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La
propuesta hecha por el Vicepresidente iraquí, Taha Yasin Ramadan,
para que el problema USA-Irak, la solucionen personalmente los presidentes
de los dos países a punta de cañonazos o a trompadas,
me parece muy lúcida, aunque para la Casa Blanca sea una propuesta
ridícula.
Como se sabe, el presidente Bush está empezando una nueva andanada
de bombardeos sobre Irak para disuadir a sus gobernantes se dejen
de estar fabricando bombas atómicas o bacteriológicas.
Por lo menoes ese es el pretexto esgrimido por los norteamericanos.
George Bush no quiere que Irak tenga bombas atómicas, como
ahora las tiene todo el mundo. Si no las fabricas, las compras, total,
ahora están hasta al remate. Hay muchos países que las
fabrican y las venden a precio huevo.
En Asia las tienen en sus almacenes, digamos, India, Pakistán,
Israel, entre otros. Pero, ¿Irak, por qué diablos Irak
debe tener bombas atómicas?. Ah, no, eso no, dice USA.
Claro, lo ideal sería el desarme atómico total, que
ningún país tuviera armas nucleares de tan diabólica
naturaleza, salvo, claro está, los Estados Unidos. Pero, el
hombre es el animal más salvaje que vive sobre la tierra. Quiere
poder, más poder y eso sólo se puede obtener y usufructuar
siendo poderosos, -no espiritual sino materialmente- es decir, disponiendo
de armas ya no solo disuasivas sino capaces de conducirnos a la extinción.
Si Bush ataca a Irak, aunque se oponga su amigo Tony Blair, hay que
imaginarse el daño material y humano que pueden provocar sus
ataques. Porque toda guerra es indiscriminada. Se dice que sólo
se atacarán blancos militares, pero eso no sucede así.
En meses pasados, los halcones norteamericanos soltaron sus bombas
donde pensaban que había terroristas islámicos. Grave
error, las bombas cayeron en una aldea afgana que celebraba el casamiento
de dos campesinos. ¿Cuanta gente inocente murió en ese
ataque?. Nadie lo sabe. Y, ¿qué pasó con los
autores de la masacre?. Eso sí se sabe: gozan de buena salud.
Porque asi de perversas son las guerras, toda confrontaciòn
armada. Las bombas inteligentes hasta ahora, no se comportan correctamente,
siempre se equivocan.
Entonces, Ramadán razona así: Como en una guerra mueren
tirios y troyanos en cantidades que a veces resultan incalculables,
¿por qué no ponerlos frente a frente a quienes son los
responsables de esa guerra?. En este caso, Ramadán pide que
el presidente George Bush y el presidente Sadam Hussein, cada uno
con un número exacto de hombres y armas de igual calibre, se
enfrenten en un terreno neutral con un juez, por ejemplo, en este
caso, el presidente de ONU, Koffi Annam. El regiría el combate.
La idea no es mala porque de esta manera morirían solo unos
cuantos soldados, por ejemplo, 100 o mil por bando, serían
destruidas otras cien baterias, otros cien cohetes, cien aviones,
y asi. Pero, de allí no pasaría el holocausto. Annam
definiría al ganador y su fallo sería inapelable.
La Casa Blanca ha calificado de irresponsable la proposiciòn,
pero los que no tenemos vela en ese entierro, creemos que no, que
los irrresponsables son los norteamericanos que en todo se meten y
a todos les quieren ganar.
Por lo pronto, que terminen su incursiòn en Afganistan y en
todo caso, para tener ocupados a sus "marines" podrían
enviarlos al Mediterráneo para que ayuden a sofocar la guerra
del Medio Oriente. Los palestinos necesitan apoyo decidido. Si los
norteamericanos, o sea el presidente Bush, se pusiera los pantalones,
arreglaría el problema palestino-israeli en menos de lo que
canta un gallo. Ordenaria a los isarelitas que le devolvieran sus
territorios a los palestinos para que sobre ellos construyeran su
Estado soberano, como lo tienen todos los países libres que
hay sobre la Tierra. Y punto. Adios guerra en ese atormentado rincón
del Asia Menor. Así, hasta se olvidarían de atacar a
Irak.
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