Estamos en el año 1420 Higra, del calendario musulmán que tiene también 12 meses de 29 y 30 días cada uno. ¡Qué placentero dejar la Navidad limeña de calor húmedo insufrible; pero nieve artificial en los escaparates, papánoeles superabrigados y paisajes invernales nórdicos tan huachafos como inverosímiles! Tenemos que agradecer al primo Hernán De Valdivia que nos traslada a Arabia Saudita para contemplar unas fiestas realmente alucinante y educativa. Es el mes de Ramadán, el mes santo. El noveno mes tuvo que empezar el 9 de diciembre, aunque estaba programado para comenzar el 8, porque nadie logró ver la luna en cuarto creciente la noche del 8 -- siguiendo las indicaciones de los eruditos musulmanes. Ramadán es el mes de la reflexión y de la abstención, en especial de alimentos; sacrificio dedicado a Alá. Los preparativos, paradójicamente, son mucho más mundanos: las cadenas de supermercados aseguran que es el mes que más venden, y la productividad en todas las fábricas se reduce por lo menos al 50%.
Para ayudar al pueblo a sobrellevar este gran sacrificio, la familia real, que también es la cabeza de la iglesia, ha expedido leyes --que son derechos ganados por el pueblo-- que facilitan los horarios de trabajo y el cumplimiento de costumbres ancestrales propias de la festividad; y que todos -- musulmanes y no musulmanes-- tienen que acatar.
Después de un mes de “ayuno” e intenso movimiento comercial vendrá una de las más grandes celebraciones del calendario musulmán que es, más o menos, equivalente a la Navidad, en la que todos los sarracenos se desean Eid Mubarak. Como los años son más cortos en Arabia Saudita, la fecha de la fiesta resulta movible según el calendario occidental; pero coincidirá con el 25 de diciembre en el 2001.
¿Cómo es el cada día en el mes de Ramadán?. La mayoría de oficinas trabajan de 9.30 a 15.30, horario en el que no se puede ni comer ni beber. Los trabajadores que no marcan tarjeta (que son la mayoría) llegan a las 10.00 o más tarde, con una cara de amanecida.
Las 12.00 m es la hora del rezo. Los bancos y oficinas públicas cierran sus puertas por lo menos 1/4 de hora antes, El rezo dura quince minutos, pero entre la ablución y las charlas sobre lo que se hizo la noche anterior, los oficinistas vuelven a sus puestos de trabajo a las 12.30. A las 14.45 es otra de las 5 veces que hay que rezar. Otros prefieren hacerlo unos minutos más tarde, para empalmar con la hora de salida. Llegan a casa a dormir, a eso de las 16.00 hrs. Las calles prácticamente quedan desiertas, luego unos minutos antes de las 18 hrs y antes de rezar, todos se reúnen para el desayuno --romper el ayuno. Este rezo es algo más largo. Los que están cansados vuelven a dormir, pero solo para despertar a las 20 hrs que es la hora del último rezo del día.
Las tiendas y almacenes abren a las 20.30. La ciudad vuelve a vibrar. La gente vuelve a la normalidad. Algunas oficinas privadas también trabajan de 20.30 a 23.00, porque a la media noche es la hora de "almorzar". Los negocios y supermercados atienden hasta las 4 de la madrugada que ya es la hora de cenar y comer todo lo que se pueda porque dentro de 1/2 hora ya no se podrá hacerlo.
A las 4.30 es la primera hora
del rezo que es al amanecer y, después, todo el mundo vuelve a la
cama. Por eso es difícil levantarse antes de las 9.30 para ir a
la oficina.
Los cristianos, pueden
trabajar normalmente --es decir el horario “normal”-- y comer y beber:
pero no en lugares públicos. Claro que para hacer sus compras tienen
que esperar las altas horas de la noche. Pero es cuestión de costumbre.
“Tu reloj corporal se adapta, y parece que durmieras menos horas, pero
el mes no resulta monótono” – afirma Hernán. Después
de los 30 días de Ramadán, los musulmanes cierran todo por
5 días festivos para visitar Makkah y cumplir con uno de los pilares
del Korán.