La Prensa: la quinta rueda del coche
Hubo un tiempo en que, en los medios políticos y periodísticos, se consideraba a la prensa como al quinto poder del Estado. Gozaba de tanta fuerza que las campañas o el solo editorial de alguno de los diarios locales hacía meditar a las autoridades, y hasta las hacía retroceder en sus prepotencias. En términos generales, ahora la prensa no puede ni con su alma. Se le debería considerar la quinta rueda del coche aunque esto suene a mucho psimismo ¿Qué ha sucedido en estos últimos 50 años de ejercicio profesional?. ¿Qué ha ocurrido con la prensa, nombre con el que se sintetizaba a la profesión por cuanto la radio y la televisiòn todavía estaban en situación embrionaria?. El periodista Enrique Zileri, presidente del Consejo de la Prensa Peruana y director de la revista Caretas, acaba de manifestar que se encuentra indignado por la forma cómo se ha promulgado la Ley sobre Acceso a la Información y Tranasparencia Informativa, por parte del Poder Ejecutivo. En efecto, casi entre gallos y medianoche y prepotentemente, las autoridades gubernamentales han promulgado dicha ley de marras. Zileri informa que su institución, inclusive presentó algunos aportes capaces de ser tomados en cuenta por quienes tenían en sus manos la elaboración de la citada Ley. Pues, bien, tales autoridades han hecho caso omiso de tales recomendaciones. Han procedido, como si ellos fueron los técnicos precisos, y puesto de lado los alances hechos por el CPP. O sea, los poderes ejecutivo y legislativo se rien de los profesionales. Ambos, cuidan de que no se les observe de cerca, que no se les objete ni menos se les denuncie. Ellos quieren, como se viene haciendo desde que el mundo torcido es mundo torcido, seguir manejando el poder como a ellos les parece conveniente. "Tal actitud de los gobernantes no se jutifica ni es razonable en una sociedad democrática y pluralista, en la que la sociedad debe disponer de cauces de información que el aparato del Estado omite por sistema", dice al respecto el tratadista Francisco Vásquez Ferández. Por lo general, aparte de su tarea informativa, la prensa independiente también fiscaliza, debe investigar libremente, y luego denunciar si lo halla necesario. Pero, eso es lo que no quiere este poder ejecutivo ni este poder legislativo, según se desprende de la justa furia de Zileri. Pero, esta es sólo una parte del problema. El otro está en que los periodistas andamos como la mona. Por lo menos, que se sepa ninguna de las instituciones periodísticas han metido las narices, menos las manos en las discusiones o la hechura de dicha ley. Porque Zileri preside una institución, la única que ahora saca la cara por el periodismo; una institución formada, fundamentalmente, por los propietarios de los medios de comunicación. Pero, no obstante y en buena hora, levantan su voz para protesar contra los abusos, astutamentemte ejercidos por el poder. Es increible que las autoridades que ahora tienen en sus manos el destino del país también lo tengan del destino del periodismo, del ejercicio profesional y por eso se desmandan. Aun el ex presidente Alan García ha levantado su voz de protesta contra la persecución política que desembozadamente se le sigue a Alvaro Vargas Llosa, por influencia del israelita Alan Polack, aunándose a algunas de nuestras voces aunque aisladas y poco efectivas; pero, ¿el Colegio de Periodistas y la Federación Nacional de Periodistas, sólo estan pintados en la pared?. Yo no he leído un solo pronnciamiento de ninguna de las dos entidades periodísticas. Ninguna de estas viejas organizaciones levanta su voz ni organiza siquiera una mini marcha de protesta por el Jirón de la Unión. Vemos cómo los obreros de construcción civil, los agricultores en todo el país; los despedidos, hasta los gasfiteros, emiten comunicados, se levantan en huelga, organizan sus marchas de protesta (Arequipa, Tarapoto, etc.)contra los abusos de las autoridades gobernantes: pero, lo periodistas, nada. Recientemente asistí a una reunión donde se le otorgó a Alfonso Grados Bertorini el cargo honorífico de presidente Vitalicio de la FPP. Pero, nada más. Lo poco que escuché de la reuniòn fueron discusiones bizantinas entre delegados, pero nada de planes de acción para reflotar a los legítimos entes periodísticos que ahora no pasan de ser sino elefantes que caminan con tremendas espinas en las patas. El gobierno está haciendo lo que quiere con la prensa, con los medios y empresas de comunicción, en especial con los que le son adversos, -y no adversos por amor al arte-, sino porque hay razones suficientes para criticarlo y hasta condenarlo por su falta de sensatez para conducir al país. Todavía quedan algunos periodistas de la guardia vieja como el mismo Grados Bertorini, Francisco Igartua, AlfredoVignolo, Julio Higashi, José Velásquez Neira (no importa que estén en sillas de ruedas), entre otros, capaces de convertirse en consejeros del Colegio y la Federación, para que con las nuevas hornadas de hombres de prensa, se revitalicen y digan ésta boca es mía, ésta es mi voz, la más válida de todas. Urge la revitalización.
La indignación de Zileri puede tomarse como una clarinada más
de contrapoder frente a un poder cuasi omnímodo. Que los periodistas
jóvenes hagan suya la consigna: "Ya no más la quinta
rueda del coche sino el quinto poder del estado", como lo llaman
los demócratas y algunos sabios.
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