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Hoy he vuelto a escribir en el BRINN, después de estos años de reclusión en mi finca al borde del Río por no llorar. El tema que me trae de nuevo a la redacción es la inminente desaparición del ya viejo y poco querido Chimborazo. Llegó el día del adiós, de todos nosotros los jugadores, a nuestra querida camiseta. Los motivos son diversos y son tantos como los jugadores que lo integran. Los puedo nombrar caso por caso pero haría de esta nota algo largo y aburrido. Con el afán de nombrar algunos puedo decir: dessgano, falta de estado físico y consiguiente aburrimiento, matrimonio, hijos, mujeres, estudio, trabajo, borracheras, poca guita, viajes, peleas, expulsiones, lesiones (cada vez mas frecuentes), etc., etc. Ya ven amigos lectores que Todo tiene un final todo termina, aunque confieso que esta ilusión de jugar a la pelota entre amigos se nos termino mucho antes de lo esperado. Se que vamos a extrañar al equipo, a nuestros rivales, con los que manteníamos una sana competencia a veces y una picante rivalidad otras y a mis compañeros: Pepe, Zeta, Nano, Herni, Rollo, Mateico, Fico, Luli, Oto y Kiwi. Si bien nos seguiremos viendo, vamos a extrañar patear todos para el mismo lado, pelear un partido como a nosotros nos gustaba, con garra y corazón que era lo que nos sobraba. De ahora en mas a muchos nos queda tela para un par de años mas así es que nos acomodaremos en diferentes equipos y jugaremos donde se pueda, donde nos inviten...y así Volver a empezar. Todo sea por seguir corriendo detrás de una pelota, sobre el verde césped y seguir sintiendo ese cosquilleo cada vez que te calzas un par de botines, cada vez que te pones esa camiseta con ese numero que te identifica y te hace sentir un jugador de primera.
Desde la redacción de Río por no llorar les escribió Cristian Mancini para el diario BRINN "El Caserito" en su primera edición de 1999.
Otros Rumores
No es esta la única versión que circula por el ambiente del fútbol acerca de la quiebra de Chimborazo. Se dice por ahí, que algunos dirigentes, sin nombrar a Fico, se quedaron con mas de un vuelto, y esto elevo la deuda de Chimborazo a mas de 20 millones de dólares, por lo que los acreedores llamaron a una convención y pidieron la quiebra. También se supo extraoficialmente que Matías Lavayen estaría merodeando la Casa Rosada, buscando al vicepresidente Ruckauf, para que declaren a Chimborazo patrimonio nacional y le levanten la quiebra. Todo esto obviamente fue desmentido por Fico y Matías Lavayen.
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