha, vasca o española”. Semejante línea política, sólo puede conseguir aislar a quienes la sostienen de las masas de trabajadores y activistas que apoyan la autodeterminación en Euskadi, y lograr que la autenticas ideas socialistas tengan escasa influencia en el conjunto del estado español. Por otro lado, las posiciones de la izquierda centrista revelan el miedo de esta hacia la violencia de los oprimidos. Estos pseudo-trotskistas al contrario que Trotsky son incapaces de comprender las universales lecciones históricas que muestran que la violencia es una de las tantas formas de intervención política y social y que su validez está dada por su integración dentro de una concepción dialéctica y totalizadora de ellas. NINGUNA ESPERANZA EN LA BURGUESIA DE EUSKADI Por su parte, el gobierno tripartito de Ibarretxe (PNV–EA–IU) en minoría, pudo ser constituido gracias a los votos recibidos por EHAK. El PNV también ha recibido el apoyo del PSOE para sacar adelante sus presupuestos en la cámara vasca. Los hechos ya han demostrado en repetidas oportunidades que los derechos democráticos para Euskal Herria no se van a conseguir en una mesa de negociación con la burguesía vasca. El PNV lo ha dejado bastante claro en la represión de los actos de homenaje a Igor Angulo y Roberto Sainz con el lenguaje de la porra. Además el gobierno autonómico PNV-EA-IU, al igual que los sucesivos gobiernos centrales, no sólo está atacando los derechos democráticos sino que también está aplicando una política brutal de privatizaciones, recortes salariales y cierres de empresas, con accidentes laborales que se producen diariamente. En resumen, el gobierno Ibarretxe es también un gobierno del capital, en este caso el representante de la burguesía de Euskadi, y en consecuencia está incapacitado para defender los derechos del pueblo vasco. La lucha por la unificación territorial de Euskal Herria y por el derecho de autodeterminación y la lucha por el socialismo, son una y la misma lucha contra el capitalismo opresor y centralista y contra los capitalistas vernáculos. La burguesía vasca y sus representantes, como cualquier otra burguesía, preferirán resignar la independencia nacional si ve amenazada la estabilidad del régimen capitalista por parte del proletariado. De hecho, a estas alturas del proceso de acumulación del capital en Euskadi, la burguesía vasca propiamente dicha - como la del BBVA - está fuertemente entrelazada con el capital multinacional; sus inversiones en Latinoamérica demuestran que ella misma se ha convertido en multinacional y su estado nacional de proyección hacia el exterior ha pasado a ser el estado español; por lo tanto fracciones como ésta de la burguesía vasca han perdido todo interés por la liberación nacional de Euskadi. LA IZQUIERDA ABERTZALE Respecto a la izquierda abertzale y ETA hay varias cosas que nos gustaría decir. Como marxistas que somos, debemos mencionar que ningún movimiento social define su carácter político por las formas de lucha que adopta ni por los medios de acción que emplea, sino ante todo por su estrategia de poder manifiesta, por su programa, por su proyecto político. Por otro lado, ante la confusión ideológica imperante y la cobardía de la gran mayoría de la izquierda debemos aclarar que a los obreros concientes no nos asusta la violencia que nace como respuesta a una opresión. Como comunistas que somos, no somos pacifistas, ni demócratas liberales, ni nacionalistas, y juzgamos a las organizaciones políticas y a los estados no por los medios de acción que emplean sino por los intereses sociales que representan y los fines que persiguen. En consecuencia, nuestros desacuerdos con el conjunto del MLNV están relacionados con su estrategia política y no con el uso de la violencia como método de lucha. Es verdad, que las acciones individuales, como la experiencia ha demostrado, en muchos casos sirven para fortalecer al sector más reaccionario del aparato estatal y justificar sus acciones frente a la clase obrera y la juventud. Sin embargo, el principal error del MLNV no es el uso de la violencia individual como método de lucha, sino el hecho de que el MLNV pretenda que el proletariado vasco comprenda y acepte, que para liberarse como clase de la explotación a que le somete el conjunto de la burguesía radicada en Euskadi, es necesario que antes se preste a colaborar con ella actuando como "auxiliar" en la tarea democrático burguesa de liberar políticamente del estado español a Euskal Herria. En consecuencia, el instrumento político que el MLNV propugna para conseguir la autodeterminación nacional de Euskal Herria es un frente popular en toda la regla. El problema de esta estrategia reside en que bajo el capitalismo es ilusorio creer que se va a alcanzar el derecho de autodeterminación de Euskal Herria. El carácter particularmente reaccionario de la burguesía española y del ejército y el aparato estatal sin depurar desde la época de la dictadura, es un factor decisivo. Pero hay otros no menos trascendentales. El más importante es que la burguesía española no se puede permitir cuestionar la unidad del mercado español y menos en una época como la actual donde se lucha a muerte por cualquier pequeño trozo de mercado en la arena mundial. Tampoco la burguesía vasca quiere perder la importante cuota de participación de sus productos e industrias en la economía española y, finalmente, el estado francés y la Unión Europea no apoyaran iniciativas similares por temor a sus repercusiones en Francia y a que cunda el ejemplo en otras nacionalidades de Europa. Es imposible, sobre la base del capitalismo, lograr la unidad territorial de Euskal Herria o una satisfacción digna de los derechos democráticos por los que se lleva luchando décadas. Sólo la clase obrera con un programa socialista y revolucionario puede satisfacer dichos derechos y eso es imposible de lograr en una mesa de dialogo con el PNV-EA o, todavía peor, considerando a la burguesía vasca un aliado estratégico para este objetivo. LA TREGUA DE ETA Al mismo tiempo que escribimos estas líneas, ETA ha decidido declarar un alto el fuego permanente a partir del 24 de marzo de 2006. El objetivo de esta decisión según ellos mismos “es impulsar un proceso democrático en Euskal Herria para construir un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos que como pueblo nos corresponden y asegurando de cara al futuro la posibilidad de desarrollo de todas las opciones políticas”. Probablemente, esta tregua abra la puertas a una negociación entre ETA y el gobierno español. Sin embargo la misma no afecta nuestra caracterización del MNLV ya la misma se basa en un análisis de su estrategia política (que permanece inalterada tras la tregua) y no en los métodos utilizados para implementarla. Una vez más repetimos, que la autodeterminación nacional no se logrará bajo el régimen capitalista. Dada la estrategia frentepopulista del MNLV, lo máximo que conseguirá el proletariado vasco de una futuras negociaciones entre ETA y el gobierno español serán meras modificaciones cosméticas del actual régimen de explotación capitalista. NUESTRA ESTRATEGIA Y EL LEGITIMO DERECHO DE LOS VASCOS A LA AUTODETERMINACIÓN Desde nuestra perspectiva, el proletariado vasco sólo podrá conseguir la autodeterminación nacional de Euskal Herría por medio de su propia autodeterminación como clase, condición que sólo puede ser cumplida mediante la instauración de la dictadura del proletariado, como mínimo, en el territorio delimitado por los estados español y francés. En consecuencia, según la perspectiva teórica legada por Lenin, los comunistas vascos, españoles y franceses, deberían luchar simultáneamente al interior del movimiento obrero en sus países respectivos bajo esta estrategia. Luego, una política internacionalista revolucionaria a desarrollarse en Euskadi debe dirigirse tanto a los asalariados del país opresor como a los del país oprimido. Por su parte los revolucionarios de otras latitudes del estado español debemos propagandizar activamente entre los trabajadores el derecho a la autodeterminación de Euskadi. En caso de no hacerlo, estaríamos negando la realidad: un conflicto que tiene más de un siglo a sus espaldas. Como parte del mismo la lucha por las libertades vascas fue un componente fundamental de la lucha antifranquista, la constitución española fue votada por menos de una tercera parte de los vascos, las encuestas han estado dando una y otra vez en Euskadi una indiscutible mayoría de ciudadanos a favor de que sean los propios vascos quienes decidan su futuro, la clase trabajadora vasca está estructurada mayoritariamente en sindicatos nacionalistas (ELA y LAB) y las fuerzas políticas que exigen a los poderes del estado que respetaran la libre decisión de los vascos, representaban a una clara mayoría social y política. Esa realidad, la pueden ocultar la izquierda reformista y la “intelectualidad democrática”, pero no podemos negarla los auténticos revolucionarios. En repuesta a la ignorancia de aquellos “intelectuales democráticos” que tratan de negar la existencia de una nación vasca mediante el argumento de que el nacionalismo vasco surgió a finales del siglo diecinueve nos gustaría mencionar aquí que hasta 1830 las aduanas del mercado español estaban en el Ebro y su comercio con Euskadi era tan exterior como el comercio con los ingleses y franceses. Los vascos tampoco pagaban impuestos a la hacienda española y acuñaban su propia moneda. Las fronteras se trasladaron a la costa recién después de las sucesivas victorias de la burguesía española en las guerras civiles de 1833-39 y 1872-76. Esto permitió a la burguesía española financiar la industrialización de la península mediante las masivas exportaciones del hierro vizcaíno a Inglaterra. Luego el nacionalismo vasco no tenía sentido de ser antes de fines del siglo diecinueve, su estructuración como pensamiento orgánico es la respuesta a esta perdida de autonomía comentada en las líneas previas. En resumen, nosotros entendemos que los revolucionarios no debemos mirar a Euskadi como a un lugar donde solamente se lucha por la independencia, sino donde, al igual que en el resto del mundo, los trabajadores deben luchar por sus derechos, los inmigrantes por su legalidad, las mujeres por la igualdad y los explotados en su conjunto por su liberación del poder económico, español, vasco o de la nacionalidad que sea. Obviamente, la crítica al nacionalismo ha de ser en primerísimo lugar al nacionalismo españolista. No hay otra manera de lograr la unidad de los trabajadores vascos y españoles que no sea sobre la base del derecho a la autodeterminación. Defendemos el derecho de los pueblos a la autodeterminación porque no renunciamos a la lucha por el socialismo, que únicamente es posible si se basa en la libre unión de los pueblos. Este pensamiento estaba basado en tres cuestiones interconectadas que son fundamentales en la teoría marxista de la autodeterminación nacional y su relación dialéctica con el internacionalismo proletario. Ellas son: Que la liberación nacional de la nación oprimida elimina las divisiones y antagonismos nacionales y permite a la clase obrera de ambos países unirse en contra de su enemigo común, el capitalismo. Que la opresión de otra nación ayuda a reforzar el domino ideológico de la burguesía sobre la clase obrera de la nación opresora. En palabras de Lenin: "Toda nación que oprime a otra forja las cadenas que la oprimen a ella misma". Que la emancipación de la nación oprimida debilita las bases económicas, políticas, ideológicas y militares de las clases dominantes en la nación opresora contribuyendo a la lucha revolucionaria de la clase obrera en este país. Estos tres enunciados dejan más que claro que el apoyo del derecho a la autodeterminación de los pueblos oprimidos es compatible con el internacionalismo proletario. Desde nuestra perspectiva reclamamos el reconocimiento de todos los derechos democráticos de los presos políticos, incluidos el acercamiento inmediato y su liberación. También el reconocimiento del derecho democrático de los vascos a decidir sobre su soberanía tanto en el estado español como en el francés y la concreción práctica de este derecho mediante un plebiscito donde voten sólo los vascos. La condición mínima para canalizar ese proceso democrático es que todos los vascos puedan participar en él sin presión alguna. Por lo tanto, para llevar a término ese proceso democrático es imprescindible una amnistía general, posibilitando la excarcelación de todos los presos y el regreso de todos los huidos. Nuestra propuesta para los trabajadores vascos es la creación de una federación de estados obreros basada en la libre asociación de todos los territorios que así lo deseen, y basado en el reconocimiento del derecho a la autodeterminación, como una estructura estatal posible para desarrollar una política económica y social orientada a la satisfacción de las necesidades sociales de la mayoría de la población. Obviamente, todas estas reivindicaciones sólo podrán conseguirse mediante la lucha política organizada de los trabajadores españoles, franceses, y vascos. En ese sentido, fue un paso adelante la jornada de huelga y movilización del 9 de marzo. Sin embargo, es necesario que las acciones involucren a capas más amplias de la clase trabajadora y la juventud y del resto del estado español, haciendo un llamamiento a la unidad de acción de las organizaciones políticas y sindicales de los trabajadores. Es necesario además, plantear de forma concreta la vinculación entre la lucha por los derechos democráticos y la lucha por reivindicaciones en beneficio de los trabajadores y la juventud, en contra de la política antiobrera del gobierno central dirigido por el PSOE y regional dirigido por el PNV. En ese sentido, las actuales luchas de los trabajadores y estudiantes franceses contra las políticas antiobreras del gobierno de De Villepin marcan el camino a seguir. BASTA YA DE REPRESIÓN CONTRA LOS DERECHOS DEMOCRÁTICOS DE LAS NACIONALIDADES OPRIMIDAS. AMNISTIA PARA TODOS LOS PRESOS POLITICOS |
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