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En términos
generales, el hartamente publicitado debate de candidados a Alcalde
de la ciudad de Lima, resultó un fiasco. Salvo la intervención
de Jaime Salinas, las de los demás candidatos no tuvieron fuerza,
al contrario aparecieron flojos, suplicantes, enrevesados, repetitivos,
no fueron convincentes ni rotundos.
Cada candidato expuso, no debatió sus puntos de vista programáticos
como era de esperarse, aunque claro, esa era la regla del juego por
cuya razón todo resultó un fiasco. Los miles de televidentes
estuvimos a la espectativa de "ver" los programas que ofrecían
los postulantes, pero éstos no aparecieron o lo hicieron borrosos,
en la práctica, no convencieron a nadie.
Claro que en estos casos, cada espectador tiene su óptica,
como se dice, y cada mercader habla de la feria según como
le ha ido. Los andradistas dirán que su candidato ganó,
asi como los castañedistas, los peruposibilistas, etc., pero,
habemos algunos que como no somos ni lo uno ni lo otro; aparecemos
como decepcionados.
Yo anoté lo pro y los contra de cada exposición y me
permití numerarlos por orden de mérito. Hice una lista
de cómo los habría calificado y este es mi resultado,
por supuesto que absolutamente personal:
Primer lugar, Salinas; segundo, Azcueta; tercero, Breña; cuarto,
Castañeda; quinto, Andrade; sexto Santa María, setimo,
Uceda; y octavo lugar, Medina.
Jaime Salinas fue contundente, expuso su plan con claridad meridiana
y sus propuestas aparecieron coherentes, novedosas, no demagógicas,
aunque haya politizado su personaje; fue lo menos que pudo hacer porque
eso constituyó la tónica general: propagandizarse. Salinas
es un expositor brillante y desde este punto de vista barrió
con todos sus contriuncantes durante sus tres intervenciones. Es una
lástima que no haya calado con tiempo entre los electores que,
dígase de paso, seguimos siendo borregos, nos dejamos llevar
por encuestas o simpatías, y jamás por esencias, por
contenidos programáticos.
Toda la audiencia estuvo a la espectativa de la forma cómo
los dos pesos pesados de esta elección municipal se adueñarían
del escenario. Una lástima: Alberto Andrade y Luis Castañeda
Lossio, defraudaraon de canto a canto a los que no vestimos ni la
una ni la otra camiseta. Castañeda perdiò la gran oportunidad
de su vida al presentarse todo blandengue él, sin fuerza expresiva
ni contundencia conceptual, cuando estrat´tgicamente debió
salir a "matar". Andrade igual, no es que no supo desempeñr
un buen papel sino que no leyó bien su papel. Lo único
que pudo constituirse en un impacto triunfal fue su desafío
a debatir con Castañeda al finalizar su intervenciòn;
pero, el tiro debe haberle salido por la culata, porque todos sabemos
que quien desafiò primero y siempre fue Castañeda Lossio
a Andrade y no al revés.
El que causó mayor aprecio en su presentación fue Michel
Azcueta, pero no tanto por la calidad de sus propuestas sino por su
grandeza de espíritu. Como todos saben, Azcueta es español
nacionalizado peruano. Pues, bien, agradeció al Perú
por haberlo ayudado a realizarse y convertirse en una figura pública
de categoría, dada su honestidad. Eso fue lo más saltante.
Se considera un grave error -que le va a apesar toda su vida-, postular
por Perú Posible, un movimiento desacreditado en su condición
de gobernante. Tal vez si hubiera constituido un movimiento con su
sello personal, a esta hora sería uno de los de mayor aceptaciòn
y no estar con tan bajo puntaje como sucede ahora.
Luis Santa María, joven político aprista fue muy claro
y contundente. Luciò aplomo, personalidad, pero él y
los otros candidatos adolecen de no figurar en el grupo de los punteros.
Eso arrastra psicológicamente a desentenderse del contenido
de sus discursos. Pero, en general, dejó buena impresión.
Rolando Breña Pantoja es un viejo político, militante
de izquierda, hombre público que ha participado en mil contiendas,
por lo tanto ducho espadachin capaz de salir airoso de una peleíta
a media agua como fue la presentaciòn del jueves en la Universidad
de El Pacífico. Claro, que a Breña más le interesó
hacerle propaganda a Izquierda Unida que su postulación a sabiendas
de que está en la mera cola. De todos modos, sus puntos de
vista partidarios con matices nacionalistas de gran actualidad, siempre
serán espectantes.
Un adjetivo que le cae como anillo al dedo a Diego Uceda es su coraje.
Hablar de fujimorismo a estas alturas del partido es como mencionar
la soga delante del ahorcado. Uceda tuvo la valentía de identificarse
como fiel seguidor del ex prófugo presidencial y exponer su
plan de acción a grandes rasgos, aunque en cierto desórden
o discutible. Por ejemplo, eso de crear una ciudad de protitutas.
Yo le di el puesto número 7.
El último lugar lo ocupa, a mi jucio, el señor Medina,
un convencido predicador evangélico que lo único bueno
que señaló es que hay que confiar en Dios para arreglar
el país. En efecto, se sabe que los males que sufrimos son
tan graves que sólo la Divina Providencia podría salvarnos
de una más larga agonìa o muerte súbita. Pero,
bajando a tierra, Medina no mencionó sino cuestiones declarativas,
nada de planes sólidamente estructurados.
Personalmente, me llamó mucho la atenciòn que los asesores
de Andrade le propusieran que pusiera ejemplos domésticos mínimos
para entender la grandeza operativa de un programa de reconstrucción
real. Mencionar a una señora que empezó vendiendo mazamarra
morada o chanfainita y que ahora es una empresaria de nota, puede
ser la excepciòn que confirma la regla, pero no la regla para
solucionar nuestros problemas de pobreza, de caos, de delincuencia,
de abandono genérico en qu se encuentra la gran capital y por
ende, todo el país. Porque no hay que olvidar que la frase
inventada hace muchísimas décadas en el Café
Concert, de que Lima es el Perú, sigue vigente, y ahora más
que nunca.
En fin, se espera ahora el debate entre Anadrade y Castañeda
que, de ninguna manera, tendrá la espectacularidad y grandeza
de cuando debatían por ejemplo, Luis Bedoya Reyes y Héctor
Cornejo Chávez. Entonces, si que se producían terremotos
políticos de grado 10.
En suma y a mi poco entender, el ganador del Gran Debate reciente
fue Salinas; segundo por Azcueta; tercero Breña;, cuarto Castañeda;
y quinto, Andrade; pero cuidado porque no hay quinto malo.
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