En defensa de la UNAM Pública
y Gratuita, algunas de nuestras razones:
A continuación,
presentamos una respuesta puntual a algunos de los argumentos más
socorridos por la rectoría en defensa del nuevo Reglamento General
de Pagos.
Rectoría afirma:
El Gobierno Federal ha cumplido el encargo de la sociedad, al entregarle
anualmente - a la UNAM - los recursos fiscales que requiere para su operación.
La corresponsabilidad de la sociedad no exime al estado de su obligación.
Nosotros respondemos:
El
presupesto de la UNAM para este año es de 9 mil millones de pesos,
lo que significa que el Gobierno Federal con la aprobación de la
Cámara de Diputados le asignó a nuestra Universidad un presupuesto
menor en al menos 10% en términos reales respecto a 1998. Pero eso
no fue todo, en el rubro de inversiones, tan sólo se asignó
380 millones de pesos cuando el propio rector había considerado
como mínimo indispensable la cantidad de 680 millones de pesos.
Este faltante se debe, claramente, a la definición de prioridades
del Ejecutivo Federal: en primer lugar, el pago del Fobaproa (fondo destinado
al rescate bancario) al que se destinarán 25 millones de pesos tan
sólo para este año, lo que significa prácticamente
tres veces el presupuesto de la UNAM. Basta comparar la forma en
que aumentaron las partidas presupuestales del Gobierno Federal para este
año: los recursos destinados al pago de la deuda pública
aumentaron 42.6%, el gasto en defensa (gastos militares) 24%, mientras
que el de educación aumentó, tan sólo 11.6%.
De manera que la crisis financiera actual de la UNAM tiene responsables
muy claros tanto en el gobierno federal como entre las autoridades universitarias
que no supieron ni qusieron convocar a la comunidad para exigir, realmente,
mayor presupuesto. Y ahora, los mismos responsables quieren pasarle
la cuenta a los estudiantes. El financiamiento a las universidades
públicas ha disminuido 27% de 1994 a la fecha. Si encima aceptamos
las cuotas, no es de esperar que el estado reducirá aún más
los recursos para la UNAM?
Se requieren recursos
adicionales para la construcción de la universidad del nuevo milenio.
Se mejorarán significativamente los servicios educativos que reciben
todos los estudiantes, con un claro beneficio para quienes menos tienen.
Si se requieren recursos,
pero no "adicionales" sino suficientes, dado el recorte que ya mencionamos.
Es imposible subsanar el déficit presupuestal con las cuotas, de
hecho, estas apenas significarían el 0.78% del presupuesto anual
de la UNAM para este primer año, y solamente si todos, absolutamente
todos los estudiantes de primer ingreso pagaran. Si las cuotas voluntarias
existen desde hace años, Por qué no se han mejorado las instalaciones
de cómputo o los laboratorios? Por cierto, el famoso beneficio para
los pobres es pura ilusión, porque hasta el más amolado de
los estudiantes tendrá que pagar toda clase de servicios, de los
que nadie estará excento.
Quienes puedan pagar,
deben contrubuir con su Universidad.
La equidad social es
una responsabilidad del Estado y no de las instituciones educativas, la
UNAM no tiene porque suplantar las funciones que le corresponden a la Sría.
de Hacienda. En todo caso, que se cobren más impuestos a quienes
tengan mejores ingresos.
Preguntamos: si
tanto le preocupamos los pobres al rector, porque la UNAM modificó
el ingreso a su licenciatura, de manera que del 70% de estudiantes de bachilleratos
públicos que ingresaban al principio de la década, hoy entra
sólo el 50%?
El compromiso de la
UNAM es que ningún alumno deje de estudiar por razones económicas.
Quienes así lo soliciten estarán excentos del pago.
Según el nuevo
Reglamento, los alumnos cuyas familias perciban ingresos menores a 4 salarios
mínimos podrán solicitar la excención de pago en colegiaturas.
De acuerdo con las propias cifras oficiales contenidas en "El Perfil de
Aspirantes y Asignados a Bachillerato, Técnico en Enfermería
y Licenciatura de la UNAM 1996-1997", el 61.7% de quienes ingresaron al
bachillerato en 1996 provienen de familias con ingresos menores a 4 salarios
mínimos y en el caso de quienes ingresaron a la licenciatura por
pase reglamentado, el 50.94% viene de familias también con ingresos
menores a dicha cantidad. Si tomamos en cuenta otros parámetros,
los datos publicados por el INEGI de acuerdo a la Encuesta de ingreso y
gasto de los Hogares del Area Metropolitana de la Ciudad de México
realizada en 1996, que son los datos más recientes de que se dispone;
los ingresos monetarios del 80% de las familias son menores a 4 salarios
mínimos, y solo el 20% de las familias recibe un ingreso monetario
mayor a este monto. Asi del 20% de las familias que pagarían
cuotas según el nuevo reglamento, seguramente varias de esas familias
ya envían a sus hijos a escuelas privadas. A quién
le va entonces a cobrar el señor rector?
Por un lado, insistimos
en que todos, aún los más pobres pagarían por toda
clase de servicios, pero además, aún quienes tienen ingresos
mayores a 4 salarios mínimos no son precisamente millonarios. Con
que criterio clasificó la rectoría a los que pueden o no
pueden pagar sus coutas? Tan sólo para comprar una canasta básica
para una familia de 5 miembros se requieren alrededor de 4 salarios mínimos.
Cuando el rector dice que quien no pueda pagar podrá solicitar el
diferimiento, oculta el hecho de que esto implica contraer una deuda enorme
cuando no esta garantizado el empleo para los egresados. Es claro
que esta imposición si correrá a grades sectores, y precisamente,
a los más empobrecidos.
Las cuotas son legales.
El art. 3o. de la constitución,
fracción IV establece que "Toda la educación que el
Estado imparta será gratuita". El art. 1o. de la Ley General
de Educación consigna que "Esta Ley regula la educación que
imparta el Estado-Federación, entidades federativas y municipios-,
sus organismos descentralizados." El art. 1o. de la Ley Orgánica
de la UNAM indica que "La UNAM es una corporación pública
-organismo descentralizado del Estado". Así, no sólo
son ilegales las cuotas, siempre lo han sido, por lo que la UNAM ha estado
sumida en la ilegalidad todo el tiempo.
En
términos ideológicos, este tipo de proyectos acentúa
entre los jóvenes la idea de que todo -la ciencia y el arte, la
reflexión y la creatividad - todo puede reducirse a mercancías
que entren con facilidad en el juego del mercado, y que los individuos
no valen por lo que son, por sus capacidades o por su compromiso con las
causas del conocimiento, sino por su poder adquisitivo. En un país
con el nivel de desigualdades sociales como el nuestro, la sociedad debe
dotarse de herramientas que le permitan disminuir la brecha entre lo que
poseen todo y los que nada tienen. Esto no es producto de una generosa
dádiva de ningún gobierno, sino un triunfo histórico
obtenido gracias a las luchas del pueblo mexicano. Defendemos la
gratuidad porque la educación no sólo constituye un derecho
inalienable de los mexicanos, es también una necesidad de primer
orden, pues sólo el acceso generalizado a la ciencia y la cultura
es garantía del desarrollo de una nación en condiciones de
igualdad y justicia. La democracia y la equidad no son compatibles
con la ignorancia.
La HUELGA
necesaria.
Si el diálogo
actualmente parece la forma más civilizada para resolver situaciones
que puedan generar antagonismos entre dos o más partes involucradas,
por qué se le negó a la comunidad estudiantil esta vía?
El camino hacia la huelga no lo estamos construyendo los estudiantes, sino
el rector con su necedad y obcecación. Un recuento breve de lo que
ha sucedido en la UNAM nos dará la razón: el 11 de febrero
el rector pública su documento "Universidad responsable, sociedad
solidaria", donde propone la modificación del Reglamento General
de Pagos. En una semana, es decir, al vapor, y sin consultar a sus
comunidades, la mayor parte de los consejos técnicos aprueban la
reforma, esperando sólo el momento adecuado para llevarla al Consejo
Universitario. Finalmente, la propuesta es aprobada clandestinamente
el 15 de marzo, en una sede ajena a la Universidad -el Instituto de Cardiología-,
rodeada de guaruras, cercada con alambre de púas y a la que no pudieron
entrar los Consejeros disidentes con la propuesta. Del otro lado,
desde el movimiento estudiantil organizado en la Asamblea Estudiantil Universitaria
- hoy con Representantes Electos de 30 escuelas - emplazamos en dos
ocasiones a un diálogo público con el rector, marchamos
en cuatro ocasiones -el 25 de febrero, marcha de antorchas de 20 mil estudiantes,
el 4 de marzo, desde el Parque Hundido marchan 35 mil, el 18 de marzo al
Zócalo con los electricistas, el 8 de abril desde el Parque de los
Venados- y realizamos dos paros - el 11 y el 24 de marzo, el último
con cierre de todos los accesos- constituyó un paro casi total de
CU, pues sólo faltaron Derecho, Veterinaria y Odontología
de parar, además de múltiples y multitudinarias asambleas,
foros, mesas redondas, debates, actividades culturales, brigadas, etc.
Que más podemos hacer?! A la fecha, el Rector no sólo continúa
cerrado a dialogar, sino que ya han comenzado a salir las primeras actas
ante el Tribunal Universitario contra companeros del movimiento, la represión
se recrudece en muchas escuelas y lejos de derogar el reglamento, tal como
lo exige el movimiento estudiantil, las mismas autoridades se preparan
para la Huelga, apertrechando las direcciones, preparando los locales para
las clases extramuros, y preparando a sus porros, como los que atacaron
al CCH Sur y Prepa 2.
La huelga:
un método válido de lucha.
La autonomía
universitaria es producto de la huelga estudiantil de 1929. En 1987, después
de amplias movilizaciones, paros y un diálogo público, el
movimiento estalló una huelga que freno el Plan Carpizo y permitió
la organización de un Congreso General Universitario. Por
cierto, en dicho Congreso tampoco pasaron las cuotas. Los paros y
las marchas estudiantiles son algunos de los recursos con que cuenta el
movimiento estudiantil para hacerse escuchar. La Huelga es el último
cartucho al que se recurre sólo cuando no queda otro remedio. No
se piensa en una huelga como en un periodo de vacaciones, al contrario:
al igual que en los paros, las huelgas implican la multiplicación
de las actividades de brigadeo, discusión y movilización,
y no sólo dentro, sino principalmente fuera de la universidad, en
la calle con los trabajadores, las amas de casa, los otros estudiantes,
etc.
La huelga
que proponemos.
La huelga que proponemos
debe ser de alta intensidad para que triunfe. Y no hay otro camino para
este movimiento que no sea hacia la victoria: una derrota significaría
perder demasiado, no sólo en la UNAM, implicaría un golpe
tremendo para la sociedad, debilitaría enormemente la resistencia
contra la privatización de la Industria Eléctrica y contra
el proyecto económico noeliberal. Por ello, la fuerza de nuestra
huelga radicará en su capacidad para organizar tanto la lucha estudiantil
como las luchas que se estan dando en todo el país contra esta política
económica, articulándose con los trabajadores del SME, los
maestros de la CNTE, los indígenas zapatistas. Una huelga
estudiantil no detiene ninguna industria estratégica, pero libera
una energía fenomenal: la de miles de estudiantes en las calles
informando mediante brigadas, las de protestas simultáneas y masivas
en puntos neurálgicos del sistema como la bolsa de valores o la
cámara de diputados. Nuestra huelga debe ayudar a construir
amplias redes de solidaridad de los de abajo, que permitan responder ante
la embestida del modelo neoliberal. Una huelga de este tipo sólo
es posible a través de un amplio consenso y una planeación
muy exacta de sus tiempo y m&eatue;todos. Por ello, también
proponemos una huelga que estalle en forma muy organizada y planificada,
para que permita igualar los diferentes niveles de discusión que
existen en las escuelas. Evidentemente, lo ideal sería un
estallamiento simultáneo en prácticamente todas las escuelas
y centros de investigación. Sin embargo esto no es posible
debido principalmente al calendario de las preparatorias: el 20 de abril
se entregarán calificaciones y el 30 terminan actividades.
Es claro que sin las preparatorias la huelga se debilitaría.
Proponemos una huelga escalonada que incorpore a las prepas al mismo tiempo
que madura el movimiento en las facultades mas rezagadas. Además,
convendría realizar un referendum general donde se pregunte si los
universitarios estamos a favor o no de las cuotas, de la derogación
del nuevo RGP y por exigir un aumento de emergencia para la UNAM.
Esta medida ayudaría a ganar mayor legitimidad y contundencia
para nuestro movimiento, sobre todo ante la opinión pública.
La huelga es nuestro último recurso de lucha, el único
camino que nos han dejado y por ello sólo puede tener un destino
posbile: GANAR.
Escribenos a cem-mx@geocities.com