El Silencio de los periodistas

 

Por más que las autoridades oficialistas intenten amortiguar el pecado mortal cometido por el señor Salomón Lerner Ghitis contra la libertad de expresión y empresa, nadie con dos dedos de frente se dejará engatuzar: Lerner atentó contra esas dos libertades, dejando en claro, además, que actuaba como vocero de terceros.

Mientras no se pruebe fehacientemente lo contrario, el allegado al presidente Toledo ha metido las cuatro, como se dice vulgarmente, y ha creado una situación de desasociego en los ámbitos periodísticos, aunque con mayores repercusiones en lo que corresponde a la cosa política.

El audio que todos hemos escuchado y que ha sido consentido por el mismo señor Lerner indica que actuó como mensajero del presidente Toledo para coaccionar a los propietarios de un diario local que no es de su preferencia. La Razón es una pulga en la oreja del presidente de la República y de las autoridades del gobierno que hasta ahora no hacen las cosas del todo bien. Contra el citado diario es que se ha pretendido arremeter apelando a viejas mañas de la dirigencia política de toda la vida, pero puesta en mayor evidencia recientemente, en especial, sobre los últimos años del gobierno anterior.

La noticia sobre el pretendido chantaje a las libertades de expresiòn y de prensa protagonizado por el señor Lerner cayó como otro baldazo de agua fría en relación a los desatinos del gobierno actual. Quienes desgarraron sus vestiduras frente a flagrandes actos de corrupción anteriores, se han visto entre la espada y la pared y hasta ahora, sólo han atinado de tratar de tapar el sol con un dedo.

Pero, lo que más llama la atenciòn es que quienes deberían elevar sus voces de enérgica y apropiada protesta, los periodistas, porque son los más autorizados y afectados no han dicho hasta ahora ni siquiera esta boca es mía.

Sólo el Consejo de Prensa, ha publicado un Comunicado en el que con suma energía rechaza "los términos utilizados por el señor Salomón Lerner Ghitis, en una grabación difundida recientemente en la que amenaza con represalias judiciales y de otra índole a los propietarios del diario La Razón".

Todos sabemos que este Consejo está conformado por los dueños o directores de empresas periodísticas no precisamente por los llamados "hombres de prensa" o periodistas. Quiero decir que en nuestro país funcionan el Colegio de Periodistas del Perú y la Federación de Periodistas del Perú, que podríamos decir son las organizacions más auténticas. Que se sepa, hasta ahora, tales organismos no han publicado ningún comunicado rechazando el absurdo comportamiento del señor Lerner, su chantaje.

Es una lástima que las máximas organizaciones gremiales y profesionales del periodismo nacional no se pronuncien oportunamente frente a un hecho no insólito, -porque no es la primera vez que se realiza este tipo de amenazas contra el democrático funcionamiento de la prensa-, pero sí digno de genuina preocupaciòn.

Hubo tiempos en los cuales, las agremiaciones periodísticas –especialmente la Federación- vivían atentas a cualquier desmán gubernativo o aún de los propietarios de las empresas, para denunciarlos. La Federación -y de esto puede dar fe, Alfonso Grados Bertorini, recién electo Presidente Vitalicio de la FPP- se levantaba como agua hirviente cada vez que por ahi asomaba sus colmillos el jabalí de la censura o cualquier abuso empresarial.

Aprovechando esta coyuntura cuán conveniente sería que tanto el Colegio como la Federación tomaran al toro por las astas y se reorganizaran dejando atrás pendencias internas por lo general, apoyadas en legalismos. enredados trabalenguas o tibias legluleyadas. Aquí, lo que más se precisa es confraternizar, realizar todo tipo de intento por volver a reagrupar a los periodistas que antes andaban muy unidos, aunque esto no quiera decir que no había desavenencias. Pero, siempre hubo unidad gremial.

Hoy, por ejemplo, el señor Lerner y el señor Presidente de la Repúlbica ya habrían sido denunciados con toda energía frente a sus pretensiones de querer callar la voz de un diario que lo único que hace -junto a dos o tres más- es poner en letras de molde los hechos objetivos que provocan la crisis econòmica y el desgobierno que reina en el país.

El Consejo de la Prensa afirma en su Comunicado su complacencia por haberse iniciado las correspondientes investigaciones a fin de aclarar el entuerto. Es la única organizaciòn que ha levantado su voz y ha hecho pública su desavenencia con lo sucedido reafirmado su condena institucional.

Ojalá le siga el Colegio y la Federación, no sólo de Lima sino de sus filiales que funcionan en casi todos los departamentos del país. Por lo general, siempre en provincias, estas organizaciones se han movilizado y han protestado dando verdaderos ejemplos de vida ética a la Capital.

El asunto lo merece. He leído con atenciòn los artículos escritos por algunos periodistas de la vieja guardia, pero los jóvenes también deberían pronunciarse; los jòvenes tienen que aprender a protestar. Esto tendrá la sginficación de participar legítimamente en lo que les incumbe: la lucha por las libertades de expresiòn y de prensa, como dicen, pilares sobe los que se asienta una democracia verdadera.

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