El PNUD, pila de agua bendita

 

Las grandes mayorías no saben ni qué significa la sigla PNUD. No tienen ni la menor idea de que se trata de una dependencia de la ONU o sea, de la Organización de las Naciones Unidas, que en nuestro país funciona a manera de una pila de agua bendita.

Esta última denominación sí lo conoce el pueblo porque es un invento de su sabiduría y su malicia. Lo emplea cuando sabe que existe una oficina pública, etc., a la cual se puede acceder sin ninguna complicación y de donde se pueden sacar beneficios, con mucha facilidad: sólo hay que meter los dedos en la pila, mojarlos en el agua bendita y santiguarse. Entonces, ya se ganaron indulgencias plenarias, ya se está bien con Dios.

El PNUD o Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas funciona en nuestro país como una pila de donde sacan provecho muchas personas, ninguna de las cuales tiene necesidad de obtener tanto dinero casi por no hacer nada. Son, dígase de paso, como algunas ONGs que no hacen nada o hacen muy poco en beneficio social y hay que verlas cómo reciben donaciones en dólares provenientes de los países extranjeros.

El PNUD, por ejemplo, le pagaba unos 5 mil dólares mensuales al sobrino del presidente Toledo, según lo descubrieron periodistas investigadores. ¿Qué hacía el famoso "Coco Toledo" para cobrar tanto dinero mensualmente?. Nada que fuera de utilidad para "el desarrollo del Perú". A "Coquito" lo veíamos detrás de su tío Toledo con una pinta de guardaespaldas bien comido y una máquina fotográfica de última generación. Y nada más. El metía los dedos en esa pila de agua bendita y recibía, sólo por eso, unos cinco mil dólares mensuales, con IGV incluído.

En los días de ese escándalo, se descubrió también que había otra lista ganadora; algunos profesionales recibían entre mil y 6 mil dólares por prestar su nombre para figurar en la lista de benficiarios del PNUD, incluyendo a funcionarios de la máquinaria gubernamental.

Ahora, el diario La Razón ha publicado una lista de nuevos beneficiarios de la ONU, organismo preocupado por cooperar en el desarrollo de los países del mundo, pero con mecánicas, acaso, equívocas.

El citado diario publica una relación de 71 personajes muy conocidos como profesionales importantes que reciben entre 2 a 6 mil dólares mensuales por trabajos realizados en calidad de miembros de la Comisión de la Verdad. Esta Comisión fue creada durante el gobierno del presidente Valentín Paniagua para dedicarse a investigar los crímenes cometidos durante los 20 años que el Perú estuvo a merced del fuego graneado del terrorismo.

Terrorismo que no sólo fue arma de quienes habían concebido la idea de tomar el poder empleando esa despreciable táctica de matar a balazo limpio, anfo y TNT, no sólamente a los que lo detentaban, sino a personas inocentes que nada tenían qué hacer en el tumulto. Lamentablemente, también lo emplearon quienes desde el lado opuesto, digamos, del lado legal, tenían la misión de combatirlos aunque tratando de evitar los excesos. Por desgracia, estos cometieron excesos despreciables.

Pues, bien. Las autoridades respectivas, pensaron que se debería formar una Comisión que investigara esos crímenes. Y no encontró nada mejor que recurrir al PNUD, a la pila de agua bendita de la ONU. Porque, ¿es posible que una persona dedicada a esa tarea investigadora pueda ganar, por ejemplo, 5 mil dólares mensuales, o sea, más de 15 mil soles mensuales?. ¿Quien gana aquí, así nomás 15 mil soles mensuales? ¿Quiénes de las mayorías ganan tanto?. ¿Saben por ejemplo, cuando gana un policía que trabaja a tiempo completo y con peligro de morir en cualquier emboscada?. ¿Saben cuánto ganan los maestros de escuela que trabajan las 24 horas del día en los rincones más abandonados del país?. Y ¿saben cuánto gana un maestro universitario? Bien, daré siquiera una cifra, la de un maestro universitario: éste gana unos 300 dólares o sea, un poco más de un mil soles mensuales.

Y, por supuesto, que estaría muy bien que nuestros especialistas, profesionales o no, ganen no sólo cinco sino 20 mil dólares mensuales o más. Lo que pasa es que no vivimos en un paraíso. Vivimos en una país demasiado pobre, arruinado, donde ganar tanto es una irrisión comparándolo con los demás. O, como dicen muchos intelectales: un verdadero insulto a la pobreza. Eso es lo que alegó todo el mundo en el Perú cuando el presidente Toledo informó que iba a ganar 18 mil dólares por mes, es decir, algo asi como 60 mil soles mensuales. El pueblo se preguntó, con justa razón, ¿por qué va a ganar tanto Pachacutec, para qué tanto?. Entonces, se vio obligado a reducirse el sueldo a 14 mil dólares, es decir, a ganar menos de 50 mil soles mensuales, pobrecito. Pero, a él le interesa un pepino la irrisión.

La Razón da nombres que aqui, no voy a repetir. Porque no se trata de hacer escarnio, sino sólo de señalar el caso como una falta de sensibilidad social. Tal vez ya no sea tiempo de arrepentirse, pero quienes han logrado a buenas o a malas, alcanzar la pila de agua bendita del PNUD, debieron tener en cuenta esta situación y renunciar a sueldos tan voluminosos.

Ahora, ya no hay nada qué hacer. Nadie va a renunciar a cobrar tamaños emolumentos, en la práctica, sin hacer nada o haciendo demasiado poco para merecerlo. Pero, como decía o dice el poeta Antonio Cisneros en su programa radial del medio día, chacotero aunque no excento de sabiduría: "como sé que los platos ya están sobre la mesa, servido y buen provecho".

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