Faby
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Te diría
Te diría
las palabras más hondas que te tengo que decir;
pero
no me atrevo, temo a tus risas.
Por eso
me río de mi mismo y bromeo con mi secreto.
Sí,
me estoy burlando de mi dolor, para que no te
burles
de mí
Te diría
las palabras más verdaderas que te tengo que decir;
pero
no me atrevo, temo tu incredulidad.
Por eso
las disfrazo de risas y te digo lo cotrario de
lo que
te quisiera decir. Si torno absurdo mi dolor no
hagas
lo mismo tú.
Te diría
las palabras más ricas que guardo, para tí;
pero
no me atrevo, temo que tu réplica no sea con las mejores tuyas.
Por eso
te nombro duramente y hago alarde de osadía. Sí,
te maltrato
por miedo a que no comprendas mi dolor.
Me sentaría
silencioso junto a tí;
pero
no me animo, no se me vaya a salir el corazón por la boca.
Por eso
charlo sin ton ni son y escondo el corazón
tras
la palabras. Castigo a mi pena con rudeza,
no vayas
a castigarla tú.
Me iría
de tu lado; pero no me atrevo,
temo
que conozcas mi covardía. Por eso llevo alta la cabeza
y paso
como distraído junto a tí, que con el relámpago
contante
de tus ojos renuevas siempre mi dolor.
Tagore
Vision de niño
Celestiales
y blancas mariposas
descendieron
depronto una mañana,
invadieron
los patios de mi casa
y el
sonoro silencio de su fronda.
De los
pinos volaron a la copa
siempre
abirta y florida de la acacia,
para
luego bajar en fila indiana
sobre
el denso fulgor de cada rosa.
Solitarias,
dispersas o en bandadas,
desplegaron
sus velas de cuatro alas
a lo
largo del día y de las horas.
Con
mis ojos de niño las ví a todas,
sin
saber que una a una ya volaban
en
el patio interior de mi memoria.
Sergio Tauler
Amo Amor
(fragmento)
Anda libre en el surco, bate el ala en el viento
late vivo en el sol y se prende al pinar
No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:
¡le tendrás que escuchar!
Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,
ruegos tímidos, imperativos de mar.
No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:
¡lo tendrás que hospedar!
Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas.
Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar.
No te vale decirle que alvergarlo rehúsas:
¡lo tendrás que hospedar!
Gabriela Mistral