La tradición de tomar las doce uvas -también llamadas las uvas de la suerte- el 31 de diciembre a media noche se remonta tan solo a principios de nuestro siglo. La implantación de esta costumbre, que por cierto es exclusiva de nuestro país, no se debe a motivos religiosos o culturales, sino más bien a meros intereses económicos. En la Nochevieja de 1909, los cosecheros, en un esfuerzo desesperado de imaginación, consiguieron desembarazarse del excedente de aquella temporada inventando el rito de tomar las uvas de la suerte en la última noche del año.
Los gallos, aves territoriales, demuestran su poderío mediante el pavoneo, la hinchazón y mayor coloración de su cresta y los desafiantes cantos. Actitudes que llevarán a cabo siempre que vean dentro de su territorio -o acosando a algunas de sus hembras- a otro macho rival. En un gallinero, espacio por lo general de reducidas dimensiones, cualquier gallo nada más despertar se ve en la obligación de demostrar a todo el corral que sigue siendo el macho dominante; y si el silencio no contesta al desafiante cántico, vendrá una pelea, fonética en primer lugar y física a continuación, con los gallos aspirantes al puesto de honor. Por tal motivo, no es frecuente encontrar varios machos en un mismo gallinero, a no ser que haya suficientes gallinas para repartir.
El consumo de leche puede desencadenar en muchos adultos serios malestares gastrointestinales, como diarreas y flatos. Se trata de un trastorno encimático conocido como deficiencia lactásica o hipolactásica. Los afectados por este mal carecen -o producen cantidades insuficientes- del enzima lactasa intestinal, que se encarga de romper la lactosa, también llamada azucar de la leche, en sus dos componentes: la galactosa y la glucosa. Estos dos azúcares son luego absorvidos por el intestino delgado. Cuando la lactasa no está presente, la lactosa es fermentada por la flora bacteriana del colon, que produce dióxido de carbono y ácidos orgánicos. Esta situación origina la acumulación de molestos gases.
Las partículas y moléculas que se encuentran en suspensión en la atmósfera actuan de filtro de las radiaciones solares. Los rayos ultravioletas son absorbidos en las capas altas de la atmósfera, que sólo dejan pasar las radiaciones que se encuentran por encima de su longitud de onda: azules y algún violeta ténue, los colores con los que usualmente vemos el cielo. Los cambios meteorológicos influyen sobre las radiaciones solares y, por tanto, también en la coloración celeste. Los cielos rojos al atardecer obedecen al mismo fenómeno.
Los callos son amasijos de células muertas que se forman en lugares donde la piel está sometida a rozamientos, desgastes y presiones contínuas. Estas formaciones cónicas de consistencia más dura y áspera que la piel que las rodea, con aspecto amarillento, y en ocasiones, traslúcidas, penetran y profundizan en forma de cuña hacia las zonas más profundas de la epidermis, irritándola. Así, no son realmente los callos los que duelen, sino el área inflamada que hay debajo de la piel que se ha hipertrofilado.
De vez en cuando, los objetos de vidrio estallan sin que parezca que existe un motivo aparente. Las causas que provocan estas roturas debemos buscarlas en pequeñas fisuras, que aparecen normalmente en la superficie de vidrio como consecuencia de la acción de los abrasivos y productos químicos. Una vez creadas, estas grietas se abren con velocidad variable, de cientos de metros por segundo a una billonésima de centímetro por hora, hasta que llegado cierto momento se produce la ruptura total del objeto. Curiosamente, al agua acelera este proceso. La presencia de moléculas de agua en una fisura favorece la disociación de los enlaces oxígeno-silicio, átomo de los que se compone el vidrio.
El hecho de que las personas de raza negra, como melanesios, pigmeos y melanoafricanos, tengan el cabello ensortijado no es pura casualidad. Aunque la explicación no es sencilla, pues no hay una respuesta segura, parece ser que este tipo de melena es una adaptación a los climas cálidos y sometidos a una fuerte insolación. El cabello rizado que los antropólogos conocen con el nombre de "ulotrico", se comporta como si fuera un acondicionador de aire. La abundante melena crea una especie de microclima en la cabeza. De esta forma se evita que, al exponer la testa al sol, se recaliente y se dañe tanto la piel como el cerebro. La forma del pelo de los negros viene determinada por el ángulo en que emerge de la piel, que es oblícuo, y por la manera en que crece.
Una especie de sujección automática permite a los pájaros dormir posados en las ramas sin riesgo de caer al suelo. Mientras el ave mantiene sus patas extendidas, los dedos se encuentran en posición normal. Sin embargo, al detenerse sobre una rama y flexionar el cálcaño -zona posterior de la planta del pie-, el tendón que transcurre por la parte trasera de la pata, hace que los dedos se replieguen y se aferren a la superficie. Cuando desea abandonar su lugar de descanso, el pájaro salta de la rama, tras liberar el mecanismo de sujección.
Los destellos brillantes que despiden un diamante tallado o un brillante se deben a un efecto especial en la refracción de la luz. El índice de refracción es un valor que indica cuánto más rápido se propaga la luz en el vacío respecto al material transparente considerado. Así, el agua posee un índice de refracción de 1.33, que se obtiene al dividir la velocidad de la luz en ese medio (225.000 km/s) entre su velocidad en el vacío (300.000 km/s). Esta desaceleración de la luz al cambiar de medio provoca que el rayo parezca quebarse. Si, además, el índice de refracción es muy alto, como ocurre con un prisma de cristal, el haz luminoso se descompone en los siete colores del arco iris. Este fenómeno se ve acentuado en los brillantes, pues, además de estar tallados de tal manera que se refuerza el efecto prisma, su índice de refracción es de 2,4.
Se dice que durante la epidemia de peste que hubo en Roma en el año 591, bajo el pontificado de Gregorio I, los afectados morían estornudando, y que de tal circunstancia procede el " Dios te bendiga !", que más tarde se simplificaría diciendo " Salud !", " Jesús !" o expresiones semejantes. Avicena, médico y filósofo persa (980 - 1037), al descubrir la sintomatología de una epidemia de viruela, decía que un estornudo continuado anuncia por lo general el principio de la enfermedad y, por lo tanto cuando se oye estornudar a alguien se pide a Dios que aparte el peligro. Para el erudito guipuzcoano Justo Gárate, la salutación tras el estornudo comenzó a utulizarse en Africa, en el siglo VI, con motivo de la aparición de una epidemia, y fueron los árabes los que propagaron por el mundo la costumbre de invocar a la divinidad.
El origen de esta norma de conducción vial exclusiva de los británicos se remonta a la época medieval. En aquellos tiempos la circulación a caballo se realizaba por la izquierda con el fin de dejar la mano derecha del jinete libre y así disponer de ella en caso de lucha. Otra explicación da un motivo distinto a este hecho: la circulación por la izquiera se remitiría a la conducción de carruajes. El cochero llevaba las riendas con la mano izquierda dejando la derecha para el látigo. Si la conducción no se realizara por el lado siniestro de la vía, el látigo fustigaría involuntariamente a los peatones. Esta tradición se conservó cuando aparecieron los primeros vehículos motorizados.
En Estado Unidos, a diferencia de la mayor parte del resto de los paises, el papel moneda es sólo de color verde. Esto es así desde 1850, fecha en la que Tracy R. Edson, de la Compañía de Billetes, descubrió una tinta de color verde resistente a todos los disolventes conocidos y que, por lo tanto, era a prueba de falsificadores. Hasta entonces la falsificación del papel moneda en aquél pais era un juego de niños, ya que bastaba hacer sucesivas fotos -entonces en blanco y negro- de un billetee convenientemente lavado y añadir a las copias el color deseado.
Cuando una gota de agua cae sobre una placa u otra superficie caliente, se forma en medio una fina película de vapor que hace la función de un aislante, lo que impide que la gota se caliente de repente. Si a esta se la deja caer desde una cierta altura, la lámina de vapor se comporta como una cama elástica y hace que la gota empiece a bailar de un lado a otro. Si, por el contrario, la gota se deposita con cuidado sobre la placa caliente, aquella dibujará caprichosas formas, debido a que el vapor que se genera escapa hacia un lado, provocando oscilaciones propias.
Las arenas movedizas no son otra cosa que arena saturada de agua, estado en el que adoptan las características de un líquido. Esto hace que pierdan su capacidad de soportar peso. antiguamente se consideraba que era un tipo especial de barro, pero hoy se sabe que sólo se trata de una condición que puede adquirir cualquier clase de arena al quedar saturados de agua todos sus intersticios. Todo aquél que caiga en un terreno de estas características, comenzará a hundirse, pero, como la suspensión de arena y agua tiene una densidad superior a la del cuerpo humano, no llegará a sumergirse del todo. Sólo el forcejeo producto del pánico podría conducir a la pérdida del equilibrio hidrostático y a la muerte por asfixia.
A todos nos ha sucedido que al someternos a una entrevista o al tener que hacer una exposición en público, de repente, la boca se nos seca. Esta reacción es una respuesta de nuestro organismo ante una situación de peligro. El sistema nervioso autónomo que controla nuestras acciones, inconscientes está constituido por el sistema simpático y el parasimpático, que funcionan en direcciones opuestas. El último controla la digestión, y por lo tanto, la secrección de las glándulas salivares. En una situación tensa o de peligro, esta rama nerviosa, por decirlo de alguna manera, se desactiva, y entra en juego el simpatico, que prepara el cuerpo para la lucha o la huída.
El origen de este espectacular fenómeno luminoso consistente en rápidas ondulaciones de luces y colores reside en la confluencia de tres fenómenos: el viento solar, su interacción con las capas altas de la atmósfera y el campo magnético terrestre. El viento solar no es otra cosa que un flujo de partículas -protones, electrones y algunos elementos más pesados- que escapan del Sol y llegan hasta la tierra. Dichas partículas, al colisionar con los átomos de los gases de los estratos más altos de la atmósfera, como el oxígeno y el nitrógeno provocan su ionización. Estos iones recién formados emiten distintas longitudes de onda, principalmente, roja y azulada, los colores típicos de las auroras. Por su parte el campo magnético terrestre hace que el viento solar desvíe su trayectoria hacia los polos, puntos en los que estos espectáculos de luz son más frecuentes.
La razón de que popularmente se otorgue a los gatos, animales de excepcional fortaleza y resistencia física, siete vidas tiene posiblemente un origen esotérico. Hay muchas culturas para las que los números poseen una significación concreta. En nuestro caso, el 7 fué considerado en la Antigedad un número de la suerte, ya que era un "trinidad de trinidades" y, por lo tanto, adecuado para este felino, capaz de salir indemne de las situaciones más peregrinas.
Parece ser que la idea de fraccionar el día en 24 horas y cada hora en 60 minutos fué tomada por los antiguos egipcios, que se servían del sistema sexagesimal desarrollado por los babilonios. Para estos últimos, que ya dividían la circunferencia en 360 grados, por su analogía con la trayectoria anual del Sol, el número 60 representaba la sexta parte del ciclo solar. Esta partición debió resultar muy sencilla para que los matemáticos subdividiesen cómodamente no sólo la circunferencia, sino cada grado u hora. También pudieron ser los eruditos de Babilonia los primeros que cayeron en obtener el número 60 multiplicando cinco, es decir el número de planetas conocidos (Mercurio, Saturno, Venus, Júpiter y Marte), por 12, el número de meses. Pero no fué hasta mucho más tarde, concretamente en el siglo XIII, cuando surgió el minuto como una subdivisión de la hora, aunque no empezó a aplicarse hasta tres siglos más tarde, momento en el que aparecen los primeros relojes capaces de medirlo.
El origen de este distintivo de las farmacias reside en la figura de Hermes, dios griego de la ciencia química. Recordemos que toda la farmacopea ha sido siempre química, muy ligada a su vez a la medicina. Debido a que Hermes también era considerado como el mensajero de los dioses, se le representaba portando un báculo alado que en las farmacias ha sido sustituido por una copa. Los antiguos griegos establecieron una relación entre los médicos y las serpientes, ya que estos ofidios renuevan periódicamente su piel y parecen rejuvenecer, algo que los helenos esperaban obtener de sus médicos. Es por ello que el báculo incorporó los dos ofidios que se enroscan alrededor de él.
Los botijos están hechos de barros arcillosos que proporcionan a sus paredes una cierta porosidad. A través de estos poros se filtra el agua de su interior y una vez en contacto con el medio ambiente, se evapora. Para ello necesita un aporte de calor, que se denomina "calor latente de vaporización". Una parte del calor lo suministra el entorno, pero al no ser suficiente, el agua del botijo, por decirlo de alguna forma, se ve obligada a ceder parte de sus calorías. El grado de enfriamiento dependerá de varios factores, fundamentalmente del volumen de agua que contenga el botijo y de las condiciones ambientales; sobre todo, de la temperatura exterior. Si la temperatura ambientales elevada, el proceso de evaporación será más rápido; no así el proceso de enfriamiento.
Los supositorios ofrecen una alternativa eficaz a los métodos tradicionales de administrar un medicamento: por la boca, en forma de pastillas, jarabe o disoluciones; por inhalación, en forma de pulverizaciones, y por inyección. Existen muchas razones por las que el médico suele echar mano de ellos. El motivo más obvio es para tratar enfermedades o lesiones en el recto y el ano. Los supositorios, además, son recomendables en los casos en que el fármaco en forma de tableta puede ocasionar irritación gástrica u otras alteraciones digestivas, o cuando el mal que se está tratando provoca vómitos contínuos. Por último, los medicamentos administrados de esta forma se absorben hacia la circulación sanguínea más lentamente que por la boca, lo que resulta beneficioso en la cura de ciertos males.
Esta distinción facial propia de los orientales obedece a una necesidad adaptativa para proteger el sistema visual del exceso de luz y los fuertes destellos -por ejemplo del hielo y de la arena del desierto- que puede dañar estructuras tan delicadas como la retina. Es por ello que la abertura entre el párpado superior e inferior se hace más estrecha. Popularmente se piensa que el ojo achinado o mongólico, como es conocido, se debe a que el globo ocular posee forma de almendra, algo que es totalmente falso. La fisonomía del ojo mongoloide viene en realidad determinada, además de por la estructura osea facial, por lo que los antropólogos llaman la brida mongoloide y el repliegue palpebral superior. Este último que se monta en su párpado superior está constituido en su parte interna por una bolsita de grasa que hace que el párpado aparezca hinchado y las pestañas más cortas, aunque la longitud de éstas es idéntica a las de las otras razas. La brida mongoloide acentúa aún más la anatomía rasgada del ojo. Se trata de una doblez cutánea que prolonga hacia dentro el repliegue palpebral para cubrir la carúncula lacrimal -pequeña prominencia en el lado interior del ojo-, y desaparece confundiéndose con la piel del rostro.
Algunos individuos tienen un olor corporal -y en concreto el de los pies- que llega a ser repelente. Este trastorno de la sudoración, consistente en la presencia de sustancias aromáticas malolientes en el sudor, es conocido por los dermatólogos como bromhidrosis o bromidrosis. Puede ocurrir que estos compuestos químicos indeseables sean directamente secretados por las glándulas sudoríparas o que sean producidos al interaccionar el sudor con los microorganismos instalados en la piel y en el material del calzado. Bacterias hongos y otros seres microscópicos, que se multiplican con suma rapidez sobre la piel caliente y húmeda, se encargan de metabolizar las sustancias de desecho. Algunos de estos metabolitos desprenden un hedor que se concentra en los zapatos y los calcetines, y resulta difícil de combatir.
Esta ilusión óptica es consecuencia del fenómeno de la refracción de la luz cuando atraviesa una superficie esférica que separa dos medios transparentes de diferente índice de refracción. Se conoce con el nombre científico de aumento de la imagen en el dióptrico esférico. Los rayos solares atraviesan la atmósfera terrestre y la zona de contacto entre los dos medios actúa como un dióptrico esférico, aumentanto su imagen. Además, cuando el astro rey está saliendo o poniéndose, se sitúa muy cerca del horizonte, donde la densidad atmosférica es muy variable. El aire que está cerca de la superficie terrestre es más denso que el estrato de aire superior, y así sucesivamente, hasta que la capa de aire desaparece a los 400 kilómetros. En esta situación la luz emitida por el borde superior del Sol atraviesa la atmósfera con un ángulo distinto que la luz del borde inferior. Esto forma dos ángulos de difracción devergentes, que nos hacen creer que el astro está deformado.
El vientre inflamado que presentan algunos niños del Tercer Mundo es uno de los síntomas de una terrible enfermedad que aparece en infantes que ingieren una dieta desequilibrada, carente de proteinas y vitaminas y que mata a la mitad de los que la padecen. Nos referimos al "kwashiorkov", un mal que se ceba principalmente en los pequeños que viven en áreas en las que hay hambre, sequia o guerras. El kwashiorkov aparece generalmente cuando la madre desteta muy pronto a su hijo y la leche materna, rica en aminoácidos, grasas e hidratos de carbono necesarios para el desarrollo, se sustituye por una dieta a base exclusivamente de cereales, como arroz y tapioca. Estos alimentos son ricos en almidón pero carecen de las vitales proteinas y vitaminas. En un plazo que no pasa de medio año, empiezan a aparecer en el niño los primeros signos de la enfermedad. Falta de vitalidad, apatía, indiferencia, delgadez, extrañas erupciones en la piel y enrojecimiento del cabello, son los más característicos. El vientre abombado es una evidencia de la debilidad de la musculatura del abdómen, la presencia de un hígado inflamado y el exceso de agua corporal ocasionado por la deficiencia de proteínas.
Sólo las hembras de los mosquitos tienen esta molesta costumbre. La razón es muy sencilla: la sangre es una fuente de proteinas fabulosa para alimentar a sus crías. Para localizar a su víctima, el insecto es capaz de percibir las pequeñas emanaciones de gas carbónico que emana nuestra piel, signo de un suculento manjar. Los machos, por el contrario, se conforman con nutrirse del nectar de las plantas y otras sustancias azucaradas.
Algunas de las primeras imágenes de toreros con coleta aparecen en el siglo XVIII, como muestran las litografías del famoso matador de toros Joaquín Rodríguez Costillares (1729 - 1800). Este figura con la típica redecilla de malla negra envolviéndole unos largos cabellos que se unen en una trenza ancha y se sujetan con una peineta a la nuca. Parece ser que los primeros toreros se prendían el pelo con un pañuelo o lazo de seda negra con el fin de protegerse la nuca en las caídas y golpes que pudieran sufrir durante el desarrollo de la corrida. En 1805, la coleta de pelo natural se sustituyó por el postizo que hoy conocemos. Desde entonces, esta moña pasó a convertirse en un mero símbolo de la contínua actividad profesional del lidiador desde sus inicios. Este sólo se la quita cuando decide retirarse de los ruedos definitivamente.
Se estima que al menos un tercio de los libros que se guardan en las grandes bibliotecas tienen sus hojas deterioradas, frágiles y quebradizas. Ello se debe a un fenómeno de acidificación creciente del papel. Este, hasta mediado el siglo pasado, se fabricaba a partir del algodón y el lino, plantas con un alto contenido en celulosa. Sin embargo, debido a la gran demanda de papel, los fabricantes pusieron sus ojos en la pulpa de la madera, una fuente barata de celulosa. La madera, a diferencia del algodón o el lino, posee lignina, una sustancia polímera que impregna las paredes de los vasos de muchos vegetales. Dicho polímero ha de ser eliminado mediante productos químicos que de una forma u otra acidifican el papel. Esto hace que la celulosa se hidrolice y que su grado de polimerización disminuya, lo que la convierte en más frágil y quebradiza. Además, las tintas y otros agentes químicos, empleados en la producción del papel, así como ciertos contaminantes atmosféricos, aceleran el proceso de envejeciemiento de las hojas.