Xenofobia Chilena

 

Los avisos de AeroContinente afirman que existe una indudable xenofobia "contra la inversión peruana en Chile". Pero, la xenofobia, tal como tímidamente, la mencionada empresa aérea lo afirma, no es solamente contra la inversión, sino contra el Perú, contra todos los peruanos.

Estamos indignados de ver, a través de programas de televisión captados "in situ", en Santiago de Chile, los actos cotidianos donde se demuestra que los chilenos sienten profundo desprecio y hasta un odio reprimido contra los peruanos que en mala hora fueron a parar a ese país.

Por supuesto que no deben ser todos los chilenos los que actúan de esa manera considerada inhumana por cualquier código de comportamiento social o moral vigente. La xenofobia o discriminación está condenada muy duramente y perseguida por los vigilantes de los Derechos Humanos. La ONU lucha con todas sus fuerzas para acabar con estas lacras que manchan humillantemene el comportamiento de los hombres, aún en el presente siglo.

No se concibe, en la época que vivimos, que haya desprecio u odio entre personas cuando ya está sobremanera entendido que todos somos iguales, que no hay nadie en el planeta Tierra que sea superior a otro, es decir, que todo el mundo goza de los mismos derechos naturales o divinos, según determinadas mentalidades.

Los chilenos son tan iguales a nosotros como nosotros a ellos, a los angoleños o a los chinos. No existe diferencias capaces de considerarnos unos superiores a otros, no los hay. En las tribus africanas hay enormes letreros que así lo confirman. En todo lo alto de la sala donde alguna vez juzgaron al tirano negro Jean Bedel Bokassa en República Centroafricana había una leyenda en el frontis, que asi lo confirmaba. En Sudáfrica se acabó el "apartheid" que 20 años atrás, nadie creyó podría exterminarse este tipo de humillación humana. De los "gettos" sólo quedan rezagos escondidos en algún remoto lugar del mundo.

Sin embargo, los chilenos no se comportan con nosotros tomando en cuenta esas consideraciones. Ellos creen que son superiores a nosotros.

Por supuesto, y esto podría ser la madre del cordero, entre ellos y nosotros hay una episodio muy doloroso que no sólo nos enfrentó en una guerra desigual, tramada por ellos, sino que permitió ver qué catadura de ser humano es el chileno. Ellos ganaron una guerra desproporcionada, pero no se comportaron como seres humanos triunfadores, sino como inhumanos revanchistas. No se contentaron con ganar las batallas, sino que nos pisotearon; no sólo nos torturaron, nos atravesaron con sus bayonetas, sino además, nos incendiaron, nos demolieron, violaron a nuestras mujeres, nos humillaron inmisericordemente. Como corolario de aquella infausta contienda hasta nos cercenaron una parte de nuestro histórico territorio nacional.

Ellos, pues, deberían estar arrepentidos de su cobarde comportamiento; no de habernos ganado la guerra sino de haberse comportado con espíritu propio de seres abyectos.

O sea, no se comportaron como Grau. El contralmirante Grau les dio una lección suficiente para mostrarles cómo somos los peruanos, cuán nobles y cuán generosos somos los peruanos, aún con los vencidos.

Digo, entonces y no creo equivocarme que no son todos los chilenos los que se están comportando así. Es una franja social que demuestra su mala estofa. No son como Allende o los presidentes Frei a quienes conocí, verdaderos amigos del Perú. Lo está demostrando ahora cuando en Santiago, no sólo escriben pintas denigrantes en las paredes sino que atacan a quienes lo único que hacen es trabajar para ganarse humildemente la vida, sirviéndoles hasta de criados.

De tal manera que frente a esta opción chilena, las autoridades peruanas tiene que buscar la manera de poner coto a la xenofobia, al odio, a los abusos. La diplomacia peruana debe seguir al milimetro las acciones chilenas cometidas contra los ciudadanos peruanos y quejarse, pero no sólo ante las autoridades locales respectivas sino aún ante foros internacionales. Porque el asunto ya no es doméstico, es fascistoide, está pasndo de castaño a oscuro.

Ahora, lo más irónico de esta coyuntura es que los peruanos no tratamos así a los chilenos, muy al contrario, les tendemos las manos y los acogemos con respeto. Aquí hay mucha empresa chilena próspera, mucho chileno que jamás podría quejarse de mal trato. Muchos de nosotros tenemos amigos chilenos con quienes compartimos la vida como si hubieran nacido aquí.

De tal manera, que las autoridades peruanas deben tratar el caso de Aero Contienente con toda severidad. Parlamentarios de Unidad Nacional han pedido que las autoridades respectivas le retiren el permiso de operación a la empresa Lan Peru, que no es sino Lan Chile sólo que cambiado el membrete para que pueda operar en el país. Esta debe ser una medida inmediata. No hay derecho que las autoridades se ceben con AeroContinente y el Perú no diga nada.

Hay más casos que demuestra una pasividad criticable por parte de nuestras autoridades con los chilenos. La fábrica Lucceti vino, vio y venció. Se instaló donde quizo violando leyes ecológicas expresas que le prohibían asentarse en los pantanos de Villa, se les intentó prohibir, pero los chilenos ganaron.

Se ha llegado, pues, el momento de actuar y en todo caso prepararse para cualquier tipo de contingencia. Tal como se está comportando, tal como se esta armando, por ahora, Chile no nos estás poniendo cara de amigo bueno. Eso hay que temarlo en cuenta.

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