Eliane se nacionaliza
Una buena noticia de la semana fue la aparecida en una mayoría de los diarios locales. La señora Eliane Karp de Toledo había decidido nacionalizarse y por lo tanto, según declaró ella misma, ha empezado las gestiones ante las autoridades pertinentes para convertirse en peruana. Es una lástima que fuera necesario que incontables voces múltiples la presionaran para que tomara tal decisión. Porque, realmente, era insultante el que nos estubiera representando como Primera Dama de la Nación cuando sólo era peruana por compromiso, es decr, por haberse casado aunque fuera por partida doble con el entonces, apenas, Alejandro Toledo, lejano visitante de Harvard y ávido aspirante a la presidencia del Perú. Quien esto escribe publicó en varias oportunidades, breves artículos en los que reclamaba que la señora Karp debería nacionalizarse tal como lo prometió durante los turbulentos días eleccionarios. Por entonces, ambos ni siquiera eran casados o, mejor dicho, por razones ventiladas en una comisaria lucal, se habían divorciado y de hecho, separado sus cuerpos. Luego volvieron a encontrarse y el proyecto de la presidencia planteado por Toledo debió haberle agradado a su ex pareja. ¿Presidente de la República del Perú?. La idea no era mala. Entonces, realizaron un cálculo de probabilidades y vieron que la jugada podría favorecerles. Entonces, se volvieron a casar entre gallos y media noche según informó, creo que la revista GENTE. Publicó la primicia y hasta la graficó con una foto del nuevo casamiento. Ella había dicho que efectivamente no era peruana o tal vez lo era a medias luego de casarse esa segunda vez. Ahi fue que confirmó se nacionalizaría si su marido salíera elegido presidente. Y su marido salió elgido presidente, pero ella no se nacionalizó. El hombre asumió la presidencia pero la mujer seguía con su nacionalidad a medias. Producto de la pulbicidad, todo el mundo la vio del brazo de la reina Sofia de España, de las mujeres de los presidentes latinoamericanos y, últimamente, del brazo de la norteamericana señora Laura Bush, muy campante, "derrochando lisura" como dice el vals de Chabuca, sacando el pecho por el Perú, pero, sin ser plenamente peruana. Parecía como que a la señora Clark, eso de la nacionalidad, no le importaba un rábano, lo que le interesaba es el protagonismo. Hasta que un día, el congresista Daniel Estrada Pérez amaneció amargo y descargó sus baterías contra esa situación intolerante, dijo algo como que la señora Karp no tenía ningún derecho a representarnos oficialmente por cuanto no tenía la nacionalidad peruana. La señora Karp acusó el golpe y respondió, pero dándole otro matiz a la denuncia del congresita. Dijo que ahora se iba a nacionalizar, pero que Estrada Pérez era racista. A eso tendía su cuestionamiento. La judía señora Karp es israelita, belga, francesa, estadounidense; nacionalidades que posee según informes aparecidos en algunos medios acreditados; y Estrada Pérez es, como decir, doblemente peruano por ser del Cusco, el ombligo del mundo, la capital del Tahuantinsuyo, al que pertenecemos todos los que hemos nacido en este grandioso ámbito geográfico. Pero, este problema, si fuera necesario, deben diluciarlo ellos mismos. El congresista y la Primera Dama deben sentarse un día a sincerarse, a discutir sus puntos de vista y aclarar quién tiene la razón. Quién es más peruano que otro o si ambos son iguales, por lo menos por la ley, lo son. Pero, el asunto no es en el fondo, cuestión de conveniencias sino de amores. Para nosotros el problema es más o menos claro. La señora Karp estaba entre la espada y la pared. Finalmente, no le quedaba nada qué hacer más que nacionalizarse porque no corre ningún riesgo. Total, ella tiene la opción de que cuando termine el madato del presidente Toledo tranquilamente puede agarrar sus chivas e irse a otro país a vivir un nuevo sueño u otra increible aventura más, como la reciente. Entonces, podría buscar una nueva nacionalidad, por supuesto que siempre y cuando le resulte ventajosa a sus intereses. Porque se ve que
la inteligente señora Karp, "pog ahoga, Primega Dama del
Pegú", no da puntada sin hilo. |