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Angel Membiela ha convertido los fondos de los cuadros en muros sobre los que trazar
figuras y signos con los que va expresando su compromiso social con el mundo que le
rodea. Son como graffitis en un juego entre realismo y abstracción que sorprende al
espectador por la fuerza del colorido y la aparente alegría del conjunto. Sin embargo,
al contemplarlos detenidamente descubre que la lectura final es muy distinta.
María Aurora Viloria
(C.A. 119b)
PROEMIO
Viendo que ya no podría acertar con un asunto de grande utilidad y deleite, pues los
hombres que me precedieron ya tomaron para sí todos los temas útiles y necesarios, haré
como el que, en su pobreza, llega el último a la feria y, no pudiendo proveerse de otra
cosa, arrambla con todo lo que otros ya vieron y no tomaron, que lo rehusaron por su poco valor.
Así, yo cargaré a cuenta de mi modesto peculio esta mercancía sobrante, repudiada por tantos
mercaderes, y sin obtener otra ganancia que la que merezca lo que yo ofrezco, me iré a venderla,
no por las grandes ciudades, sino por los pueblos miserables.
TRATADO DE PINTURA DE LEONARDO DA VINCI
34c
(Urb. 17a, 17b)
Tras ésta [la pintura] viene la escultura, arte dignísima, pero con menor excelencia e
ingenio ejecutada, puesto que en dos asuntos principales, la perspectiva y las sombras y
luces, en los que el pintor procede de dificilísima manera, la escultura e ayudada por la
naturaleza. No es ella, por otra parte, imitadora de los colores, por medio de los cuales
fatígase el pintor en descubrir que las sombras son compañeras de la luz.
TRATADO DE PINTURA DE LEONARDO DA VINCI
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