La ira de la Primera Dama

 

La señora Eliane Karp ha saltado hasta el techo en defensa del presidente de la República, Alejandro Toledo, su esposo. Ha declarado enardecida que en ningún lugar del mundo se realizan encuestas cada semana, cada dia, cada minuto, sólo para desacreditar a "los gobegnantes, eso se hace sólo en el Pegú", dijo muy molesta la señora Karp.

En efecto, debe ser desesperante para un presidente y su entorno que desde los primeros meses de su gobierno de seis años no encuentren la forma de satisfacer a sus gobernados. Esta situación de desgobierno causa una permanente desilusión en el corazón del pueblo y por eso responde a las encuestadoras desaprobando la gestión de su presidente. Las encuestas, que no son un termómetro infalible, de todos modos, registran la temperatura del pueblo, ahora, por debajo de los cero grados. O, digámoslo al revés, su desencanto incontrolable marca una fiebre de 40 grados centígrados.

¿Que pasaría si en vez de hacerlo mal, los gobernantes lo hicieran bien y cada semana, cada día, cada minuto, las encuestadoras informaran que la aprobación al presidente Toledo sube, sube, sigue subiendo, en el corazón del pueblo?. ¿Ahí, sí, las encuestadoras estarían obrando bien?. ¿Que diría, entonces, la señoga Kagp?.

Como una respuestas a que no son las encuestadoras sino los designios de la política de Toledo lo que anda mal, en ese mismo momento de las declaraciones, una nutrida marcha de protesta recorria el centro de la ciudad para protestar contra la privatización de Sedapal, marcados muy de cerca por la policía de a pie y de a caballo.

Pero además, todo un departamento, el de Moquegua, estaba cumpliendo una huelga total reclamando mayor atención por parte del gobierno. Los organizadores de los mítines afirmaban a voz en cuello que Toledo habia dicho que cada 15 días iba a regresar a Moquegua para ver personalmente como avanzaban las obras de reconstrucción. Pero, nunca más regresó a ver las heridas de un pueblo lacerado por un terremoto impío. Los dirigentes decían que no sólo no había regresado, sino que los tenía postergados. ¿Cuál sería el resultado de un sondeo de opinión pública en Moquegua, realizada en estos momentos, señoga Kagp?.

Entonces, nada tienen qué hacer las encuestadoras que por otro lado, sí son suceptibles de manipular los resultados. Pero, en el país, señoga Kagp, la situación no precisa de estas herramientas eficaces de sondeo. No se precisa de estadísticas. Las noticias que todos los días ofrecen los medios de comunicaciòn, -salvo algunas variantes propias de la linea política de cada cual-, son semejantes. Todas son desesperantes. Los escombros dejados por el gobierno anterior no han sido removidos. Nada ha cambiado nada. Parece que, al contrario, la desocupaciòn ha aumentado y por lo tanto, también el hambre y la desesperanza.

Recientemente, en un programa de televisón se vio que Arequipa no sólo había realizado una huelga total para protestar por la pretensión gubernamental de privatizar las empresas hidroeléctricas de la región, sino por la crisis económica que atraviesa. Se vio cómo los cientos de arequipeños desocupados amanecen a deambular por la Plaza de Armas en busca de ofertantes de trabajos aunque fueran caseros y temporales. La Plaza se ha convertido en la agencia de empleos más grande del mundo.

Entonces, eso hace que las encuestas arrojen cero para el presidente, señoga Kagp, y no que las encuestadoras crean o modifiquen la situacion social, política y económica que vive el país de hoy, de este momento.

El pueblo va a seguir reclamándole a Toledo cumpla con sus ofrecimientos eleccionarios. El problema se constriñe a que el presidente ofreció más de lo que podía dar. Su hambre de poder –y también el de la señora Karp- les hicieron ofrecer el oro y el moro y al verse imposibilitados de cumplir, están con la soga al cuello.

La primera dama debería trazarse un plan de modestia y de trabajo. Nada de altanerías, nada de amenazas en tierra ajena. Solo trabajo últil. Ella dice que su esposo trabaja las 24 horas del día. Muy bien, pero, en primer lugar, por ese sueldo los cholos peruanos trabajarían (mos) 30 horas al día, con toda seguridad. Pero, además, habría que obligar al presidente a no gastar en vanalidades. ¿De qué vale disponer de una tina casi de oro para bañarse?. Muchos Pueblos Jóvenes no tienen ni el agua para bañarse.

La señora Eliane Karp, que es europea o extranjera porque todavía no se ha nacionalizado peruana como lo tiene ofrecido, debe aconsejarle al presidente más humildad. Debería tomar unas clases de desimpostación de la voz para que no hable con esa amenazante voz engolada. Así debe hablar para impresionar a los extranjeros, aunque muchos se den cuenta que así no habla nadie en el Perú; pero, en fin, esas son cosas del Orinoco.

En resumidas cuentas, que no se altere la primera dama y empuje el carro, pero de a verdad. Que no busque chivos expiatorios para justificar el mal manejo político y econòmico del gobierno, razón por la cual la situación que vive el país no mejora. Que se dejen de vanidades y pongan en marcha políticas sanas aunque sean menudas. Que atiendan a cubrir las necesidades más elementales del pueblo, antes que pensar en magnificencias. Por ejemplo, anteayer la señora Karp se comportó muy bien cuando le regaló una casita de aquellas de Martín Adán a un pobre hombre parapléjico, en una barriada. Excelente idea, no importa que llamen a periodistas de prensa, radio y televisiòn, para registrar el acontecimientos, el cual no deja de ser dramático.

Las encuestadoras van a aprovechar este esguince y el resultado del sondeo en los próximos días podría ser de recuperación de la credibilidad en el gobierno del presidente Toledo. Para evitar que se siga cuesta abajo en la rodada, sólo es preciso trabajo real y humildad a vasos llenos. Esa es la voz y no la ira ni la cólera contra los medios de comunicación ni las amenazas a las encuestadoras, señoga Kagp .

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