Una prueba que no ha sabido encontrar un recorrido definitivo, unas
veces totalmente dentro de la ciudad de Barcelona y otras comienza en
la población de Mataró.
De buen principio nos encontramos con unos cinco kilómetros de bajada
hasta alcanzar la costa mediterránea, y enfilando la carretera
nacional II atravesamos diferentes poblaciones por un recorrido casi
totalmente plano. El ambiente es bastante festivo e incluso nos
agradecen el haber cerrado al tráfico esa transitada carretera.
Sobre el km 18 ó 19 nos encontramos con el primer desnivel apreciable,
una subida de unos 200 metros que se hace soportable.
Ya en el Medio Maratón nos adentramos en la ciudad de Badalona, donde
abandonamos el mar y por medio de diferentes callejuelas, serpenteamos
hasta la Vila Olimpica, ya en Barcelona y otra vez junto al mar.
Evidentemente las fuerzas ya no están para muchas alegrías, así que
sobre el km 35 la organización nos premia con la subida por la calle
Paral.lel y sobre el 39, por si nos parecía poco, con la ascensión
hasta el Estadio Olímpico, situado en la montaña de Montjuic.
La entrada al estadio donde se celebraron las Olimpiadas del 92,
parecía premiar a muchos, que siempre insistían en que se tenía que
repetir edición tras edición. Pero parece que a alguien se le ha
hecho la luz y en la de este año ya acabó al pié de la montaña.
La organización sosa, falta de alicientes. La fiesta de la pasta
bastante deficiente (si es que la hacen) y el transporte hasta
Mataró para dar la salida lo cobran por separado. Por último las
duchas del estadio, en las organizaciones anteriores, no daban abasto
a tanto corredor y acababan en un gran charco que todo lo inunda, pero
en la edición de 1998 lo solucionaron definitivamente, no pusieron
duchas...
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