En la primera edición nos dieron la salida desde las cercanías del estadio antiguo de Anoeta y bordeando el Río Urumea,rodeamos el barrio de Gros. Un inconveniente es el poco publico que encontramos, y el que está, es totalmente indiferente a la prueba. Incluso en el Paseo de la Concha se ha de ir sorteando a los viandantes. Atravesamos el túnel del Pico del Loro dos veces, ida y vuelta después de atravesar Ondarreta. De nuevo el Paseo de la Concha, pero esta vez por el asfalto, donde pasan por nuestro lado autobuses y toda clase de vehículos. Ya en Anoeta volvemos a recorrer de nuevo todo el trayecto, ya que en esa edición la prueba constaba de dos vueltas a un circuito. En la meta alguna dificultad más, no nos dieron bolsa para colocar la botella de agua, la naranja, el bolígrafo de propaganda y todo eso que suele acompañar al recuerdo de meta. El último toque negativo a esa organización, fue el enterarnos que nuestro esfuerzo no había servido para nada ya que la distancia de esta prueba no era la correcta, le faltaban unos 500 metros. La segunda edición a la que fui era a la Copa del Mundo. Todo era bastante diferente, la presencia de figuras internacionales y la cantidad de participantes habían hecho acercarse al público a las aceras. Esta vez eran dos vueltas a un circuito y una vuelta a otro un poco mas pequeño. La lástima,mi retirada en el km 20 al haber iniciado esta carrera a un ritmo excesivo. Como anécdota la vista de la Playa de la Concha con el mar muy alejado de ella y una infinidad de muchachos jugando al fútbol bajo la atenta mirada de sus entrenadores... la cantera vasca. |