LA MATAGALLS MONTSERRAT


83 KMS. NOCTURNOS


Recorrido de la prueba

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21-22 de septiembre de 1997 - 86 kms. 16 h. 40' 19-20 de septiembre de 1998 - 83 kms. 15 h. 15' 19-20 de septiembre de 1999 - 83 kms. 14 h. 34' 16-17 de septiembre de 2006 - 83 kms. 17 h. 23' 15-16 de septiembre de 2007 - 83 kms. 15 h. 07'

Prueba anual y nocturna que realiza el Centre Excursionista de Gracia de Barcelona. Me abstengo de recomendarla a nadie, prefiero que este riesgo sea asumido como decisión de cada participante, 83 Kms. (antes 86,5) son una barbaridad y si a ello le añades la ambición personal de cada uno para hacerla en tal o cual tiempo, corriendo o no, puede llegar a ser una verdadera tortura/locura. Hasta la edición de 1997 la salida se efectuaba desde la cima del Matagalls, (1.694 m.) pero, por razones medioambientales, han obligado al club organizador a recortar 3,5 kms. y dar la salida desde el collado anterior a ese pico, el coll Formic. Una larga cola ( este año éramos 2.108 ) nos espera para sellar de uno en uno la cartulina de control de salida. Desespera bastante pero no imagino una forma mejor para poder controlar el tiempo de cada uno. Después de trotar en llanos y bajadas, y caminar en las subidas, tras 8 kms., nos plantamos en el 1er control. Perforamos la cartulina y de nuevo al trote, esta vez por un descenso bastante pronunciado de unos 8 kms. y 600 m. de distancia, hasta la población de Aiguafreda, donde están los primeros servicios de la Cruz Roja y agua (este año no nos pusieron la cuba). Uno de los mayores logros de los organizadores de esta prueba es que discurre en un 95% por bosques, senderos, pistas forestales y,a veces, por caminos donde nos hemos de agachar para pasar por debajo de la frondosa vegetación. Un 10 en este sentido para ellos. De Aiguafreda hasta el 1er avituallamiento nos espera una dura subida de unos 5 kms, donde hemos de utilizar las manos para apoyarlas en las rodillas en algunos lugares. Estamos en el km. 24 y un par de kms. antes nos han perforado la cartulina por 2ª vez, operación que se repite durante 10 veces en esta prueba. Dado que nos dieron la salida sobres las 6 de la tarde hemos tenido que utilizar las luces frontales para llegar. Ya es de noche. A partir de ese momento empieza un verdadero suplicio, con poca luz pero por buenas pistas, nos vamos acercando al trote al siguiente avituallamiento en el Coll de Poses, km 35.Se nos han añadido 3 nuevos compañeros socios de nuestro club y cada uno empezamos a batallar por nuestra cuenta. Subidas y bajadas, rodillas que empiezan a quejarse y el peso de la mochila que ya molesta. Dos del grupo inician la carrera por su cuenta y se separan de nosotros sacándonos una distancia considerable, mientras que otro compañero que ha decidido unirse a nosotros, a pesar de no estar tan entrenado, comienza a padecer mareos y un sudor frío se apodera de él. Hemos de ayudarle para poder llegar al avituallamiento y en la Cruz Roja se lo quedan asegurándonos que no es nada importante. Decide abandonar la prueba. Los 40 minutos perdidos en este punto hacen que cojamos frío, ni siquiera la sudadera evita que tiritemos mientras iniciamos de nuevo un ascenso hasta Sant Julia. En total 9 kms. mas a sumar a los ya realizados (por ahora 40). Una interminable bajada al trote, sabemos que solo quedan 8 kms. hasta Sant Llorenç de Savall pero nunca llegan. 3 kms antes unas luces nos anuncian la proximidad de esta población, las piernas comienzan a flaquear y crees tener piedras en las zapatillas pero, una revisión posterior me demuestra que es el inicio de ampollas. Al fin Sant Llorenç, donde nos espera el amigo que nos hace de transporte de la ropa para poder irnos cambiando,acompañado por uno de los que se había alejado de nosotros unos kms. antes. Nos detenemos en un bar y tras unos 30 minutos y unos cuantos refrescos de cola iniciamos de nuevo la prueba. Esta vez nos esperan continuos toboganes y tras unos segundos de descontrol (no encontramos las señales que nos indican el itinerario), nos introducimos en una riera seca llena de cantos rodados que sufrimos durante 3 kms. De nuevo nos hacen ascender a un pequeño monte desde donde iniciamos la subida al coll de Grúa y de allí, en carrera bastante alegre, nos acercamos a la población de Matadepera, con su control de avituallamiento de "Los Donuts". Una última ojeada a la planta de los pies me confirma la existencia de 3 enormes ampollas en cada uno de ellos pero, a estas alturas (km. 64) es totalmente impensable el abandonar. Un nuevo camino nos acerca a una carretera, un poco de asfalto, trote, y ya estamos otra vez por un sendero entre árboles y una nueva subida (la enésima). Collet del Queixal dice mi amigo Joan, ahora es bastante fácil, piensa que se está haciendo de día y podemos ir corriendo hasta Monistrol... De nuevo al trote (dolor de pies). Casi todo es bajada y vemos acercarse la población de Vacarisses, unos metros más y nos paramos en el avituallamiento, me sangra una de las ampollas y ese terreno es verdaderamente difícil. Se hacen un suplicio los 6 kms que nos restan para llegar a Monistrol, población a los pies de Montserrat. Seguimos al trote y en cada pisada me mandan los pies mensajes de dolor. Empezamos un ascenso por unos lugares donde contantemente se han de utilizar las manos para subir (mas dolor). Llegamos a una pista, que digo, ¡pedregal!, por donde en su día circuló el tren Cremallera que llevaba hasta el Monasterio. Al principio te alegras ya que no has de gatear para subir pero, después de 2,5 kms de pedregal, empiezas a maldecir a los organizadores de esta prueba por poner un itinerario tan duro sobre el km 80. La última curiosidad es un túnel bastante largo y con una curva en el centro que convierte el día en noche cerrada. No lo intentes atravesar sin luz, pierdes la orientación y lo mas posible es que des con tus huesos en el suelo, después de tropezar con las enormes piedras que lo llenan. El final del túnel nos muestra unas cuantas escaleras, el sudor gotea por nuestra cara, parece como si nos hubiéramos duchado. Un escalón, después otro,se hace interminable pero al fin has llegado (eso crees). La zona donde aparcan los visitantes al Monasterio esta a rebosar, vas sorteando coches, autobuses y turistas despistados que te miran como si estuvieras disfrazado de romano. Doblas a la derecha, horror, te esperan una veintena de escalones mas y crees que tus pies no lo van a poder resistir. Tambaleándote te acercar al control de meta, después los Yoplaits, donuts, refrescos... pero solo piensas en sentarte. Un nutrido grupo está en las escaleras, me siento y... me duermo. La verdad es que se trata de una prueba para los amantes del sufrimiento, de experiencias nuevas y, porque no decirlo, de los deseosos de hacer animaladas y comprobar hasta donde puede llegar su cuerpo. Es decisión tuya el participar. Por cierto, la he repetido en otras ediciones y recomiendo llenarse literalmente los pies de vaselina, de tal manera que parezca que cha- poteas en agua. Entre los dedos, en la planta de los pies, los talo- nes, por todos los lados. Después sobre la mitad del recorrido, en Sant Llorenç de Savall por ejemplo, volver a repetir la operación, cambiándote los calcetines, y te aseguro que no tendrás ampollas.


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