LOS
NUEVOS SANTOS INOCENTES
Una
de tantas ironías del s. XXI, tal vez la más cruel, es que algunas de las
personalidades e instituciones que celebran
la Navidad (la fiesta de la Vida) y pronuncian grandilocuentes discursos en
defensa de los Derechos Humanos, han decretado la muerte de las personas
menores de nueve meses ¡y han puesto manos a la obra! Y han encontrado un método infalible
–popularmente conocido con el nombre de “la píldora del día siguiente” (o
simplemente, la píldora)
Haciendo los cálculos más pesimistas, los esbirros de Herodes, a
su turno asesinaron, cuchillo en mano, a 400 niños, más o menos. Acontecimiento
horripilante que se recuerda con inmensa vergüenza ajena y congoja, cada 28 de
diciembre, año tras año, desde hace dos mil años. No obstante, la crueldad de
Herodes resulta un cuento navideño si se le compara con la de los promotores de
la “píldora”que alcanza dimensiones terroríficas puesto que utilizan para sus
propósitos: el avance de la tecnología, la bio-genética
y la globalización; eficaces esbirros que cuentan con los todos los recursos
propagandísticos para acabar, al paso, con los principios básicos de la educación, de
la familia, la salud pública, la inmigración, la economía y …
y… ¡los Derechos Humanos!
Pero no contaban con la astucia de los cucufatos que -- con las mismas armas de la ciencia-- han
demostrado objetivamente que:
·
La píldora tiene efectos abortivos,
ABORTIVOS, ¡abortivooos!.
Ese sólo hecho hace que la píldora sea incompatible con el Derecho (Derechos Humanos,
Derecho Civil, Derecho Penal, lógica y deontología jurídicas,
Derecho Constitucional, etc.) y con la Medicina que reconocen que el embrión es
sujeto de derechos y paciente humano que merece igual o mayor protección que cualquier adulto.
·
Muchas personas están (o quieren estar) desinformadas acerca de la
real química de la píldora. Y, por lo tanto, el concepto que tienen de ella
variará radicalmente cuando cese la campaña de desinformación y se enteren de
la verdad. Otras están doblemente alienadas (puesto que les han hecho consentir datos
falsos y no sospechan que están alienados)
·
La fórmula química de la píldora
contiene graves contraindicaciones que, en la generalidad de tales casos, conducen al embarazo ectópico
y a un potencial peligro de muerte de la paciente.
·
En las actuales condiciones de
manipulación de la información, la distribución y la venta de la píldora es un
gran incentivo para la promiscuidad sexual y, por lo tanto, para explosión del
sida y otras enfermedades de transmisión sexual.
·
La propaganda (el sofisma, si Ud. quiere) acerca de los (supuestos) efectos positivos del
uso de la píldora en la disminución del número de abortos es una farsa: Los
países en los que se usa la píldora, no ha disminuido el número de abortos. Y
es una falacia: La ingestión de cada píldora es en sí un acto abortivo.
·
La “legalización” del uso de la
píldora aumenta la presión sobre los burócratas de los sectores comprometidos
con Derechos Humanos, Salud, Educación y
Seguridad Social; y sobre los comerciantes
que cada vez tendrán menos escrúpulos para promover el uso de la píldora, violando
sus propias convicciones de conciencia.
Herodes ha de estar regodeándose de su triunfo post-mortem. Hitler se relame los bigotes recordando sus experimentos de
limpieza racial. Y sus epígonos seguirán regodeándose con la matanza masiva de
niños y… y deseando feliz Navidad (¿?)