Terrorismo en San Marcos

 

El rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Manuel Burga, ha desmentido tajantemente el dato proporcionado por las más altas autoridades del regimen del presidente Toledo sobre infiltración terrorista en este alto centro de estudios.

Muchos profesores de San Marcos podemos avalar la afirmación del doctor Burga porque, efectivamente, no hay evidencias de que otra vez elementos subversivos estén actuando dentro de la Univesidad. Puede haber estudiantes que coincidan con la ideología comunista, pero esto no es un delito. Finalmente, en la universidad -universitas- es donde las ideas de cualesquiera orígenes pueden y deben ser bienvenidas para su conocimiento y debate académico.

Entre las ideas y los actos, -como dice el pueblo"del dicho al hecho hay mucho trecho"- ahí sí, entonces, se establece una diferencia peligrosa a tal extremo de que se debe cuidar que el fanatismo ideológico actúe sistemáticamente; entonces, habría que frenarlo de forma urgente y drástica.

San Marcos, así como otras unviersidades, probó en décadas recientes, el trago amargo de la praxis comunista en sus modalidades de Sendero Luminoso o MRTA. Todos los días amanecía en una de las paredes de ingreso un "parte informativo" de las acciones ejecutadas en el país por los militantes de esos partidos. Desde noticias sobre el avance de esas ideología en la sociedad más sugestionable hasta los enfrentamientos mantenidos con las fuerzas del orden y ejecuciones sumarias; conformaban el resumen de casi todos los días.

Al interior de la Universidad, el terror recorría todos los rincones. Como muchos subversivos se alojaban en la Ciudad Universitaria, ellos conocían a fondo todo lo que sucedia en los claustros. Pobre de quien se hubiera atrevido a criticarlos o peor, denunciarlos. Entonces, los fanáticos se calzaban pasamontañas y sacaban de los salones de clase a los estudiantes para darles su merecido, acusándolos de soplones u otros cargos. Se vivían días de terror .

Felizmente, las duras medidas tomadas por las autoridades pertinentes y la política de lucha contra Sendero en el país de esas décadas, permitieron que un día, amaneciera el sol con otra cara. De pronto, se fue borrando del mapa sanmarquino toda huella de subversión y terror; nada, ni siquiera la pinta más simple ya que antes las consignas cubrían todas las paredes de la universidad.

Burga ha increpado a las autoridades responsables de acusar que en San Marcos el senderismo esté de regreso. Le ha pedido directamente al ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, que señale con pelos y señales, a quienes están tratando de crear el desorden, la desestabilización y el caos, como sucedió en décadas pasadas, según sus declaraciones públicas.

Lo que si se debe tener en cuenta es que los estudiantes universitarios no son ajenos a la situación que vive el país; al contrario, constituyen la parte más sensible de la comunidad para conmoverse ante la miseria de que adolece el país. En ese sentido, sí se puede decir que hay descontento y crítica mayoritaria contra el desgobierno, contra los despropósitos que, a menudo, comete el presidente de la República. Por ejemplo, cuando aumenta incontrolablemente los suelos de algunos funcionarios en detrimento no sólo del erario público sino de la sensibilidad de otros funcionarios del Estado.

Digamos de paso que los profesores de universidades estatales ganamos sueldos míseros no acordes con su categoría magisterial amparada por la Constitución. Mientras los ministros y otras autoridades del aparato del Estado ganan 50 o 60 mil soles mensuales, como lo denuncian algunos miembros del legislativo -últimamente Mauricio Mulder- los maestros sanmarquinos ganan un mil o dos mil soles aun cuando ejerzan 20 o 30 años el magisterio. Ganan una porquería en comparación con lo que gana el secretario de la presidencia de la República o los asesores presidenciales. Estos, según se conoce oficialmente, ganan entre 4 y 6 mil dólares mensuales, o sea 12 o 25 mil soles.

Burga se ha quejado en varias oportunidades de la falta de ética gubernamental que significa darle las espaldas a los problemas universitarios. Cuando en otros países, centros de estudios como San Marcos tienen la primacia en lo que se refiere a presupuesto estatal para su mantenimientos, en el Perú, eso se desdeña olímpicamente. San Marcos es tratado como un mendigo, sus rentas en vez de ser aumentadas sufren recortes desleales.

San Marcos no tiene rentas que estén a su altura por ser no sólo la universidad más antigua del Perú y del Continente, sino por ser una de las más prestigiosas, la más popular y la más poblada del país. Como se dice, en San Marcos confluyen peruanos de "todas las sangres". Cuando el escritor Alfredo Bryce Echenique recibió el grado de Doctor Honoris Causa, en su discurso de agradecimiento, expresó que sólo después de su ingreso a estudiar en San Marcos conoció al Perú real, al verdadero, al Perú de José María Arguedas.

Entonces, pues, no hay terrorismo ni infiltración terrorista en San Marcos, lo que hay es descontento contra el olvido a que lo ha sumido el actual gobierno, justamente cuando se pensaba que al asumir el mando el presidente Toledo, le iba a dar primacía a los problemas univerrsitarios. El doctor Burga ha pedido que quienes han afirmado que hay infiltración terrorista en sus claustros prueben su acusación; pero al mismo tiempo, pide que se den más rentas para su mantenimiento. Una universidad del tamaño de San Marcos no puede estar caminando por la cuerda floja poniendo en riesgo el destino de generaciones de estudiantes de todas las sangres y por ende, el destino del Perú.

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