|
|
DOCUMENTO SOBRE EL USO DE LAS LENGUAS OFICIALES DE CATALUÑA
Primer manifiesto del Foro Babel - Abril 1997
Los síntomas de intranquilidad
con que una parte de nuestra sociedad ha acogido el anuncio del contenido
de una ley sobre el uso de las lenguas oficiales de Cataluña ponen
de manifiesto la dificultad para legislar en esta delicada materia. En
los últimos años, y desde posiciones muy diversas, se ha
reconocido que el conjunto de la sociedad catalana ha realizado un notable
ejercicio de convivencia civil. Hay que destacar y valorar especialmente
la actitud abierta y tolerante de muchos ciudadanos a quienes los cambios
lingüísticos les ha supuesto un notable esfuerzo de adaptación.
Los firmantes de este documento
creemos que esta convivencia nunca debería ser puesta en peligro
por una acción de los poderes públicos que podría
crear problemas allí donde no los hay. El derecho de un ciudadano
a utilizar una de las dos lenguas oficiales tiene como límite el
derecho de otro ciudadano a utilizar, también, la otra lengua oficial.
Sólo una legislación, y una aplicación de la ley,
que haga compatible el ejercicio en igualdad de los derechos de todos podrá
dar lugar a una sociedad auténticamente basada en los valores de
libertad, justicia y pluralismo, que son el fundamento de toda convivencia
democrática.
Han sido muchos los cambios que,
en el terreno lingüístico, se han producido en nuestra sociedad
desde la aprobación de la ley vigente. Esta tenía como finalidad
principal garantizar el uso oficial del catalán y el castellano
con objeto de asegurar especialmente los derechos lingüísticos
de los ciudadanos catalanohablantes, derechos inexistentes en el régimen
anterior. Se trataba, por lo tanto, de crear las condiciones y desarrollar
los mecanismos adecuados para pasar a una situación de plena normalidad
después de un período de grave excepcionalidad. Hoy se puede
decir que la situación de excepcionalidad ha sido superada y que
el catalán ha entrado en una fase de normalidad.
Este documento, suscrito por un
grupo de ciudadanos de Cataluña preocupados por esta problemática
y dirigido al Gobierno de la Generalitat, a los grupos parlamentarios y,
en general, a la opinión pública catalana, pretende, sencillamente,
señalar los presupuestos y los principios que, a nuestro entender,
han de configurar una legislación democrática en este ámbito,
así como también su interpretación y aplicación.
Presupuestos básicos
Cataluña constituye una comunidad
de ciudadanos que, por razones históricas diversas, es socialmente
bilingüe. En una correcta aplicación del principio de igualdad,
nadie ha de ser discriminado por razón de lengua: ni en su relación
con las instituciones políticas y administrativas ni en su vida
social y laboral.
Según el Estatuto de Autonomía,
el catalán es la lengua propia de Cataluña. Esto significa
que la sociedad catalana tiene en la lengua catalana un elemento que la
identifica, la especifica culturalmente y la diferencia de otras comunidades.
El texto estatutario excluye, sin embargo, que el castellano sea una lengua
impropia o jurídicamente subalterna respecto a la lengua catalana,
ya que ello sería discriminatorio para muchísimos catalanes.
La lengua castellana es la lengua materna y de identidad cultural de una
parte sustantiva del pueblo catalán, y su uso es, obviamente, normal.
La realidad cultural y la norma estatutaria no pueden diferir cuando se
califica al catalán como una lengua propia de Cataluña :
"propia" no quiere decir "única" ni "preferente", cosa que constituiría
una evidente discriminación, sino lengua "diferenciadora" y "específica".
La finalidad primordial de cualquier
nueva ley ha de ser que todos y cada uno de los ciudadanos catalanes puedan
tener plena capacidad e igual facilidad para expresarse correctamente en
las dos lenguas. Sin embargo, la consecución de esta finalidad no
puede considerarse como un objetivo que se pueda alcanzar de manera inmediata,
sino que requiere un plazo suficiente para que las personas de diferentes
orígenes y clases sociales - en especial, en lo que respecta a los
sectores sociales más marginados - puedan llegar a este conocimiento
de las dos lenguas en un clima social sin crispaciones y sin discriminaciones
de ningún tipo. Imprimir el ritmo adecuado y encontrar los instrumentos
precisos para llegar a este objectivo es el elemento clave de una adecuada
política lingüística.
Esta realidad bilingüe se ha
de proyectar también a los poderes públicos, es decir, a
las instituciones políticas y administrativas que son producto de
la voluntad de los ciudadanos expresada democráticamente. Estas
instituciones deben utilizar de igual forma ambas lenguas oficiales y deben
atender a los ciudadanos también en las dos lenguas, única
manera de no tratar discriminatoriamente a una parte importante de la población
catalana.
En las relaciones entre particulares
en la vida laboral y económica, los poderes públicos no tienen
legitimidad para obligar a usar una u otra lengua.
La producción cultural en
lengua catalana ha de ser objeto de una protección específica
por parte de los poderes públicos, tanto estatales como autonómicos
y locales. Las medidas que se tomen en esta dirección no han de
afectar al principio de libertad de uso de las lengues sino que deberán
ser medidas de fomento, necesarias para que todos los ciudadanos puedan
acceder a los bienes culturales en igualdad de condiciones.
Así mismo, el Parlamento
de Cataluña ha de tomar las iniciativas legislativas pertinentes
para promover que las leyes estatales y las instituciones generales del
Estado respeten la pluralidad lingüística en España
y, más concretamente, en Cataluña, instando a la modificación
o derogación de las normas que la vulneren.
Principios configuradores
Partiendo de estos supuestos, toda
política lingüística se ha de vertebrar de acuerdo con
los siguientes principios :
Todo ciudadano de Cataluña
tiene derecho a usar libremente cualquiera de las dos lenguas, tanto en
sus relaciones con particulares como en sus relaciones con las instituciones
políticas y con la Administración pública.
El deber de conocer las dos lenguas
oficiales se hará efectivo de forma progresiva y los niveles exigibles
serán proporcionales a la formación lingüística
recibida por cada uno de los ciudadanos.
Las instituciones políticas
y las administraciones públicas con sede en Cataluña están
obligadas a atender a los ciudadanos, con igualdad de condiciones, en las
dos lenguas oficiales, y no es legítimo considerar como propia de
estas instituciones y administraciones públicas solamente una de
las dos lenguas.
Las relaciones entre particulares
están regidas por el principio de autonomía individual de
las partes y, en consecuencia, se ha de aplicar el principio de libre uso
de las lengues. Los poderes públicos sólo pueden incidir
en ellas, si procede, por medio de medidas de fomento.
El objetivo de todos los centros
de enseñanza, públicos y privados, en lo que respecta a la
lengua, ha de ser que los alumnos, al final de los estudios obligatorios,
utilicen de forma normal y correcta tanto el catalán como el castellano.
Con esta finalidad, tanto la una como la otra serán lenguas vehiculares
a lo largo de todos los ciclos de la enseñanza obligatoria. La proporción
entre una y otra lengua será similar, pero podría variar
en función del entorno lingüístico y cultural de cada
centro escolar. En ningún caso los alumnos serán separados,
en la escuela o los institutos, por razón de lengua.
El acceso a la función pública
ha de ser en igualdad de condiciones y, por lo tanto, con independencia
de la lengua materna del aspirante. En la asignación de lugares
de trabajo, la exigencia del conocimiento de las lenguas será proporcional
a las necesidades de la función desarrollada.
Sometemos este documento a la consideración de la sociedad catalana, con el afán de contribuir a un debate abierto y democrático sobre esta materia, un debate que creemos que es especialmente necesario en la Cataluña actual.
DOCUMENT SOBRE L'US DE LES
LLENGUES OFICIALS DE CATALUNYA
Primer manifest del Fòrum Babel - Abril 1997
Els símptomes d'intranquil·litat
amb què una part de la nostra societat ha acollit l'anunci del contingut
d'una llei sobre l'ús de les llengües oficials de Catalunya
posen de manifest la dificultat per legislar en aquesta delicada matèria.
En els darrers anys, i des de posicions molt diverses, s'ha reconegut que
el conjunt de la societat catalana ha realitzat un notable exercici de
convivència civil. Cal destacar i valorar especialment l'actitud
oberta i tolerant de molts ciutadans a qui els canvis lingüistics
els ha suposat un notable esforç d'adaptació.
Els signants d'aquest document
creiem que aquesta convivència no s'hauria de posar mai en perill
per una acció dels poders públics que podria crear problemas
allà on no n'hi ha. El dret d'un ciutadà a utilitzar una
de les dues llengües oficials té com a límit el dret
d'un altre ciutadà a utilitzar, també, l'altra llengua oficial.
Només una legislació, i una aplicació de la llei,
que faci compatible l'exercici en igualtat dels drets de tots podrà
donar lloc a una societat autènticament basada en els valors de
llibertat, justícia i pluralisme, que són el fonament de
tota convivència democràtica.
Han estat molts els canvis que,
en el terreny lingüístic, s'han produït en la nostra societat
des de l'aprovació de la llei vigent. Aquesta tenia com a finalitat
principal garantir l'ús oficial del català i el castellà
per tal d'assegurar especialment els drets lingüístics dels
ciutadans catalanoparlants, drets inexistents en el règim anterior.
Es tractava, per tant, de crear les condicions i desenvolupar els mecanismes
adequats per passar a una situació de plena normalitat després
d'un periode de greu excepcionalitat. Avui es pot dir que la situació
d'excepcionalitat ha estat superada i el català ha entrat en una
fase de normalitat.
Aquest document, subscrit per un
grup de ciutadans de Catalunya preocupats per aquesta problemàtica
i adreçat al Govern de la Generalitat, als grups parlamentaris i,
més en general, a l'opinió pública catalana, pretén,
senzillament, assenyalar els pressupòsits i els principis que, al
nostre entendre, han de configurar una legislació democràtica
en aquest àmbit, aixi com també la seva interpretació
i aplicació.
Pressupòsits bàsics
Catalunya constitueix una comunitat
de ciutadans que, per raons històriques diverses, es socialment
bilingüe. En una correcta aplicació del principi d'igualtat,
ningú ha de ser discriminat per raó de la llengua: ni en
la seva relació amb les institucions polítiques i administratives
ni en la seva vida social i laboral.
Segons l'Estatut, el català
és la llengua pròpia de Catalunya. Això significa
que la societat catalana té en la llengua catalana un element que
la identifica, l'especifica culturalment i la diferencia d'altres comunitats.
El text estatutari exclou, però, que el castellà sigui una
llengua impròpia o jurídicament subalterna respecte a la
llengua catalana, ja que això seria discriminatori per a moltíssims
catalans. La llengua castellana és la llengua materna i d'identitat
cultural d'una part substantiva del poble català, i el seu ús
és, òbviament, normal. La realitat cultural i la norma estatutària
no poden diferir quan es qualifica el català com a llengua pròpia
de Catalunya : "pròpia" no vol dir "única" ni "preferent"
cosa que constituiria una evident discriminació, sinò llengua
"diferenciadora" i "específica".
La finalitat primordial de qualsevol
nova llei ha de ser que tots i cadascun dels ciutadans catalans puguin
tenir plena capacitat i igual facilitat per expressar-se correctament en
les dues llengües. Tanmateix, la consecució d'aquesta finalitat
no pot considerar-se com un objectiu que es pugui assolir de manera immediata,
sinò que requereix un termini suficient per tal que les persones
de diferents origens i classes socials - en especial, per tot allò
que afecta als sector socials més marginats - puguin arribar a aquest
coneixement de les dues llengües en un clima social sense crispacions
i sense discriminacions de cap mena. Imprimir el ritme adequat i trobar
els instruments precisos per arribar a aquest objectiu es l'element clau
d'una adequada política lingüistica.
Aquesta realitat bilingüe
s'ha de projectar, també als poders públics, és a
dir, a les institucions polítiques i administratives que són
producte de la voluntat dels ciutadans expressada democràticament.
Aquestes institucions han d'utilitzar de forma igual ambdues llengües
oficials i han d'atendre els ciutadans també en les dues llengües,
única manera de no tractar discriminatòriament una part important
de la població catalana.
En les relacions entre particulars
en la vida laboral i econòmica, els poders públics no tenen
legitimitat per obligar a usar una o altra llengua.
La producció cultural en
llengua catalana ha de ser objecte d'una protecció específica
per part dels poders públics, tant estatals com autonòmics
i locals. Les mesures que es prenguin en aquesta direcció no han
de afectar el principi de llibertat d'ús de les llengües, sinò
que hauran de ser mesures de foment, necessàries per tal que tots
els ciutadans puguin accedir als béns culturals en igualtat de condicions.
Així mateix, el Parlament
de Catalunya ha de prendre les iniciatives legislatives pertinents per
promoure que les lleis estatals i les institucions generals de l'Estat
respectin la pluralitat lingüística a Espanya i, més
concretament, a Catalunya, instant a la modificació o derogació
de les normes que la vulnerin.
Principis configuradors
Partint d'aquests supòsits,
tota política lingüística s'ha de vertebrar d'acord
amb els següents principis :
Tot ciutadà de Catalunya
té dret a usar lliurement qualsevol de les dues llengües, tant
en les sevas relacions amb particulars com en les seves relacions amb les
institucions polítiques i amb l'Administració pública.
El deure de conèixer les
dues llengues oficials és farà efectiu de forma progressiva
i els nivells exigibles seran proporcionals a la formació lingüística
rebuda per cada un dels ciutadans.
Les institucions polítiques
i les administracions públiques amb seu a Catalunya estan obligades
a atendre els ciutadans, amb igualtat de condicions, en les dues llengües
oficials, i no és legítim considerar com a pròpia
d'aquestes institucions i administracions públiques només
una de les dues llengües.
Les relacions entre particulars
estan regides pel principi d'autonomia individual de les parts i, en conseqüència,
s'hi ha d'aplicar el principi de lliure ús de les llengües.
Els poders públics només hi poden incidir, si és el
cas, per mitjà de mesures de foment.
L'objectiu de tots els centres d'ensenyament,
públics i privats, pel que fa a la llengua, ha de ser que els alumnes,
al final dels estudis obligatoris, utilitzin normalment i correctament
tant el català com el castellà. Amb aquesta finalitat, tant
una com l'altra seran llengües vehiculars al llarg de tots el cicles
de l'ensenyament obligatori. La proporció entre una i l'altra llengua
serà similar, però podria variar en funció de l'entorn
lingüístic i cultural de cada centre escolar. En cap cas els
alumnes seran separats, a l'escola o als instituts, per raó de llengua.
L'accés a la funció
pública s'ha de fer en igualtat de condicions i, per tant, amb independència
de la llengua materna de l'aspirant. En l'assignació de llocs de
treball, l'exigència del coneixement de les llengües serà
proporcional a les necessitats de la funció que es desenvolupa.
Sotmetem aquest document a la consideració
de la societat catalana, amb l'afany de contribuïr a un debat obert
i democràtic sobre aquesta matèria, un debat que creiem que
és especialment necessari a la Catalunya actual.