Un nutrido grupo de corredores catalanes nos acercamos a la Villa y
Corte del "Reino".  Nos habían prometido una de las mejores pruebas
de 42,195 kms. y en verdad que acertaron.

La organización nos deparaba unos hoteles a un precio muy asequible
y nos encontramos con un publico bastante volcado con nosotros.

La salida  a un grado  sobre cero  y a las nueve de la mañana pero, 
en verdad, cualquier  corredor sabe que es  mejor eso que el calor.
Unos kilómetros mas delante nos encontramos con  unos toboganes que
descienden y nos van haciendo entra en la carrera.

Poco puedo decir de las calles  por las que circula la prueba,  (no
me acuerdo  del nombre), pero el recorrido bastante llano hasta que
nos encontramos  con un parque que se  ha de atravesar  (después de
pasar el  campo del Atlético de Madrid) y al poco,  ya por el km 37
empiezan los  repechones.  La subida del Paseo del  Prado (donde se
me agotan  las fuerzas),  La  Cibeles  (donde  ya  estoy roto),  la 
conocida  calle de  Alcalá (donde  me arrastro) y la  entrada en el
Parque del Retiro,  donde destrozado  y desolado compruebo  que aun
queda toda la recta del Paseo del Duque de Fernán Nuñez. 

La última y desagradable sensación  me la llevo al ver  que a falta 
de 200 metros, me adelanta uno de mis amigos, un compañero de Club, 
¡y eso jamas se puede permitir!. Total 3h 05´.