VASECTOMÍA A PEDIDO DE "LA USUARIA"

Es posible que se trate de una nueva (y sofisticada) sanción penal que, dicho sea de paso, no está contemplada en ningún Código Penal. ¿O una nueva forma de venganza femenina, asistida por laboriosos "proveedores de servicios" en alucinantes "jornadas de salud reproductiva"?  La extraña propuesta viene en EL PERUANO (mayo 06 de 1999) con un título inocente: "Normas del Programa de Planificación Familiar - Pre- Publicación". No es necesario releerla para imaginar la meta que se propone: A corto plazo, un país sin niños, ni jóvenes, ni fuerza laboral que pueda sostener la economía nacional. Para el año 2070: una población en extinción, aglomerada en Lima, compuesta solamente de ancianos. Mucho antes de llegar a esa meta, el Derecho Electoral se habrá convertido en un fósil jurídico desde que el modelo de sociedad elegido deja de lado un principio fundamental: La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el Estado. Y porque el modelo habrá logrado la limpieza (étnica) del electorado, al punto de haber acabado con los menores de 70 años obligados a votar. Los sobrevivientes tendrán multitud de problemas más urgentes e inmediatos que las elecciones.

Esa imagen -objetivo no es mencionada en la Pre- Publicación. En su lugar, se promete a cada individuo "bienestar físico, mental y social". Para ello se hace la apología de todas las formas de contracepción y anti concepción. Pero se cuida de señalar cuáles son sus contraindicaciones. En los casos extremos, inevitables, la Pre Publicación denomina a las contraindicaciones con el inocuo eufemismo de "Manejo de posibles efectos más frecuentes". Sin embargo, no se da a conocer cuáles son esas contradicciones y sólo se limita a remitir al usuario a ciertas "Guías Nacionales" que, por supuesto, no han sido publicadas. ¿Tal vez porque los métodos de anticoncepción o contracepción que privilegia (la pre publicación) están reñidos con la ética, el derecho a la vida, a la dignidad, a la salud y/o a la integridad física?. Cuando te prometan bienestar, pregunta siempre: ¿El bienestar de quién?.

La Pre- Publicación pretende, entre otras cosas,  legalizar lo que la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Constitución, el Código Penal y el Código Civil rechazan: Los atropellos contra el derecho irrenunciable a la vida, a la dignidad y a la integridad física. Eso sí: Distribuye el formato de solicitud para someter a cualquier varón a una vasectomía. Este formato no requiere ni la firma ni el consentimiento de la víctima porque la solicitud de mutilación debe ser firmada sólo por "la usuaria" o su representante legal.

 Por lo tanto --a partir de la aprobación de las normas pre- publicadas--  quedarán convertidas en letra muerta las disposiciones del Código Civil que señalan que El derecho  a la vida y a la integridad física es irrenunciable. Las del Código Penal que sancionan como lesiones graves: Las que mutilan un miembro u órgano principal del cuerpo o lo hacen impropio para su función. También se sanciona estas conductas en el art. 129 de ese mismo cuerpo de leyes. No es menos ostensible que estas Normas pre publicadas carecerán de eficacia jurídica por contravenir frontalmente lo dispuesto en la Carta Magna: "Toda persona tiene derecho a su integridad moral, psíquica y física" (Art. 2°)

Es cierto, la creciente brecha entre la moral católica y los movedizos patrones éticos de la sociedad occidental ha hecho casi imposible presentar como "razonable" la defensa de la vida. Pero la Pre Publicación va más allá: la promoción de la cultura de la muerte. Por ello, hay que esperar que no se insista en añadir un capítulo peruano a la historia contemporánea del rechazo o la ignorancia de los valores fundamentales.

 "Nuestra sociedad ha tardado menos de 50 años en transformar estos crímenes de guerra en actos de compasión" observó Malcolm Muggeridge en un discurso pronunciado referente al cambio de status de la mutilación y el genocidio, considerados como crímenes de guerra en los Tribunales de Nuremberg. Ni siquiera se imaginó que alguien podría calificar esa misma actividad como fuente de "bienestar" que, al paso, se convertiría en la crónica anunciada de la muerte del Derecho Electoral (y de la progenie de los Incas). 1