Las vanidades del Presidente
Eso es lo único que le gusta al presidente Alejandro Toledo: posar para la foto al lado de los personajes que ahora tienen figuración mundial, no importa que esa característica sea poco duradera y peor aún, que no pase a la historia. Lo qué importa, lo que precisa es aparecer en la televisión, en los periódicios, en algunos casos, en la televisión y los periódicos de todo el mundo. Por ejemplo, el lunes apareció sonriente y feliz al lado del personaje de moda, Harry Potter, perdón, Bill Gates, uno de los hombres más ricos de la tierra, el dueño de casi todos los @ que recorren el mundo de punta a punta. Así viene ocurriendo desde que empezó su mandato, todos son viajes al exterior, todas con citas en el extranjero, él y su larga, larguísima comitiva de 50 personas o más, muchas de las cuales lo hacen sólo por divertirse, aunque el pueblo los califica de ayayeros, sólo van a aplaudir. El presidente anda con 17 por ciento de aprobación y casi 80 por ciento de repudio, pero qué chicha, el se va. Lo que interesa es aparecer dándole la mano a los reyes de España, a Chirac, a Bush, a los presidentes de la Comunidad Europea, a los de la comunidad latinoamericana, no al lado del cholo Quispe llorando la muerte de sus llamas en Puno o junto a la Martacha llorando al pie de su crío al que se lo llevó la neumonía. Eso no da status, no infla los pulmones con aires de vanidad ni hace palpitar el corazón a 100 pretensiones por minuto. Aquel fue su gran sueño y a eso tendió, apoyado su ego, indudablemente, por la compañera de sus últimas aventuras políticas, la dama belga Ellian Karp a quien acabamos de ver sentada a la mesa de negociaciones. ¿Qué hacía ella en Seatle?. ¿Qué papel componía?. ¿Cómo justificar su presencia en asuntos del Estado a ese nivel?. ¿O asiste para darle con su disoluta cabellera rubia un toque de belleza exótica a estos actos protocolares?. Si es por eso, bueno, que le vamos a hacer, perfecto. Mientras tanto, la pobre gente se sigue muriendo en las faldas de los Andes del sur atormentada por la nieve y el frío, grandes cantidades de ganado lanar, camélidos, etc., amanecen congelados en los corrales; pero que importa eso, dirá el presidente, total, yo no tengo la culpa de nada sino la naturaleza, el tiempo, y contra eso yo no puedo hacer nada. Y aquí, también puede que tenga la razón. Pero, sin embargo, eso no dicen todos los medios de comunicaciòn, asociaciones, compañías, hospitales, bomberos, colegios, etc., que se mueven de allá para acá, que se desgañitan pidiendo ayuda para que los desamparados no se mueran de dolor ni de frío en los páramos. Otros son lo que colectan ropas, frazadas, alimentos, medicinas, se mueven día y noche, trabajan impulsados por el instinto de solidaridad, mientras el presidente sonríe en Seatle, luego de su gestión ante el dadivoso millonario norteamericano. Desde este punto de vista, sin embargo, tampoco es dable desconocer que ha conseguido esta vez ayuda para el desarrollo intelectual de la juventud especialmente la que más lo necesita. "El Covenio firmado ayer en la ciudad estadounidense de Seatle, por el presidente Alejandro Toledo y el director de la corporación Microsoft, Bill Gates, beneficiará a 200 mil estudiantes, 6 mil maestros y 500 centros educativos de todo el país", dice el cable que informa sobre el acontecimiento. Tampoco se puede desconocer el haber obtenido aunque sea del lobo un pelo. El lobo lo conforman todos los acreedores extranjeros, aquellos que nos chantajean con la Deuda Externa. Pero, además, algo oscuro hay en esta fritanga luego de las insinuaciones frescas que César Hildebrandt ha hecho en su programa televisivo sobre el intercambio epistolar entre el presidente del Congreso, Carlos Ferrero y el ex embajador USA, John Hamilton, sobre el lobo Microsof de Bill Gates tratándose de comer a nuestra pobre Caperucita peruana. De todos modos, de algo servirá este convenio para incrementar el conocimiento y modernizarnos, para desasnar a nuestra sociedad, -en su lado más sensible y más joven- como le escuché decir recientemente a Marco Aurelio Denegri en su programa televisivo, el único que con seguridad coopera a nuestra desasnización. Pero, sabiendo que andamos a tres dobles y un repique, ¿no habría sido mejor, mucho más inteligente, más justo, ideal, magnífico, extraordinario, humano, que en último caso hubieran viajado sólo él y cinco más, como decir, su secretario, un par de ministros y un par de guachimanes?. ¿Para que tanta gente y además la señora Karp?. ¿No le da verguenza una mujer sola entre tanto hombre?.¿Por qué no comprende que el pueblo no ve con buenos ojos que se larguen en los momentos más angustiosos en que se vive?. ¿Por qué no reaccionan ambos y enmiendan su línea de sobregastos-basura, de sobredimensionada danza de dólares y de soberbia?. ¿Acaso todos los días, desde que amanece hasta que anochece, no se le pide al presidente que enmiende rumbos, que cambie su modo de gobernar?. ¿Y acaso ese tren de gastos no ocasiona una especie de rencor en el corazón de los peruanos al comprobar que una mayoría no tiene ni para el té y otros se están muriendo de frío, mientras ellos se siguen jaraneando en el extranjero?. Por lo pronto,
el presidente Toledo no quiere ni va a contestar nada, y finalmente,
como dice Juan Pueblo, están son preguntas del Orinoco, que
tú no las sabes ni yo tampoco.
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