Era el día del sida. El eminente y carismático médico se dirigía a todo el Perú en su sintonizado programa de radio de las 4 de la tarde. Su audiencia de miles de niños y jóvenes recibió, entre entusiasta y curiosa, su mensaje ya repetitivo “la abstinencia sexual no existe y, por lo tanto, no hay que propiciarla”. Más enjundioso aún es el otro mensaje que también repite una y otra vez: “la solución a todos los problemas es el uso permanente del condón” ¡Además es el medio más seguro y confiable”!. Lo que no dice el carismático médico es que el condón sometido a controles de calidad, en países desarrollados, alcanza un mínimo de 20% de defectos de fábrica. Estos defectos son el mejor (seguro y más confiable) vehículo de transmisión de sida y enfermedades venéreas. El eminente médico calló también que en el Perú los condones no son sometidos a controles de calidad y que las condiciones de su almacenamiento y transporte son deplorables; y que nadie controla la fecha de vencimiento. El médico calló también que la relación sexual pre matrimonial o la extra matrimonial (con o sin condón) no necesitan más apologistas que los que ya hay en el medio y que no aportan en nada a la salud física, mental ni espiritual del ser humano.
Sin embargo el mensaje radial no anda solitario. Son incontables los medios por los que se quiere convencer que la mejor manera de salir del subdesarrollo, prevenir las enfermedades venéreas y gozar de la vida es promoviendo las relaciones sexuales en forma indiscriminada; y que se puede abusar de la mujer o de los niños con toda libertad … a condición de “saber cuidarse” (léase evitar la procreación, por cualquier medio). Tampoco dicen los defensores del condón ( o los de la vasectomía o los abortistas) si lo que exigen es libertad o una pesadilla al estilo de las novelas de A. Huxley; que es como se describe el panorama mundial en el que campea la cultura de la muerte y el desprecio de los derechos humanos de los que están por nacer y los de la mujer víctima del machismo; el desprecio por la bioética aún en la Medicina y la Obstetricia. Pero el Perú no está solo. En la India, el infanticidio contra niñas neonatas adquiere proporciones incontrolables. Los políticos japoneses advierten cómo la población de su país envejece debido a la declinación de los nacimientos. Al actual ritmo, su población quedaría reducida a la mitad en sólo 70 años; y la falta de mano de obra, la invasión de extranjeros y la atención de los ancianos serían problemas insolubles. Al igual que en la China. (Ver The Economist de 1998, noviembre, 14)
La India
ha puesto a prueba, con el insólito apoyo de la ONU (?), una nueva
vacuna que aprovecha el sistema inmunológico de la mujer para el
rechazo del feto. Brandenburg anuncia que pagará una recompensa
de 650 dólares a los padres de cada nuevo niño nacional que
nazca; porque la población alemana, en ese Estado, ha decrecido
de 38,000 nacimientos en 1989 a 12,000 en 1994. En el Congreso de Zimbabwe
se ha escuchado la voz del Tercer Mundo: La intensa propaganda permisivista
y la distribución de condones y otros medios de contracepción
son un método para aniquilar la población tercermundista.
Pareciera que los blancos quieren que los negros (y cholos e indios) sean
cada vez menos hasta borrarlos de la faz de la tierra, a cualquier costo.
Por fin, el 30 de marzo de 1995, se publica la 110 encíclica del
Papa Juan Pablo II, "EVANGELIUM VITAE" (El Evangelio de la Vida), 50 págs.,
en preparación desde 1990. Y los 960 millones de católicos
del mundo (incluidos Médicos y Obstetrices y Profesores) ya no podrán
asumir posiciones ambivalentes o hipócritas; ni pretextar ignorancia.
Y podrán hablar de derechos humanos para todos; especialmente para
los pequeños que no pueden defenderse de la violencia de sus padres
o de otros adultos.