El final feliz de un secuestro

 

Hay que dar gracias al Dios de los cristianos y al Dios de los judíos porque el secuestro de la señora Mariana Farkas de Polack tuvo un feliz "weekend".
Digo Dios de los judios, porque escuché afirmar por televisión al señor Adam Pollack, la misma noche del rescate, que daba gracias a su Dios por haberle hecho el milagro de devolverle a su esposa sana y salva, justamente, el día en que los judios celebran su Año Nuevo. Una fecha exclusiva.
La tan rápida liberación de la señora Farkas es para que todo el mundo se sienta satisfecho cuando menos se esperaba. En efecto, no se sabe todavía de qué manera, la policía rescató a la señora secuestrada, con apenas un leve rasguño en la nariz.
El periodista César Hildebrandt le preguntó al señor Pollack si había escuchado lo que decía la gente respecto a este raro acontecimiento, es decir, que lo sucedido podría tratarse de "un secuestro anunciado". Entonces, el señor Pollack decargó sus baterías y disparó a diestra y siniestra, inclusive haciéndole un "cherry" al gobierno de cuyo aparato forma parte inexcusable.
El afirmó que nunca en la historia del Perú, por ejemplo, durante el gobierno del presidente Belaúnde ni de García Pérez ni de Fujimori, hubo más transparencia que ahora. Pollak dijo que antes, jamás se supo con quienes viajaban esos presidentes cuando salían al exterior. Ni a qué iban los que lo acompañaban. En cambio, ahora sí se sabe todo, se sabe quienes van y qué papel van a desempeñar en el extranjero, recalcó.
Y eso es bastante cierto. Por lo pronto, ahora sabemos que en todos los viajes realizados por el presidente Toledo, uno de sus infaltables acompañantes es el señor Pollack, extranjero, dígase de paso, que nada tiene qué hacer en la dirección del país. Muchas veces se le ha preguntado que pito toca aquí en el país o en los países que visita el presidente Toledo y sus respuestas son medio ambiguas.
Claro que ahora con lo del secuestro, nos hemos dado cuenta, los peruanos, del grado de amistad, de influencia política de que goza el señor Pollack en las esferas del poder, del gobierno y, en especial, del presidente de la República. En efecto, creo que, en estos cincuenta años a la redonda, nunca se armó un operativo policial tan fantástico, tan espectacular, como el montado ahora para rescatar a la señora Farkas.
Todas las más altas autoridades del Ministerio de Gobierno y de la policía intervinieron activamente y movilizaron a más de 200 efectivos para que día y noche buscaran a la señora secuestrada en la Gran Lima, lo que significaba algo así como ubicar una aguja en un pajar. Un operativo que no se montó ni se montará jamás cuando otra persona que no sea la señora Farkas o tenga el mismo peso político específico dentro del aparato de gobierno, sea secuestrada. Ejemplos para confirmar esta aseveración hay de sobra.
Escuché decir también al señor Pollack que agradecía a quienes habían logrado ubicar a su esposa. Cuando el periodista Hildebrandt le contrapreguntó si con eso quería inciensar al gobierno o algo así, el señor Pollack contestó que se refería al trabajo realizado especialmente por "nuestra" policía.
El señor Polak es grato y eso es bueno reconocer, es cosa de caballeros, pero que no se pase y hable de "nuestra" policía porque que se sepa el citado caballero no es peruano sino judío. Está en las mismas condiciones que la señora Eliane Karp, esposa del presidente de la República que tampoco es peruana, salvo por el ardid de su segundo casamiento con un peruano, pero nada más que por eso.
Como todos recordarán, la señor Karp ofreció nacionalizarse no bien el señor Toledo alcanzara la presidencia. Alejandro Toledo alcanzó la presidencia, pero su señora esposa no se nacionalizó peruana. Corrió por ahi el rumor de que esperaba una nueva oportunidad, porque la señalada de armar una ceremonia de nacionalizaciòn -fiesta del Inti Raimi- en la ciudad del Cusco, le falló.
Resulta que en esos días, señalados por la misma señora Karp, se desataron graves controversias, querellas, líos, o desavenencias entre gentes del gobierno y gentes del pueblo. Se le motejó a la esposa del presidente Toledo, el haberse ido de vacaciones a descansar en Tahiti, creo que en esos días del lío del Banco Wiese-Sudameris y el señor Bertini con dicha dama.
Pero, esta es harina de otro costal. De lo que trata centralmente este artículo es de festejar el final feliz del secuestro de la señora Polack. En primer lugar, su aparición y las características del secuestro confirman que la operaciòn la realizaron delincuentes prontuariados y no la "mafia fujimotesinista", como lo sugiriò la congresita Anel Townsend, aunque no se descarta, según nuevas versiones, de que la "mafia fujimontesinista, pueda haber financiado el secuestro. Por supuesto que tampoco está descartado el que el gobierno pueda haberlo hecho, porque todo cabe en la dimensiòn desconocida.
O sea, la noria sigue dando vueltas al rededor de su mismo eje, la olla en el Amazonas continúa tratando de tragarse a todo lo que se le acerque. Valdría la pena ya dejar que el mundo siga andando, en tanto las autoridades se dediquen, traten, por favor, de liberar al Perú pobre que sigue como si lo hubieran secuestrado.

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