5 de junio de 2004
Fue un día de paseo, no teníamos muchas ganas de esforzarnos pero si
de subir un "gran pico" del Pirineo.
Después de dejar los coches en Ribes de Freser, pillamos el cremallera
que, por el "módico" precio de unos 15 euros ida y vuelta, nos subió y
bajó del santuario de Nuria en un plis plas. Ese módico precio nos
demostró que debiéramos haber sido menos vagos y haber caminado algo
para así no alimentar a tanto "buitre" que por allí anda suelto.
Nos encontramos en el santuario de Nuria, a unos 1.900 metros de
altitud. Justo detrás de él aparece una pista que, en un principio en
dirección noroeste, nos acerca a un pequeño bosque que hemos de atra-
vesar. Un sendero bien marcado y con algún desnivel, nos acerca poco a
poco al visible Coll Verd (collado Verd), ya en dirección oeste.
Siguiendo el torrente de l'Embut, poco importa si por el norte o por
el sur, empezamos a pisar los primeros neveros. A unos 2.400 metros,
dirección sudoeste, la nieve empieza a cubrirlo todo. A la altura de
un pequeño salto de agua, y siguiendo el curso del torrente por su
lado norte, llegamos a las primeras pedreras (cubiertas de nieve) que
acentúan algo la ascensión. Sobre los 2.600 metros distinguimos, a
nuestra derecha y a unos 400 metros, el pluviómetro que nos indica que
vamos por el buen camino. A partir de este punto las curvas de nivel
empiezan a estrecharse, nuestra ascensión se hace mas cansina; aunque
casi distinguimos desde ese lugar la cercana cima.
La cima del Puigmal es amplia, atravesamos un pequeño nevero, un par
de metros de desnivel como aquel que dice, y ya estamos en ella.
Destinamos un poco de tiempo para dar un par de bocados, charlar ani-
madamente con los compañeros y nos volvemos hacia Nuria.
Si para subir a un ritmo relajado, nos hemos tirado unas 3 horas, solo
empleamos la mitad para bajar... nada mas dejar la cima iniciamos un
"trote cochinero" con el que descendemos unos 500 metros de desnivel
en un cuarto de hora; ejercicio este que solo recomendamos a los que
tengan alguna experiencia en correr cuesta abajo por los neveros, la
sensación es gratificante pero las posibilidades de dar con los huesos
en el suelo son elevadas.
Mapa recomendado: Alpina Puigmal.
Libro recomendado: Cimas Pirenaicas.
Rafa Montoliu
|