20 de febrero del 2000
Hemos quedado un puñado de compañeros cerca de La Garriga, en la ctra.
nacional 152. En total siete con la sana intención de hacer el Puigmal
desde Planoles, (desde Queralbs ya lo hemos hecho varias veces, en
aquellas maravillosas carreras de montaña que organizaba el C.N.C.).
A eso de las 9 ya nos encontramos en Ribes de Freses y volvemos a
cumplir con una de esas tradiciones que no se deben de olvidar jamas:
El vino, el almuerzo y la charla con los amigos.
De vuelta a la N-152 tomamos, desde Planoles, la carretera comarcal
(mal asfaltada pero transitable) que nos lleva al Collet de les
Barraques en la Serra de Estremera. En ese lugar dejamos los coches y,
con la mirada puesta en dirección norte, nos adentramos en un pequeño
bosque, por una pista forestal ancha y nevada. Poco a poco nos vamos
desviando en dirección noroeste y, sin cruzar jamas el Torrente de la
Estremera (aunque el mapa de Alpina indique lo contrario), nos vamos
acercando, poco a poco, al Coll de Queralbs por un terreno herboso y
fácil.
Cerca del Coll nos empieza a empujar el viento casi con la misma
fuerza con que nos encontramos en la última salida, el Tres Pics.
Resguardados hasta la médula, con pasamontañas, guantes, gorros y
demás, seguimos la fácil ascensión (dejando de lado una preciosa
caseta de piedra), hasta el mismo Coll, donde el aire se hace ya casi
insoportable.
Parada y fonda, aunque no hay muchas ganas de sacar comida, por eso
de tener que quitarse los guantes y padecer el frío... estamos entre
el Puig de Dòrria (una fácil loma) y el Tossal del Pas dels Lladres,
con una pendiente un poco mas dura pero de fácil subir por lo herbosa,
nevada y sin cascajo que se encuentra. Una mirada a las caras de los
compañeros y, arqueados a favor del viento para aguantar su empuje,
acordamos que, por hoy, nos vamos a conformar con hacer solo el
Tossal.
Poco a poco y ya mas resguardados por la falda de la montaña, nos
acercamos a la enorme cima que corona este pico. La vista desde ella
es preciosa, la Cerdanya francesa a tus pies, con las sierras de Calm
Colomer, Llasá, Mascarella y Puig Farinós al fondo, haciéndonos frente
con sus cumbres nevadas. Poco tiempo para admirarlas ya que el viento
casi nos tumba de espaldas.
Iniciamos el descenso por el mismo camino y a buena marcha con la
intención de deshacernos de ese engorro que nos azota a cada momento.
Mapa recomendado: Cerdanya.
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